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Ruta de Senderismo - Cómo llegar a la Cascada de Rojas

Rojas es un pequeño pueblecito de tan sólo 60 habitantes situado en la comarca burgalesa de Bureba, famosa por sus extensas plantaciones de girasoles que te agradan la vista mientas vas por la carretera.

A pesar de ser un pueblo tan pequeño, su fiesta en honor a Santa Casilda cada 9 de abril acoge a bastantes visitantes que se acercan al santuario. Casilda fue hija del sultán Aldemón de Toledo, padecía una grave enfermedad y un burgalés que tenía cautivo su padre le recomendó que fuera a bañarse en las aguas de este lugar para curarse. Y así fue. Sanó y decidió dedicarse a la vida eremítica dedicándose al cristianismo que había abrazado meses antes sin que su padre lo supiera. Su fama de piadosa se extendió por la comarca y le construyeron una ermita para que orase. Allí murió a los 60 años.

Los feligreses le atribuyen a la santa poderes curativos y predictivos. La gente acude al Santuario de Santa Casilda también para conocer de antemano el sexo del bebé que están esperando. Dicen que, si tiran una teja desde lo alto de la ladera del templo y la consiguen meter en el pozo, su bebé será niña. Si, por el contrario, tiran una piedra, nacerá un niño.


Cómo llegar a la Cascada de Rojas y a la Cueva de Santa Casilda

👉Inicio de ruta: puedes dejar el coche en el mismo pueblo de Rojas y comenzar a caminar saliendo del mismo por la Calle Alta. Pronto la carretera se irá convirtiendo en un camino ancho y sencillo de piedrecitas y te encontrarás con un campo de girasoles.


La senda se va haciendo cada vez más estrecha y comienza una cuesta leve que acaba en un depósito de agua que aparecerá a tu izquierda.

A partir de ahí el camino va serpenteando entre campos de cultivo, bajando y subiendo, aunque sin ser cuestas de mucho esfuerzo. Eso sí, no te encontrarás ni una sombra.

En lo alto del montecillo verás una pequeña área recreativa con dos mesas de picnic y un cartel informativo. Tampoco aquí tendrás sombra, aunque las vistas de la Sierra de las Cruces es espectacular.

Desde el área recreativa, si te asomas un poco al borde del barranco, podrás ver el río y la Cascada de Rojas. Hay un senderillo que lleva hacia abajo, donde se encuentra el antiguo molino de Rojas, junto al arroyo. Esta pequeña cascada forma el arroyo que nace en el Pozo Blanco de Santa Casilda y al que se atribuyen los milagros curativos.

Un poquito más adelante tienes la señal que indica el sendero Camino Santa Casilda. Si continúas por él unos cuantos metros, llegarás a la cueva en la que se supone vivió la santa mora rezando todo el día. La cueva apenas tiene profundidad. En un lateral hay un pequeño altarillo.


Lo que más me llamó la atención fue una enorme enredadera que se agarraba a la roca.

Si te has quedado con ganas de más, este mismo camino sigue por el desfiladero hasta llegar al santuario formando parte de una ruta más larga de algo más de 12 km.

                              🏃  Llévate un buen calzado, agua y protección solar.
                              🏃  Longitud:  3,19 km (ida y vuelta).
                              🏃  Dificultad:  muy sencilla.
                                 🏃  Recorrido lineal.
                              🏃  No hay sombras.


🌻​ Otros lugares de la comarca de La Bureba 🌻

Briviesca

Cascada de Rojas

Oña

Poza de la Sal

Paseo del río Oca


9 lugares imprescindibles que ver en Aranda de Duero

La mayor población de la Ribera del Duero burgalesa es ampliamente conocida por ser la capital del vino y de la gastronomía. Bañada por las aguas del Duero cuando recibe a su afluente Bánvelo, Aranda de Duero es una ciudad próspera, llena de negocios, asadores y gente disfrutando de sus bares y de sus paseos bajo frondosos árboles.

Reconocida mundialmente por su gastronomía, en ella podrás probar sus especialidades: el lechazo asado y la morcilla de Aranda. Además, en el centro tendrás oportunidad de comprar otros productos típicos de la tierra, como los afamados quesos de la región.

