Cómo es la visita al Centro de Fauna José Peña – Navas del Rey (Madrid)


Increíble el trabajo de recuperación que se está llevando a cabo en este centro. Comenzaron trabajando en la zona de “Las Canteras” que servía como vertedero de Navas del Rey, recuperando dos lagunillas y repoblando los márgenes con vegetación autóctona. Hoy cuenta con más de 8 hectáreas y con bastantes animales. Aquí se les cura y se les da cobijo hasta que se recuperen. Si no consiguen devolverlos a su hábitat natural se les facilitan instalaciones para que puedan vivir a gusto.

Para este proyecto cuentan con educadores, monitores y voluntarios de la Universidad Alfonso X el Sabio. Y se puede pasar una mañana muy agradable visitándolo.

Entre otros animales aquí puedes ver: aves rapaces, caballos y burros, muflones, conejos, ciervos, gamos, corzos, jabalíes, buitres, tortugas… Hay observatorios para disfrutar de los patos y los cisnes y también una zona de palomas mensajeras.

La zona más entretenida es la de los animales de granja. Puedes comprar comida para darles de comer directamente de tu mano. En esta zona hay cerdos, cabras, ovejas, gallinas y pavos.

También se está llevando a cabo un proyecto de piscifactoría en una de las lagunas que hay en el complejo.  


En el centro del recinto se han conservado los restos del Castillo de Navas del Rey, el Castillete de los Moros, del siglo XIV. Isabel II ordenó volar las ruinas existentes porque daban cabida a ladrones y, más tarde, sus restos se utilizaron para la construcción del cementerio antiguo del pueblo y como vertedero.


Es posible comprar sándwiches (2’50€)  y bebida (1’50€) en el recinto y hay una zona de picnic. El centro también cuenta con una tienda de recuerdos. Además, hacen exhibiciones de rapaces y distintos talleres a lo largo del año que puedes ver en su web. http://www.naturanavas.com/


🕑  Horario del Centro de Fauna de Navas del Rey
  • Del 1 de noviembre al 31 de marzo:
    • De martes a sábado: de 10’00 a 18’00
    • Domingos y festivos: de 11’00 a 18’00
  • Del 1 de abril al 31 de octubre:
    • De martes a sábado: de 10’00 a 19’00
    • Domingos y festivos: de 11’00 a 18’00
💶  Precios
  • Adultos: 7€
  • Jubilados, estudiantes, desempleados y discapacitados: 6€
  • Niños hasta 12 años: 6€
  • No se acepta tarjeta de crédito.
  • Exhibición de aves rapaces: 5€









Ruta de Senderismo - La Senda de la Molinilla y la iglesia de San Frutos en las Hoces del Río Duratón


Tras mi paso por Sepúlveda y haber recogido información en el Centro de Interpretación, me dirigí a este Parque Natural, especialmente indicado para los amantes de las aves. En él se encuentra la colonia de buitres leonados más grande de Europa, pero también es fácil observar halcones, águilas y otras rapaces.

Lo mejor es llegar con tiempo para disfrutar de una visión de las hoces desde abajo (senda de la Molinilla), desde arriba (mirador) y desde dentro, en una de las piraguas que las navegan.

Cómo es La Senda de la Molinilla

Para empezar la excursión comienza realizando la Senda de Molinilla y así ver el río desde abajo. El camino se inicia en el Puente de Villaseca, km 7.1 de la carretera SG-V 2418.  Allí hay un gran aparcamiento y una zona recreativa con chiringuito incluido. El recorrido es de 1’8 kilómetros hasta llegar a la presa y no presenta dificultad.



A lo largo de la senda, muy bien señalada, hay varias cuevas naturales kársticas: Cueva del Cura, Cueva de la Parra y Cueva del Santero. Puedes asomarte sin problema, no tienen vigilancia, por lo que hay que ir con cuidado.



