Este monasterio es uno de los monumentos que pasa más desapercibido para los turistas por estar alejado de la muralla, pero su interior impresiona nada más entrar.
La parte más antigua del monasterio se debe a Hernán Núñez
Arnalte, que fue tesorero y secretario de los Reyes Católicos. Él lo planificó, pero se murió antes de empezarlo dejando a Torquemada y a Doña María Dávila
este proyecto de cuya época queda el actual Claustro del Noviciado.
Tras disfrutar de la fachada de la iglesia, donde hay unas
magníficas estatuas de Gil de Siloé y Diego de la Cruz, la visita comienza a la
derecha. En la recepción dan con la entrada una audioguía bastante
interesante y nada pesada.
A continuación, se pasa al Claustro del Noviciado, el más
antiguo de los tres que tiene el monasterio. De estilo toscano y algo sobrio,
destaca su pozo, ubicado en un lateral del patio. Se dice que el arquitecto
original fue Juan Guas, aunque no hay certeza de ello.
Seguidamente, se accede al Claustro del Silencio, lugar de lectura y meditación de los Dominicos. También se le llamó Claustro de los Difuntos, porque éste era el enterramiento conventual. En la planta superior, las decoraciones representan yugos y flechas (símbolos de los Reyes Católicos), el escudo de los dominicos y la flor de lis. En uno de sus laterales se encuentra el Lavabo de las Abluciones, donde los monjes se lavaban las manos antes de entrar en el Refectorio.
A través del claustro se entra a la Sala De Profundis,
llamada también la Sala del Tribunal de la Inquisición. En ella se conserva un
buen artesonado y una cubierta mudéjar.
El último claustro es el de los Reyes. Se supone que fue
destinado como Palacio Real de Verano junto con las dependencias donde hoy está
el Museo Oriental. Es el más grande de los tres y muy sobrio. También se le
llamó Claustro de la Universidad ya que en 1504, Fray Vicente Bandello, Maestro
General de los Dominicos, fundó un Estudio de Teología, Filosofía y Lógica que
alcanzó el rango de universitario con el papa Gregorio XIII. La universidad
desapareció en 1807.
Volviendo al Claustro del Silencio, por el ala oriental se entra a la Iglesia gótica. De estilo
flamígero, presenta ocho capillas y una planta de cruz latina. El altar mayor
está en alto para albergar debajo la capilla funeraria del príncipe don Juan,
el único hijo varón de los Reyes Católicos. Esculpido en Génova, presenta la
figura del príncipe reposando vestido de guerrero. El sepulcro está adornado con
virtudes, alegorías y santos. Pero lo más sorprendente es que está vacío. Los
restos del príncipe desaparecieron en algún saqueo de guerra.
Además de este sepulcro, la iglesia también recoge los
restos de don Juan Dávila y su mujer, doña Juana Velázquez de la Torre, del
escultor Pedro de Salamanca, del comitente don Hernán Núñez Aralte y del
escultor Vasco de la Zarza.
Destacan también la Capilla del Cristo de las Angustias que
guarda el confesionario donde Santa Teresa tuvo una visión en el año 1561.
El retablo mayor es obra de Berruguete, cuenta con 19
pinturas juntadas en esta obra gótica de 21 metros de alto. En ellas se ven
cuatro escenas de la vida de santo Tomás de Aquino y los santos Esteban,
Agustín, Juan Evangelista, Mateo, Jerónimo y Sebastián en la predela.
Al fondo, tras haber pasado el sarcófago del príncipe,
se suben unas escaleras para llegar al coro. Desde aquí se aprecian unas vistas
impresionantes de la iglesia. En el coro alto destacan las sillas reales con
los blasones de los Reyes Católicos. Se cree que su autor fue el escultor
Martín Sánchez de Valladolid, el mismo que realizó el coro de la cartuja de
Miraflores de Burgos.
El Museo de Arte Oriental de Ávila
Volviendo al Claustro de los Reyes disfrutarás de esta
joyita que se abrió en 1964 en las antiguas dependencias del Palacio Real. Su
importancia es innegable pues en la actualidad sólo existen dos museos de arte
oriental en España, éste y el de los Padres Agustinos de Valladolid. La colección se divide en 10 salas:
1. El arte chino: en esta sala se encuentra la pieza más
antigua del museo, una campana de bronce del siglo V a.C. También puedes ver tres
Budas y un plato con el símbolo del ave fénix y del dragón (emperatriz y
emperador).
2. La laca china: en ella predominan piezas de arte
realizadas en laca, la savia de un árbol, y piezas que representan el
Cristianismo en Oriente, ya que en el siglo XVI los misioneros promovieron la
producción de porcelana china para representar pasajes de la Biblia.
3. La porcelana china: celadores de la dinastía Song (960 –
1279), piezas de la dinastía Ming (1368 – 1644) y de la Qing (1644 – 1911).
Sobresalen las figuras taoístas. Al fondo de la sala también hay un espacio
reservado a la caligrafía y a las herramientas que utilizaban para realizarla.
4. Los bordados chinos: la pieza más reseñable es una montaña
taoísta con madera lacada y dorada del siglo XVIII procedente de Hong Kong.
5. El marfil chino: sala de obras realizadas con este material
donde destaca un objeto con 16 esferas concéntricas realizado en la ciudad de
Cantón. La exposición termina con la foto del Padre Isaac Liquete, misionero en
Vietnam y promotor de este museo.
6. Etnología china: esta pequeña sala se encuentra ya en la
zona superior. En ella hay diversos inventos chinos (norias, arados, juegos de
té) y maquetas de casas chinas y rituales matrimoniales y funerarios.
7. El salón del trono: el antiguo salón del trono del Palacio
de Verano cuenta con un techo mudéjar de la época de Carlos V perfectamente
conservado, retratos de los Reyes Católicos y de Isabel II y el Obispo Blanco,
quiénes recuperaron el monasterio tras la desamortización de Mendizábal y lo
convirtieron en un centro de formación para los misioneros que se iban a
Filipinas. El resto de la sala presenta muebles chinos, biombos y muebles
vietnamitas.
8. El arte de Vietnam: los primeros dominicos llegaron al país
en el 1676. La sala cuenta con diversos muebles y obras vietnamitas destacando
un altar de los antepasados.
9. El arte de Japón: en ella hay tres crucifijos que sufrieron
la bomba de Nagasaki en 1945, estatuas de dioses japoneses, budistas, muebles,
kimonos, katanas, incensarios…
10. El arte de Filipinas: los dominicos llegaron a Filipinas en
1579 y crearon varias escuelas y la Universidad de Santo Tomás de Manila. En la
sala podemos ver obras religiosas en marfil, en madera y en nácar.
En el otro ala del claustro se encuentra un Museo de
ciencias naturales dedicado a la taxidermia. Tiene un montón de piezas de
animales de un montón de países. A mí me resultó muy tétrico y mal
conservado.
🕑 Horario del Museo Oriental de Ávila
● De lunes a viernes: de 10'30 a 14'00 y de 15'30 a 19'30
● Fines de semana y festivos: de 10'30 a 19'30
● Del 1 de julio al 31 de agosto: de 10'30 a 21'00