La villa burgalesa
de Villarcayo se encuentra en la preciosa comarca de Las Merindades, de la que
es capital desde 1560, cuando le otorgó este privilegio Felipe II. El río Nela
atraviesa la ciudad, que está inmersa en un verde valle, y riega su tranquilo
parque de El Soto.
A pesar de que
su centro histórico ha sido declarado Bien de Interés Cultural, te vas a
encontrar con una villa moderna, llena de servicios y bastante industrializada.
No en balde, es el principal nudo de comunicaciones del norte de la provincia. La
gente de la comarca, sobre todo de la Merindad de Castilla la Vieja de la que
también es capital, se desplaza a este lugar y a la cercana Medina de Pomar
para realizar sus compras.
Su nombre
dicen que proviene de Villa de Arcadio, que más tarde evolucionó a Fonte
Arcayo, de la que se tiene constancia desde el siglo X.
Aprovecha tu
visita para probar los productos típicos que se producen allí, especialmente
los embutidos (sobre todo el chorizo de Villarcayo), el queso fresco y las
patatas fritas.
Qué ver en
Villarcayo
1. Plaza
Mayor: en ella puedes ver el Ayuntamiento, construido en 1891 y la fuente, que
data de principios del siglo XX. Los edificios que configuran esta plaza tradicional
del norte de Castilla cuentan con las típicas casas blasonadas con galerías
acristaladas.
2. Iglesia de
Santa Marina: la verdad es que te llamará mucho la atención. Se construyó en
1967 inspirándose en las palabras de San Juan: “Y acampó entre nosotros”. Por
ello tiene su estructura tiene forma de una enorme tienda de campaña. De la
antigua parroquia, que databa del siglo XVI, sólo se conserva la cruz y la pila
bautismal.
3. Monasterio
de Santa María la Real de Vileña: la verás a la salida del pueblo. El edificio
es de 1970 y en su interior tienes un museo con una gran colección de sepulcros
góticos, como los de los Rojas o el de Doña Urraca, quien fundó el convento. Durante
su visita también tendrás oportunidad de ver grandes ejemplos de imaginería
religiosa, pintura y documentos de importante valor.
4. Torre del
reloj: detrás del Ayuntamiento tienes el edificio del juzgado, que antiguamente
fue la casa de justicia y la cárcel de Villarcayo. De esta época queda un
escudo de armas reales de España y la Torre del Reloj, del siglo XVI. En 1997
decidieron decorar sus paredes con los escudos de las Siete Antiguas Merindades
de Castilla.
5. Casas blasonadas:
Villarcayo ostenta el título de Capital de las Siete Antiguas Merindades y su
importancia histórica se puede ver en su actual legado patrimonial. Las
principales las verás en la calle Santa Marina, donde están las de las familias
Díez Isla y Danvila, pertenecientes a los siglos XVII y XVIII.
6. Parque El
Soto: sin duda, es el mejor lugar de Villarcayo. Se encuentra atravesado por el
río Nela y ofrece un precioso arbolado de acacias y chopos. Además, te puedes
bañar en las piscinas naturales, practicar deportes náuticos o entrar en sus
instalaciones deportivas.
7. Ermita de
San Roque: dedicada al patrón de la villa, la que verás hoy es una
reconstrucción que se hizo en el siglo XIX de la antigua ermita de 1784. Cada
mes de agosto se celebran unas importantes fiestas patronales en honor a San
Roque.
De Villarcayo
dependen 30 pedanías que guardan abundantes tesoros arquitectónicos en el
interior del valle, como la sorprendente iglesia románica de San Salvador de
Escaño, el eremitorio de La Mosquita en Incinillas o la necrópolis de la Peña Horrero
en Fresneda. Puedes aprovechar tu viaje para visitar algunas de ellas, recorrer
los senderos que parten de Villarcayo o ir a algún pueblo cercano, como Medina de Pomar, Puentedey o las cuevas de Ojo Guareña.
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