Quintanilla del Coco es un pequeño pueblo burgalés de apenas 60 habitantes. Dicen que su curioso nombre procede de la unión de dos poblaciones. Una de ellas era Quintaniella, que provenía de los antiguos quintos romanos, el porcentaje que aportaban los campesinos libres para cultivar terrenos. La otra era Coco, un insecto (gorgojo) que daba también nombre a una aldea que desapareció en 1433 y que se encontraba donde hoy queda la Ermita de las Naves (o Navas).
En él puedes
ver su iglesia de San Miguel, con sus dos portadas románicas. Pero lo que de
verdad atrae a los visitantes que vienen a esta zona de la comarca de Arlanza
es su cercanía con una cascada que se encuentra al final de una garganta muy
estrecha abierta por el arroyo de Los Molinos.
Cómo llegar a
la Cascada del Churrión
👉Inicio de ruta: el coche lo puedes dejar en el mismo pueblo o aparcarlo justo delante de la Ermita de las Naves. En mi caso, como era poca distancia, preferí hacer todo el camino andando.
Saliendo de
Quintanilla del Coco, cruza la carretera BU-900 en dirección a la ermita por
una pista forestal ancha por la que también pueden circular los coches sin
problema.
Aproximadamente
un kilómetro más adelante, por un terreno sin apenas desnivel (ni sombras),
llegarás a la Ermita de las Naves, que está situada en un paraje de gran
belleza. En frente hay un área recreativa con varias mesas de picnic bajo los
árboles.
Una vez llegada a la Ermita, yo no vi ninguna señal que me indicara dónde se encontraba la cascada. Así que continué cuesta abajo, en busca del único camino que vi marcado y que iba paralelo al Arroyo de Los Molinos (aunque desde la senda, éste no se aprecia).
El camino sin
sombras me dirigió hacia una zona tupida, llena de naturaleza y de frondosos
árboles que apenas dejaban pasar el sol. Parecía mentira que este oasis estuviera aquí.
Un poco más adelante,
siguiendo el curso del arroyo, se llega a la zona de la cascada, un salto de
agua de unos 10 metros de altura. Desgraciadamente, la cascada no suele llevar
agua en verano. Pero, aún así, el lugar es precioso. Es reserva natural y sirve
de refugio a aves rapaces, sobre todo buitres.
Detrás de la
cascada, puedes observar otra hendidura en la roca que es por donde surge otro
salto de agua en la parte superior.
La vuelta de
esta sencilla ruta se realiza por el mismo sitio. La distancia que hay desde la
ermita hasta la cascada, es de unos 500 metros más o menos.
🏃 Llévate un buen calzado, agua y protección solar.
🏃 Longitud: 2 km desde la ermita (ida y vuelta).
🏃 Dificultad: muy sencilla.
🏃 Duración: 45 minutos.
🏃 Recorrido lineal.
🏃 La cascada sólo lleva agua en época de lluvias.
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