Camboya: Otras cosas que hacer en Siem Reap (y por qué no las hice)


1. Pueblo Cultural Camboyano: es un centro de interpretación, más parecido a un parque temático, abarrotado de asiáticos. No está dirigido a público occidental, que parece que lo ve un poco estrambótico. En él se representan las distintas etnias del país, con maquetas, estatuas de cera, actores que interpretan diversas danzas…

El parque está muy dejado y muchas veces hay un montón de zonas cerradas al público, a pesar de haber pagado la entrada y haberlas visto disponibles en su web. Lo único que merece la pena son los espectáculos, como la recreación de una boda tradicional, que tienen un horario fijo, por lo que hay que estar pendiente para no perdérselos.

Casi no hay carteles y el inglés es casi inexistente, por lo que se hace muy difícil de entender lo que se está representando en cada área. Quizás a las familias con niños les impresione algo, pero el precio parece excesivo para lo que ofertan:  15$. Últimamente, no funciona ni su página web.

Dirección: NR6, Krong Siem Reap, Camboya.   Está a medio camino entre la ciudad y el aeropuerto.

2. Museo de Replicas en miniatura de Angkor: no es un museo, aunque lo anuncien así. El sitio está un poco escondido y no hay carteles hasta que estás justo delante. Un señor ha hecho unas cuantas esculturas de los templos, los ha puesto en su jardín trasero y cobra 1’5$ a quien quiera verlas. La visita no dura más de 15 minutos, en la que una anciana, con un muy limitado inglés, va enseñando las obras. 


Se pueden ver las esculturas de tres templos: Bantaey Srei (lleno de musgo), Bayon, y Angkor Wat. Están bastante dejados.

Dirección: Miniature Replicas of Angkor, Quarrier Slokram, Sub Pagoda Polinka, Siem Reap, Camboya.

3. Visita al pueblo flotante de Chong Kneas: está situado en el lago de Tonlé Sap. Se accede en tuk tuk y luego se coge un barco para visitar el poblado. Los locales no paran de afirmar que la zona se ha convertido en pura corrupción. La mafia, que se encarga de las empresas turísticas, obliga a los pescadores pobres a quedarse en esa zona, incluidos sus hijos, para que la feria turística siga. Es una pena, porque así no pueden ni ir a la escuela, ni mejorar su situación, ni salir de la pobreza.


Internet está lleno de relatos que cuentan estafas en este tipo de visitas. Por lo visto, es muy común que los barqueros pidan donaciones de más de 50$ para los huérfanos (o eso dicen), incluso con amenazas. Te llevan a una tienda donde tienes que comprar arroz para los niños pobres por 50$, que se suponen que se han quedado huérfanos porque sus padres se han muerto ahogados (“Buy the orphans rice”). El lugar entero da grima. Todo el dinero va a parar a las mafias. Además, el bote que por narices tienes que coger, tiene un precio variable por persona. 10$, 20$… en fin, depende de por dónde les dé.

4. Granja de cocodrilos: un lugar muy pequeño, lleno de cocodrilos asfixiándose. La entrada cuesta 3$, pero nadie lo recomienda. Las condiciones son horrorosas para estos pobres animales. Sin casi espacio para moverse, su destino será el de convertirse en carteras y cinturones (que puedes comprar en su tienda de regalos).


Lo más horripilante de todo es que puedes comprar un pollito vivo para tirárselo a los cocodrilos y ver cómo acaban con él. Un espectáculo deleznable que hay que evitar a toda costa. Hay cosas mucho más interesantes que ver en esta ciudad.

Dirección: on road 63 to Tonle Sap Lake, Siem Reap, Camboya.

5. Espectáculos de kick boxing: lleno de humo de tabaco y abarrotado de gente apostando a gritos. Si no te gusta ver cómo dos hombres de dan de hostias, óbvialo. En caso contrario, elije bien tu entrada. Hay de dos tipos: una es para ver una pelea real y la otra es para ver un espectáculo del tipo pressing catch. Las peleas las televisa la cadena nacional.


6. Espectáculos de lady boys: bueno, todo es cuestión de gustos. A veces es tan difícil diferenciar a un lady boy de una chica, que su talento es innegable. Hay bastantes espectáculos por la ciudad, basta con preguntar en el hotel. En concreto (a las 20’30), hay uno al final del Mercado nocturno donde puedes contratar un masaje y, mientras esperas puedes beber cerveza barata viendo el espectáculo. También hay shows en el Linga Bar, cerca de Pub Street, en The Passage.




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