A 9 km de Burgos, Quintanilla de Vivar descansa sobre el valle del río Ubierna. Tiene unos 800 habitantes y es bastante pequeño, pero recibe muchos visitantes gracias a estar ligado a la mítica figura de El Cid, quien tuvo varios molinos harineros junto a su río.
Se cree que su
origen está en una pequeña granja amurallada (quintanilla) construida en el
siglo IX, cuando el conde Diego Porcelos fundó la ciudad de Burgos y le dio más
seguridad a la zona. Su propietario fue Munio Cisla, del cual derivó el nombre del
lugar a Quintanilla Morocisla.
Hoy su
ayuntamiento está compartido con la vecina Vivar del Cid y ambas forman parte
del famoso Camino del Cid, que recorre a lo largo de diversas rutas los pasos
de este personaje siguiendo el Cantar del Mío Cid e incluso tiene un
salvoconducto.
Si estás por
la zona, merece la pena acercarse para conocer su iglesia de Santa Eulalia.
A menos de 4
km tienes el Monasterio de Fresdelval, fundado en el siglo XV por el Adelantado
Mayor de Castilla, Gómez Manrique. Durante la desamortización sus bienes fueron
desmantelados y hoy mantiene las ruinas de su iglesia y de sus dos claustros,
uno renacentista y otro del siglo XV. Algunas de sus obras de arte se
encuentran en el Museo de Burgos y muchos de sus objetos de culto están
repartidos entre varias iglesias de la provincia.
Cuando hayas
terminado tu visita, recorre los menos de 2 km que te separan del lugar del
nacimiento de El Cid: Vivar del Cid.
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