Día 6: Argentina – Un día visitando la ciudad de Ushuaia



Salí de El Calafate con Aerolíneas Argentinas a las 9’25 y llegué a Ushuaia a las 10’45. Las vistas todas nevadas ya auguraban el frío que iba a hacer durante toda mi visita.





El aeropuerto de Ushuaia es muy pequeñito y la pista de aterrizaje estaba helada. Como no hay transporte público que lleve a la ciudad, tuve que pedir que me arreglara el traslado el hotel, aunque se olvidaron y allí no había nadie esperándome. El error lo arreglaron rápido y pronto llegó mi coche. El aeropuerto está a unos escasos 5 kilómetros del centro de Ushuaia, pero mi hotel quedaba un poco más alejado.

Las calles estaban totalmente cubiertas de hielo. Cuando me bajé del coche en qué me vi de salir y llegar a la puerta del hotel. Y más aún con el equipaje que llevaba.


Descansé un poco y me dispuse a recorrer Ushuaia. Mi idea era ir andando, pero me había asustado el estado de las calles. Le eché valor e intenté llegar al supermercado de La Anónima, que estaba a tan sólo unos cuantos minutos minutos. Pero lo pasé bastante mal. Después, le pregunté a un hombre que dónde podía coger el bus al centro y allí esperé al siguiente. 




Usé la tarjeta SUBE que había comprado en Buenos Aires y llegué cerca de la Avenida San MartínEn esta calle prácticamente no había hielo y se podía andar bien. Aunque no había prácticamente nadie. Como me pasó en El Calafate, por la mañana todo está sin casi vida y el ambiente comienza por la tarde-noche, cuando llegan los turistas de las excursiones. Descansé un poco viendo las tiendas que había por allí y comí en el restaurante Quinquela una ensalada y un lomito (los bocadillos típicos argentinos).


Después me compré otra tarjeta para el móvil en la tienda de la empresa Claro. Allí, aunque no había casi nadie, eché bastante rato. En la misma Avenida de San Martín vi varios edificios emblemáticos, aunque la calle en sí misma ya es bastante pintoresca. Y mirar hacia arriba y ver las montañas al fondo ya es reconfortante.



El edificio que más destacaba en la calle era el de la Iglesia de Nuestra Señora de la Merced, un edificio de 1898 muy sencillo y colorido, con una torre campanario con reloj y cuya construcción fue impulsada por los salesianos.


La típica casa fueguina originalmente era de chapa, madera y de planta rectangular o cuadrada. Estaba revestida de zinc y tenía el techo a dos aguas también de chapa o tejas con forma de rombo.

Continué mi paseo viendo edificios tradicionales, como la Casa de Gobierno, el Bar Ideal, el Edificio de la Municipalidad, la oficina de Correos… hasta llegar a una casa que llamó mucho mi atención. En la puerta había una reseña histórica y su casa de té estaba abierta. Hablaba de los pioneros de Ushuaia: 

El pionero José Salomón puso en marcha un almacén en 1913, cuando arribó a Ushuaia tras un largo viaje desde el Líbano. Durante muchos años este almacén sirvió de abastecimiento y lugar de encuentro social y cultural, cumpliendo un rol fundamental en el proceso de construcción de la ciudad de Ushuaia. Hoy es una cafetería y restaurante . La casa que tenía delante era un antiguo almacén de Ramos Generales, llamado El Recreo, que permaneció abierto hasta 1983. A su cargo estaba Manuel Olmo, de ahí su nombre actual Casa Olmo. En la casa de al lado viven sus descendientes. Entré y me tomé un submarino con un alfajor para descansar un rato.


A la vuelta, me pasé por pasé por el Museo Fueguino, cuya interior estaba lleno de figuras que reproducían cronológicamente la vida de las distintas comunidades que han poblado estas tierras. En la parte de arriba tenía un gran restaurante.


Acabado mi paseo por la Avenida San Martín, bajé hasta la cercana Avenida Maipú, la otra arteria principal de Ushuaia. Ahí ya empecé a pasarlo otra vez mal con el hielo. Todo estaba otra vez congelado y vuelta a escurrirme por doquier. Mientras bajaba, empecé a ver gente andando, e incluso corriendo, por donde yo sólo sobrevivía por no escurrirme. Paré a un señor y le pregunté que cómo andaba tan bien por el hielo. Me dijo que llevaba crampines y me indicó dónde podía comprarlos, justo en la esquina. No lo dudé y me compré unos.


Con ellos puestos me fui a la Costanera. Las vistas de la bahía eran preciosas.




Las estatuas del Paseo de los Pioneros estaban congeladas y a ver quién se atrevía a tumbarse en las hamacas de piedra a tomar el sol.




A medio camino encontré la Plaza Cívica. Parecía una pista de patinaje, toda helada. En su centro destacaba la bandera argentina y, a un lado, el monumento en honor a los primeros pobladores.


