La visita a Peterhof es una de las más
realizadas a un destino cercano a San Petersburgo. La ciudad se encuentra a 30
km y hay varias opciones para realizar este trayecto:
🚇 En Metro: no hay un acceso directo en metro
hasta Peterhof, por lo que para la distancia final tendrás también que coger
un autobús o una martshrutka.
En la estación de Avtovo, busca los autobuses
200 ó 210. También te llevan las martshrutkas 224, 300, 424 y 424-A.
En la estación de Prospekt Veteranov, busca las martshrutkas 343 y 639-6.
En la estación de Leninskiy Prospkt, busca las martshrutkas 103, K224 y 420.
De todas formas, es muy sencillo. Cuando llegues a cualquiera de esas estaciones, sal al exterior y mira los autobuses que
hay. Normalmente hay un montón con el cartel de Peterhof bien grande en la
furgoneta o en el cristal.
Los autobuses te dejarán en el Parque
Superior.
Tiempo que se tarda: unos 40 minutos en metro,
más otros 20 o así en autobús.
Precio del autobús: entre 100 y 200 rublos.
🚆 En tren: desde la estación de tren
Baltiyskiy, coge el cercanías hasta la estación de Nuevo Peterhof y, desde
allí coge los autobuses 344, 348, 350, 351, 352, 355 y 356. Estos autobuses te dejarán en el Parque Superior en diez minutos.
🚢 En barco: la manera más rápida de llegar a
Peterhof es utilizando el Hydrofoil. Este barco tarda 45 minutos en llegar a
los jardines inferiores y sale desde el embarcadero que hay en frente del
Hermitage.
El barco sale cada 15 minutos, desde las 10’00
hasta las 18’00.
La vuelta se realiza desde las 11’00 hasta las
19’00.
El precio de cada billete es de 700 rublos en
un sentido. Se puede comprar allí mismo u online
Salidas:
● Desde San Petersburgo: Muelle central (el de
los leones). Admiralteyskaya emb., 2, ticket office №1 y №2.
● Desde Peterhof: Muelle número 5 (Lower Park),
ticket office 5 – 6.
Por la mañana temprano, cogí el metro hasta la estación de Avtovo, una de las más bonitas y famosas
del metro de San Petersburgo. Cuando salí de la estación había un montón de
marshrutkas esperando aparcadas en ambos sentidos de la carretera. Todas ellas
ponían el cartel de Peterhof, en nuestro alfabeto o en el suyo, pero se
entendía perfectamente. Me monté en la primera que vi y en unos 40
minutos llegamos a mi destino. El viaje me costó 200 rublos.
El autobús me dejó en el parque superior.
Aproveché que era muy temprano y le eché un vistazo al parque, que estaba
lleno de parejas haciéndose las fotos de boda. El acceso a esta zona es
totalmente gratuito. Tiene cinco espectaculares fuentes.
Más tarde, me dirigí a las taquillas del
parque inferior, cuya entrada cuesta 700 rublos. Yo las había sacado
por internet, así que sólo tuve que hacer una pequeña cola para canjearlas.
El ticket da acceso al complejo de fuentes más grande del mundo, con más de
cien hectáreas. El agua de todas las fuentes proviene de manantiales naturales.
Mi primera parada fue para la Gran
Cascada para coger sitio. Allí se agolpaban ya cientos de personas esperando
que llegasen las 11’00. A esa hora, en verano, empieza a funcionar esta fuente,
que se extiende desde el Palacio Grande hasta el canal de marina, y que cuenta
con 64 fuentes y más de 200 estatuas de bronce. Los zares, cuando se cansaban
de andar, cogían su barca y se iban en ella por el canal, hasta el palacio.
Después de ver el gran espectáculo, que dura
muy poquito, empecé a visitar el recinto conocido como el Versalles Ruso. El
parque está lleno de fuentes, estanques y atracciones. Hay varias fuentes para
niños, un laberinto e incluso un estanque donde pescar esturiones por más de
3000 rublos el pez (justo debajo del Palacete de Marly).
Mis pasos me llevaron hasta el
embarcadero, para ver llegar al hidrofoil, y a la orilla, para ver el Golfo de
Finlandia, con San Petersburgo de fondo. Todo el camino estaba lleno de
simpáticas ardillas.
En el parque hay varios puestecillos de
helados y dulces, como éste que vendía gofres con palo; ricos, pero un poco
difíciles de comer.
