Argentina: Cómo llegar desde el centro al Aeropuerto de El Calafate


El Aeropuerto Internacional de El CalafateComandante Armando Tola, se encuentra bastante retirado del centro de la ciudad, a unos 23 km. Se tardan unos 20 minutos en llegar.

Desgraciadamente no existen líneas regulares de transporte público que hagan este trayecto, por lo que tendrás que contratar un servicio de transporte privado.

Recuerda que el aeropuerto es muy pequeño y sus servicios muy básicos. Sólo existe un cajero para sacar dinero en el aeropuerto y no hay ningún sitio en el que cambiar divisas.

1. Cómo ir desde el centro al aeropuerto de El Calafate en autobús

🚍 La única empresa que hace este recorrido es VES Patagonia. El mostrador de VES Airport Shuttle está en el stand 4 del hall de entrega de equipajes. Puedes contratar sus servicios allí mismo o hacerlo a través de internet. Normalmente tienen descuentos. Por ejemplo, llevarte a tu hotel en su minibús te puede salir por unos 400$. Siempre hay descuentos si contratas la ida y la vuelta de manera conjunta.



2. Cómo ir desde el centro al aeropuerto de El Calafate en taxi o remis

🚖 La única empresa de taxis que encontrarás en el aeropuerto es Taxi Cóndor. Cuentan con salidas inmediatas para todos los vuelos. Además, también ofrecen traslados al Glaciar Perito Moreno y a El Chaltén. El precio por vehículo ronda los 800$. Su tienda la puedes encontrar en la calle 25 de Mayo, 51 - El Calafate.


🚖 Otra opción es consultar a tu alojamiento y que te lo gestionen ellos. Pero asegúrate del precio que vas a pagar, porque si lo organizan con otra compañía los precios suelen variar mucho. Por ejemplo:

Calafate en Taxi: ofrece una tarifa de 800$ por vehículo.

Taxi Remis El Calafate, ofrece una tarifa de 1400$ por vehículo.


Argentina: Opinión del Restaurante Santa Fe 1234 – Buenos Aires



Encontré este restaurante por casualidad, cuando iba paseando a medio camino entre la Plaza San Martín y Recoleta. Me gustó su fachada y su precio me pareció más que razonable. Era la segunda vez que comía en Buenos Aires y quería probar unos buenos platos argentinos caseros.

El restaurante tiene dos plantas. A mí me ofrecieron una mesa en la parte de arriba y mereció mucho la pena, porque así disfrutaba de las vistas a una calle concurrida del Barrio Norte, en pleno centro de la ciudad.

Era un poco tarde y estaba preocupada porque no tuvieran la cocina abierta, pero su horario es sorprendentemente amplio. Los viernes y los sábados abre 24 horas, y el resto de días abre de 6’00 a 3’00.

La carta era bien extensa. Pedí unos sorrentinos (320 $) y una milanesa napolitana de ternera (280 $).



Para beber me sorprendió que tuvieran Mirinda, tan rara de encontrar en España (90$).


La atención fue excepcional y el servicio muy rápido. Si volviera a Buenos Aires, repetiría.

   SANTA FE 1234   
Av. Santa Fe 1234,
C1059 ABT, C.A.B.A.
Buenos Aires – Argentina
Teléfonos: 48112356 / 48132769

Argentina: Día 2 - Visitando los barrios de Retiro, Recoleta, y Palermo



Desde Puerto Madero me dirigí al Barrio de Retiro, el que una vez fuera el barrio más exclusivo de Buenos Aires. Prueba de ello son los bonitos edificios art-decó de principios del siglo XX que lo pueblan. El centro de su vida gira en torno a la Plaza San Martín, en la que se encuentran la estación de tren y la de autobuses, el Palacio Paz, y un parque en una hermosa colina. La estatua más famosa se halla en su cima: la estatua ecuestre de José de San Martín.



En la parte baja de la colina está el Monumento a lo Caídos de Malvinas, un memorial en recuerdo de los jóvenes que murieron en la guerra contra los ingleses.


En frente de este monumento, cruzando la calle, se alza la Torre Monumental, de 76 metros de altura, donada por la comunidad británica en 1916 y construida con materiales traídos en barco desde Inglaterra. Su nombre inicial fue Torre de los Ingleses, pero tras la Guerra de las Malvinas de 1982, fue rebautizada como Torre Monumental. Hoy puedes subir hasta su sexto piso en el que hay una pequeña exposición y un mirador.