Dejé los crampines a un lado y entré en la Oficina de Turismo. Había leído en una guía de viaje que allí te ponían gratis un sello en tu pasaporte que indicaba que habías estado en el Fin del Mundo. Y así fue. Se lo dije a la amable señora que me atendió y me sacó varios modelos distintos para que eligiera. También aproveché para coger folletos del Parque Nacional.

Con mis crampines de nuevo puestos, crucé la calle y seguí hasta la Plaza 25 de Mayo. En ella estaba el Paseo de los Artesanos, pero todos los puestos estaban cerrados. Esta plaza es famosa por contener una Cápsula del Tiempo, cuyo interior guarda videos con los que pretenden contar a los habitantes de dentro de 500 años cómo éramos y cómo vivíamos ahora.


Costanera hacia abajo, atravesé el puerto y vi encallado el famoso Remolcador Saint Christopher, un gran barco que perteneció a la Royal Navy, participó en batallas como la del Desembarco de Normandía en la Segunda Guerra Mundial y fue posteriormente adquirido por la Marina de Estados Unidos. En 1953 se le encomendó la tarea de reflotar al buque Monte Cervantes, pero encalló en la costa y ahí se quedó.




Camino adelante encontré la Plaza Islas Malvinas y el cartel de Ushuaia, único sitio donde vi unos pocos turistas. Hice la foto de rigor y continué hacia la Reserva Natural Urbana Bahía Encerrada. Este es un precioso entorno ecológico en el que habitan más de 50 especies de aves, muchas migratorias. En ese momento, estaba totalmente congelada.



Dejé la reserva a un lado y pronto apareció en mi paseo la característica Casa Beban, una construcción de principios del siglo XX, que perteneció a Fortunato Beba, un europeo dedicado al comercio marítimo. Es de origen sueco y estaba concebida para ser vendida por catálogo y construida en puertos de ultramar (como si fuera una casa Ikea). Actualmente se utiliza como sede de eventos culturales.


Ya se estaba haciendo de noche. Pensé en coger un remis para llegar al hotel pero, como me había comprado los crampines y les quería dar uso, continué caminando. La iluminación de las calles era muy tenue, había gente haciendo ejercicio, pero no demasiada. Conforme caía la noche, el hielo se hacía cada vez más duro y empezó a serme difícil andar hasta con eso puesto. Finalmente llegué al hotel. El resto de los días que estuve en Ushuaia me desplacé en remis. 😓



Argentina: Dónde alojarse en Ushuaia - Cuidado con la ubicación de los hoteles



Ushuaia, La ciudad del Fin del Mundo es pequeña, pero muy alargada. Si no dispones de coche propio o de alquiler, ten cuidado con dónde escoges tu alojamiento, sobre todo en invierno.

La zona más cómoda para alojarse está situada en el centro. Las Avenidas Maipú y San Martín, y sus alrededores, están llenas de restaurantes y tiendas y son las más atractivas desde el punto de vista turístico.

Si te alojas en zonas más alejadas, no tendrás tantas opciones para comprar y comer. La iluminación de las calles por la noche es algo tenue y tardarás bastante en llegar al centro andando o en autobús.

Lo aviso porque cuando yo fui no tenía ni idea de la disposición de la ciudad y mi hotelestaba bastante alejado del centro. En un principio no me importó, porque así estaba en una zona tranquila y podía patearme la ciudad y verla más en profundidad que si sólo me reducía a vivir el centro.



En invierno esto fue una muy mala idea. Las calles estaban congeladas y me escurría a cada paso. Y lo de la luz tenue de las farolas no ayudaba nada. Al final, acabé usando un autobús urbano (que tardó lo mismo que si yo hubiera ido andando) y tirando de remises. Harta de la situación, me terminé comprando unos crampines para poder andar por el hielo sin tanto problema. Si hubiera sabido esto antes, aunque mi hotel era genial, me hubiera alojado en otra zona de la ciudad.


Por eso, antes de contratar el primer hotel que veas, piensa bien dónde está ubicado y si se adapta a tus preferencias y a lo que tienes pensado hacer en la ciudad, para luego no llevarte sorpresas. Y comprueba si tienes una parada de autobús cerca y cuánto tardas en llegar a los sitios que quieres visitar.












Argentina: 7 Souvenirs típicos de Ushuaia - ¿Qué comprar de recuerdo?



La Avenida San Martín está llena de tiendas donde puedes llevarte un souvenir de Ushuaia. También tienes otras oportunidades en lugares como en la estación del Tren del Fin del Mundo, en pleno Parque Nacional de Tierra del Fuego.

Aparte de las figuritas y objetos típicos que puedes encontrar en cualquier lugar del mundo, aquí te dejo algunas ideas para que encuentres un recuerdo original de un lugar tan al sur.

