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27 lugares imprescindibles que ver en Las Merindades y alrededores

Su nombre viene de Merino, la máxima autoridad de un territorio. Este cargo era dado por el Rey y el territorio que administraba recibía el nombre de Merindad. La comarca está compuesta por más de 360 núcleos de población agrupados en 26 municipios

Las Merindades están llenas de mágicos lugares donde perderse meses y meses. Es difícil elegir unos cuantos para pasar unas vacaciones. Te aseguro que siempre te van a faltar cosas que ver y vas a querer quedarte más tiempo aquí. Te propongo algunos de los rincones más maravillosos que te puedes encontrar en este idílico lugar. 


​💧 Qué ver en Las Merindades… si te gustan las cascadas ​💧

1. Cascada de Irús: en pleno Valle de Mena, se encuentra el pequeñito pueblo de Irús, unas cuantas casas enmarcadas en un paraje natural envidiable. Por sus calles apenas verás a nadie. Es como si este lugar se hubiera quedado detenido en el tiempo en forma de postal. Pero la aldea guarda un tesoro de incalculable valor: dos espectaculares cascadas que forma el río Hijuela bajo un tupido bosque.    👉 Quiero saber más. 

2. Cascada de Pedrosa de Tobalina: este pueblecito no supera los cien habitantes, pero en verano la zona se llena de turistas para bañarse en las aguas del río Jerea, afluente del Ebro. Justo al lado del pueblo verás la Cascada de Tobalina, con más de 20 metros de altura y 100 metros de largo. 👉 Quiero saber más. 

3. Cascada de Quisicedo: este pequeño lugar es uno de los conjuntos urbanos más importantes de la Merindad de Sotoscueva y sorprende por la gran cantidad de casonas de piedra que hay en su núcleo. Algunas de ellas fueron edificadas por indianos, naturales de la tierra, que a lo largo del siglo XIX hicieron fortuna en América. Desde aquí parte una hermosa ruta para para disfrutar de la Cascada de Quisicedo o de La Salceda, que tiene agua todo el año. 👉 Quiero saber más. 

4. Cascada de Tobera: Tobera es una aldea de tan sólo 23 habitantes. El entorno en el que está inmersa, entre un bosque de quejigos y junto a un desfiladero, hacen que su visita sea una delicia. Pero lo que de verdad la ha hecho famosa es la gran cantidad de cascadas que el cauce del río Molinar deja a su paso. Su escasa distancia con la localidad de Frías, de la que depende y a la que puedes ir andando en un cómodo paseo, te permiten disfrutar de ambos lugares en el mismo día para aprovechar tu visita.   👉 Quiero saber más. 

5. Cascadas de la Mea: encajonada al sur de los Canales de Dulla, en un estrecho cañón, la cascada de la Mea precipita sus aguas por una espectacular cascada con más de treinta metros de altura. La podrás ver siguiendo un sencillo sendero a escasos minutos del pueblo de Puentedey.

6. Orbaneja del Castillo: el pueblo más bonito de la provincia de Burgos se encuentra inmerso en el Valle de Sedano  y está atravesado por una gran cascada, a lo largo de la cual se han ido estableciendo las diversas construcciones que configuran su entramado urbano. Nada más que pasearse por estas calles, subiendo por sus escaleras junto al agua, ya desafía la imaginación de cualquier creador de paisajes. 👉 Quiero saber más. 


🏘️​ Qué ver en Las Merindades… si te gustan los pueblos con encanto ​🏘️​

7. Espinosa de los Monteros: se dice que después de Burgos capital, Espinosa de los Monteros es el segundo núcleo con más monumentos catalogados de la provincia burgalesa. Lo cierto es que la localidad posee una gran belleza en sí misma, además de lo espectacular del entorno que la rodea, en plena comarca de Las Merindades e inmersa en los bellos valles pasiegos de Burgos.  👉 Quiero saber más. 