A diez minutos de la Plaza San Martín, encontré un buen restaurante para comer: Santa Fé 1234. Un sitio espectacular, barato y con unos platos más que generosos.

Desde allí, para bajar la comida, inicié un paseo de menos de 20 minutos entre los bonitos edificios de embajadas que conforman el Barrio Norte, hasta llegar a Recoleta. Elegantes cafeterías y restaurantes, lujosos edificios de estilo francés y galerías de arte llenan sus calles. Pero, sin duda, lo más famoso de este barrio es su Cementerio.

El Cementerio de La Recoleta es uno de los lugares más visitados de Buenos Aires. Su origen se remonta a 1732, cuando los frailes recoletos descalzos construyeron en estos terrenos un convento y una iglesia, la actual Basílica del Pilar. En 1822 se iniciaron las obras en el huerto anexo a la iglesia para situar allí un cementerio, el primer cementerio público de la ciudad.


Sus pasillos están llenos de imponentes mausoleos que muestran los tiempos en los que Argentina era una potencia emergente a finales del XIX, cuando las familias más adineradas empezaron a mudarse a este barrio y a construirse sus preciosos mausoleos. Más de 90 de ellos han sido declarados Monumento Histórico Nacional, por lo que el cementerio tiene la categoría de Museo Histórico Nacional desde 1946.


Está organizado en manzanas, con amplias avenidas arboladas que dan a callejones laterales donde se alinean los mausoleos y bóvedas. Desde su rotonda central parten las avenidas principales, con una escultura de Cristo realizada por el escultor Pedro Zonza Briano, en 1914.

Cada mausoleo presenta el nombre de la familia labrado en la fachada; generalmente se agregan al frente placas de bronce para los miembros individuales. Algunos están cayéndose y dan verdaderos escalofríos.


En el cementerio no había mucha gente. Paseé entre los mausoleos buscando la famosa tumba de Evita. De repente, vi una multitud de personas haciendo cola en uno de los pasillos más estrechitos. Pensé que eran turistas y que estaban esperando para ver la tumba de Eva Perón. Pero cuando me estaba acercando al final de la cola, vi que me había equivocado completamente y que se trataba de un entierro. La fila aquella era para darle el pésame a la familia. Con respeto, me salí de allí y continué con mi paseo hasta que di con la tumba que buscaba.

A unos 200 metros a la izquierda del portón principal del cementerio, se encuentran las tumbas de la familia Duarte. La de Evita está cinco metros bajo tierra, en el segundo sótano. Su última morada se construyó como la cámara acorazada de un banco, bajo dos planchas de acero, a fin de disuadir a cualquiera que tratase de apoderarse del cadáver.


Sus restos llegaron a este lugar en los setenta, cuando fueron repatriados desde España, después de dar vueltas por Buenos Aires (incluyendo la central sindical CGT), la ciudad italiana de Milán y Madrid, escapando de las fuerzas antiperonistas que habían derrocado a su marido. En un primer momento, fue enterrada junto a su marido en la residencia presidencial de Olivos. Un poco después, ambos cadáveres fueron separados por la dictadura y entregados a sus familias. Desde entonces, los restos de Evita reposan aquí, bajo una bóveda art decó de la década de 1930, con puerta de bronce y siempre con flores frescas.

El 7 de mayo (día de su cumpleaños) y el 26 de julio (día de su muerte) suele haber mucha gente que viene a orar por ella delante de su tumba. 

Saliendo del cementerio, visité la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, me tomé un submarino y puse rumbo a mi última parada del día: un bonito paseo por las zonas verdes del Barrio de Palermo.


El edificio de la Facultad de Derecho UBA, bien merece una foto. Justo detrás de él aparece la rara escultura Floralis Genérica, situada en la Plaza de las Naciones Unidas. Está dotada de un sistema eléctrico que hace que abra y cierre automáticamente los pétalos.



Siguiendo la avenida, terminé mi camino en Parque 3 de Febrero, atravesando los llamados Bosques de Palermo y con el planetario al fondo.


