Saliendo de la Cueva de las luciérnagas de Waitomo vi un
anuncio en la carretera para ver kiwis: Otorohanga Kiwi House. Seguí las
indicaciones, porque decían que estaba abierto, pero cuando llegué a la puerta
vi el cartel de cerrado. La última visita era a las 16’00 y eran las 16’30.
Cuando me iba de vuelta al coche, un chico salió del
recinto y me dijo que si quería ver a los kiwis. Le dije que sí. Y me dijo que estaba cerrado, pero que de favor me dejaba entrar al complejo y echar
un vistazo rápido a los 2 kiwis que tenían. Pero tenía que ser muy rápida y
me dejaba la entrada a 18$.
Teniendo en cuenta que la entrada normal cuesta 22$ e incluye
la visita a los kiwis, al centro de recuperación con explicaciones, a ver cómo
les dan de comer e incluso a un recinto para ver reptiles autóctonos…
obviamente, me pareció una estafa. Me dio la impresión de que el chico quería
sacarse unos dólares extra. Y más aún cuando lo miré como diciendo “¿Me has
visto cara de tonta?” y nos dijo: “Bueno, os te lo dejo a mitad de precio”.
Me di la vuelta y salí hacia Rotorua. Ya tendría tiempo de ver más kiwis sin que me tangaran.
Opinión del Rotorua Top 10 Holiday Park
Desde Waitomo hasta Rotorua hay 141 km, 1’50 horas. Llegué ya casi de noche al camping. Les había avisado por email de que iba a llegar tarde y no hubo ningún problema.
Sin duda, fue el mejor camping en el que estuve en todo
el país. Me costó 92$ para dos noches en un sitio con electricidad.
El camping era pequeño pero estaba todo muy nuevo. Las zonas
con electricidad estaban embaldosadas, así que no había problema de barro.
La cocina estaba muy bien equipada y había una salita con
varios sillones, sofás y una chimenea eléctrica para disfrutar de una gran tele
y una biblioteca.
Los baños fueron excepcionales. Limpísimos, amplios. Con
secador y calefacción. Y lámparas rojas para que no diera frío al salir de la
ducha.
Pero lo más original fue la gran piscina central. Tienen una
piscina para verano y dos piscinas de aguas naturales minerales abiertas todo
el año. Una a 36 grados y otra a 38, rodeadas con cerca de 250 plantas
autóctonas. Eran gratuitas y estuvo genial la sensación de probar las aguas
termales de Rotorua cuando fuera estábamos a -1ºC. No hay problema porque los
baños están cerquita, para salir corriendo con el bikini y el abrigo en lo alto 😊
Usar la secadora y la lavadora me costó 4$, y había jabón y
plancha gratis.
Si volviera a Rotorua, elegiría otra vez este alojamiento.