Mi experiencia montando en moto de agua en Riaño

Una de las mejores experiencias que viví mientras visité Riaño fue montarme en una de estas motos para recorrer el embalse. Durante la visita, el guía se va parando en diversos lugares para dar explicaciones sobre la naturaleza y la historia de este lugar. Si el tiempo lo permite, también te llevan a una playita para darte un chapuzón. En el embarcadero puedes comprar la excursión a través de dos empresas: Motonáutica León  y Riaño Motojet. Si no te atreves, también tienes la opción de darte una vuelta en el barco turístico.

En mi itinerario no tenía planificado hacer esta excursión. Pero, caminando por el Paseo del Recuerdo de Riaño, llegué hasta el embarcadero donde estaban preparándose pequeños grupos para recorrer el embalse en motos de agua. Mientras veía cómo les iban dando indicaciones para llevar la moto, me entró curiosidad  Me dirigí al mostrador de Motonáutica León y me dispuse a contratar una excursión para el día siguiente.

Por la mañana me pegué la caminata subiendo a la Laguna de Mampodre, en Maraña, y después de descansar en el camping llegué a las 20'00 al embarcadero. La excursión se hacía en pequeños grupos. En mi caso, fuimos cuatro personas. 

Primeramente nos montamos en una barca para llegar a la plataforma en la que se encontraban las motos. Allí uno de los guías nos explicó cómo funcionaban y nos montamos en ellas un poco para probarlas. 


Pronto llegó otro guía en su moto para comenzar la visita guiada. El recorrido fue impresionante. Atravesamos el embalse pasando por debajo del puente hasta llegar a las inmediaciones de una pequeña islita. Allí nos dio explicaciones sobre el entorno natural que nos rodeaba y la fauna que podíamos encontrar.

Desgraciadamente, comenzó a levantarse mucho viento y a llover de repente. No tuvimos oportunidad de parar un poco para bañarnos en la playa. Se empezó a hacer duro maniobrar con la moto y tuvimos que volver al embarcadero. 

Como no habíamos completado la excursión, nos dijeron que volviéramos al día siguiente antes de los turnos que tenían contratados. Así que a las 8'00 allí estábamos de nuevo. Con más frío mañanero, pero con la ilusión que habíamos tenido el día anterior.

Durante esa mañana nos acompañó otro guía para realizar la visita, que esta vez se centró en la otra parte del embalse y nos dio información sobre la historia del lugar. Al final, entre un día y otro, montamos un montón de tiempo en las motos y nos lo pasamos genial.


Sin duda, es una de las actividades que no te puedes perder si estás por Riaño. Aunque no tengas ni idea de conducir motos, ¡y mucho menos de agua!

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