La segunda ciudad más poblada de la provincia de Burgos descansa a ambos lados del Ebro, en los límites con Álava y La Rioja, sobre una gran llanura rodeada por los Montes Obarenses. El río divide a la ciudad en dos zonas: el centro histórico (Aquende) y la parte moderna (Allende).
No se sabe
mucho de su fundación, aunque Miranda comienza a ser relevante gracias al fuero
de repoblación que le concedió Alfonso VI en el año 1099, este privilegio
contribuyó a la aparición de una gran actividad mercantil, que se vio aún más
reforzada por ser elegida en el siglo XIV como lugar de celebración de
distintas ferias.
Hoy sigue
siendo un núcleo importante de conexión con el norte de España y su casco histórico
aún conserva restos de su pasado medieval. Además, te ofrece la oportunidad de probar
su vino con Denominación de Origen o sus morcillas y delgadillas (más finas).
🚘 Aparcar en el
centro histórico es casi imposible. En mi caso, dejé el coche gratis en el
aparcamiento público que hay en la calle Reyes Católicos. Se encuentra en la
parte nueva de la ciudad, a unos diez minutos andando del famoso Puente de
Carlos III.
Qué ver en
Miranda de Ebro
1. Puente de
Carlos III: es el puente más conocido de la ciudad. Antiguamente fue uno de los
pasos más importantes que había sobre el río Ebro y por él se transportaban mercancías,
ejerciendo derecho de pontazgo para cobrar impuestos. Se cree
que el primero fue de madera y que estuvo en pie hasta 1177, cuando se construyó el puente
medieval con permiso de Sancho III. Desgraciadamente, una fuerte riada acabó
con él en 1775. Lo que ves ahora es la edificación que se levantó después, en
tiempos de Carlos III. Al atravesarlo, llegarás al casco antiguo.
2. Castillo: su
construcción data del siglo XIV, aunque se piensa que Miranda tuvo que tener otras
fortalezas anteriores. La historia del actual comienza con el Señor de Vizcaya,
Don Tello, quien solicitó al Obispado que le cediera los terrenos en los que se
encontraba la iglesia de Santa María. Los permisos llegaron tarde, justo tres
años después de que muriera Tello. Sin embargo, los recogió Pedro Sarmiento
quien ocupó la iglesia en contra de los vecinos y comenzó la construcción de un
castillo, cuyas obras estuvieron dirigidas por el cantero Juan Guas.
Hoy puedes
visitar sus restauradas ruinas a través del CIMA (Centro de Interpretación de
Miranda Antigua). Con la entrada se accede al Jardín Botánico de las terrazas
de la ladera del cerro de La Picota y al interior del castillo. Desde allí hay
unas increíbles vistas de la ciudad.
3. Plaza de España: constituye el centro del casco histórico. Allí se concentran el edificio del Ayuntamiento, la Casa de los Urbina (s. XVI) y la Casa de las Cadenas, un palacete en el que se hospedó Napoleón y Fernando VII, quien colocó en 1828 unas cadenas en recuerdo de su estancia.
4. Teatro
Apolo: junto a la Iglesia de Santa María puedes ver el teatro más importante de
la ciudad. Se construyó en estilo neoclásico en 1921 y destaca sobre las demás casas
por su emblemático color.
5. Iglesia de
Santa María de Altamira: constituye la sede actual de la iglesia que tomó Pedro
Sarmiento para hacer su castillo. Se levantó en el siglo XV, cuando éste perdió
el favor real y todas las propiedades de la iglesia (incluidas sus piedras)
fueron bajadas a este lugar, conocido como Hospital del Chantre de Calahorra,
quien antiguamente daba agua, pan y queso a los peregrinos del Camino del Santiago.
6. Iglesia del
Espíritu Santo: se encuentra fuera del centro histórico, justo en frente del
Puente de Carlos III. Se levantó en el siglo XIII, lo que la hace la iglesia
más antigua de Miranda. Cuenta la leyenda que el Cid Campeador oró aquí con sus
caballeros en el siglo XI, en un templo anterior sobre el que se habría levantado
posteriormente éste.
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