Si estás realizando la Ruta del Vino de la Ribera del Duero y tienes ganas de disfrutar de la naturaleza haciendo un poco de senderismo sencillo, Villalba de Duero te da la oportunidad de visitar uno de los mejores humedales que hay en la provincia de Burgos.
Esta villa se
sitúa en la margen derecha del Duero y está regado por el canal de Aranda, que
parte de Guma y recorre su margen atravesando los ríos Arandilla y Bañuelos. Muchos
de sus 700 habitantes trabajan en empresas de Aranda de Duero, por lo que poco
a poco Villalba se está convirtiendo en uno de sus pueblos dormitorio.
Muy cerca del
pueblo se encuentran los Humedales del Carrascal, un conjunto de lagunas
formadas sobre unas antiguas graveras, que hoy se ha convertido en un gran
atractivo natural.
Cómo es la
ruta de los Humedales del Carrascal
En la primera
oportunidad que tengas gira a la derecha para adentrarte en la Cañada del
Montecillo, cubriéndote con las sombras de chaparras, sabinas, chopos y
pequeñas encinas.
Aquí el
sendero se vuelve más estrecho y va alternando entre algunos lugares con sombra
y otros a pleno sol.
Continuando la
ruta sin desviarte, pronto llegarás a la central hidroeléctrica de La Recorba,
que aún sigue en funcionamiento. La electricidad que general se utiliza para
llevar el agua hacia el canal del Alcantarillón y así abastecer a los cultivos
de regadío.
Prosigue el
camino marcado que va girando a la derecha y se va llenando de choperas,
viñedos y almendros. En una de estas altas choperas el sendero gira a la
izquierda hacia el monte El Carrascal, donde tendrás un respiro bajo las
sombras de unos hermosos pinos. Entre las encinas hay escondidas galerías y
trincheras construidas durante la Guerra Civil. Algunas de ellas se han usado
actualmente para producir setas cultivadas.
Cuando la
senda se vuelva más ancha, habrás llegado al Camino de la Aviación, que va
girando a la derecha rodeando el alto del Carrascal e iniciando el camino de regreso
buscando ya los grandes humedales. Pero antes te encontrarás con un montón de
preciosos viñedos.
Pasados los
viñedos, verás los Humedales del Carrascal. Su nombre proviene del carrascal,
como se llama a las matas arbustivas de la encina, que las familias
aprovechaban como leña. Para ello antiguamente a los vecinos se les daba una
parcela o suerte, de la que podían sacar su leña para el invierno.
Los humedales
de Villalba tienen su origen en antiguas graveras que han sido naturalizadas y
ahora están llenas de flora y fauna, constituyendo un rico ecosistema. La obra
la llevó a cabo la empresa Gerardo de la Calle, para lo creó una serie de
lagunas conectadas entre sí, con islas artificiales dentro para facilitar el
cobijo y la cría de especies.
Finalmente, la vereda Carroa te llevará de nuevo a Villalba por un camino ya más ancho, pero sin sombras.
🏃 Llévate un buen calzado, agua y protección solar.
🏃 Longitud: 10 km.
🏃 Dificultad: sencilla.
🏃 Duración: 2 horas.
🏃 Recorrido circular.
🏃 Sendero sin apenas desnivel.
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