Gastronomía, naturaleza y monumentos. Aranda ofrece una hermosa visita en la que tampoco puedes perder la oportunidad de visitar una bodega en uno de los mayores complejos de bodegas medievales subterráneas que existen.

Qué ver en Aranda de Duero

1. Plaza Mayor: en esta preciosa plaza castellana llena de bares encontrarás la Oficina de Turismo y el CIAVIN, el Centro de Interpretación de la Arquitectura del Vino, situado en un edificio del siglo XVIII.

2. Iglesia de Santa María la Real: está considerada la obra más importante de Aranda de Duero. Muy cerca de la Plaza Mayor, las dimensiones del templo han hecho que la conozca como la pequeña catedral. Se construyó en el siglo XV sobre una iglesia románica anterior de la que sólo se conserva la torre y lo que más llama la atención es su espectacular portada gótica. En su interior podrás ver un impresionante retablo renacentista del siglo XVI y una escalera mudéjar.

3. Iglesia de San Juan de la Vera Cruz: perteneciente a los siglos XV y XVI, en ella edificio se celebró el Concilio de Aranda en 1473, bajo el reinado de Enrique IV, siendo convocado por el arzobispo de Toledo Alonso Carrillo de Acuña para combatir la ignorancia y la vida disipada de algunos clérigos. Su torre fortificada hace pensar que originalmente fue usada como defensa. Hoy no tiene culto y su interior está dedicado al Museo de Arte Sacro de la Ribera.

4. Calle Isilla: aquí tienes la calle más animada de toda la ciudad. Pasea por su suelo empedrado lleno de tiendas, restaurantes, pastelerías y bodegas hasta llegar a la Plaza del Trigo para deleitarte con la típica arquitectura popular castellana.

5. Palacio de los Berdugo: en esta casa señorial del siglo XV se llegó a alojar el emperador Carlos V. También Napoleón pasó por aquí en noviembre de 1808 antes de cruzar Somosierra (aún contiene la cama barroca en la que dicen que durmió). Desgraciadamente tan sólo podrás ver su fachada, pues su interior no está abierto al público. Delante del palacio tienes el rollo jurisdiccional gótico, que fue usado también como picota para los delincuentes.

6. Puente de las Tenerías: en pleno centro de Aranda tienes un excepcional paseo junto al río Bañuelos en el Parque El Barriles con frondosos árboles, un embarcadero y una zona llena de aves acuáticas.

7. Museo Casa de las Bolas: en este palacio del siglo XV se cuenta que vivió la Isabel la Católica antes de ser reina y Juana la Beltraneja. Actualmente alberga el Museo pictórico de Félix Cañada

8. Bodegas subterráneas: la ciudad cuenta con más de siete kilómetros de galerías excavadas en la roca que guardan más de 300 bodegas construidas entre los siglos XII y XVIII conformando uno de los mejor conservados conjuntos de bodegas medievales que existen. Se organizan visitas de una hora de duración para ver varias de ellas y normalmente incluyen la degustación de una copa de vino.

9. Santuario de la Virgen de las Viñas: te recomiendo que reserves algo de tu viaje para pasear por el bonito parque que lleva hasta el santuario de la patrona de Aranda de Duero. Lo encontrarás a las afueras del pueblo en el paraje conocido como monte Costaján, donde cuenta la leyenda que se encontraron una imagen de la Virgen en el siglo XII. Dentro verás al popular Mediquín, una figura pequeña de un niño justo debajo de la Virgen y que cuentan que curaba a los enfermos arandinos de la peste.

🤓​ Curiosidad: se tiene constancia de que el primer plano urbanístico que se hizo en España fue el de Aranda de Duero en 1503, fruto de una rencilla vecinal. Aún se conserva en el Archivo General de Simancas y sobre él se basó el desarrollo urbanístico de las nuevas ciudades del Nuevo mundo.