8. Frías: otra de las maravillas que esconde la comarca burgalesa de Las Merindades es el pueblo de Frías, considerado como uno de los pueblos más bonitos de España. Bueno, ciudad. Y es que, a pesar de tener una población de 270 habitantes, tiene el orgullo de ser la ciudad más pequeña de España, un título concedido por el rey Juan II en 1435 y que aún sigue manteniendo. Toda la población se organiza bajo la defensa del castillo, aprovechando la estructura rocosa de la peña y dando lugar a un conjunto medieval impresionante. 👉 Quiero saber más. 

9. Medina de Pomar: este es el municipio más poblado de Las Merindades. Está situada cerca del río Trueba y su nombre hace referencia a los manzanos (pomar) que antiguamente crecían en su territorio. El origen de este núcleo está en la repoblación de Castilla realizada por grupos mozárabes durante la Alta Edad Media. Los Velasco, futuros Condestables de Castilla, la hicieron centro de su extenso señorío construyendo su alcázar y su panteón, así como otros muchos edificios que contribuyeron a dejar el importante legado patrimonial del que puedes disfrutar hoy y que han hecho que su centro sea declarado Bien de Interés Cultural.  👉 Quiero saber más. 

10. Puentedey: la aldea tan sólo tiene unos cincuenta habitantes, pero está considerada uno de Los Pueblos Más Bonitos de España. Y no es para menos, pasear por sus pocas calles es dar una vuelta por el pasado de la Merindad de Valdeporres. La tenacidad del río Nela ha dado lugar a una excepcional obra de excavación formando un enorme arco natural sobre el que se asienta el centro histórico del pueblo.   👉 Quiero saber más. 

11. Villarcayo: esta villa burgalesa es la capital de Las Merindades desde 1560, cuando le otorgó este privilegio Felipe II. El río Nela atraviesa la ciudad, que está inmersa en un verde valle, y riega su tranquilo parque de El Soto. A pesar de que su centro histórico ha sido declarado Bien de Interés Cultural, te vas a encontrar con una villa moderna, llena de servicios y bastante industrializada. No en balde, es el principal nudo de comunicaciones del norte de la provincia.   👉 Quiero saber más. 

12. Arija: si te apetece ir a la playa durante tu viaje a Burgos, puedes desplazarte hacia el Embalse del Ebro, situado entre la comarca cántabra de Campoo-Los Valles y la burgalesa de Las Merindades. Este enclave privilegiado constituye un paraíso para las aves, sobre todo acuáticas, que usan sus aguas y humedales como zonas de cría y de invernada. Por ello, está incluido en la Red Natura 2000 y está declarado Reserva Nacional de Aves Acuáticas. 👉 Quiero saber más. 

13. Valdelateja: se encuentra escondido entre el Valle de Sedano y el Valle del Rudrón. Justo aquí desemboca este río en las aguas del Ebro y da lugar a un esplendoroso paisaje de ensueño. Además de disfrutar de su arquitectura tradicional, aquí podrás caminar hacia su preciosa cascada o hacer un poco de senderismo ascendiendo hacia el verdadero origen del pueblo: el abandonado Siero y su Ermita de Santa Centola y Elena.  👉 Quiero saber más. 

14. Oña: asentada sobre un meandro del río Oca, Oña tiene un espectacular pasado medieval que ha dejado su impronta en las calles y monumentos de la localidad. Su Monasterio de San Salvador impresiona nada más verlo desde su plaza. En él se encuentran los sepulcros de los últimos condes de Castilla, así como algunos de los pertenecientes a los primeros monarcas castellanos. Acércate en verano para presenciar el espectáculo del famoso Cronicón de Oña.  👉 Quiero saber más. 


