Después de volver a la furgoneta, fuimos a comer. Nada, que el Bosque de Piedra ni aparecía. Mientras comíamos en una mesa todos juntos, estaban anunciando en un escenario pinturas chinas para venderlas. Mi amigo chino, me miró, pensó un rato y me dijo: “No shopping, No shopping.” Supongo que después de asustarse por la clavada que me habían metido en la excursión, le daría pena y no querría que me timasen más.
Bueno, después de
comer por fin nos llevaron a Shi Lin. Nos metieron por un camino alternativo,
detrás de un cartel de publicidad donde había escombros y chabolas. Pero así,
pudimos llegar a la misma puerta, porque los autobuses y las excursiones te
dejan a dos kilómetros de la entrada para que tengas que coger taxis o coches
eléctricos. Así, negocio seguro.
Como no había mucho
tiempo, vimos un poco del parque andando y luego nos montamos en un coche
eléctrico (sin pagar más, ufff). Pero el paisaje era impresionante. Las fotos
hablan por sí mismas.
Visto lo más
representativo del bosque, nos llevaron a un complejo enorme, con un montón de
tiendas. Todas ellas dedicadas al té Puer, una variedad de té rojo, muy famoso
en Yunnan. Nos metieron en un edificio y nos sentaron en una habitación. Unas
chinas con vestido tradicional, nos mostraron en chino los beneficios de este
té como si fuera un anuncio de la Teletienda. Nos bebimos tres vasos de té
distintos, pero nadie compró. Las chinas primero se asombraron de vernos, luego
no paraban de mirarnos y sonreír. Pero mi amigo seguía insistiendo en el
“no shopping, expensive”.
Cuando salimos de la
habitación, las chinas empezaron a hablar con la guía. Supongo que le dirían
que ninguno habíamos comprado nada y… puso una cara de cabreo que le duró todo
el resto del viaje.
El timo de contratar una excursión para que te dejen tirada en mitad de un polígono chino
Cuando salimos volvió
a ocurrir lo mismo: la guía estaba mucho más cabreada porque nadie había
comprado nada y ella iría a comisión. Por usurera, que ya nos había timado
bastante.
Cuando íbamos a
montarnos en la furgoneta, literalmente nos echó. Empezó a gritarnos sin
sentido, no nos enterábamos de nada. De repente, se montó ella y… ¡se fue!
Nos dejó allí tirados
a todos. Los demás empezaron a parar taxis. Yo lo intenté, pero al
verme occidental no me cogían. Se paraban y se iban. Estaba desesperada, en mitad de ninguna parte y sin tener ni puta idea de dónde
estaba.
Vi una parada de
autobús y me monté en el primero que pasó, sin saber ni adónde iba. Y es
que se acercaba la noche y no quería estar en mitad de un polígono.
Por suerte, el autobús
tiró para el centro. Me bajé en lugar con mucho bullicio, con la esperanza
de que fuera céntrico y alguien me ayudara a volver al hotel, pero como en
esta puñetera ciudad no encontraba a nadie que hablara inglés, ni que quisiera ayudar a occidentales pues… nada.
Con cara de pena y ya
casi llorando, conseguí que uno de los taxis parara al verme tan desconsolada.
Le rogué que me llevara al hotel, que le pagaba lo que pidiera. El tío se
portó bien, me llevó y me salió barato. Resulta que estaba relativamente
cerca, había atinado con el autobús. Pura suerte.
Cómo llegar a Shi Lin, el Bosque de Piedra
Cómo llegar a Shi Lin, el Bosque de Piedra
👉 Desde la Kunming East Coach Station salen autobuses cada 20-30 minutos.
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2 comentarios
comentariosMe estoy quedando a cuadros¡¡¡ Y no solo por la pena que me dais sino xq me estoy quedando aterrada, ya que nosotros vamos en Mayo a China aunque no a Kunming. Por cierto que en las fotos Shilin se ve precioso, pero con lo que os pasó a mi me destrozan el viaje.
ReplyPorque no cogisteis directamente uno de los autobuses que salen directamente desde la Kunming East Coah? os habeis enterado después de haber vuelto?
Enfin, voy a seguir leyendo a ver si la cosa va mejorando
Hola. Gracias por tu comentario.
ReplyComo ves debéis llevarlo todo muy preparado en cuanto a mapas y demás y tener muy claro dónde está todo y cómo ir :) China es difícil si vais por vuestra cuenta.
Kunming en concreto fue un sitio muy difícil para nosotros, pues fue la única ciudad de China en la que no encontramos a nadie que hablara inglés, bueno, ni a nadie que quisiera ayudarnos. Todos se apartaban al vernos, ningún taxi nos cogía... en fin, una odisea. Sabíamos que de la estación salían estos autobuses pero no sabíamos ir a la estación y no había modo alguno de que alguien nos prestara ayuda. Ante estas perspectivas, decidimos hacer la excursión del hotel porque nos asegurábamos ir a Shilin y "volver al hotel" (qué ilusos).
Lo cierto es que en Kunming sólo nos cogió un taxi cuando me vio casi llorando y al día siguiente cuando en el hostal (que sí que por fin hablaban algo de inglés) nos dieron folletos y tuvimos suerte.
Y no tengas miedo por tu viaje. Estos sustillos lo hacen todo más interesante, y luego te ríes al recordarlo. China es precioso y merece la pena. No te arrepientas de ir, antes de que el país cambie del todo.