El Palacio Grande lo vi sólo por fuera. La
entrada se pagaba a parte y sólo se pueden comprar online entre octubre y
abril. De mayo a septiembre sólo se pueden comprar en las taquillas. Yo vi la cola para entrar y me asusté, así que como ya había visto el Palacio de Catalina,
éste lo tuve que dejar pasar.
El conjunto es enorme. Se compone de varios
apartados: El Parque Inferior, el Palacio Grande, el
Tesoro (un museo dentro del palacio con objetos pertenecientes a los Romanovs),
Monplaisir (el palacete donde se originó Peterhof), el Museo Menshikov, el Muse
“Picture House”, el Palacio Cottage, el Palacio Chino, la Capilla gótica, el
Pabellón “Stone Halle”, el Museo de la Estación Telegráfica, el Palacio de
Pedro III, el Pabellón Tsaritsyn… Y un montón de rincones escondidos más. Te puedes perder durante toda la mañana. Aquí tienes un mapa de Peterhof:
waitamoment.co.uk
Emprendí el viaje de vuelta, yendo a la misma zona donde me había dejado el autobús y cogiendo uno que llevaba hasta la estación de metro.
Después de descansar un poco, terminé el día comiendo en un restaurante en la Avenida Nesvki, cocina típica rusa.
Precios de la entrada a Peterhof:
No todas las entradas se pueden comprar por
internet. Visita su página web para obtener información actualizada sobre las
entradas disponibles. http://tickets.peterhofmuseum.ru Los precios son:
San Petersburgo es una de las ciudades más
visitadas de Rusia y la más cosmopolita (y menos soviética). Tomando como
centro de operaciones la Avenida Nevsky, puedes visitar lo más destacado de la
ciudad en dos o tres días (dependiendo de los museos que quieras ver) y dejar
otros dos días para ir a algún lugar cercano, como Peterhof o Pushkin. Si
estás acostumbrados a caminar, todo está muy céntrico (menos el monasterio
Nevsky) y es fácil llegar a todos los sitios andando o tomando el metro, pero
haciendo muy pocas paradas.
Aquí te dejo lo que para mí es lo más
importante de San Petersburgo, si bien es cierto que yo sólo visité El
Hermitage (entero, eso sí) y salí tan llena de arte que ya no dediqué más tiempo
a los demás museos.
Qué hacer en San Petersburgo
1. Pasear por la Avenida Nevsky y asistir a un concierto callejero: Nevsky
Prospekt es el gran eje de la ciudad. Te aconsejo el paseo tranquilo desde la
estación de trenes hasta el Hermitage para disfrutar de sus puentes, sus
canales, sus iglesias y edificios imperiales. Sus 4 kilómetros comienzan en el
Monasterio Nevsky y acaban en El Almirantazgo. Por el día está llena de gente y
por la noche, sus locales se transforman y su gente también: punkies, emos,
góticos… todos tienen cabida aquí. Hay multitud de tiendas, restaurantes,
palacetes, locales en los sótanos y gente haciendo corrillos para asistir a
conciertos de músicos callejeros que, durante ese rato, se convierten en
auténticas estrellas, con grupies y todo.
2. Visitar la Iglesia del Salvador sobre la sangre derramada:
paseando por Nevsky, en el puente en el que haya más gente, verás de lejos la
iglesia más famosa de San Petersburgo. En ella no se realizan actos religiosos,
hoy sólo es sitio de visita. Las colas son gigantescas. Te aconsejo comprar la
entrada por internet. El ticket cuesta 250 rublos y están limitados. Su página
web está en inglés y se compra con tu tarjeta de crédito. Una vez allí,
tienes que ir a la cola de compra por internet para canjear tu voucher
(tienes que imprimirlo) por la entrada.
Hay que vestir con decoro, pero no es necesario el
pañuelo en la cabeza para las mujeres.
3. Ver la Catedral de Kazán: muy cerca de la anterior
iglesia, pero al otro lado de Nevsky, se encuentra esta catedral, casa del
obispo ortodoxo de la ciudad. Está inspirada en San Pedro de Roma y dentro
siempre hay una cola de creyentes esperando su turno para besar el icono de
Nuestra Señora de Kazán.
Hay que vestir con decoro, pero no es necesario el
pañuelo en la cabeza para las mujeres.