Visitando la Iglesia de San Frutos 

Siguiendo por la carretera SG-232, a la derecha sale SG-V-2323 hacia Villar de Sobrepeña, atravesarás el pueblo para llegar a la intersección con la SG-241. Por el tramo de la derecha cruza el río y verás Villaseca. A partir de ahí hay cuatro kilómetros de tierra hasta el aparcamiento. Desde el aparcamiento tan sólo tendrás que caminar unos 900 metros hacia la ermita.



Antes de llegar a la ermita párate en el mirador para disfrutar de la vista de los meandros y de las águilas y los buitres.


Esta iglesia románica del siglo XII se construyó sobre una iglesia visigoda del siglo VII. La leyenda cuenta que fue el propio San Frutos junto con sus hermanos, San Valentín y Santa Engracia, los que eligieron este lugar.




Atravesando un puente de piedra verás los restos de un monasterio benedictino, una cruz de hierro del 1900 con las siete llaves de Sepúlveda y llegarás a la iglesia. 


De una sola nave y con una bóveda de cañón, presenta catorce capiteles con escenas mitológicas. Bajo el altar hay un sillar llamado “La piedra del santo”. Se cree que si se dan tres vueltas a éste se curan las hernias. Bajo su ábside hay varias tumbas de la Alta Edad Media.




 Al salir de la iglesia se encuentra un cementerio y, al lado, hay una especie de casilla donde se dice que están enterrados los tres santos, pero realmente están vacías.


Desde allí puedes ver a la derecha la presa de Burgomillodo, y justo en frente, una pared llena de buitreras.

El Monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles de la Hoz 

Al fondo del meandro de Los Ángeles están las ruinas de este monasterio de 1231. Reconstruido por los franciscanos sobre otro antiguo benedictino tras la aparición de una imagen de la Virgen al pastor Pedro. Parece ser que San Frutos escondió esta imagen en el 711 para que los musulmanes no se la llevaran.

Durante una tormenta, en 1492, el monasterio se derrumbó. Isabel la Católica empezó su reconstrucción que acabaría con Felipe II, quien le añadió una plazuela y una hostelería en la que se alojaría él mismo.

El monasterio quedó abandonado con la desamortización de Mendizábal en 1835. Sus ruinas sólo las puedes observar desde una embarcación. Es imposible llegar a él de otro modo.

Qué ver en Sepúlveda en una mañana


Punto de partida para visitar las Hoces del Río Duratón,
Sepúlveda es un pueblo pequeñito, pero con encanto. Habitada desde el siglo V a. C. se cita como villa por primera vez con Alfonso III.


Una parada rápida te permite pasear por sus calles y cuestas, visitar la iglesia de El Salvador, la Plaza Mayor (donde está el Palacio del Conde de Sepúlveda), y el Museo de los fueros (también sede de la oficina de turismo).

Antes de irte, dirígete a la iglesia de Santiago, hoy convertida en Centro de Interpretación de la Naturaleza del parque natural. Allí podrás coger información sobre las Hoces. La planta de arriba se puede visitar por un euro y contiene información sobre el parque, la restauración de la iglesia y la arquitectura sepulvedana. 

5 lugares imprescindibles que ver en Pedraza, uno de los pueblos más bonitos de España


Con poco más de 450 habitantes, Pedraza es una villa medieval amurallada de película. Y es que se ha hecho famosa por ser escenario para las series Toledo e Isabel y por el anuncio de la Lotería de Navidad de Raphael. Pero ha estado presente en el cine desde 1924 con la obra de Catelain "La Barraca de los Monstruos". La villa es un anuncio en sí, hay hasta carteles muy bien integrados agradeciendo a Endesa su alumbrado. 

Habitada desde los romanos del siglo IV a. C. la villa cobró relevancia en el siglo XV cuando pasó a manos de los señores de la Casa de Velasco. Ricos ganaderos y mercaderes poblaron sus casas y palacetes y exportaron la lana de sus ovejas a Brujas y Florencia.

