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Nueva Zelanda: Día 8 – Qué ver en Murchinson, un pueblo de los Alpes Neozelandeses


Murchinson, con una población que no llega a los 800 habitantes, parece un pueblo fantasma del oeste. Unas cuantas casas y muy destartalado, pero con unos cafés enormes a buen precio justo en frente del taller. Su localización es privilegiada: está en una planicie rodeado de los Alpes neozelandeses. Está a 125km de Nelson y a 95km de Westport. El paisaje y la rasca imponentes.


Hay dos aseos gratuitos en el pueblo, una biblioteca con wifi gratis cuando está abierta y un museo de antigüedades. Aunque estaba ya cerrado, pude entrar a ver algunas dependencias que parecían abandonadas o dejadas. Ya no sabía si las telarañas y la mugre eran parte de la escenografía del museo…






También hay algunos hoteles, una lechería, un supermercado 4square bastante caro y una carnicería.

No está mal para hacer una paradita y respirar un poco en el camino que va de Picton a Wesport.




Nueva Zelanda: Día 8 – Conduciendo desde Picton a Westport, Nelson Lakes


Picton 

El ferry más común llega desde Wellington a Picton en tres horas y media. Picton  es un pueblo de unos 400 habitantes que en verano se llena de bullicio. Para ser el principal punto de destino de viajeros que vienen de la isla norte en barco, asombra que sea tan pequeña y que tenga tan pocos servicios.

Yo llegué a las 6’30 de la mañana. Aún de noche, no había ni una cafetería abierta. Esperé un poquito a que amaneciera y me di una vuelta por el puerto. Es bastante bonito, con unas casitas pequeñas que forman las calles principales: London Quay, Dublin Street y High Street.



La población se encuentra alrededor de un barranco, al inicio del fiordo Queen Charlotte. Y las vistas desde la orilla son preciosas. Aparte de esto, el pueblo no ofrece mucho: unas cuantas caminatas y dos museos algo caros: Edwin Fox Maritime Museum (10$ para ver el interior de un antiguo barco) y Picton Museum (5$ por ver la historia de Picton y fotografías antiguas).



Al final, me harté  de esperar a que abriera algo y me fui a Blenheim, a 29 km, mucho más grande (más de 26.000 habitantes), pero con los edificios más desperdigados y sin tanto encanto.


Mi viaje para ese día era bastante largo: atravesar desde Picton todas las montañas de los Alpes Neozelandeses para llegar a Westport. Para ello, lo primero que tuve que pasar fue la región vinícola de Marlborough, donde se producen tres cuartas partes del vino de toda Nueva Zelanda en sus más de 140 bodegas. Más de 40 permiten la entrada turística, pero son bastante caras. No obstante, disfrutar de la carretera plagada de viñedos a ambos lados ya merece la pena.




Nelson Lakes 

Los viñedos se van acabando y el paisaje cambia completamente conforme te acercas al Parque Nacional de los Nelson Lakes. Las hayas y las montañas con sus cumbres nevadas rodean los lagos Rotoiti y Rotoroa.






Desde Murchinson, para seguir bajando hacia la costa oeste, hay dos caminos desde Inangahua Junction: seguir por la SH6 hasta Westport o coger la SH69 para ir Gerymouth atravesando Reefton. Yo decidí seguir la primera ruta porque quería atravesar el puente colgante más largo de todo el país.



Nueva Zelanda: Día 7 – Cómo cruzar el Estrecho de Cook en ferry


👉 Para cruzar el estrecho de Cook en ferry hay dos posibilidades:

1. Interislander

Hace dos trayectos diarios a Picton. Sus barcos (el Aratika y el Arahanga) son enormes y tienen un montón de comodidades. El inconveniente está en su precio. Es el más caro de las dos compañías.


En la estación de tren de Wellington hay un servicio gratuito de autobús hasta la terminal del ferry.



