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Nueva Zelanda: Día 9 – Una visita a Punakaiki, las Pancake Rocks


Con más lluvia que ninguna otra región del país, el paisaje de Westcoast consiste en una primitiva y exuberante selva tropical bordeada de verdes pastos. La costa, los Alpes del Sur y los glaciares, son los principales atractivos de la zona.

Empecé el día saliendo de Westport tras haber echado gasolina allí: la más barata de toda la que me encontré en la isla sur. Después de hacer algunas paradas para ver las playas cercanas a Westport, partí hacia Punakaiki.

Es impresionante. A la izquierda de la carretera hay un parking gratuito, un i-site, una cafetería, una tienda de recuerdos y aseos gratuitos. La visita se hace sin guía y también es gratis.


La entrada a las Pancake Rocks está justo en frente del parking. Y el camino se hace muy ligero y bonito. Gracias a la erosión, la piedra caliza del Dolomite Point ha creado unas formas en la playa parecidas a miles de crepes amontonadas unas encima de otras. A ciertas horas el mar entra por las grutas que hay entre las crepes y suben chorros de agua enormes, el blowhole. La visita es más que recomendada.



Estas formaciones se crearon hace más de 30 millones de años. El lecho marino subió por encima del nivel del mar debido a los terremotos que ayudaron a formar la costa y los acantilados. El Mar de Tasmania, la lluvia y el viento han azotado desde entonces la piedra caliza para formar las crepes que puedes admirar hoy, compuestas de capas duras (restos de animales marinos) y blandas (restos de plantas) alternadas.



Punakaiki se encuentra casi en el centro de la “Coast Road”, una de las carreteras más espectaculares del mundo.  

El camino para disfrutar de las rocas es muy accesible y tan sólo se tardan 30 minutos en recorrerlo. Además, si llevas prismáticos, podrás tener suerte y ver delfines



Nueva Zelanda: Día 9 – Camino desde Punakaiki hasta Franz Josef Glacier


Después de visitar Punakaiki con sus Pancake Rocks, me quedaban aún más de tres horas de viaje atravesando la increíble carretera costera. Por el camino, los paisajes van cambiando y se atraviesan zonas casi selváticas, carreteras que bordean emocionantes acantilados, e incluso alpacas.


También se atraviesan localidades interesantes, pero no tuve mucho tiempo de pararme en ellas. Las más importantes son: Greymouth, con su gran muro para defenderse de las crecidas del Grey River y su puente Cobden; Hokitika, con sus cascadas; Ross, la cual atravesé y parecía un pueblo del antiguo oeste, rememorando su pasado minero; los paisajes de Paparoa Park; y varios lagos (Mahinapua, Lanthe, Wahapo, Mapourika). 


Nueva Zelanda: Día 8 – Opinión del Westport Holiday Park and Motels


Después de mi odisea con la avería de la furgoneta, por fin, pude llegar a Westport, junto a la desembocadura del Río Buller. Con un pasado minero, el pueblo tiene más de 4800 habitantes. No tiene mucho interés turístico, tan sólo ver la desembocadura del río y sus playas. Hay una colonia de focas en la bahía de Tauranga, a 16 km, pero dicen que es de difícil acceso. Si tienes interés, lo mejor es ir al i-site.


Carter's Beach

Opinión del Westport Holiday Park and Motels 

Como ya dije, los campings de la isla sur son, por lo general, mucho más cutres. Éste no iba a ser una excepción. El problema principal que tiene es que parece que hay mucha gente que vive de manera permanente allí. Entonces, da la impresión de que eres un intruso y de que los estás molestando.

La zona de caravanas está totalmente embarrada, no hay casi asfalto y el mantenimiento deja mucho que desear. En su momento, tuvo que ser un sitio bastante bonito, pero esos días ya pasaron.


Cuenta con una sala de estar muy pequeña y siempre llena de residentes, una cocina equipada, pero sólo con una mesa. Tuve que hacer la comida y comérmela en el coche porque unos franceses, que parecía que vivían allí desde hacía muchos años, no se fueron de la mesa aunque ya habían terminado de comer. Sabían que molestaban, pero pasaban. Lo mismo pasó al día siguiente con el desayuno. Se acoplaron y no había manera de que se fueran.






También hay lavandería y aseos bastante decentes, aunque dejados. A la entrada hay un minigolf, muy bonito y grande, con un montón de equipamiento y atracciones. Pero estaba abandonado, con la pintura destartalada, sucio… Una pena.

Al lado del minigolf hay unas jaulas donde se pueden ver algunos pájaros de la región.


El camping cuenta con zona de caravanas, otra de acampada y casitas, muy bonitas por fuera, pero destartaladas por dentro.