Pedraza sólo tiene una puerta. Si se cierra, el pueblo quedará protegido de cualquier invasor. Hoy la Puerta de la Villa (del siglo XI) siempre está abierta. El coche lo tienes que dejar antes de cruzar el arco de la puerta o en el aparcamiento cercano al castillo, pues está prohibido aparcar en todo el pueblo.

Al atravesar su muralla el tiempo se detiene. La atmósfera medieval lo inunda todo y parece que estás anclado en el pasado. El silencio y la tranquilidad tan sólo los rompen de vez en cuando los grupos de turistas. El mayor atractivo está en recorrer sus calles, aunque también puedes hacer una parada en multitud de tiendas de decoración o en las panaderías donde gritan desde la puerta “¡Bollos preñaos recién hechos!” y ver algunos monumentos interesantes.

Qué ver en Pedraza

1. El Castillo y Museo Zuloaga: fortaleza del siglo XIII con una torre del homenaje y foso.  En él estuvieron presos durante dos años dos hijos del rey Francisco I de Francia, el delfín y su hermano que reinaría como Enrique II. En 1926, el castillo estaba en estado ruinoso. El pintor Zuloaga lo adquirió y lo restauró para que le sirviera como taller. Hoy sigue perteneciendo a su familia, siendo propiedad de su única nieta y tres biznietos. En el 2011 decidieron restaurarlo y traer obras expuestas en Guipúzcoa para que formaran parte de este museo.  La verdad es que lo más importante está fuera: las vistas del castillo.  Horario: de 11’00 a 14’00 y de 17’00 a 20’00. Cierra los lunes y los martes. Precio: 6€

2. La Iglesia de Santa María: en frente del Castillo se encuentra esta iglesia bastante bonita, pero no muy bien conservada. 

3. La Iglesia de Santo Domingo: lo que ves es del siglo XVI, aunque se cree que su origen es mucho anterior. Hoy es sede de la Fundación Villa de Pedraza y en ella se pueden ver algunas exposiciones. 

4. La Plaza Mayor: escenario de campañas publicitarias, es una de las plazas más bonitas de España. En septiembre se convierte en plaza de toros para las fiestas patronales de la Virgen de carrascal. Su fama se refuerza cada año durante el mes de julio en el que se realizan, desde hace más de 20 años, los Conciertos de las Velas. Su precio ronda los 50-70€ y tienen lugar los dos primeros sábados de julio. Durante estas noches, el pueblo apaga todas sus luces y queda iluminado por cientos de velas dándole un toque mucho más medieval.  En la plaza se encuentran sus pintorescas casas porticadas, el Ayuntamiento, la Casa de la Comunidad de Villa y Tierra y la iglesia de San Juan Bautista, de estilo románico. A través de un pasadizo junto a la torre de la iglesia se accede a la Plaza Mayor desde una plaza anexa. 

5. La cárcel: Junto a la puerta de entrada a la villa encontrarás la cárcel. Uno de los mejores monumentos, quizá no por su interior, sino más por su interesante explicación. Data del siglo XI, pero funcionó como cárcel desde el siglo XVI con el señor de Pedraza Iñigo Fernández de Velasco. Originalmente fue una torre vigía desde el que controlar el acceso al pueblo y más tarde se convirtió en cárcel. En ella vivía el carcelero y los presos. Su interior es agobiante. Muy estrecho y dividido en tres niveles, se encerraba a los prisioneros según su delito cometido. Los presos comunes pasaban a dos celdas pequeñísimas, casi sin luz, en las que cabían 15 personas. Los que cometían delitos de sangre estaban en el nivel inferior, en un pozo. La cárcel tenía un sistema de letrinas con canales que llevaban toda la inmundicia a este habitáculo para que cayese encima del preso. Obviamente, en estas condiciones, morían a los pocos días. El siguiente preso arrojado a este pozo era el encargado de recoger los restos del anterior en una cesta y subirlos al carcelero quien los vendía como abono. Horario: sábados, domingos y festivos, de 11’30 a 14’00 y de 15’30 a 19’30 Precio: 3€



Qué ver en Turégano en una mañana


A 45 minutos de Riaza, este pequeño pueblo es famoso por su castillo de origen celtibérico en el que estuvo preso el secretario de Felipe II, Antonio Pérez.