⛪​ Qué ver en Las Merindades… si te gustan las iglesias de leyenda ⛪​

15. Santa María de Siones: a los pies de la Sierra Magdalena, inmersa en el Valle de Mena, se encuentra la pequeña población de Siones. A la entrada del caserío verás este imponente templo considerado Monumento Nacional desde 1931. El lugar se encontraba en época romana en una calzada que unía Herrera de Pisuerga y Reinosa con el mar a través de Castro Urdiales, y durante la Edad Media se utilizó como ramal secundario del Camino de Santiago. Acércate a este lugar para conocer un extraña iconografía y su historia vinculada al Santo Grial. 👉 Quiero saber más. 

16. San Pantaleón de Losa: ya desde la carretera te sentirás sobrecogido por las vistas de esta maravillosa construcción en un paraje increíble. La Peña Colorada sobre la que se asienta el templo parece la proa de un barco, visible desde todo su entorno. El río Jerea y sus afluentes han dado forma a este sorprendente lugar. La misteriosa ermita que hay en su cima está llena de figuras sorprendentes y de leyendas sobre la sangre licuada de San Pantaleón, el Santo Grial y los Templarios. 👉 Quiero saber más. 

17. Santuario de Cantonad: este lugar, situado sobre la localidad de Vivanco, en pleno Valle de Mena,  se llena de feligreses cada 8 de mayo para honrar a la morenita y celebrar la fiesta del valle, una de las más antiguas de toda la provincia de Burgos. La excepcionalidad del paisaje que desde lo alto del monte se divisa ha hecho que, desde antiguo, mucho antes de la construcción del santuario, los antiguos pobladores ya practicaran rituales mágicos aquí. Los cristianos se hicieron con el lugar y construyeron una pequeña ermita allí arriba. 👉 Quiero saber más. 


🌄Qué ver en Las Merindades… si te gusta hacer senderismo🌄

18. Ascenso a Castro Valnera: con sus 1.718 metros de altura, es la cumbre más elevada de todo el sector oriental de la Cordillera Cantábrica. Y te aseguro que andar por el camino que lleva hacia ella no es apto para los que tengan vértigo. ❗❗Lo aviso: si no estás acostumbrado a subir montes, piénsatelo bien. El camino a veces se convierte en un estrecho sendero en el que tienes precipicio a ambos lados. Un problema añadido son las nieblas que te pueden surgir de improviso y que pueden hacer que tu caminata no sea tan idílica como pensabas. 👉 Quiero saber más. 

19. Mirador del Cañón del Ebro: elegido por la Guía Repsol para representar a Castilla y León para optar a ser el Mejor Rincón de España en 2012, el Mirador del Cañón del Ebro se alza en este lugar de la comarca burgalesa de Páramos para ofrecerte una de las vistas más singulares de la región. 👉 Quiero saber más. 

20. Lagunas de Gayangos: a medio camino entre Gayangos Bárcena de Pienza, tienes uno de los mejores humedales de la provincia. Su importancia se refleja en su protección para la nidificación y cría de numerosas especies de aves acuáticas, como el pato cuchara o el zampullín cuellinegro.   👉 Quiero saber más. 

21. Nacimiento del Cadagua: una pequeña senda te llevará al nacimiento del Cadagua. Las aguas emanan formando un amplio portalón que se abre bajo la Peña de La Magdalena y que recibe los nombres de El Bocarón o La Cencerrona, debido al estruendo que originan las aguas subterráneas que circulan por el interior de esta tierra kárstica. A los pies de esta cavidad surgen diversos manantiales llamados las Fuentes del Cadagua👉 Quiero saber más. 

22. El Ventanón de Ojo Guareña: durante cualquier viaje a Las Merindades es imprescindible visitar el Monumento Natural de Ojo Guareña, un complejo kárstico de catorce cavidades principales que suman más de 110 km de galerías subterráneas y que está declarado Bien de Interés Cultural. En temporada alta muchos turistas se acercan a este lugar para visitar sus cuevas o practicar senderismo en un entorno natural envidiable. De los tres senderos marcados, el más seguido es el de El Ventanón (P.R.C. BU-32), que discurre entre una extensa masa de encinar con quejigos que va aclarándose según desciende desde el Alto de la Concha.   👉 Quiero saber más. 