2. Bluebridge 

Mucho más barata, fue la que reservé. Sus barcos no son tan grandes, pero también están llenos de cosas: sala de cine, cafetería, restaurante…

La ventaja es que la terminal está en pleno centro de Wellington, justo al lado de la estación de tren.


Hay que estar en la terminal con una hora de antelación, aunque se embarca media hora antes. Allí te dan una tarjeta para ti y otra para que se la pongas a tu vehículo. La entrada en el ferry es muy fácil y hay mucho personal para ayudar. No obstante, hacen hincapié mil veces en que apagues las luces antes de entrar en el barco para no cegar a los trabajadores.

Una vez dentro, entregas tu tarjeta en la recepción y te darán el pasaje y la llave, si has pedido camarote.

Consejos para cruzar el Estrecho de Cook en ferry

● Merece la pena contratar un camarote. Ahorrarás una noche de alojamiento y tendrás más tiempo para ver cosas al día siguiente, porque se duerme muy a gusto en ellos. Mi camarote tenía una litera con ropa de cama, un escritorio, un WC y una ducha con gel y champú. Lo único malo es que habían tenido un problema con la calefacción esa noche y hacía bastante frío.



● Los camarotes sólo están disponibles a ciertas horas: sólo cuando se trata de un trayecto nocturno. Si es de madrugada, te dejan entrar en el barco mucho antes para que puedas descansar en condiciones. Mi barco salía a la 2’30 de la mañana y pude embarcar a las 23’00 e irme a dormir. No pude cenar en el barco porque a esas horas el servicio de restaurante estaba muy limitado y sólo ofrecían snacks fríos.

● Puedes reservar tu desayuno por 8$ para que esté listo a la hora que quieras. Consta de una bebida a elegir y un plato (huevos con bacon, tazón de cereales o muffin y fruta). Los menús los tienes en su página web  http://www.bluebridge.co.nz/

● También tiene wifi gratis que funcionó perfectamente.



El barco llegó a las 6 de las mañana. Media hora antes de llegar, llaman a la puerta para despertarte. Si es verano, puedes pedir en recepción que te avisen por teléfono a la habitación cuando el barco esté atravesando los fiordos. Esas vistas del amanecer son impresionantes. Pero yo no tuve suerte. Como  fui en invierno, no ofrecían este servicio porque los atravesamos de noche y no se veía nada.

● Es de las primeras cosas que tienes que reservar cuando planifiques tu viaje. Los pasajes son muy limitados y es muy difícil encontrar plaza. Yo reservé dos meses antes y ya había barcos completos para esa fecha. Tuve suerte porque de madrugada quedaban aún muchas plazas.

Precio en el Bluebridge Ferry
  • 2 adultos: 51$
  • 1 campervan: 153$
  • 1 camarote doble: 40$
  • Total: 295$



Dando la vuelta a Nueva Zelanda - Itinerario de viaje


Estreno continente

Este año intentaré adentrarme en las Antípodas, al país más retirado que se puede visitar desde España. Tengo pensado alquilar una campervan para ir alternando entre hoteles y campings, dando la vuelta a Nueva Zelanda con la mochila a cuestas.


Para ello iré en un vuelo con escalas en Amsterdam y en Guangzhou, y llegaré a Auckland dos días después. Cruzaré la isla norte y sur en campervan, atravesaré el Estrecho de Cook en un camarote del ferry nocturno  y volveré a Auckland desde Christchurch en vuelo interno.


Más de 3400 km en coche visitando:


A ver cómo me sale. Dependo de un tiempo bastante malo, de unos coches de alquiler bastante viejos en todo el país y de zonas montañosas que puede que estén cortadas… Nueva aventura  😀



Alquilar una caravana para viajar por Nueva Zelanda - Jucy Rentals


Al principio pensaba que no iba a alquilar vehículo, pero las distancias son enormes, el transporte público tarda mucho y tiene muy pocos horarios, hay muy pocos tramos de tren y lo más espectacular de Nueva Zelanda es su naturaleza, algo que no está tan accesible si no vas con vehículo propio.