El pueblo parece ser que se fundó en alrededor de un castro prerromano en el cerro del castillo. Más tarde se convertiría en ciudadela fortificada durante la colonización romana y árabe y, a finales del siglo XII, Doña Urraca se lo donaría al Obispado de Segovia. Su nombre fue famoso en aquella época por ser paso de tres de las cuatro únicas rutas medievales segovianas: de Turégano a Buitrago, la Carrera de Sepúlveda a Segovia, y de Turégano a Fuentidueña.



A la entrada de Turégano se levanta el castillo en lo alto de una colina. La cuesta está llena de paneles que indican diversos hechos históricos relacionados con su construcción. La fortificación es de planta rectangular con dos recintos amurallados. La primera muralla contaba con un gran foso y cuatro torres defensivas. La segunda estructura, también rectangular, hoy conserva una torre del homenaje y una muralla con seis torres circulares.


Pero lo que hace original a este castillo es el hecho de que se levante sobre una iglesia románica de tres naves y un ábside. No se sabe qué se construyó primero, la iglesia o el castillo.


El problema es que no hay dinero para su mantenimiento, y le hace falta. Se puede entrar a la iglesia, recorrer todo el castillo e incluso subir a la terraza más alta. Pero da la impresión de sucio y destartalado. Le haría falta una limpieza a la iglesia y un poco de decoración en el interior. Es una pena, porque su importancia es mayúscula. 




De vuelta al pueblo no dudes en pasear por la Plaza Mayor, en la que se construye cada año en agosto una plaza de toros rectangular; ver el antiguo Palacio Episcopal y la Iglesia de Santiago, del siglo XII. 

Horario del Castillo de Turégano: 

🕑 De miércoles a Domingo: de 11'00 a 14'00 

🕑 Tardes:
  • De noviembre a marzo: de 16'00 a 18'00
  • De abril a junio: de 16'30 a 19'30
  • Julio y agosto: de 17'00 a 20'00
  • Septiembre: de 16'30 a 19'30
  • Octubre: de 16'00 a 19'00

💶 Precio: 2€


Qué ver en Riaza en una mañana


Esta villa segoviana aún guarda su encanto medieval. Entre el Macizo de Ayllón y la meseta castellana, hoy es punto de encuentro para todos los que quieren hacer esquí en la estación de La Pinilla, a escasos kilómetros del pueblo, y para los que visitan el Hayedo de Pedrosa (a 9km).

Nada más entrar en el pueblo me llamó la atención un parque inmenso (el Rasero) que cuenta con una ermita: La Ermita de San Roque, construida en 1599. Alrededor del parque hay dieciocho cruces de piedra que sirven para hacer el Via Crucis en el Viernes Santo.

La zona de encuentro de Riaza es su plaza porticada del siglo XVIII, que destaca por su forma elíptica y en la que se montaba una plaza de toros todos los meses de septiembre. En la plaza hay bastante oferta de bares y restaurantes a precios módicos, donde no puede faltar el cochinillo.


Detrás del Ayuntamiento está la iglesia de Nuestra Señora del Manto, patrona de la villa, de estilo renacentista. Su retablo data de 1822 y fue traído del Monasterio Jerónimo de la Armedilla en Cogeces del Monte (Valladolid). De pintura barroca y autor anónimo, sus cinco lienzos muestran escenas de la vida de San Jerónimo.


Riaza es un pueblo tranquilo, que se recorre en poco tiempo mientras se disfruta de la arquitectura de sus casas típicas. 

Opinión sobre el Camping de Riaza




Hacía mucho tiempo que no me iba de camping y, aprovechando un regalo de unos amigos, usé un pack de La vida es bella para alojarme en un bungalow del camping de Riaza.

El camping está muy cerquita del pueblo y es bastante pequeño. Las zonas están bien diferenciadas y la más tranquila es la de bungalows. Se nota que hay bastante gente fija viviendo allí y lo que menos había era tiendas de campaña.