1. Chocolates y dulces: una caja de bombones, dulce de leche, alfajores o chocolate de la Fábrica de chocolate más austral del mundo. No dejes de entrar en la chocolatería La Laguna Negra.

2. Torta Fueguina: hecha con huevo, azúcar, chocolate, almendras, harina, manteca y frutas del bosque, la puedes encontrar en cualquier tienda de souvenirs de la ciudad.

3. Faro del Fin del Mundo: ver el Faro Les Éclaireurs mientras recorres el canal Beagle es algo que no te puedes perder si viajas al fin del mundo. Figuritas de este emblema fueguino se venden por doquier.

4. Artículos de lana: gorros, guantes, bufandas… ropa calentita para el pasar el invierno.

5. Sello postal del fin del mundo: puedes comprar una postal con sello y echarla en los buzones de las tiendas para mandar a tu recuerdo desde un sitio tan austral. También puedes ir Correos a que te pongan el matasellos, incluso acercándote a la aislada oficina que hay en el Parque Nacional Tierra del Fuego.

6. Sello en tu pasaporte: en la Oficina de Turismo de Ushuaia te ponen el sello en tu pasaporte de manera gratuita, como muestra de que has viajado al Fin del Mundo.

7. Peluches de pingüinos y leones marinos: los animales más característicos del Canal Beagle.


Argentina: Opinión de la casa de té Casa Olmo en Ushuaia



Al final de la zona comercial de la Avenida San Martín hay una pequeña casita, que llama la atención nada más verla. Hoy es una bonita casa té, pero su historia está íntimamente ligada a la historia de Ushuaia.  

Uno de los antiguos pioneros, José Salomón, llegó a Ushuaia en 1913 tras un largo viaje desde el Líbano. Una vez en el pueblo, decidió echar raíces y montar un gran almacén: el Almacén Ramos Generales. Durante muchos años fue la casa de abastecimiento, encuentro social y cultural, cumpliendo un rol fundamental en el proceso de construcción de la ciudad de Ushuaia. Actualmente en su antigua sede hay un precioso restaurante.



La Casa Olmo perteneció a otro pionero del lugar, Pascasio Olmo, quien llegó a Ushuaia en 1903 y trabajó como celador del Presidio y Cárcel de Reincidentes durante 18 años, convirtiéndose en Subinspector General. En la parte en la que hoy hay una coqueta chocolatería, lo que había era un Almacén de Ramos General llamado El Recreo, nombre que representaba a las actividades más apreciadas por los presos, la carpintería y la construcción. Dicho almacén estaba a cargo de Manuel Olmo y permaneció abierto hasta 1983. En la casa que hay junto a la chocolatería viven los descendientes de Pascasio y Manuel Olmo.

El edificio está considerado como vivienda histórica. Su interior es precioso, muy acogedor y con luz tenue. Tiene una gran variedad de dulces y sus precios son razonables. El personal que lo atiende es muy amable y presta una atención excelente. Está dividido en dos partes: una casa de té y un bar/restaurante. Yo sólo estuve en la casa de té y me encantó. 


   CASA OLMO   
Avenida San Martín 87, Ushuaia, Argentina
Teléfono: +54 2901 42-2824

Argentina: Opinión de la chocolatería Laguna Negra de Ushuaia



En la calle más céntrica y famosa de Ushuaia se encuentra una de las chocolaterías más famosas de toda Argentina. Los chocolates de Laguna Negra están disponibles en todo el país, pero lo mejor es visitar sus locales, cálidos y agradables, en el que puedes disfrutar de un buen submarino y un alfajor.

No sólo le han dado fama la calidad de sus productos, sino también el hecho de ser la Fábrica de chocolate más austral del mundo. No hay ningún lugar más al sur en el que se fabrique este rico manjar.


Durante mi viaje a Argentina, visité sus locales en Buenos Aires, El Calafate y Bariloche. Pero, en el que más ilusión me hacía entrar era en el de su tierra natal: el de Ushuaia.

El local es pequeñito y siempre lo vi abarrotado. La fila para entrar por la tarde es enorme, cuando los turistas vienen de sus excursiones y el centro de la ciudad se llena.


La parte de fuera está reservada a la tienda. Un gran mostrador y estanterías llenas de productos dulces argentinos. Al final están las mesas, aunque hay muy pocas, por eso se llena pronto.

👉 Un consejo: si vas a subirte en el Tren del Fin del Mundo, aprovecha para ir después a la chocolatería, porque puede que den un vale de descuento. Además, si vas antes de que vengan los turistas de las excursiones, podrás entrar sin tener que esperar tanto.



   LAGUNA NEGRA   
Av. San Martín 513, V9410
Ushuaia, Tierra del Fuego, Argentina
Teléfono: +54 2901 43-1144
www.lagunanegra.com.ar