Si quieres disfrutar de las vistas más espectaculares del entorno del embalse de Riaño, conocido como los Fiordos Leoneses por su belleza, tienes que dedicar una de las mañanas de tu viaje a emprender la caminata hasta el Pico Gilbo, el Cervino Leonés. Es cierto que hay fuertes pendientes, pero si estás acostumbrado a andar, no resulta difícil la ascensión. La única complicación que vi fue el tramo final, demasiado escurridizo. Pero, el resto es bastante llevadero.
👉 Inicio de ruta:
desde Riaño tienes que cruzar el puente del embalse. Justo cuando se acaba,
aparece un aparcamiento a mano derecha y otro justo en frente.
Desde el
aparcamiento sale una senda que está señalizada como Cueva de la Vieja del Monte
y Mirador de Las Biescas. Por ella empezarás a rodear el pantano y te impresionarán las maravillosas vistas de éste, un adelanto de lo que te
espera conforme vayas subiendo.
Siguiendo por
este camino de tierra sin mucha sombra, pronto llegarás al desvío hasta la
Cueva de la Vieja. Te aconsejo que ya que estás allí te acerques para verla,
pues no te supondrá mucho y es bastante curiosa.
De vuelta al
sendero original, a mano derecha aparecerá el Mirador de Las Biescas, construido
a base de troncos de haya y roble procedentes del desmate de los montes
cercanos.
Si te has
cansado un poco del solano, no desesperes. A escasa distancia, esta Senda de
Vallarqué continúa bordeando el embalse para adentrarse en un impresionante hayedo.
Es en este tupido hayedo cuando comenzarán ya las primeras cuestas.
Los árboles
dan paso a un lugar más llano y abierto. El camino sube por la Canal Moro hasta
alcanzar en su cabecera el collado del Baile, límite de los dos valles.
Descansa un poco y toma fuerzas para comenzar la verdadera ascensión hasta el
Pico Gilbo.
Sin apenas
sombras, continúa caminando hacia los primeros riscos de roca, bordeando la
cumbre por su margen derecha. Tienes que abandonar el sendero balizado para
llegar al segundo collado, el de la Pedrera, formado por la Peña Sarnosa y el
propio Gilbo.
Aunque las
imágenes parezcan duras, te aseguro que el camino hasta aquí no ha sido nada
difícil si estás acostumbrado a caminar. Obviamente hay cuestas, pero no se
hacen tan duras como te puedas imaginar al ver las fotos. Si miras hacia atrás,
te sorprenderás del desnivel que ya has salvado.
Desde este
lugar las vistas son maravillosas. Es un verdadero balcón hacia el valle. Nada
que envidiarle a otros paisajes suizos, noruegos o neozelandeses. De hecho, cuando
enseñas las fotos, poca gente se imagina que esta maravilla está en León.
Desde el
Collado de la Pedrera, surge un caminito que bordea el pico y lleva hasta la
cima. Este tramo sí que es más complicado. La rampa hacia arriba es escurridiza,
con gravilla, y hay un punto en el que te tienes que agarrar a dos grandes
piedras e impulsarte para subir. Además, aquí los excursionistas se amontonan y
se hace difícil caminar. Mientras descansaba en el collado, vi a bastantes de ellos
tropezarse o escurrirse, tanto subiendo, como bajando.
Si no lo ves
seguro o tienes vértigo, las vistas desde el Collado de la Pedrera son lo
suficientemente espectaculares para que este camino haya merecido la pena.
Desde los
1.679 metros de altura del Pico Gilbo se contempla en todo su esplendor la
cordillera Cantábrica compuesta por los Picos de Europa, los Montes de Riaño,
la Montaña Palentica y el Macizo de Mampodres, con las aguas del embalse de
fondo. Sin duda, una delicia.
👉 Si tienes GPS, puedes descargarte algunas de las rutas en Wikiloc.
🏃 Llévate agua, crema solar y un buen calzado.
🏃 Longitud: Alrededor de 7,35 km.
🏃 Dificultad: sencilla, menos el último tramo.
🏃 Duración: 4 horas.
🏃 Recorrido circular. 🏃 Desnivel: 643 metros
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