23. Pozo Azul de Covanera:  es uno de los lugares más visitados del Valle del Rudrón. Para llegar a él tendrás que dirigirte a Covanera, una aldea de tan sólo 20 habitantes perteneciente al municipio de Tubilla del Agua. A simple vista se podría decir que tiene unos diez metros de profundidad, pero no es así. De hecho, ni se sabe lo profundo que es. Ha habido diversas inmersiones realizadas por buceadores profesionales españoles, ingleses y holandeses, y lo máximo que han podido llegar es a alcanzar los 13’6 kilómetros de profundidad, sin que hayan podido descubrir al tope. 👉 Quiero saber más. 

24. Paseo del Oca: desde la monumental villa de Oña sale un sendero que recorre la hoz que el río Oca forma entre las abruptas paredes rocosas de un espectacular desfiladero. La ruta es prácticamente llana, tranquila y con sombra durante todo el camino. Si deseas hacerla de noche, el recorrido está iluminado👉 Quiero saber más. 


⛰️​ Qué ver en Las Merindades… si te gustan las cuevas ⛰️​

25. Cueva de San Bernabé: el Monumento Natural de Ojo Guareña es un complejo kárstico de catorce cavidades principales que suman más de 110 km de galerías subterráneas.  Este conjunto de cuevas está considerado uno de los mayores del mundo. Se extiende entre el valle del arroyo de la Hoz y el pueblo de Villamartín de Sotoscueva. La Cueva de San Bernabé se encuentra a 60 metros de desnivel sobre el actual sumidero del río Guareña. En su interior podrás visitar la sorprendente Ermita de San Bernabé y San Tirso.  👉 Quiero saber más. 

26. Cueva Palomera: dentro del complejo kárstico de Ojo Guareña, la Cueva Palomera destaca por la originalidad de su visita. Se trata de una cueva sin acondicionar en la que se pueden realizar espectaculares espeleopaseos.  frece una ruta sencilla, aunque algo exigente, a través de una de las concentraciones de tejos más importantes de la península. Está situada en la Sierra de la Peña, en plena Montaña Palentina y cuenta con 743 ejemplares, muchos de los cuales rozan el millar de años.   👉 Quiero saber más. 

27. Cuevas de los Portugueses:  muy cerca del lugar en el que el Arroyo de las Torcas vierte sus aguas al río Ebro, encontrarás estas curiosas formaciones excavadas aprovechando la roca arenisca característica de esta zona de la sierra de La Tesla, en el Desfiladero de la Horadada👉 Quiero saber más. 


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Cómo son las Cuevas de los Portugueses - Las Merindades

Muy cerca del lugar en el que el Arroyo de las Torcas vierte sus aguas al río Ebro, encontrarás estas formaciones excavadas aprovechando la roca arenisca característica de esta zona de la sierra de La Tesla, en el Desfiladero de la Horadada.

A través de unas escaleras de piedra te podrás adentrar en este complejo rupestre utilizado por ganaderos seminómadas entre los siglos VIII y IX, o por los mozárabes que huían de la guerra y se refugiaron aquí, o por algún que otro asceta. Lo cierto es que no se sabe realmente cuál es su datación, ni qué función tenían.

El lugar se compone de catorce habitaciones excavadas en un lugar idílico: un pequeño desfiladero cubierto de vegetación y regado por las aguas de un caudaloso arroyo, que pasa desapercibido desde el exterior.

Inicialmente eran habitáculos independientes con un único agujero que servía de puerta, junto a otro vano que hacía de ventana. Las paredes muestran que se usaron herramientas como picos, piquetas y azuelas para construirlas. A esta época primigenia corresponden los bancos corridos que recorren algunas de ellas y numerosos mechinales y hornacinas.

