A la entrada hay un gran aparcamiento con un gorrilla. Si no
quieres pagar, hay zona gratuita de sobra subiendo hacia el castillo. Y todo
está muy cerquita para ir paseando de un sitio a otro.
Qué ver en Chinchón
1. El Castillo de los Condes: construido a finales del siglo XV
y reconstruido en el siglo XVI por orden del conde de Chinchón, sirvió de
residencia de su linaje durante más de doscientos años. Muy dañado durante la
Guerra de Sucesión y casi destruido por las tropas de Napoleón en 1808, su
última misión fue como fábrica de licores.
Hoy sigue perteneciendo a los condes y sólo se puede ver por
fuera. Está muy deteriorado, pues parte de sus materiales se han utilizado en el
siglo XX para reconstruir casas, cercas y caminos. Aún se conservan restos del
original foso que lo rodeaba. Es una pena que esté en estas condiciones de
ruina.
Desde allí hay unas bonitas vistas de Chinchón y hasta se
pueden ver las Torres Kio y el Madrid Business Area a lo lejos.
2. La Plaza Mayor: es de visita obligada y lo más conocido del
pueblo. Está declarada como una de las plazas más pintorescas del mundo. Data del
siglo XV cuando se organizaban allí las ferias de ganado. De forma irregular,
la conforman edificios de tres plantas, bonitos balcones llamados claros, y
galerías adinteladas. El suelo es de arena y aún se siguen realizando en ella
corridas de toros. Su salto internacional vino en 1956, año en que se estrenó
La vuelta al mundo en ochenta días, de Michael Todd. Ganadora de 5 Oscars y dos
Globos de Oro. En la película aparecen varios cameos importantes (de hecho, el
término cameo se inventó con ella). La Plaza de Chinchón sirve de escenario
para una corrida de toros donde actúan Cantinflas, Luis Miguel Dominguín y el
cantaor José Greco. También apareció en Campanadas a medianoche, de Orson
Welles.
Chinchón es un lugar donde tradicionalmente venían, y siguen
viniendo, los madrileños para escapar de Madrid y comer en su plaza. Si éste es
tu objetivo, hay que ir temprano, pues, aunque la plaza esté llena de
restaurantes y terrazas, a la hora de comer no cabe ni un alma. Uno de los sitios que más recomiendo es comer en un balcón de la plaza en el tradicional Restaurante La Balconada. 👉 Más información.
Cerca del Ayuntamiento puedes hacer una parada en la
Oficina de Turismo, donde también tienes los antiguos lavaderos
municipales, y el Museo Etnológico La Posada, construido sobre una antigua
posada del siglo XIX.
3. La Casa de Goya: cerca de la plaza, subiendo hacia la
iglesia, te encontrarás con esta casa, ejemplo de arquitectura popular de
finales del siglo XVIII, con entrada
adintelada y marco de madera. El Ayuntamiento y la Asociación Juvenil Francisco
de Goya la han estado restaurando. En ella vivió Goya durante la invasión
francesa. Uno de sus Desastres de la Guerra, el grabado número 37, corresponde a
Chinchón.
Continúa subiendo para ver las Columnas de los franceses,
que recuerdan a los dos franceses que ejecutaron durante la guerra, tras haber
incendiado la iglesia. El ejército de Napoleón se vengó matando a 86 personas
de Chinchón y arrasando la ciudad.
4. La Plazuela del Palacio: donde estaba el antiguo Palacio
de los Condes de Chinchón. Aquí destacan tres edificios:
▪ La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción: construida en
1534 y sufriendo diversas restauraciones a lo largo de su historia, hoy mezcla
estilos gótico, plateresco, renacentista y barroco. Dentro hay un
retablo realizado por Goya: La Asunción de la Virgen (1812).
▪ La Torre del reloj: cerca de la Iglesia de la Asunción (que no
tiene torre), se encuentra esta torre junto a la que hay una terraza para
tomarse algo y un bello mirador. La torre formaba parte de la iglesia que
arrasaron los franceses. De ahí el dicho: “Chinchón tiene una torre sin iglesia
y una iglesia sin torre”.
▪ El Teatro Lope de Vega: llamado “La pequeña bombonera”. Se construyó
en 1891 por la Sociedad de Cosecheros. Delante hay el busto de la IV
Condesa de Chinchón, Virreina del Perú, que introdujo la quinina en Europa. Por
ella, el árbol de la quinina se conoce como cinchona.
5. La Casa de la Cadena: casa barroca, de finales del siglo XVII
donde se colocó una cadena frente a ella cuando Felipe V se alojó allí para
pernoctar durante la Guerra de Sucesión. Bajando por la Cuesta del Hospital
verás que el empedrado que aún se conserva está hecho con trozos de
tinajas de las bodegas para impedir que los carros resbalaran.
Este recorrido acaba en el famoso Parador Nacional de
Turismo, el antiguo Monasterio de los Agustinos, del siglo XVII. Junto a él,
está la Ermita de Nuestra Señora del Rosario, que antiguamente formaba parte
del convento.