​🍷​ Otros pueblos de la Ruta del Vino de la Ribera del Duero ​🍷​

Aranda de Duero

Berlangas de Roa

Caleruega

Clunia

Gumiel de Izán

Moradillo de Roa

Peñaranda de Duero

San Esteban de Gormaz

Vadocondes

Villalva de Duero


Qué comer en Ciudad Real – 13 productos típicos que comprar en Ciudad Real

La provincia de Ciudad Real cuenta con varios productos que ostentan la Denominación de Origen Protegida (D.O.P.), la Indicación Geográfica Protegida (I.G.P.) o, en el caso de los vinos, la Denominación de Origen (D.O.). El mayor viñedo del mundo también está aquí, compartido con el resto de provincias de Castilla-La Mancha y que acogen el 50% del total español de cultivo de viña.

Quesos, panes, vinos, licores, aceites, embutidos… La gastronomía manchega está presente en cada rincón de la provincia. Puedes disfrutar de ella yéndote de tapas, comiendo en algún restaurante, venta o mesón tradicional en algún pueblecito con encanto o en uno de los dos restaurantes con Estrella Michelín de la provincia: Retama (Torrenueva) y Coto de Quevedo (Torre de Juan Abad). Otra manera de hacerlo es comprando algún que otro producto típico en las tiendas de pueblo o tiendas específicas, como la que hay en frente de la Catedral.

Aquí te dejo un ejemplo de los productos típicos que puedes comprar en la región.

9 lugares imprescindibles que ver en Ciudad Real ciudad

La antigua capital de La Mancha es la ciudad más importante de Campo de Calatrava.  Aunque es poco visitada por los circuitos turísticos, merece la pena dedicar una mañana o una tarde a pasear por sus calles y disfrutar de sus monumentos y terrazas, ya que en ellas se tapea muy bien. Si en tu mente está entrar a alguno de sus museos, elige un día entero para poder aprovechar bien tu viaje. Todos los lugares históricos se encuentran en pleno centro, por lo que es muy asequible para visitarla a pie.  Además, al estar situada más o menos en el centro de la provincia, ofrece una gran oportunidad para tomarla como centro de operaciones para realizar excursiones a lugares cercanos, como Almagro, Valdepeñas o Daimiel.

🚘 Dónde aparcar en Ciudad Real gratis: es bastante difícil aparcar gratis en el centro de la ciudad. Yo encontré sitio delante del Museo del Quijote (delante de la entrada del Parque Gasset), en la Avenida Pío XII y en las inmediaciones de la Plaza Juan XXIII.  

Qué visitar en Ciudad Real

1. Catedral de Santa María del Prado: fue el centro del barrio de la Morería. Se construyó en 1531 sobre una antigua ermita románica de la que sólo queda la Puerta del Perdón.  El conjunto se completa con una torre de principios del siglo XIX. Cuando el templo está cerrado, se le da la vuelta a la imagen de la Virgen para que la gente pueda verla desde la ventana. Como curiosidad, durante unas obras que se hicieron en los ochenta, se descubrieron varios cráneos en el altar y uno de ellos tenía una flecha clavada. A día de hoy no se saben a quiénes pertenecieron. Entrada gratuita. 

2. Iglesia de San Pedro: antiguamente fue el centro del barrio cristiano. Data del siglo XV y presenta un estilo gótico. Dentro tiene un espectacular retablo del XVIII realizado con azulejos que provienen de Talavera de la Reina y la Capilla de los Coca, que guarda el sepulcro del confesor de los Reyes Católicos, Fernando Alonso de Coca.

3. Museo de Ciudad Real: se fundó en 1976 y está compuesto por las secciones de Paleontología, Arqueología y Bellas Artes (aunque esta última está situada en el interior del antiguo Convento de La Merced.

4. Museo del Quijote: el Museo Cervantino lo encontrarás a la entrada del Parque Gasset. En él podrás ver una exposición de obras relacionas con la novela en la planta baja y la biblioteca cervantina en la parte superior. Al lado de la entrada a la biblioteca hay un espacio dedicado a la vida de Cervantes, contado a través de dibujos muy interesantes. Entrada gratuita.