Lo mejor para viajar por Nueva Zelanda es alquilar una caravana o, como yo, una campervan. Y es que el país está muy bien equipado para los que viajan de esta manera. Hay zonas de acampada libre por todos lados, los campings están muy bien preparados en general y los servicios están por todas partes.

Tras dudar mucho, al final decidí alquilar por medio de Jucy Rentals. Una compañía que ya se ha extendido a parte de EEUU y a Australia. Es muy usada en Nueva Zelanda y raro ha sido el sitio en el que no me he encontrado con otra caravana verde y morada. Ya parecía como si perteneciéramos a un club, pues los demás Jucys me saludaban por la carretera y por la calle por llevar la misma camioneta.

La compañía, como todas, hay que mirarla con lupa. Pero al final, me pareció estupenda.

Al llegar al aeropuerto, llamé desde una cabina de teléfonos a un número gratuito para que vinieran a recogerme. En 10 minutos estaba un chico allí que me llevó a su oficina. Allí me esperaba la sorpresa: a pesar de tenerlo todo muy bien atado por internet y haberme leído las condiciones cien veces, resulta que no me cobran de fianza un 20%, sino que son 3000€. Una pasada. La chica dio por hecho que el límite de mi tarjeta no iba a aceptar tanto y, ante mi cara de sorpresa, rápidamente me enseñó todas las opciones de seguros que tenían. Si contrataba uno, no hacía falta pagar la fianza. Un chollo para ellos, vamos. El seguro más sencillito costaba más que lo que me pedían por el alquiler. Menos mal que una de las tarjetas la llevaba sin límite, porque si no, mi presupuesto al traste. Y, con el cabreo, no contraté ningún seguro.

Después me pusieron un vídeo sobre las normas de tráfico más relevantes del país y otro sobre cómo se ponen las cadenas. Contraté las cadenas por si acaso, y anda que no me vinieron bien.


También me dieron muchos folletos turísticos y, a continuación, me llevaron a la campervan. Rápidamente se encargó la chica de apuntar los desperfectos que tenía, básicamente rayajos. Le pedí el papel y lo miré todo detenidamente, porque no me fiaba. Efectivamente, apunté más. Mi fallo fue no mirar el interior, porque no aparecía con dibujitos en el papel. Suerte que a la vuelta no miraron nada.

También me ofrecieron reservarme el ferry de Wellington a Picton con el Interislader, pero yo ya lo tenía contratado de antemano porque sabía que con ellos era más caro.

Su servicio en general fue muy bueno. Tan sólo tuve un contratiempo en Buller Gorge. Fui a pasear por el puente colgante más largo del país y cuando salí vi un líquido verde que salía de la campervan. Desde la oficina de la empresa de aventura de Buller Gorge llamé a Asistencia en carretera y un mecánico de Murchinson vino con la grúa. En Murchinson estuve dos horas en el taller. Al parecer se había roto lo que contiene el líquido refrigerante. El mecánico puso en el papel que no había sido por mi culpa y ellos mismos se encargaron de llamar a Jucy Rentals. Ten en cuenta que si no avisas antes de 24 horas y haces las reparaciones sin avisar, la multa te dejará tieso.

Me lo arreglaron todo y seguí mi camino, sin problemas con la compañía.

Entregué la campervan en Chistchurch. Exigían que estuviera con todo limpio y con el depósito lleno, porque lo iban a mirar con lupa para clavarte una multa. Tenían tanta gente que ni se pararon a mirar. Aparqué la camioneta y la chica me llevó al aeropuerto. Comprobé que no me habían cobrado nada aparte y que mi fianza había sido devuelta a los 10 días de haberla cobrado. Si tuviera que alquilar otra vez, sería con ellos.

