A un poco más de una hora de Hobbiton, a unos 90km, mi próximo destino eran las famosas cuevas de Waitomo. He de decir que, de todas las cuevas que he visitado en mi vida, que no son pocas, ésta ha sido, sin dudarlo, la que más me ha impresionado.
En Waitomo hay varias cuevas que se pueden visitar pero, si
no tienes tiempo, la mejor es la Cueva de las luciérnagas. Está muy bien
señalizada y el parking se encuentra en frente de la entrada a la cueva. El
edificio de acceso es bastante curioso y ha recibido varios premios por su
moderna arquitectura.
El nombre Wiatomo viene de las palabras maoríes wai – agua y
tomo – agujero. Los maoríes sabían de su existencia desde hacía mucho tiempo,
pero fue en 1887 cuando un jefe maorí y un explorador inglés se adentraron en
la cueva y descubrieron los gusanos. En 1889 el mismo jefe decidió abrir la
cueva al público y dejar que se visitara pagando una entrada: fue la primera
atracción turística de Nueva Zelanda.
La administración de la cueva pasó a manos del gobierno en
1906 y en 1989 fue devuelta a los descendientes del jefe Tane Tinorau. Hoy
éstos la siguen regentando y llevándose un porcentaje de las entradas.
Las entradas las puedes comprar por internet porque hay
grupos limitados y vuelan. La visita comienza en la sala de La Catedral, donde
un guía maorí te enseñará una zona plagada de estalactitas, estalactitas y
columnas, que no es nada impresionante. Aunque el guía no duda en cantar una
tradicional canción maorí cuando se acaba el recorrido frente a una pared llena
de formaciones. Y me llamó la atención que varios japoneses le cantaran a esta
formación también. El guía nos comentó que los grupos de japoneses le suelen
cantar también, pero no sabía por qué.
En esta sala ya dan un aperitivo de lo que veremos. En
silencio, nos agachamos para ver el curso del río y varias lucecitas que
pueblan las paredes y el techo: los gusanos.
El gusano en cuestión es un tipo de luciérnaga que sólo existe en
Nueva Zelanda: el Arachnocampa luminosa. Sus larvas brillan para
atraer a sus presas. Cuanto más brillen, más hambre tienen. Mientras brillan,
sueltan una especie de filamentos, cuando se acerca una presa, estos filamentos
la atrapan y la suben para comérsela. Viven en estado larvario entre 6 y 12
meses y miden unos 3 cm. Cuando son adultos ya no se alimentan y sobreviven
durante unos pocos días sin comer, hasta que mueren. Su único propósito es
tener descendencia y morir.
Después de bajar un poco más, llegarás a la zona del río en total
oscuridad y silencio. El guía te montará en una barca a oscuras y la va
llevando por un lago subterráneo guiándose por cuerdas que llevan de una pared
a otra. El paisaje te deja boquiabierto. El techo y las paredes se transforman
y se plagan de luces que parecen estrellas en la noche. Miles y miles de
gusanos sobre nosotros.
Todo debe estar en silencio. Si se molestan, dejan de
brillar. La visita se hace súper corta y no te dejan hacer fotos, sólo a la
entrada.
Horarios y precios de Waitomo, la Cueva más impresionante de Nueva Zelanda
🕑 La visita dura 45 minutos.
💲 Precio: 48$ - Se puede combinar con otras actividades y visitas disponibles en su web.