5. Convento de la Merced: se fundó en 1613, con Felipe III, y se encomendó a los Mercedarios Descalzos de Ciudad Real. Estuvo sirviendo como Instituto de Enseñanza Secundaria desde 1843 hasta 1995. Actualmente alberga la sección de Bellas Artes del Museo Provincial de Ciudad Real.

6. Plaza Mayor: tradicionalmente se usaba para celebrar las ferias de ganado de la ciudad. Lo que más te llamará la atención de ella es la Casa del Arco, que tiene un reloj de carrillón en el que las figuras de Don Quijote y Sancho Panza salen a cantar una jota manchega cada hora.

7. Puerta de Toledo: es lo único que se conserva del Real Alcázar. La monumental puerta es del siglo XIV y presenta seis arcos y dos torres.

8. El Penitente con seis dedos: al lado del edificio de la Diputación podrás curiosear esta escultura que tiene seis dedos. Cuenta la leyenda que el escultor (Kiriko) homenajeó de esta forma a su hijo, que presentaba esta peculiaridad.

9. Parque Gasset: un auténtico pulmón en la capital manchega. Tiene una extensión de casi 90.000 m² y data de 1915, aunque no estuvo vinculado a la familia del diputado Rafael Gasset Chinchilla hasta 1933, cuando erigieron esta estatua en el parque para homenajear al diputado que trajo el agua a la ciudad a través del Pantano de Gasset.





 

5 lugares imprescindibles que ver en Puerto Lápice


Junto con Argamasilla de Alba y Alcázar de San Juan es uno de los puntos más importantes de la Ruta del Quijote, pues es aquí donde el hidalgo corre su primera aventura. Y es por ello por lo que en el pueblo te vas a encontrar muchas referencias a esta obra: estatuas, nombres de negocios, ventas…


Pero Puerto Lápice ya era famosa antes de Cervantes. Se sabe que los romanos ya tenían allí un castillo en el que se alojó Trajano y sobre el que ahora está la Posada del Rincón y lo habían amurallado todo. Su nombre procede del puerto que se forma entre la Sierra Calderina y el principio de los Montes de Toledo, un paso natural hacia el sur de la península que apenas te será perceptible. Lo de Lápice viene por la piedra lapicea en la que se asienta.

El pueblo no es muy grande, lo puedes recorrer fácilmente en poco tiempo. Lo que más me gustó, disfrutar de las terracitas de su preciosa plaza porticada. 

Además de pasearte por sus calles, puedes aprovechar tu visita para comprar productos típicos manchegos (como queso, dulces, embutidos...) y artesanía en varias tiendas especializadas, como la de Quijoteworld, en la que encontrarás todas las figuritas del Quijote que te puedas imaginar, entre miles de cosas. 

Qué visitar en Puerto Lápice

1. Plaza porticada: la Plaza de la Constitución está considerada una de las más bonitas de la Mancha. Su forma recuerda a los corrales de comedia, con dos alturas de soportales de madera pintada de color almagre. Se accede a ella a través de un arco que lleva a un patio de vecinos rodeado de viviendas, como las antiguas ventas de los siglos VI y XVII. Cuenta con un pozo, unos jardines y una antigua noria.

2. Venta del Quijote: la Posada de Dorotea Jiménez, la Posada del Rincón y la Venta del Quijote. Esta última es del siglo XVII y hoy es un restaurante. Su estructura respeta la arquitectura tradicional que gira en torno a un patio central con pozo, establos, soportales, un mesón y dormitorios.

3. Iglesia de Nuestra Señora del Buen Consejo: en frente de la Venta del Quijote hallarás está pequeña iglesia de 1859 que venera a la patrona del pueblo. A lo largo de su historia ha sufrido muchas reformas y remodelaciones. La más importante de ellas es la de su espadaña, que estaba coronada con una gran campana de hierro fundido. Como pesaba mucho, decidieron quitarla y ahora te la encontrarás en la plazuela que hay frente al templo.

4. Puente Romano: esta construcción con su calzada romana representa los restos más antiguos del municipio. No se sabe muy bien si tiene un origen romano o íbero.