También tienen una App gratuita: Jucy Travel. En ella puedes encontrar gasolineras, dónde hay wifi gratis, campings, aseos, alertas de tráfico, actividades…  Y tienen descuentos y ofertas en otras cosas, como cruceros en Milford Sound o forfait en Queenstown, y hoteles.



La Campervan que contraté en Nueva Zelanda

Me costó 500$ por 16 días, 10$ por recogida en el aeropuerto de Auckland y cadenas por 40$.

En total = 550$ + 3000€ de fianza que recuperé después.

Ten en cuenta que el seguro más barato que me ofrecían era de 448$.

La camioneta era una Jucy Cabana – Toyota Estima, que tenía marcados 158.100 km. Automática y de gasolina (luego me alegré de esto).


En la parte de atrás, se levanta la puerta y tiene una nevera, un infernillo, un fregadero y un armarito lleno de cacharros de cocina, donde yo aproveché para guardar mis cosas.




En el interior tiene un DVD y los asientos se separan para sacar una mesa (que nunca llegué a montar) y transformarlos en cama. Debajo de los asientos hay un hueco con 2 almohadas, 2 toallas, un nórdico y sábanas. Este hueco lo aproveché para guardar las mochilas pequeñas.  Todo esto estaba limpio, menos los cacharros de cocina.


Lo peor es que tienes que tenerlo todo muy bien montado cuando te vas porque, aunque el país es seguro, me habían dicho que los robos en los coches estaban en aumento. Así que me recomendaban dejar las cortinas sin echar para que miraran dentro y no vieran nada. El problema es que no hay sitio para meter el equipaje, por lo que hay que agudizar el ingenio. Si tienes pensado viajar en  campervan ten en cuenta el poco espacio disponible que tendrás para guardarlo.

Otro problema es que las camionetas de alquiler son muy llamativas. Fíjate en lo feas que son las Jucys, con sus colores discretitos morado y verde y el símbolo de la tía por todos lados (te aseguro que hay otras de alquiler mucho peores que parecen sacadas de la época hippie). Esto tiene sus cosas buenas: la gente sabe que vas a hacer turismo y te trata mejor. Pero también malas: la gente sabe que vas a hacer turismo y que tienes tus pertenencias en la campervan.


La camioneta tiene dos baterías independientes. Una de ellas es para la nevera y el DVD. Si se ha viajado durante el día, la batería dura sin problemas toda la noche. Eso sí, yo apagaba la nevera para dormir porque me molestaba el ruido.

Los precios de las compañías por alquilarte un GPS suelen ser muy caros, así que me llevé en la mochila el mío y le metí los mapas de Nueva Zelanda que encontré en internet.  Entre el GPS y el Google Maps del móvil no he tenido ningún problema para encontrar los sitios.

Si quieres utilizar el coche para cargar cosas como el móvil, la Tablet o la cámara de fotos, es probable que necesites un Inverter. En el aeropuerto los venden muy caros. Los más baratos los encontrarás en las Pharmacy y por internet. Yo tuve la suerte de que me lo dejara un amigo y me lo llevé desde casa.

Dónde aparcar la caravana en Nueva Zelanda

Tienes que fijarte en las señales que haya en el sitio en el que aparques, porque puede que te levantes por la mañana con un ranger llamando a la puerta con una multa en la mano. En algunos sitios no permiten el parking de caravanas. En otros sí que lo permiten, pero no para dormir.

De todas formas, las campervans, al ser como furgonetas, no tienen tantas restricciones y puedes aparcarlas en cualquier sitio habilitado para coches. El problema está en si quieres dormir en ellas. Yo no me atreví a dormir en la calle o en un aparcamiento y siempre usé campings u hoteles.


En los campings, siempre es mejor contratar un power site, aunque no necesites electricidad o tu caravana no esté preparada (como en mi caso). La diferencia de precio es nimia y los sitios están mejores. Algunos están asfaltados y te ahorras el barro.