Ojo Guareña - Cómo es la visita a la Cueva Palomera

En un viaje por Las Merindades no puedes dejar de visitar el entorno de Ojo Guareña, un estremecedor complejo kárstico declarado Monumento Natural y Bien de Interés Cultural. En este lugar hay más de 110 kilómetros de cavidades, lo que lo hacen el complejo de cuevas más grandes de España y uno de los diez mayores del mundo.

La mayoría de la gente viene a este lugar a conocer la famosa Cueva de San Bernabé o realizar una de las múltiples rutas de senderismo que ofrece este maravilloso entorno, como el Sendero que lleva al Ventanón. Sin embargo, pocos se atreven a sumergirse en la experiencia única de adentrarse en la Cueva Palomera (o tienen la suerte de hacerse con una de sus limitadas entradas).

Existen dos tipos de recorridos por el interior de la cueva. El primero llega sólo hasta la Sima Dolencias, tiene una longitud de 1’5 km y dura unas 2’5 horas. El segundo te llevará un kilómetro más adentro, hasta llamada sala del Museo de Cera y dura unas cuatro horas.

Una vez dejado el coche en el Alto de la Concha, la visita comienza en la entrada de la Cueva de San Bernabé, por lo que tendrás que bajar las escaleras que llevan al lugar más fotografiado de la zona y cuyas vistas así lo merecen.

Ya abajo, comenzará una charla de iniciación al entorno en el que te encuentras y te darán un casco provisto de luz. Y es que la mayor dificultad que tiene el descenso a la Cueva Palomera es que está sin acondicionar.

¿Qué quiere decir que está sin acondicionar? Pues que, quitando el tramo inicial, allí no hay luz, ni escalones. Sentirás la inmensidad de la cavidad mientras caminas prácticamente a oscuras. Tendrás que tener cuidado con dónde pisas, prestar mucha atención a las paredes y al suelo, ir agachado en algunas zonas, subir y bajar cuestas, caminar por terrenos irregulares y escurridizos… Te lo aseguro, esto hace que la visita sea mucho más auténtica e inmersiva. Aunque no hace falta que seas un deportista especializado. Como único equipamiento, tan sólo llevarás tu casco con luz.

La Cueva Palomera forma parte de este complejo de cuevas y galerías que se distribuyen a lo largo de seis niveles y que aún nadie ha logrado adivinar dónde está su final. Durante la visita lo que tú vas a ver es el cuarto nivel, por el que a veces discurre el agua. Si tienes suerte, puedes llegar a ver cómo se forma una cascada de 54 metros de altura en su interior, aprovechando las aguas del arroyo de Villmartín de Sotoscueva, cuando éste se sumerge en la cueva a través de la Sima Dolencias.

Se sabe que ha sido transitada desde hace milenios, pues en ella se hay pinturas rupestres de más de 10.000 años.​ En la Sala de las huellas han hallado unas pisadas de pies descalzos que realizan un recorrido de ida y vuelta (parece que alguien se adentró, no se atrevió a andar más y volvió sobre sus pasos). También se encontraron dos fragmentos de antorcha con unas antigüedades de 15.600 y 3.600 años.



Los verdaderos artífices de este bello paisaje cavernario son las aguas de los ríos subterráneos Guareña y Trema, quienes han erosionado la roca caliza dando lugar a majestuosas galerías y formaciones.

Los guías son expertos geólogos que conocen el terreno y se nota que sienten pasión por lo que hacen. Desde la Cueva de San Bernabé subirás de nuevo los escalones para volver al aparcamiento y descender por la Dolina de Palomera hasta la entrada de la Cueva Palomera. Se trata de un espeleopaseo, una sobrecogedora actividad que respeta al máximo el entorno natural a través de un turismo controlado.

Tras bajar agarrado a una barandilla de cuerda por una cuesta que está iluminada, la visita seguirá utilizando sólo la luz de tu casco. Aunque, a veces, para hacerlo aún más interesante, hasta éste se apagará. Durante el recorrido accederás a la Sala Edelweiss, la Galería Principal y la base de Sima Dolencias continuando por la Galería del Teléfono hasta llegar a la Sala del Cacique. Desde la Sala del Cacique se vuelve por el mismo camino a través de la Galería del Teléfono hasta la galería que permite la conexión de ésta con el último tramo de la Gran Diagonal, desde donde se sigue hasta el Museo de Cera.

A lo largo de este espeleopaseo te toparás con decenas de estalactitas, estalagmitas, columnas, fósiles y algún que otro bichillo minúsculo, pues la cueva tiene una gran importancia a nivel de biodiversidad, contando con 35 especies invertebradas endémicas. Muchas veces verás el techo brillas como resultado de la condensación del agua y de las bacterias que hay en su interior.

Si tienes la oportunidad de ir en época de lluvias, verás la cascada en la Sima Dolencias, llamada así porque en la antigüedad era costumbre despeñar a los animales enfermos a través de ella. Y su agonía y dolores se escuchaba desde el cercano pueblo de Villamartín.

 ¡Atención! 

Puedes combinar la visita a la Cueva de San Bernabé y a la Cueva Palomera, haciendo una por la tarde y otra por la mañana. Sin embargo, como para las dos es necesario realizar una reserva previa, hazlas con muchísima antelación, pues las entradas se agotan nada más sacarlas a la venta.

👉 Más información sobre horarios y visitas. 

Para tener una visión completa de este majestuoso enclave, te recomiendo que:

😇 Visites la Cueva de San Bernabé.

⛰️​Te adentres casi a oscuras en la Cueva Palomera.

​💧​  Desciendas hasta el paraje del Sumidero.

🥾​ Realices algún sendero, como el del Ventanón.

🏡 Entres en la Casa del Parque de Quintanilla del Rebollar.











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