5. Molinos de viento: fuera de Puerto Lápice, a unos 3 km, tienes tres molinos situados sobre la sierra de la Sierrecilla. Uno de ellos estuvo en funcionamiento hasta 1925. Desde lo alto del cerro obtendrás unas magníficas vistas del pueblo y de su entorno.


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10 lugares imprescindibles que ver en Ocaña

Ocaña es un pueblo toledano que da la oportunidad de hacer una escapada tranquila desde Madrid (a una hora), Toledo (a unos 40 minutos) o desde cualquier sitio cercano. Situada en la comarca de la Mesa de Ocaña, sus orígenes parecen ser prerromanos, aunque no se sabe muy bien de dónde procede su nombre. Sí que se sabe que en el siglo XV su judería era una de las más grandes del reino de Castilla y que sus habitantes son llamados también botijeros por ser famosos productores de esta artesanía.

Hoy su Plaza Mayor sigue atrayendo a cientos de visitantes cada año como antiguamente. Puedes darte una vuelta por sus calles, disfrutar de la gastronomía manchega en una de sus terrazas, apuntarte a una de las visitas guiadas que ofrece la Oficina de Turismo y comprar uno de los famosos Quesos de Ocaña en las tiendas del pueblo. Aquí te cuento algunos lugares que ver en Ocaña.  

Qué visitar en Ocaña

1. Plaza Mayor: es el principal atractivo del pueblo. La gente llena la plaza los fines de semana para tomarse algo en sus terrazas y es que se está bien a gusto bajo sus soportales, hasta en invierno. Se construyó a finales del siglo XVIII bajo los reinados de Carlos III y Carlos IV. Su fama fue tal, que sirvió como escenario a Lope de Vega para su obra Preibáñez y el Comendador de Ocaña. Actualmente se sigue utilizando para ofrecer en ella espectáculos y obras de teatro.

Con sus 70 pilares de piedra proveniente las canteras de Colmenar de Oreja, hoy es la tercera mayor de España, después de la de Madrid y la de Salamanca. En ella destaca el edificio del Ayuntamiento, la Oficina de Turismo y la torre del reloj, que sirve también como campanario utilizando para ello la campana de la derribada Iglesia de San Pedro.

2. Palacio de Don Gutierre de Cárdenas: construido en el XVI, sirvió como vivienda a este asesor de los Reyes Católicos y Comendador Mayor en León de la Orden de Santiago. Tras pasar por las manos de los duques de Maqueda y los de Frías, desde el XIX pertenece al Ministerio de Justicia albergando los juzgados de Ocaña. En su portada destaca una gran S tumbada, presente del escudo de Don Gutierre. Según dicen, la obtuvo cuando éste presentó a Isabel la Católica a su futuro marido, Fernando, y le dijo: “Es ése.” Y se quedó con la S por la gracia. 😐

3. Iglesia de Santa María de la Asunción: es la más antigua del municipio. Se construyó sobre una antigua mezquita del que sólo queda el alminar interior. Su fachada principal es de estilo plateresco. En su interior destaca la Capilla de Jesús Nazareno, patrón de Ocaña, y una amplia colección de armaduras en su sacristía.

4. Teatro Lope de Vega: este antiguo colegio jesuita se transformó en teatro en 1832. Lo que más te llamará la atención será la torre campanario neo-mudéjar. Delante del teatro podrás ver el Rollo de la Justicia (s. XV), una picota muy elaborada, de estilo gótico.



5. Museo Arqueológico: al lado del teatro se halla este museo que recorre la historia de la comarca de Ocaña desde la Prehistoria hasta la actualidad.

6. Torre de la Iglesia de San Martín: de la antigua inglesia de San Martín Obispo, sólo ha llegado hasta nuestros días esta torre herreriana del siglo XVI y su portada plateresca, que descansa junto a ella.

7. Fuente Grande: junto con la Plaza Mayor, es el monumento más característico de Ocaña. Esta fuente, diseñada por Juan de Herrera, es una de las obras de ingeniería hidráulica del siglo XVI. Se compone de una gran galería de piedra cubierta con veinte pilastras toscanas de sillería, que conforman sus arcos adintelados. A pocos metros de la fuente hay un manantial de agua que fue canalizada a lo largo de un túnel de ladrillo de más de 274 metros de largo. Al otro lado, se encuentran unos lavaderos de tal envergadura, que podían acoger a trescientas mujeres lavando a la vez. Para acceder a la fuente, tienes que ponerte en contacto con la Oficina de Turismo de Ocaña, que organiza visitas gratuitas.