💲  Precio por un powered sitedos adultos, una noche: 36$


   WESTPORT HOLIDAY PARK AND MOTELS   
37, Domett Street, Westport.
Teléfono: 03-789-7043
Fax: 03-789-7199



Dando la vuelta a Nueva Zelanda - Itinerario de viaje


Estreno continente

Este año intentaré adentrarme en las Antípodas, al país más retirado que se puede visitar desde España. Tengo pensado alquilar una campervan para ir alternando entre hoteles y campings, dando la vuelta a Nueva Zelanda con la mochila a cuestas.


Para ello iré en un vuelo con escalas en Amsterdam y en Guangzhou, y llegaré a Auckland dos días después. Cruzaré la isla norte y sur en campervan, atravesaré el Estrecho de Cook en un camarote del ferry nocturno  y volveré a Auckland desde Christchurch en vuelo interno.


Más de 3400 km en coche visitando:


A ver cómo me sale. Dependo de un tiempo bastante malo, de unos coches de alquiler bastante viejos en todo el país y de zonas montañosas que puede que estén cortadas… Nueva aventura  😀



Nueva Zelanda: Día 9 – Opinión del Chateau Franz Backpackers


Este hostal es un típico backpackers neozelandés. El personal es muy amable y están acostumbrados a atender a mochileros jóvenes con poco presupuesto. Al haber tanta oferta hotelera en este pequeño pueblo, los hostales parece que se matan por ver quién ofrece más. Éste me llamó la atención por las buenas opiniones en internet y su precio.

Su localización es muy buena, porque desde la entrada ya tienes unas geniales vistas de las montañas al fondo. Ver desde allí el amanecer y el anochecer es increíble.

El backpackers está dividido en varios edificios de dos plantas, conectados entre sí, con una terraza interior y otra exterior. En recepción hay mucha información turística y gestionan cualquier tipo de reserva de manera gratuita. Además, en horario de oficina tenían una oferta para que llamases a casa gratis, a cualquier país.


Al lado de la recepción hay una terraza cubierta donde hay un palomitero y un cuenco lleno de maíz para que te hagas las palomitas que quieras, cuando quieras.


A través de esta terraza se accede a la zona de la comida. Muy bien decorada, con ese estilo mochilero que me encanta, tiene unos bancos de madera y unos sofás. La cocina está llena de cacharros que puedes usar, siempre que los laves después en el fregadero y los pongas en su sitio. Por la tarde, me ofrecieron varias bandejas de aperitivos y pusieron un perol con sopa de verduras para que la gente se echara, hasta que se acabó el perol 😋

En las zonas anexas a este edifico hay dos lavanderías bastante baratas y los dormitorios comunitarios tienen precios de risa. Como saben que aquí siempre se lía más jaleo, las tienen apartadas del resto de las habitaciones.



En medio del patio hay un hot tub. Está abierto hasta las 00:00. No lo usé porque no tenía ganas de pasar más frío. Con todo nevado… no había pasado tanto frío hasta entonces (bueno, me comería estas palabras cuando llegara a Dunedin).

En el otro edificio están las habitaciones dobles. La mía era bastante pequeña y un poco cutre. Lo normal en la mayoría de backpackers. Pero me sirvió para pasar allí una noche.


Allí también hay una sala de televisión, un comedor y una cocina amplísima mucho mejor equipada que la otra: varios hornos, varios microondas, ollas, fogones, sartenes… Y un futbolín. 


El desayuno consistió en tostadas de mantequilla y mermelada con varios tipos de pan, leche aguada (no sé yo la manía de la leche aguada en este país, la encontré en un montón de sitios así. Con tanta vaca… no entiendo lo de la leche aguada, ni lo de su precio exorbitante), café, cacao, varios tipos de cereales y galletas. Todo estaba colocado en bandejas en mitad de la cocina de al lado de recepción y cada uno se servía lo que quería, lavando después los cacharros. Todo muy cooperativo.

Lo que más me llamó la atención es que a las 19:00 vino una pedazo de limusina blanca a invitarnos a una fiesta en otro hostal cercano. Estaba reventada y la limusina se llenó de guiris ya borrachos y potando… No tuve ganas de unirme. A la mañana siguiente me esperaba el ascenso al Glaciar de Fox y el largo camino a Te Anau.

💲  Precio: Habitación doble con baño privado, desayuno incluido, aperitivos por la tarde, sopa de verduras a las 18:00, palomitas siempre que se quiera y derecho a usar el hot tub: 41’60€

👉 Cómo llegar: se continúa la SH6 hasta el pueblo de Franz Josef. Se da la vuelta en la gasolinera y se sigue la calle de la derecha, Cron Street, hasta el final. Esa calle está llena de backpackers. Al final de la calle hay unas vistas preciosas de las montañas nevadas.



   CHATEAU FRANZ BACKPACKERS   
8 – 10 Cron Street
Franz Josef Glacier