4. Subir a la cúpula de la Catedral de San Isaac: a unos pocos minutos de
la Catedral de Kazán, la de San Isaac destaca por su cúpula dorada. Su interior
no es muy llamativo, pero
merece la pena subir los 262 escalones para obtener grandiosas vistas desde
arriba. La entrada se vende por separado.
🕑 Horario: de 10’00 a 18’00. Del 1 de mayo al 30
de septiembre abre hasta las 22’30. Durante las noches blancas de San
Petersburgo, en las que parece que el sol no se va a poner nunca, se puede
subir a la cúpula hasta las 4’30 de la mañana. Los miércoles está cerrada.
Precio: 250 rublos la entrada a la catedral.
150 rublos más si queréis subir a la cúpula. La entrada se puede comprar por
internet, pero debéis canjearla en la taquilla.
Hay que vestir con decoro, pero no es necesario el
pañuelo en la cabeza para las mujeres.
5. Perderse en El Hermitage: cualquier visita a San
Petersburgo tiene este museo como referencia. Uno de los grandes de Europa, hay
que seleccionar previamente las obras o salas que quieres ver porque su
interior es inmenso.
En el centro de la Plaza del Palacio está la
Columna de Alejandro, que conmemora la victoria contra las tropas napoleónicas.
El museo está dividido en varias partes. La
más llamativa es el Palacio de Invierno, allí verás las dependencias de
la emperatriz Isabel y de Catalina La Grande. Se utilizó como hogar imperial
hasta 1917.
Su colección tiene más de tres millones de
obras. Hoy se puede ver una muestra de ellas distribuidas en 360 salas. La que
más busqué yo fue la de arte español, cómo no.
Si te has quedado con ganas de más, ve al
otro extremo de la plaza para continuar la visita al General Staff Building,
donde se están las obras más modernas, con una gran selección de artistas como
Picasso.
Las entradas por internet valen más caras,
pero te aseguran que vas a entrar. Las colas inundan la plaza.
6. Disfrutar de El Almirantazgo: dejando la Plaza a la
derecha, aparece la columna del Admirantazgo. Del 1711 al 1927 fue sede del
ejército naval ruso. Hoy alberga una escuela militar y no está abierta al público.
7. Aprender en el Museo Estatal Ruso: si el Hermitage te ha sabido a poco, aquí hay más de 400.000 obras rusas desde el siglo X hasta la
actualidad. Si no tienes tiempo, existe una rama del museo en Málaga,
en la antigua Tabacalera.
🕑 Horario: de 10’00 a 18’00. Los jueves abre de
13’00 a 21’00 y los martes está cerrado.
Precio: 450 rublos para ver el palacio. Para
ver todo el complejo, incluido el Palacio de Mármol, la entrada cuesta 600
rublos. http://www.rusmuseum.ru/eng/
8. Comprar un huevo en el Museo Fabergé: si quieres ver más de
4000 obras decorativas, no sólo huevos de Pascua, aquí está tu sitio.
Obviamente, lo más buscado es la colección son los huevos. Un huevo de Fabergé es
una de las sesenta y nueve joyas creadas por Carl Fabergé y sus artesanos de la
empresa Fabergé para los zares de Rusia, así como para algunos miembros de la
nobleza y la burguesía industrial y financiera, entre los años 1885 y 1917. Los
huevos se consideran obras maestras de la joyería. Hoy se conservan 61, los 8
restantes se consideran perdidos o desaparecidos.
🕑 Horario: de 10’00 a 21’00. Cierra los viernes.
Precio:
700 rublos. Los tickets se pueden comprar en la entrada del museo, pero sólo
para ese día. La taquilla abre de 9’30 a 20’15. También se pueden adquirir online.
9. Hacerse fotos delante de el crucero Aurora: es un ala más del Museo
Naval Ruso. Este gran barco ha participado en tres guerras (Guerra
Ruso-japonesa, Segunda Guerra Mundial y en la Revolución Rusa). Hoy es símbolo
de la ciudad y muchas parejas van a hacerse fotos con él de fondo. Su interior,
si no eres uno apasionado de lo naval, no merecerá mucho la pena. Pero por su
importancia histórica, acércate por lo menos a verlo por fuera.
🕑 Horario: de 11’00 a 18’00, de miércoles a
domingo.
Precio: 600 rublos. Las entradas sólo se
pueden comprar en la taquilla.