8. Belén del Convento de Santo Domingo: esta construcción renacentista cuyo claustro se atribuye a Alonso de Covarrubias. Su impresionante coro fue esculpido en 1573 en madera de nogal de estilo renacentista italiano, obra sufragada por el clavero de la Orden de Calatrava, Fernando Fernández de Córdoba, y ubicado en el Convento de la Asunción de Calatrava de Almagro. En 1866, el rector de la Orden del Convento de Santo Domingo de Guzmán de Ocaña se lo compró a Isabel Aparicio por 11.000 reales. En el interior del edificio podrás ver el Museo Porticum Salutis, en el que destaca un original belén interactivo.

9. Convento de San José: fue construido en 1595 a instancias de María de Bazán, la mujer de Alonso de Ercilla. A su cargo, como priora y maestra de novicias, se mantuvo la sobrina de santa Teresa de Jesús, Beatriz de Jesús. En su interior descansan los sepulcros de Alonso de Ercilla y Zúñiga, su hermana y su esposa.

10. Museo del Guante: el Restaurante Tenería ofrece excursiones para disfrutar de su edificio del siglo XV y de su museo del guante, un curioso espacio que honra al oficio que se ejercía aquí. Esta prenda de cuero y piel se confeccionaba para la nobleza y la realiza europea en España, teniendo especial importancia la industria desarrollada en Sevilla y en Ocaña, convirtiéndose en la actividad principal de esta localidad en el siglo XV.


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Tembleque, la llamada Puerta de la Mancha, se hizo popularmente famosa por aparecer en la novela de Noah Gordon El último judío (1999), como lugar en el que habitaba el personaje de Ferrán Vasca.

De origen incierto, a lo largo de la historia por sus tierras han pasado carpetanos, romanos, visigodos, musulmanes y cristianos, lo que le ha dotado de una historia muy rica. Su época de máximo esplendor fueron los siglos XV y XVI, cuando le sacó partido a su situación estratégica en las rutas de la trashumancia y Juana la Loca le concedió el título de villa.

Hoy es un pueblo tranquilo, con una plaza mayor preciosa y en el que ya se ve la influencia manchega en su arquitectura y en su gastronomía, pues es una zona ideal para que pruebes las migas, el pisto o los duelos y quebrantos. Además, si pasas por la gasolinera, no olvides llevarte unas exquisitas tortas de cañamones de La Guardia, una exquisitez.

Qué visitar en Tembleque

1. La Plaza Mayor: declarada Bien de Interés Cultural en 1973, es una de las plazas castellanas más bonitas y no suele estar atestada de turistas. Su origen se remonta al siglo XVII, cuando Felipe IV la concibió como plaza de toros, y para acceder a ella tendrás que cruzar un pórtico con columnas de granito. Sobre él verás dos galerías y un palco para que las autoridades vieran las corridas de toros a gusto.



El edificio principal corresponde al Ayuntamiento barroco, que se añadió a la plaza posteriormente. Al lado puedes entrar a la Oficina de Turismo, que cuenta con un Museo Etnográfico y un precioso patio manchego.

2. La Iglesia de la Asunción: como Tembleque aportó dinero y soldados a la expedición a Orán de 1509, a cuyo mando estaba el cardenal Cisneros, éste aportó una gran cantidad de donativos para construirla, que se juntaron a las aportaciones recibidas de parte de los priores de San Juan y la de los propios vecinos del pueblo. Su interior se organiza en una planta de cruz latina con una sola nave y bóveda de crucería gótica.

3. La Casa de las Torres: este palacete barroco del siglo XVIII sirvió como residencia al caballero de la Orden de Santiago Antonio Fernández-Alejo, quien hizo fortuna en América. Fue declarada Monumento Histórico Artístico en 1979, pero necesita una reforma urgente. Una pena.

