Hay muchísimas compañías de alquiler en Nueva Zelanda y
buscar una que tenga buenas opiniones y que parezca buena por internet se hace
tedioso. Hay que leerse la letra súper pequeña muy bien, porque puede haber
gastos inesperados. Y es que cuando te sale la factura, en internet pone una
cosa, pero luego te encontrarás gastos adicionales que no
aparecen en ésta especificada.
Cosas a tener en cuenta cuando alquilas una caravana
● Suelen imponer una tasa si recoges el vehículo en un sitio
y lo devuelves en otro. A veces esta tasa es enorme si atraviesas las islas.
● Se necesita tener más de 21 años y presentar el permiso de conducción internacional. Aunque no es un requisito del país, las empresas de alquiler sí que lo exigen.
● Tasa por varios conductores: por cada conductor adicional que se presente, se pagará una tasa.
● Tasa por kilometraje: al principio puede parecer atractivo
coger un diésel porque la gasolina es más cara y los diésel consumen menos,
pero debes tener en cuenta los kilómetros que vas a hacer. Existe un impuesto
nacional por kilómetro recorrido para todos los diésel en Nueva Zelanda. Este
gasto te lo encontrarás al devolver el vehículo.
● Si hay algún cambio de fecha en la recogida o entrega del
vehículo, se paga también una tasa.
● El vehículo hay que devolverlo con el depósito lleno,
totalmente limpio (por dentro y por fuera), con el tanque de las caravanas
vacío y el de agua lleno, con la bombona de gas llena y con la ropa que te hayan entregado limpia (sábanas, almohadas…). De no hacerlo así, las multas son
muy grandes.
● Tasa por recogida en el aeropuerto. A veces sale rentable
por no complicarse la vida con el transporte. No suele ser cara.
● Fianzas: Aunque en sus webs especifiquen que no hay fianza o
que es de una cantidad pequeña, es mentira. Cuando vayas a recoger el coche te impondrán esta fianza y, si no la pagas, no te lo llevas. Así que ve con un
límite bien alto en la tarjeta de crédito, pues a mí me cargaron 3.000
euros. Algo que me cogió de improviso.
● Seguros: Aunque no lo hayas contratado en la web, te lo
intentarán meter por cojones cuando estés en la oficina. Te presentarán varios
modelos, que en algunos casos te saldrán más caros que el alquiler del
vehículo. En mi opinión, son todos un timo. Si te lees bien las condiciones de
los seguros, no cubren casi nada. Ni el más caro de todos. Tienen un montón de
excepciones. Por ejemplo, no te cubren si: te ha ocurrido algo entre las 18’00
y las 8’00h, si ocurrió en un aparcamiento, si te pasó algo en los cristales,
si no identificas convenientemente a quienes le han causado daño al vehículo – (imagínate que te lo rayan y no sabes quién ha sido), si ha sido por animales…
Un sinfín de peros. Yo cogí el risk-taker y me lo ahorré, pues si
no pasaba algo, al fin y al cabo iba a tener que pagar igual.
● Ten cuidado con el chequeo. Yo no tuve ningún
problema, pero sí sé que muchos los han tenido. Al darte el vehículo te entregarán un folio para que apuntes lo que tiene mal el coche, como en cualquier
otra empresa de alquiler. El problema es que te enfrentas al hecho de que
acabas de bajarte de un avión y llevas volando muchas horas. Vas cansados y
con jet lag, y el papel lo rellenan ellos contigo al lado, y muy rápido.
Así que, no te cortes. Cuando acaben exige que te den el papel que han escrito
y detente todo lo que haga falta para comprobarlo todo. Cualquier fallillo lo
tendrás que pagar tú luego.
● Aparte queda el interior. En mi papel no ponía nada del
interior y luego me di cuenta de que había algunos desperfectos (quemaduras
en la tapicería, enganches rotos…). Estaba temblando porque no lo había
verificado todo esto antes. Al final tuve suerte y ni miraron la
campervan.
● Extras: Depende de tu viaje, puedes contratar algunos extras en
la web o en su oficina. A mí me presentaron:
- Barbacoa.
- Sillas y mesas de camping.
- Silla para bebés.
- GPS.
- Cadenas.
- DVD (A nosotros nos vino gratis)
- Películas y CDs…