De vuelta al hotel, me quedé asombrada de lo que marcaba el reloj. Buenos Aires es tan bonita, que ni me había dado cuenta de todo lo que había caminado ese día. 



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Argentina: Día 2 - Senderismo por la Reserva Ecológica Costanera Sur de Buenos Aires y Puerto Madero




La Reserva Ecológica Costanera Sur es un remanso de calma a escasa distancia del centro de Buenos Aires. 350 hectáreas de reserva natural, donde podrás ver más de 300 especies de aves si cuentas con unos buenos prismáticos (y suerte), además de iguanas, tortugas y nutrias. A lo largo de sus 350 hectáreas reúne la mayor cantidad de biodiversidad dentro de la capital porteña, siendo el mayor espacio verde de la ciudad.

Para llegar a ella, dejé atrás el Paseo de la Historieta y me dirigí a Puerto Madero. Sus rascacielos al fondo, y el extraño Puente de la Mujer, nada hacen pensar que justo en frente va a haber una de las reservas urbanas más importantes de toda Latinoamérica.


Antes de adentrarte en la reserva, paseé un poco por sus alrededores. Desde uno de los puentes observé la Corbeta Uruguay, un barco militar de 46 metros de largo que sirvió para vigilar las costas del país y llevar suministros a las bases de la Antártida hasta que, en 1926, la jubilaron después de 52 años de servicio. Hoy alberga un pequeño museo.



También me encontré con una bonita estatua dedicada a Anna Frank.


Después de pasear un poco por allí, me dirigí hacia la Avenida Tristán Achával Rodríguez 1550, en la bocacalle con la Avenida Costanera Intendente Carlos Noel. Justo allí se encuentra el acceso oficial al público, en el extremo suroeste de la Reserva. Allí hay un centro de interpretación y uno aseos gratuitos.

La reserva se ubica en los terrenos de un antiguo Balneario Municipal, muy popular en su época, pero que tuvo que cerrar en 1960 por la contaminación de sus aguas. En los años setenta, se demolieron la mayoría de sus edificios y se pensó en urbanizar la zona, aunque el proyecto nunca se realizó por lo inestable e inundable que era la zona. Todo quedó abandonado, dejando que la naturaleza se abriera camino e hiciera su trabajo. Se creó allí una gran riqueza en cuanto a flora y fauna, cambiando totalmente el paisaje desolador que allí había.



En 1986, se declaró Parque Natural y Zona de Reserva Ecológica. Y en 2005, se la nombró Sitio RAMSAR, por ser considerado un Humedal de Importancia Internacional.

El entorno es inmejorable para pasear y deleitarte con la naturaleza. Existen cuatro recorridos distintos con una duración de entre 45 minutos y 2h 40’, a lo largo de una red de más de 10 km de caminos. Yo elegí para hacer el recorrido número 1, el más sencillito de todos y que se desarrolla en línea recta, desde el acceso sur, hasta el norte.  


La reserva posee cuatro lagunas principales que se divisan desde los miradores:

🌀 Laguna de los Coipos
🌀 Laguna de las Gaviotas
🌀 Laguna de los Patos
🌀 Laguna de los Macáes

A través del Circuito de los Humedales pude ver las lagunas desde los numeroso miradores y bancos para sentarte a disfrutar del paisaje. Este es el único camino desde el que se ven los tres humedales más importantes de la Reserva. Pese a ser el recorrido más cercano a la ciudad, es ideal para el avistamiento de aves, mamíferos y reptiles.




En la Reserva conviven:
🌸  Más de 600 especies de plantas, entre las que destaca el ceibo (la flor nacional)
🐤  343 especies de aves
🐞  850 especies de artrópodos
🐸  14 especies de anfibios
🐭  19 especies de mamíferos
🐊  23 especies de reptiles
🍄  44 especies de hongos

Una vez completado mi recorrido, tomé un choripán en uno de los puestos que hay en la parte de fuera de la Reserva y me dirigí hacia los rascacielos y el barrio de Retiro.



Cómo llegar a la Reserva Ecológica Costanera Sur de Buenos Aires

La reserva se ubica en Puerto Madero. Tiene dos accesos:

🌾 Acceso Sur - Entrada Brasil:  Avenida Tristán Achával Rodríguez 1550, en la bocacalle con la Avenida Costanera Intendente Carlos Noel.

