Castro Valnera
es conocida como La Montaña Pasiega o los Montes de Pas. Su vertiente sur
pertenece a la comarca burgalesa de Las Merindades, mientras que la norte
pertenece a la comarca de los Valles Pasiegos, ya en Cantabria.
De hecho, eso
es lo que me pasó a mí. Agradezco mucho la ayuda de un señor que se había hecho
este camino mil veces y que me guio desde todo lo alto, atravesando la montaña
entre densas nieblas, para llegar de vuelta a Cabañas de Bernacho. Gracias al Pelos,
un montañero heavy de Burgos y a su perro Sol, no estoy todavía dando vueltas
por allí.
Cómo llegar a Cabañas
de Bernacho
👉Inicio de ruta: para llegar al Bernacho tendrás que coger la carretera local BU-570 desde Espinosa de los Monteros. A unos 8 km verás el desvío que aparece a tu derecha hacia el Puerto de Lunada por la BU-572. Después de unos 3 km debes tomar la pista de la izquierda que baja hacia El Bernacho y está marcada con una señal marrón que indica Castro Valnera.
Pronto
llegarás a una gran explanada junto a un panel con información sobre senderos. Para
acercarte más a tu destino, es mejor que no aparques aquí, sino que continúes otros
3 km por una ancha pista de gravilla hasta el fondo del valle.
🚘 El coche lo
puedes dejar junto a la carretera, en Cabañas de Bernacho, un bucólico rincón
situado en pleno Valle de Lunada. Allí verás un precioso enclave natural bajo
la sombra de Castro Valnera y donde aparecen desperdigadas algunas pintorescas
cabañas pasiegas.
Tramo 1 - Hacia el
collado de La Canal
Desde las
cabañas comienza la subida al collado del Castro Valnera. Verás una marcada
senda a tu izquierda, que se introduce en un frondoso hayedo. Yo no vi ninguna
señal, pero la senda es bastante evidente.
El camino de
subida por el hayedo es bastante sencillo. La senda es estrecha, pero se encuentra
protegida del sol por las espesas sombras de las copas de los árboles.
Al acabar el hayedo
habrás llegado a un lugar despejado en el que el paisaje habrá cambiado por
completo. El resto del tramo continúa bajo la solana, por un sendero que se va
haciendo cada vez más estrecho, rodeado de matorrales bajos.
El camino está
lleno de grandes raíces y piedrecitas. Se escurre con facilidad y, si ha
llovido recientemente, estará lleno de barro y agua. Pero las vistas que tienes
ante ti, mires donde mires, son increíbles.
Tras vadear un
arroyo, el tramo se vuelve de menor dureza y, al poco tiempo, habrás llegado al
collado de La Canal, rodeado por la Cubada Grande, la Peña Negra y la ladera
del Castro Valdera. Allí hay una marca de sendero blanca y verde.
Tramo II - Hacia la cumbre
de Castro Valnera, el techo de Las Merindades
Siguiendo el
hito montañero, el sendero que debes coger es el que aparece a la derecha del
collado, que va ascendiendo hacia la cima de la montaña.
La ruta comienza en la pared franqueada por unos altos cortados de vértigo. Aunque tengan esta apariencia, la senda no es tan dura. El camino va subiendo por la ladera, pegándose cada vez más a la pared, hasta un recodo en el que cambia de dirección y enfila el último esfuerzo hacia los brezales superiores.
Zigzagueando
superarás una grieta cubierta por un nevero en primavera y que se halla junto a
un manantial. Más hacia arriba aparecerán grandes losas calizas por las que van
descendiendo los arroyos dando lugar a un paisaje espectacular. Basta con mirar
a tu alrededor para contemplar esta maravilla.
Subiendo y
subiendo, sigue los hitos marcados acercándote cada vez más a tu destino. La
cima de Castro Valnera aparecerá ante ti mucho más arriba. Las cabras te darán
la bienvenida a este sorprendente lugar.
Para encarar
la cima tienes que ir por la derecha. Allí verás unas escaleras que dan
bastante vértigo, pues a un lado tienes la nada. Es un tramo corto de subida.
En el centro hay un vértice geodésico y un curioso buzón.
Este lugar
privilegiado, entre brezos y argomas, es de una belleza sin igual. Si miras
hacia el norte, tu vista llegará hasta el mismo mar. Hacia el este surgen los montes
de Vizcaya, Las Merindades y los Pirineos. Y detrás de la Cubada Grande, asoman
Campoo, Peña Sagra y Picos de Europa.
Tramo III - Del vértigo de
Cima Blanca a Cabañas de Bernacho
Para volver al
Bernacho tienes que seguir hacia el Nordeste, por un sendero que discurre por
la línea de la cumbre. Este fue sin duda, el tramo que me resultó más
dificultoso, sobre todo por la espesa niebla que me sobrevino de repente.
Subiendo por
Cima Blanca, tendrás ante ti una caída de infarto hacia el valle del Miera. El
lado cántabro (tu izquierda), se precipita en un acantilado de más de mil
metros de profundidad hacia los lugares de nacimiento de los ríos Miera y Pas.
A tu derecha
se abrirán las laderas y los estrechos valles burgaleses, ejemplos del glaciarismo
cuaternario. Hace 180.000 años, un enorme glaciar cubría estas montañas. La
erosión que dejó el gran río de hielo, de más de once kilómetros de longitud y
cien metros de altura, dio lugar a los valles en U del Trueba y de sus
afluentes.
Este cordal se
atraviesa por el sendero que sigue la arista y que comienza a descender,
alcanzando el collado de la Piruleta.
Bajando y
bajando, aquí el camino se hace tedioso. No hay señalización y, a veces, tu
única guía va a ser el sentido común, pues el Bernacho lo tendrás a unos 500
metros más abajo, pero deberás intuir cómo lograr llegar hasta él.
La maleza dificulta muchísimo el camino. Habrás que caminar sobre matorrales espinosos que te llegarán hasta la cintura en muchas ocasiones y no te dejarán ver el firme.
Acabado el
descenso, habrás llegado al punto de inicio: las Cabañas del Bernacho.
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