Para los seguidores de la corriente que afirma que estas cuevas fueron habitadas originalmente por ascetas, el también conocido como Eremitorio del Arroyo de las Torcas, sería una Laura cenobítica, una incipiente agrupación de monjes relacionados con la iglesia rupestre de San Pedro, situada en la ladera sur de la sierra de La Tesla, o con la desaparecida ermita de San Fermín, que se encontraba en el Camino Real a la Oradada.

De este modo, las cuevas habrían funcionado como celdas independientes, de un solo acceso y que estarían ocupadas por un único monje.

¿Por qué se llaman Cuevas de los Portugueses?

Su nombre actual, Cuevas de los Portugueses o del Pontarrón, proviene de principios del siglo XX. En esa época se construyó un canal para llevar las aguas desde el embalse de Cereceda hasta la central hidroeléctrica de Trespaderne.

En la obra trabajaron muchos obreros portugueses que usaron las cuevas como vivienda mientras duró la construcción del canal. Fueron ellos los que modificaron la obra, comunicando entre sí los habitáculos mediante pasillos.

Cómo llegar a las Cuevas de los Portugueses

Siguiendo la carretera Oña – Trespaderne (N-629), junto al desvío hacia Tartalés de Cilla, verás las escaleras que dan acceso al complejo. Puedes dejar el coche justo delante de ellas, a un lado de la carretera, aunque hay poco espacio.

Si no tienes hueco, puedes continuar con dirección a Tartalés de Cilla. Pasada la primera curva verás otro pequeño parking con espacio para dos o tres vehículos.

👉 La visita se hace por libre, es gratuita y dura unos quince minutos.


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Ojo Guareña - Cómo es la visita a la Cueva de San Bernabé

Una de las visitas imprescindibles de Las Merindades es acercarte a conocer el Monumento Natural de Ojo Guareña, un complejo kárstico de catorce cavidades principales que suman más de 110 km de galerías subterráneas. Y eso que se sepa, porque aún no se conoce el tope de este mágico lugar distribuido en seis niveles inferiores que ha estado habitado desde el Paleolítico Inferior.

Este complejo de cuevas está considerado uno de los mayores del mundo. Se extiende entre el valle del arroyo de la Hoz y el pueblo de Villamartín de Sotoscueva. Tales cavidades han sido posibles gracias a las aguas del Guareña, el Trema y el arroyo de la Hoz. La acción erosiva del agua sobre las calizas ha conformado este relieve de escarpes y cuestas ha dado lugar a los preciosos cañones del Trema y del arroyo y ha originado el valle ciego de San Bernabé. Sin embargo, en este enclave, el río Guareña no ha sido capaz de abrir su propio desfiladero y ha encontrado una vía de escape a través de la roca, siendo en principal responsable de todo el sistema de cavidades actual.

Cómo es la visita a la Cueva de San Bernabé

La cavidad más famosa de Ojo Guareña y la más visitada es la de San Bernabé. Para llegar a ella, tendrás que dejar tu coche el aparcamiento que hay en el Alto de la Concha y descender por la rampa que está señalizada. Pero antes, detente un poco a contemplar el valle desde allí arriba. Es sobrecogedor.


Al final de la rampa tienes el acceso a la Cueva de San Bernabé, que se encuentra a 60 metros de desnivel sobre el actual sumidero del río Guareña y donde te darán un casco.

A diferencia de la Cueva Palomera, ésta sí está acondicionada para el paseo turístico a través de una pasarela con barandilla e iluminación, por lo que es de fácil acceso. El recorrido que se realiza tiene una longitud de 400 metros, siempre acompañado por un guía.

La visita comienza el la Sala del Ayuntamiento. Es curioso que esta cavidad fuera el lugar elegido para realizar sus sesiones desde 1885 hasta 1924, año en el que se trasladaron a Cornejo. Debían de ser muy interesantes, nada más que por el hecho de celebrarlas aquí.

A continuación, ya dentro de la cueva, verás una proyección sobre Ojo Guareña y las entrañas del lugar en el que te encuentras, incluyendo sitios a los que es casi imposible su acceso, a no ser que seas un espeleólogo experimentado.