🌾Acceso Norte - Entrada Viamonte: Mariquita Sánchez de Thompson y Avenida Giralt


Horarios de la Reserva Ecológica Costanera Sur de Buenos Aires

⬥ Verano: de 8’00 a 19’00
⬥ Invierno: de 8’00 a 18’00
⬥ Cerrado: los lunes y los días de lluvia. 



Argentina: Día 2 - Visitando San Telmo y el Paseo de la Historieta de Buenos Aires



Después de desayunar en el hotel, muy temprano, me di una vuelta por el barrio de San Telmo. Aún no había mucho movimiento y estaba todo muy tranquilo. Atravesando la Plaza Dorrego, uno de los paseos más famosos de la capital porteña y en la que se colocan los tenderetes del mercado, continué por la calle Defensa hasta la zona de El Zanjón de Granados y La Casa Mínima, dos de los monumentos más representativos del barrio.

Y, un poquito más arriba del Zanjón, me encontré con la estatua de Mafalda. Allí, sentada en un banco y acompañada por dos de sus simpáticos amigos, Susanita y Manolito. Justo en la esquina en el cruce de la calle Defensa con la calle Chile. La escultura es obra del artista Pablo Irgang.


En la calle Defensa, 371, en pleno barrio de San Telmo, hay una placa en homenaje a Mafalda, justo delante de un portal que inspiró a Quino para dibujar su casa. Él vivía a escasos metros de este edificio.


Desde allí se inicia el Paseo de la Historieta y que recorre un poquito de los barrios de Monserrat, San Telmo y Puerto Madero. Debido al éxito obtenido con la escultura de Mafalda, que es visitada por miles de turistas al año, surgió la idea de rendir homenaje a los dibujantes de historietas más famosos de Argentina. Así, en 2012, se diseñó este recorrido que parte de la calle Defensa y acaba en la Avenida de los Italianos. Si lo completas, llegarás al Museo del Humor de Buenos Aires (un buen final de camino).


A lo largo del itinerario, se pueden ver 16 esculturas famosas:

1. Estatua de Mafalda, Susanita y Manolito (Quino): Esquina entre las calles Defensa y Chile.

2. Isidoro Cañones (Dante Quinterno): siguiendo por la calle Chile hasta Balcarce.


3. Larguirucho y Super Hijitus (Manuel García Ferré): Balcarce y México.

4. Matías (Sendra): siguiendo por Balcarce hacia la Avenida Belgrano

5. Don Fulgencio (Lino Palacio): siguiendo por Balcarce.

6. Clemente (Caloi): sentado en la misma calle.

7. Las Chicas de Divito: en la esquina de Balcarce y la Avenida Belgrano.

8. Patoruzú (Quinterno): en el cruce entre la Avenida Belgrano y la Avenida del Paseo Colón.

9. Patoruzito e Isidorito (Quinterno): en la Avenida Belgrano, entre la Avenida del Paseo Colón y Azopardo.

10. Gaturro (Nik): siguiendo por la Avenida Belgrano.


11. Don Nicola (Torino): llegando a Puerto Madero.

12. Negrazón y Chaveta (Cognigni): a la altura de Juana Manso.

13. Diógenes y el Linyera (Tabaré): siguiendo por la Avenida Marta Lynch.


14. Langostino y Corina (Eduardo Ferro): en la misma avenida, un poco más adelante.


15. Inodoro Pereyra y su perro Mendieta (Fontanarrosa): siguiendo por la misma avenida.


16. La Jirafa (Mordillo): en la Avenida de los Italianos, justo antes del llegar al Museo del Humor.

Al acabar el recorrido, di un pequeño rodeo para visitar la Plaza General Agustín Pedro Justo, en la que se encuentra el polémico Monumento a Juan Domingo Perón, una estatua que poco se le parece. Obra del escultor Carlos Benavídez, completamente realizada en bronce y piedra, mide 5 metros, se encuentra sobre un pedestal de 3,5 metros y pesa dos toneladas y media. Justo detrás, aparece el precioso Edificio de la Aduana.


Había llegado ya a Puerto Madero, donde empezaría mi camino por la Reserva Ecológica Costanera Sur. Un espacio natural privilegiado en plena capital para escapar un poco de la agobiante contaminación.

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