Hay tres grandes problemas a la hora de visitar Wellington. Me fui de allí con la impresión de no haber disfrutado para nada de la capital.
● El primero es el aparcamiento. Está mucho peor que en Auckland. Al menos en Auckland encontré algunos sitios gratis, o gratuitos durante 2 horas, algo que me fue imposible en Wellington. Además, los lugares turísticos están bastante distantes unos de otros, por lo que es imprescindible coger el coche o el autobús para desplazarse. Hay multitud de cuestas y muchos sitios donde no hay acera, así que lo de moverse a pie todo el día queda descartado.
● El segundo es el viento. Windy Welly es ventosa de narices. A mí me dejó sin gorro. Es desagradable, hay mucha presión y parece que los oídos te van a estallar. No pude disfrutar de pasear por la ciudad porque el viento molestaba demasiado.
● El tercero, como en toda Nueva Zelanda, es el horario de apertura y cierre de las atracciones turísticas: abren tarde y cierran muy pronto.
👉 Un consejo: deja de dar vueltas por la ciudad y ten muy claro lo que vas a ver y cuánto tiempo le vas a dedicar a cada cosa y juega con eso. Aparca en el sitio más próximo a lo que quieres ver, dirígete hacia él caminando y mueve el coche hacia otro lugar. Ahorrarás tiempo, gasolina y quebraderos de cabeza. Los parking de pago es la última opción, aunque me parecieron exageradamente caros. Pero ante la desesperación…