En la comarca burgalesa de Las Merindades, a medio camino entre Gayangos y Bárcena de Pienza, tienes unos de los mejores humedales de la provincia. Su importancia se refleja en su protección para la nidificación y cría de numerosas especies de aves acuáticas, como el pato cuchara o el zampullín cuellinegro.
Se encuentra en el fondo del valle, junto a unas bolsas freáticas superficiales de origen kárstico consiguen que tengan agua siempre y que sus oscilaciones estacionales sean mínimas. En el pasado hubo un hundimiento puntual del terreno en una de las lenguas del diapiro de Salinas de Rosío. Esto hoy hace posible que sus aguas sean profundas y que su vegetación crezca distribuyéndose en orlas concéntricas.
Las lagunas
están rodeadas de pastizales en los que el ganado pasta buena parte del año. En
primavera, cuando hay excedentes, se almacena la hierba o se ensila para
alimentar el ganado en las épocas en las que no hay pasto.
Su nombre,
según la tradición, viene del antiguo pueblo de los Antuzanos, quienes vivían
en este mismo lugar y fueron castigados con una inundación por maldecir a la
Virgen. Más allá de la leyenda, sí que se sabe que aquí existió en la Edad
Media el Monasterio de Santa María de Antuzanos, destruido en 1850.
Otro cuento las
relaciona con el emperador romano Galba. Los pueblos de origen celta que habitaban
estas tierras hace más de dos mil años, ofrecían sacrificios y armas como
ofrendas para que los dioses les protegieran durante sus múltiples luchas. Parece
ser que Servio Sulpicio Galba, gobernador de la provincia Tarraconense, se
refugió en Clunia tras levantase contra Nerón y era gran conocedor de estas
tradiciones. Tanto fue así que, cuando recibió la noticia de que había sido
elegido nuevo César en el año 68 y antes de comenzar su camino hacia Roma, quiso
recoger las doce fasces (hachas rituales) que se habían encontrado dentro de
estas lagunas después de la caída de un rayo.
Ruta de las Lagunas
de Gayangos - Antuzanos
👉Inicio de ruta: la ruta comienza en la aldea de Gayangos de Montija, muy cerca de Medina de Pomar y Villarcayo. Allí puedes aparcar tu coche en la plaza de la iglesia, donde encontrarás un panel informativo con los datos de la ruta.
⭐Otra posibilidad es comenzarla desde el mismo mirador de las lagunas, donde también hay una zona de parking.
Si has optado
por aparcar en el pueblo, tendrás que salir de éste para dirigirte por una
empinada cuesta junto a la CL-629 hasta el propio mirador, camino del Alto de
Bocos. Está señalizado como Mirador de las Lagunas de Antuzanos.
Este lugar es desde
el que mejor vas a contemplar las lagunas, pues he de avisarte: al ser una zona
de protección, está restringido el acceso en un perímetro de 50 metros
alrededor de cada laguna. Además, sus bordes están llenos de juncos, carrizos y
aneas o espadañas, por lo que poco vas a ver si te acercas a ellas.
Desde este
observatorio parte un camino que lleva a un depósito de agua. Detrás del depósito
una amplia senda va bajando hacia la planicie, delimitada a ambos lados por un
vallado. No tiene pérdida, pues la ruta está muy marcada, aunque no haya señalización.
Una vez abajo,
el sendero continúa bordeando las lagunas y volviendo a Gayangos por el camino
del cementerio. Durante el recorrido podrás disfrutar de las vistas de las
zonas de cultivo y de este valle de la Merindad de Montija.
⭐Si quieres
acercarte a los humedales desde la cercana Bárcena de Pienza, tan sólo tienes
que seguir el sendero señalizado que parte desde la iglesia de San Vítores.
🏃 Llévate un buen calzado, agua y protección solar.
🏃 Longitud: 4'5 km.
🏃 Dificultad: sencilla.
🏃 Duración: 1 h 15'.
🏃 Recorrido circular.
🏃 No hay sombras en todo el camino.
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