Continuando el recorrido, verás las llamadas Pilas del Santo, donde cuentan que las aguas que contienen son capaces de curar cualquier enfermedad y, a través de una pasarela, te adentrarás en la Galería de los silos, donde los antiguos pobladores almacenaban el trigo.

Finalmente, llegarás a la zona más famosa de la cueva, la Ermita de San Bernabé y San Tirso. La visión es simplemente magnífica. Todos los techos y las paredes de la cavidad están llenos de coloridas pinturas que cuentan los martirios y milagros de San Tirso. También se exponen pinturas dedicadas a otros personajes de la comarca que buscan su perdón y sus milagros.


Estas maravillas anónimas han sido datadas entre 1705 y 1877. En una de sus paredes también verás el archivo del Ayuntamiento de la Merindad de Sotoscueva.

La ermita en sí no se sabe cuándo se construyó, aunque algunos sitúan su origen entre los siglos VIII y IX. Lo que sí que se conoce es que comenzó estando dedicada sólo a San Tirso y en el siglo XVIII se unió San Bernabé a su advocación.

Durante el sábado siguiente al 11 de junio, cada año se lleva a cabo la romería en honor a San Bernabé en una Fiesta de Interés Turístico Regional, en la que se celebra una misa dentro de la ermita.

 ¡Atención! 

Puedes combinar la visita a la Cueva de San Bernabé y a la Cueva Palomera, haciendo una por la tarde y otra por la mañana. Sin embargo, como para las dos es necesario realizar una reserva previa, hazlas con muchísima antelación, pues las entradas se agotan nada más sacarlas a la venta.

👉 Más información sobre horarios y visitas. 

Para tener una visión completa de este majestuoso enclave, te recomiendo que:

😇 Visites la Cueva de San Bernabé.

⛰️​Te adentres casi a oscuras en la Cueva Palomera.

​💧​  Desciendas hasta el paraje del Sumidero.

🥾​ Realices algún sendero, como el del Ventanón.

🏡 Entres en la Casa del Parque de Quintanilla del Rebollar.



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Ojo Guareña - Cómo es la visita a la Cueva Palomera

En un viaje por Las Merindades no puedes dejar de visitar el entorno de Ojo Guareña, un estremecedor complejo kárstico declarado Monumento Natural y Bien de Interés Cultural. En este lugar hay más de 110 kilómetros de cavidades, lo que lo hacen el complejo de cuevas más grandes de España y uno de los diez mayores del mundo.

La mayoría de la gente viene a este lugar a conocer la famosa Cueva de San Bernabé o realizar una de las múltiples rutas de senderismo que ofrece este maravilloso entorno, como el Sendero que lleva al Ventanón. Sin embargo, pocos se atreven a sumergirse en la experiencia única de adentrarse en la Cueva Palomera (o tienen la suerte de hacerse con una de sus limitadas entradas).

Existen dos tipos de recorridos por el interior de la cueva. El primero llega sólo hasta la Sima Dolencias, tiene una longitud de 1’5 km y dura unas 2’5 horas. El segundo te llevará un kilómetro más adentro, hasta llamada sala del Museo de Cera y dura unas cuatro horas.

Una vez dejado el coche en el Alto de la Concha, la visita comienza en la entrada de la Cueva de San Bernabé, por lo que tendrás que bajar las escaleras que llevan al lugar más fotografiado de la zona y cuyas vistas así lo merecen.

Ya abajo, comenzará una charla de iniciación al entorno en el que te encuentras y te darán un casco provisto de luz. Y es que la mayor dificultad que tiene el descenso a la Cueva Palomera es que está sin acondicionar.