4. La Casa de Postas: este caserón situado en las afueras de Tembleque se utilizó como caballerizas ofreciendo sus servicios a los encargados del correo y a los viajeros que frecuentaban el antiguo camino de Madrid a Cádiz.

5. Ermita de la Veracruz: en mitad del pueblo verás esta torre octogonal que fue construida en el XVIII imitando el Santo Sepulcro de Jerusalén. Su interior sirvió antaño para albergar los restos de un miembro de la familia de los Torres, aunque hoy se usa como Biblioteca Pública. Tembleque, además, cuenta con cuatro ermitas más: la Ermita de la Purísima Concepción, la Ermita de Loreto, la Ermita de San Antón y la Ermita del Valle.

6. Los Molinos de Tembleque: en las afueras del pueblo se alzan varios molinos de viento sobre una colina. Son dos réplicas de moderna construcción, aunque también se conservan restos de los originales.


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10 cosas imprescindibles que hacer y ver en Aranjuez

 

Aranjuez forma parte de los lugares reconocidos como Patrimonio de la Humanidad que tiene la Comunidad de Madrid, junto con Alcalá de Henares, San Lorenzo de El Escorial, el Hayedo de Montejo, el Paseo del Prado y el Retiro. Todos ellos ofrecen un buen plan para pasar un día entero disfrutando ellos si te encuentras en Madrid.

Aranjuez está a unos 50 km de la capital y es fácil llegar a ella en tren y en coche. Además, tiene bastantes plazas de aparcamiento gratuitas para que no tengas que preocuparte por el coche durante tu visita.

Fuertemente ligada a la historia moderna de la monarquía española, Aranjuez comenzó a configurarse como lugar de recreo real en el siglo XVI y consiguió su máximo apogeo en el siglo XVIII con la llegada de los Borbones. Desde entones la ciudad no ha hecho más que crecer y añadir atractivos a su oferta turística. El encantador Palacio Real y sus jardines la hacen uno de los lugares perfectos para disfrutar de la naturaleza y el arte en todo su esplendor.

Qué hacer en Aranjuez

1. Visitar el Palacio Real de Aranjuez: gestionado por Patrimonio Nacional, el palacio y sus jardines son lo que atraen a Aranjuez a miles de visitantes al año. Situado junto a las aguas del Tajo, se comenzó a construir en tiempos de Felipe II y fue residencia de primavera para los monarcas hasta 1870. En su interior verás estancias que te asombrarán por su cuidado y belleza, como la sala de los Espejos, las salas de pinturas chinas, el salón de baile o el comedor de gala. La ruta acaba entrando en la capilla real. Para visitarlo tendrás que comprar una entrada que incluye el acceso al palacio, al Museo de Falúas Reales y a la Casa del Labrador. Se puede comprar en las taquillas o en su página web. 👉 Más información.

2. Entrar a la Casa del Labrador: la verás dentro del Jardín del Príncipe. Carlos IV la levantó sobre un solar en el que había una choza de un labrador, de ahí su nombre. Juan de Villanueva es el arquitecto encargado de diseñar este palacete que sirvió para el recreo de los monarcas. En su interior destaca la galería de los emperadores, el salón de baile, el tocador de la reina y la sala de los bordados.

3. Ver pavos reales: paseando por los jardines, sobre todo por el de la Isla, es fácil que veas a estos preciosos animales paseándose entre los turistas. Sus sonidos son graciosísimos.



4. Pasear por sus jardines: cerca del Palacio Real, Aranjuez cuenta con jardines maravillosos en los que perderte entre la naturaleza. Su acceso es gratuito.

🌳 Jardín del Parterre: en la parte oriental del palacio una puerta de rejería rococó da acceso a este palacio francés encargado por Felipe V. En él destaca la fuente de Ceres y el estanque con la fuente de Hércules y Anteo. Sin duda, una de las imágenes más fotografiadas de Aranjuez, con el palacio al fondo.

