Cómo es la visita a la Geoda de Pulpí



Se sabe de su existencia desde 1999, cuando unos amigos pertenecientes al Grupo Mineralogista de Madrid descubrieron la segunda geoda más grande del mundo en la localidad de Pulpí (Almería). La primera es muy difícil de visitar, está en Naica (México) y tienes que tener buena forma física y un equipamiento especial para adentrarte en ella. Sin embargo, la de Pulpí es fácilmente accesible y no necesitas más que un buen calzado para poder verla.

Hacerte con la entrada no es sencillo. Debido a que lleva abierta poco tiempo (desde agosto de 2019), la expectación ha sido tal, que es difícil comprar el ticket online para fines de semana y temporada alta. Por lo que te recomiendo que estés atento a su página web para cuando vayan liberando fechas. Tanta expectación ha tenido, que hasta fue la imagen de un cupón de la ONCE. 


Nada más llegar a Pulpí, vas a ver indicaciones de la geoda por todos lados. Está muy bien señalizado, alejándote de la costa y mirando hacia la montaña. Allí hay un gran aparcamiento y la caseta para presentar el ticket. Una vez todos presentes, la guía junta a su grupo y comienza la visita.

Caminando un poco por un sendero cuesta abajo, llegarás a una cabaña en la que te darán tu casco de protección antes de entrar en el complejo minero del Pilar de Jaravía, en plena Sierra del Aguilón. A partir de aquí están prohibidas las fotos. Antes incluso, te indicarán que no pases el móvil a la mina. No te preocupes por las fotos. La guía para tres veces a lo largo de la visita para realizar fotos a todos los asistentes y su precio es bastante asequible. Por muy poco dinero te imprimen una de las fotos y te mandan todas a tu email.

Cuando todo el mundo tenga ya su casco puesto, te adentrarás con tu grupo en la espectacular Mina Rica del Pilar de Jaravía, que estuvo en funcionamiento desde 1840 hasta la Guerra Civil y de la que se extraía principalmente hierro y plomo, aunque se tiene conocimiento de ella desde la época romana.

Acompañado por las amenas explicaciones de la guía, irás visitando los 330 metros de la galería principal y los 150 de la del polvorín de la mina mientras aprendes sobre la historia de esta explotación minera, los métodos de extracción del mineral, las condiciones de trabajo que ella había y varias anécdotas curiosas. Incluso podrás ver las marcas que los mineros dejaban en las paredes para contar las vagonetas que llevaban ya sacadas y las que les quedaban por sacar para cobrar. Así se aseguraban de que el patrón no les estaba timando. También aprenderás sobre las originales estructuras que realizaron los antiguos ingenieros para la construcción de galerías aprovechando al máximo el terreno para conseguir una mayor extracción de minerales, como “la llave”: un arco de piedra curvado que conecta techo y suelo.


En la mina aún se conservan las jaulas para descender a las profundidades, máquinas, cajas de explosivos, un altar en el que rezaban a Santa Bárbara y utensilios que acompañaban a los mineros en distintas épocas, incluidos paquetes de tabaco y botellas de cerveza antiguas. 

Después de llegar una enorme sala presidida por una gran escalera metálica de emergencia, la visita continúa hacia el segundo nivel para ver la geoda partida y la geoda de colas de golondrina. Consisten en afloramientos en la pared en la que se pueden contemplar la mezcla de minerales que da lugar a estas formaciones. Sólo se ven estas vetas, pero si siguieran excavando, a saber cómo de grande sería la geoda que se encontrarían detrás de la pared. Prueba de ello son las luces que refleja la piedra cuando la guía ilumina estas geodas con un láser. Y es que Mina Rica está escasamente explotada. Hay muchas galerías que aún se están estudiando y otras que permanecen inexploradas todavía. De lo que sí que se tiene constancia es de que el interior de este cerro está lleno de galerías y oquedades.

Uno de los momentos que más curiosos es cuando la guía muestra la luz que desprenden varios minerales que aparecen en una pared. Ésta es iluminada con luz ultravioleta durante unos instantes y luego, a oscuras ya, los minerales se van iluminando solos con tonos de distintos colores.  La calcita, la estronciocalcita, la epsomita y el aragonito ofrecen tonalidades rojizas, verdes, violetas y plateadas que añaden espectacularidad a la ruta subterránea.

Por último, toca bajar otra escalera metálica más corta hacia la tercera cota, al nivel de mar, para acceder a la plataforma desde la que se ve lo que te ha traído aquí: la enorme geoda de Pulpí.

El acceso a la geoda está prohibido, lo único que podrás hacer es asomarte desde una cavidad en la que a través de un cristal verás la espectacular formación. Tiene forma de embudo y ocupa un espacio de 8 metros de largo, por 1,8 de ancho y 1,7 de alto, con cristales de un tamaño de hasta 2 metros de largo. Es increíble lo que la naturaleza es capaz de crear con el paso del tiempo. Los cristales están compuestos de sulfato de calcio: yeso. Hace miles de años la roca se fracturó y se fue rellenado con agua caliente de origen volcánico. Ésta fue enfriándose lentamente, los gases se fueron evaporando y el agua combinada con el sulfato de calcio comenzó a cristalizar. Es una casualidad que una formación tan enorme se creará aquí y más aún, que permaneciera oculta durante tanto tiempo en medio de una explotación minera cuyos trabajadores nunca llegaron a descubrir el maravilloso tesoro que las entrañas de la Sierra del Aguilón escondía.


Cada visitante dispone de su propio tiempo para disfrutar de las vistas de la geoda. Debido a que la cavidad desde la que se observa es muy pequeña, el acceso se hace de uno en uno y la duración esta limitada al tiempo que permanezca encendida la iluminación del interior. Al apagarse la luz, el visitante sale del agujero y da paso al siguiente.

Visto el atractivo más grande de Mina Rica o Quien tal pensara (otro de los nombres que tenía esta explotación), se desanda lo caminado hasta volver a la entrada. En la caseta podrás echar un último vistazo a la tienda de souvenirs, tomar algo en sus máquinas de vending y comprar las fotos que te han hecho durante la visita. Y también ver la imagen de la mascota de la geoda: Terrín.

La verdad es que la actividad es tan completa, que la geoda se convierte en un plus más de la visita. Realmente es el objetivo y el reclamo de Mina Rica, pero nada más que la entrada y el recorrido por las galerías ya merece la pena.

Antes de irte de la zona, con el ticket de la Geoda de Pulpí puedes visitar gratis el Castillo de San Juan de los Terreros, en el que se muestra el interior de la geoda con unas gafas 3D.


👉 Comprar la entrada a la Geoda de Pulpí: www.geodapulpi.es

                🏃  Precio: 22€
               🏃  Calzado cómodo.
               🏃  Camino bastante fácil, pero con largos tramos de escaleras de caracol.
               🏃  Duración de la visita: 60-90 minutos.
               🏃  No se pueden hacer fotos.
               🏃  Temperatura en el interior: 21ºC.
               🏃  Es necesario reservar con antelación.

👉 Otra cueva interesante cercana: la Cueva de Sorbas.

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