La zona de bungalows es muy tranquila, pero te recomiendo que no cojas uno pequeño. Fue el que elegí yo y me arrepentí. Los pequeños son bungalows partidos por la mitad para hacer dos alojamientos distintos y no están preparados para esto. Se escucha perfectamente todo lo que ocurre en el de al lado. Hasta las conversaciones de tus vecinos, todo. Como son de madera, no paran de crujir cuando andas y se hace muy pesado que te estén molestando todo el rato los ruidos del de al lado.



El resto de los servicios no los probé, pero sí decir que en el plano de internet se señalaban zonas de ocio que yo no vi, como un minigolf inexistente. 👀 La piscina está lejos porque la comparten con el Ayuntamiento del pueblo. 

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Ávila - Visitando El Museo Oriental del Monasterio de Santo Tomás


Este monasterio es uno de los monumentos que pasa más desapercibido para los turistas por estar alejado de la muralla, pero su interior impresiona nada más entrar.

La parte más antigua del monasterio se debe a Hernán Núñez Arnalte, que fue tesorero y secretario de los Reyes Católicos. Él lo planificó, pero se murió antes de empezarlo dejando a Torquemada y a Doña María Dávila este proyecto de cuya época queda el actual Claustro del Noviciado.

Tras disfrutar de la fachada de la iglesia, donde hay unas magníficas estatuas de Gil de Siloé y Diego de la Cruz, la visita comienza a la derecha. En la recepción dan con la entrada una audioguía bastante interesante y nada pesada.

A continuación, se pasa al Claustro del Noviciado, el más antiguo de los tres que tiene el monasterio. De estilo toscano y algo sobrio, destaca su pozo, ubicado en un lateral del patio. Se dice que el arquitecto original fue Juan Guas, aunque no hay certeza de ello.



Seguidamente, se accede al Claustro del Silencio, lugar de lectura y meditación de los Dominicos. También se le llamó Claustro de los Difuntos, porque éste era el enterramiento conventual. En la planta superior, las decoraciones representan yugos y flechas (símbolos de los Reyes Católicos), el escudo de los dominicos y la flor de lis.  En uno de sus laterales se encuentra el Lavabo de las Abluciones, donde los monjes se lavaban las manos antes de entrar en el Refectorio. 




A través del claustro se entra a la Sala De Profundis, llamada también la Sala del Tribunal de la Inquisición. En ella se conserva un buen artesonado y una cubierta mudéjar.

El último claustro es el de los Reyes. Se supone que fue destinado como Palacio Real de Verano junto con las dependencias donde hoy está el Museo Oriental. Es el más grande de los tres y muy sobrio. También se le llamó Claustro de la Universidad ya que en 1504, Fray Vicente Bandello, Maestro General de los Dominicos, fundó un Estudio de Teología, Filosofía y Lógica que alcanzó el rango de universitario con el papa Gregorio XIII. La universidad desapareció en 1807.


Volviendo al Claustro del Silencio, por el ala oriental  se entra a la Iglesia gótica. De estilo flamígero, presenta ocho capillas y una planta de cruz latina. El altar mayor está en alto para albergar debajo la capilla funeraria del príncipe don Juan, el único hijo varón de los Reyes Católicos. Esculpido en Génova, presenta la figura del príncipe reposando vestido de guerrero. El sepulcro está adornado con virtudes, alegorías y santos. Pero lo más sorprendente es que está vacío. Los restos del príncipe desaparecieron en algún saqueo de guerra.


Además de este sepulcro, la iglesia también recoge los restos de don Juan Dávila y su mujer, doña Juana Velázquez de la Torre, del escultor Pedro de Salamanca, del comitente don Hernán Núñez Aralte y del escultor Vasco de la Zarza.

Destacan también la Capilla del Cristo de las Angustias que guarda el confesionario donde Santa Teresa tuvo una visión en el año 1561.