¿Qué quiere decir que está sin acondicionar? Pues que, quitando el tramo inicial, allí no hay luz, ni escalones. Sentirás la inmensidad de la cavidad mientras caminas prácticamente a oscuras. Tendrás que tener cuidado con dónde pisas, prestar mucha atención a las paredes y al suelo, ir agachado en algunas zonas, subir y bajar cuestas, caminar por terrenos irregulares y escurridizos… Te lo aseguro, esto hace que la visita sea mucho más auténtica e inmersiva. Aunque no hace falta que seas un deportista especializado. Como único equipamiento, tan sólo llevarás tu casco con luz.

La Cueva Palomera forma parte de este complejo de cuevas y galerías que se distribuyen a lo largo de seis niveles y que aún nadie ha logrado adivinar dónde está su final. Durante la visita lo que tú vas a ver es el cuarto nivel, por el que a veces discurre el agua. Si tienes suerte, puedes llegar a ver cómo se forma una cascada de 54 metros de altura en su interior, aprovechando las aguas del arroyo de Villmartín de Sotoscueva, cuando éste se sumerge en la cueva a través de la Sima Dolencias.

Se sabe que ha sido transitada desde hace milenios, pues en ella se hay pinturas rupestres de más de 10.000 años.​ En la Sala de las huellas han hallado unas pisadas de pies descalzos que realizan un recorrido de ida y vuelta (parece que alguien se adentró, no se atrevió a andar más y volvió sobre sus pasos). También se encontraron dos fragmentos de antorcha con unas antigüedades de 15.600 y 3.600 años.



Los verdaderos artífices de este bello paisaje cavernario son las aguas de los ríos subterráneos Guareña y Trema, quienes han erosionado la roca caliza dando lugar a majestuosas galerías y formaciones.

Los guías son expertos geólogos que conocen el terreno y se nota que sienten pasión por lo que hacen. Desde la Cueva de San Bernabé subirás de nuevo los escalones para volver al aparcamiento y descender por la Dolina de Palomera hasta la entrada de la Cueva Palomera. Se trata de un espeleopaseo, una sobrecogedora actividad que respeta al máximo el entorno natural a través de un turismo controlado.

Tras bajar agarrado a una barandilla de cuerda por una cuesta que está iluminada, la visita seguirá utilizando sólo la luz de tu casco. Aunque, a veces, para hacerlo aún más interesante, hasta éste se apagará. Durante el recorrido accederás a la Sala Edelweiss, la Galería Principal y la base de Sima Dolencias continuando por la Galería del Teléfono hasta llegar a la Sala del Cacique. Desde la Sala del Cacique se vuelve por el mismo camino a través de la Galería del Teléfono hasta la galería que permite la conexión de ésta con el último tramo de la Gran Diagonal, desde donde se sigue hasta el Museo de Cera.

A lo largo de este espeleopaseo te toparás con decenas de estalactitas, estalagmitas, columnas, fósiles y algún que otro bichillo minúsculo, pues la cueva tiene una gran importancia a nivel de biodiversidad, contando con 35 especies invertebradas endémicas. Muchas veces verás el techo brillas como resultado de la condensación del agua y de las bacterias que hay en su interior.

Si tienes la oportunidad de ir en época de lluvias, verás la cascada en la Sima Dolencias, llamada así porque en la antigüedad era costumbre despeñar a los animales enfermos a través de ella. Y su agonía y dolores se escuchaba desde el cercano pueblo de Villamartín.

 ¡Atención! 

Puedes combinar la visita a la Cueva de San Bernabé y a la Cueva Palomera, haciendo una por la tarde y otra por la mañana. Sin embargo, como para las dos es necesario realizar una reserva previa, hazlas con muchísima antelación, pues las entradas se agotan nada más sacarlas a la venta.

👉 Más información sobre horarios y visitas. 

Para tener una visión completa de este majestuoso enclave, te recomiendo que:

😇 Visites la Cueva de San Bernabé.

⛰️​Te adentres casi a oscuras en la Cueva Palomera.

​💧​  Desciendas hasta el paraje del Sumidero.

🥾​ Realices algún sendero, como el del Ventanón.

🏡 Entres en la Casa del Parque de Quintanilla del Rebollar.