🌳 Jardines del Rey y de la Reina: se sitúan a ambos lados del palacio, en la fachada este. En sus orígenes se concibieron como lugares privados y estaban cerrados por altos muros. Felipe IV le incorporó una gran colección de estatuas y bajorrelieves y posteriormente se quitaron los muros para que fueran espacios abiertos.

🌳 Jardín de la Isla: es el más importante del palacio y constituye un gran ejemplo de los jardines de los Austrias en España. Diseñado por Juan Bautista de Toledo y completados por Juan de Herrera, descansa entre el palacio y el Tajo formando una ría artificial. Su función era servir de lugar de recreo a la familia real y a su corte y en él se celebraron corridas de toros, espectáculos y cacerías. Cuenta con nueve fuentes que funcionan los fines de semana y festivos.

🌳 Jardín del Príncipe: un poco más alejado del palacio, cuenta con una longitud de 3 km y fue concebido por Juan de Villanueva, arquitecto de Carlos III. A mí es el que más me gusta de Aranjuez. Está lleno de lugares encantadores, como un bello embarcadero, el estanque chinesco y las monumentales fuentes de Narciso y Apolo. Su paseo central bajo enormes árboles lo hacen un lugar ideal para descansar en verano huyendo del tórrido calor. En el interior de este jardín también encontrarás el Museo de Falúas y la Casa del Labrador.

🌳 Jardín de Isabel II: este coqueto y pequeño parque está junto a la Plaza de San Antonio. Está formado por parterres de flores, árboles y la estatua de Isabel II de niña que le regaló el embajador francés Juan Luis Brunette.

5. Entrar a la Iglesia de San Antonio: está en la Plaza de San Antonio, que se halla presidida por la Fuente de Mariblanca. Fernando VI la encargó a Santiago de Bonavía en 1750 y sufrió grandes saqueos por parte de los franceses durante la Guerra de Independencia.

6. Caminar por la Plaza de Parejas: en frente del Palacio Real se encuentra esta explanada en la que se celebraban fiestas hípicas y desfiles militares. En ella puedes ver un edificio que albergaba la Casa de los Oficios y el Cuarto de los Caballeros. Los mandó construir Felipe II como viviendas para el personal de servicio. Lo más llamativo son las galerías formadas por arcos de medio punto sobre pilastras de sillería.

7. Admirar el Museo de Falúas: su visita está incluida en la entrada al Palacio Real. Para llegar a él, tendrás que dirigirte al Jardín del Príncipe, donde descansa este museo construido en la década de los sesenta para guardar las embarcaciones que usaba la familia real durante sus paseos por el Tajo. Son impresionantes.

8. Hacer un divertido crucero por el río: si quieres disfrutar de un paseíto en barco por el Tajo, ésta es una manera bastante original de hacerlo. Muchas veces tienen barra libre y juegos. Está bastante chulo. A la entrada de Aranjuez, junto a la Glorieta de Fernando VI y muy cerca del Jardín del Parterre, está el embarcadero donde se sacan los tickets, aunque lo mejor es sacarlos online porque casi siempre está lleno. 👉 Más información.

9. Comer fresas con nata: Aranjuez también es famoso por su producción de fresas, una exquisitez potenciada por la Casa de Borbón y de la que se tiene constancia desde el siglo XVI. Aunque cada vez quedan menos agricultores dedicados a su cultivo, aún siguen siendo muy reputada. En temporada es común que vendan fresas con nata en las heladerías cercanas al palacio. La fresa tiene tanta fama en Aranjuez que cuenta con el bonito Tren de la fresa, un tren histórico que funciona desde 1984 entre el Museo del Ferrocarril de Madrid y Aranjuez, y en el que puedes degustar esta especialidad. 👉 Más información.

10. Hacer senderismo por el Mar de Ontígola: a dos kilómetros de Aranjuez tienes esta Reserva Natural con una superficie de cas 630 hectáreas. Este humedal se remonta a 1552, cuando Felipe II ordenó la ampliación de la balsa que regulaba las aguas del Arroyo de Ontígola que regaba las huertas y los jardines reales construyendo la Presa de Ontígola. Hoy es una zona naturalizada en la que habitan una gran variedad de aves y plantas. Un sendero recorre la laguna hasta un alto observatorio. 


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