El retablo mayor es obra de Berruguete, cuenta con 19 pinturas juntadas en esta obra gótica de 21 metros de alto. En ellas se ven cuatro escenas de la vida de santo Tomás de Aquino y los santos Esteban, Agustín, Juan Evangelista, Mateo, Jerónimo y Sebastián en la predela.

Al fondo, tras haber pasado el sarcófago del príncipe, se suben unas escaleras para llegar al coro. Desde aquí se aprecian unas vistas impresionantes de la iglesia. En el coro alto destacan las sillas reales con los blasones de los Reyes Católicos. Se cree que su autor fue el escultor Martín Sánchez de Valladolid, el mismo que realizó el coro de la cartuja de Miraflores de Burgos.


El Museo de Arte Oriental de Ávila 

Volviendo al Claustro de los Reyes disfrutarás de esta joyita que se abrió en 1964 en las antiguas dependencias del Palacio Real. Su importancia es innegable pues en la actualidad sólo existen dos museos de arte oriental en España, éste y el de los Padres Agustinos de Valladolid. La colección se divide en 10 salas:

1. El arte chino: en esta sala se encuentra la pieza más antigua del museo, una campana de bronce del siglo V a.C. También puedes ver tres Budas y un plato con el símbolo del ave fénix y del dragón (emperatriz y emperador).

2. La laca china: en ella predominan piezas de arte realizadas en laca, la savia de un árbol, y piezas que representan el Cristianismo en Oriente, ya que en el siglo XVI los misioneros promovieron la producción de porcelana china para representar pasajes de la Biblia.

3. La porcelana china: celadores de la dinastía Song (960 – 1279), piezas de la dinastía Ming (1368 – 1644) y de la Qing (1644 – 1911). Sobresalen las figuras taoístas. Al fondo de la sala también hay un espacio reservado a la caligrafía y a las herramientas que utilizaban para realizarla.

4. Los bordados chinos: la pieza más reseñable es una montaña taoísta con madera lacada y dorada del siglo XVIII procedente de Hong Kong.  

5. El marfil chino: sala de obras realizadas con este material donde destaca un objeto con 16 esferas concéntricas realizado en la ciudad de Cantón. La exposición termina con la foto del Padre Isaac Liquete, misionero en Vietnam y promotor de este museo.

6. Etnología china: esta pequeña sala se encuentra ya en la zona superior. En ella hay diversos inventos chinos (norias, arados, juegos de té) y maquetas de casas chinas y rituales matrimoniales y funerarios.

7. El salón del trono: el antiguo salón del trono del Palacio de Verano cuenta con un techo mudéjar de la época de Carlos V perfectamente conservado, retratos de los Reyes Católicos y de Isabel II y el Obispo Blanco, quiénes recuperaron el monasterio tras la desamortización de Mendizábal y lo convirtieron en un centro de formación para los misioneros que se iban a Filipinas. El resto de la sala presenta muebles chinos, biombos y muebles vietnamitas.

8. El arte de Vietnam: los primeros dominicos llegaron al país en el 1676. La sala cuenta con diversos muebles y obras vietnamitas destacando un altar de los antepasados.

9. El arte de Japón: en ella hay tres crucifijos que sufrieron la bomba de Nagasaki en 1945, estatuas de dioses japoneses, budistas, muebles, kimonos, katanas, incensarios…

10. El arte de Filipinas: los dominicos llegaron a Filipinas en 1579 y crearon varias escuelas y la Universidad de Santo Tomás de Manila. En la sala podemos ver obras religiosas en marfil, en madera y en nácar.
En el otro ala del claustro se encuentra un Museo de ciencias naturales dedicado a la taxidermia. Tiene un montón de piezas de animales de un montón de países. A mí me resultó muy tétrico y mal conservado. 


🕑  Horario del Museo Oriental de Ávila

●  De lunes a viernes: de 10'30 a 14'00 y de 15'30 a 19'30

●  Fines de semana y festivos: de 10'30 a 19'30

●  Del 1 de julio al 31 de agosto: de 10'30 a 21'00