10. Pasar una mañana en la Fortaleza de San Pedro y San Pablo: para
llegar a ella hay que cruzar uno de los grandes puentes de la ciudad, ya que se
encuentra en una isla. Constituye la ciudadela original de San Petersburgo
(1703) y en su interior hay varios museos que visitar. El más importante es el
de la Catedral de San Pablo. Otras instalaciones comprenden el Museo de
Historia de San Petersburgo, el Museo de la Exploración Espacial, el Museo de
Historia de la Fortaleza y la prisión de Trubetskoy.
🕑 Horario: de 11’00 a 19’00. Algunos museos
cierran los miércoles. La catedral abre a las 10’00, por lo que es mejor
empezar la visita por ella.
Precio: cada museo tiene su propio ticket. Lo
mejor es comprarse un bono (válido para dos días) por 600 rublos. Este bono
incluye la entrada a la catedral, a la prisión, al Museo del Espacio, al Museo
de Historia de San Petersburgo y al Museo de Historia de la fortaleza. Sólo se
pueden comprar en la taquilla.
11. Visitar la tumba de Dostoievski en el Monasterio Nevsky: justo donde empieza la Avenida Nevsky, está el Monasterio que
lleva su nombre. Fundado en 1710, contiene los restos de Alejandro Nevsky, el
líder ruso y santo de la Iglesia Ortodoxa. Dentro del complejo hay dos iglesias
barrocas y una catedral neoclásica. En los jardines suele haber mercadillos de
productos típicos.
Cruzando el puente, se encuentran los famosos
cementerios de Lazarev y Tijvin. Conocidos como los cementerios de los
artistas, entre sus tumbas están las de personajes tan famosos como
Dostoievski, Tchaikovsky o Rimsky-Korsakov.
12. Darse una vuelta por el metro: el metro de San
Petersburgo es uno de los más famosos del mundo. No es tan bonito como el de
Moscú, pero también hay estaciones espectaculares. Las escaleras, como en toda
Rusia, son interminables. No hay pisos intermedios, por lo que se hacen muy,
muy largas. En la parte de abajo siempre hay una cabina con un vigilante que
las regula. Hay que tener cuidado y seleccionar muy bien las estaciones que
quieres visitar porque, una vez dentro, es muy fácil salirse del metro y tener
que volver a entrar (pagando de nuevo, claro). Un vez tomada una dirección
andando, puede ser que te sea imposible volver para atrás debido a los
guardias de seguridad y a las vallas, y te dirijas directo, sin quererlo, a la
salida.
La profundidad media es de 60 metros, pero hay
líneas que llegan a estar a 110 metros de profundidad. Esto se debe a que está
construido sobre una zona pantanosa, de hecho, las cuatro líneas pasan por
debajo del río Neva que es uno de los más caudalosos de Europa.
Las estaciones imprescindibles son: Vostania,
Pushkinskaia y Avtovo, con sus grandes lámparas. Antes no se podía hacer fotos
en ninguna infraestructura rusa. Al principio tuve miedo de hacerlas, pero
luego vi que todo el mundo las hacía con sus móviles y los guardias no decían
nada. No sé si seguirá la prohibición, o simplemente pasan.
13. Comprar en alguna galería comercial:
Nevsky Prospekt está llena de tiendas de souvenirs y de moda. Puedes aprovechar
la ocasión para visitar las lujosas galerías Passage (con WC gratuito 😉), un enooorme Zara, una librería
donde acostumbran a hacer programas de televisión en directo con los autores, las
Galerías Gostiny Dvor o los Almacenes Yeliseev con sus bonitas figuras que se mueven.
14. Subirse a bordo de un crucero nocturno por San Petersburgo:
delante del Museo Fabergé salen estos cruceros que te anuncian por toda la
ciudad en ruso. La visita dura un poco más de una hora y atraviesa los canales
recorriendo los puentes levadizos. Es todo un espectáculo y hay multitud de
barcos haciendo lo mismo a esa hora. Ver cómo se levantan los puentes es muy
bonito, pero lo cierto es que a mí se me hizo demasiado largo. Yo lo hice en el
barco Festival, de la compañía Astra Marine. Lo contraté online y me costó 800
rublos. Dentro del barco no había casi luz y servían comida y bebida a un
precio bastante razonable. Mi barco salió a las 00’30 y regresó a las 2’00 am.
El modo más sencillo de moverse por San
Petersburgo es el metro. Está muy bien conectado y los trenes pasan cada tres minutos o menos en hora punta, por la noche tardan un poco más, pero no es desesperante.
Hay que estar muy atento a las puertas y a las
líneas que indican por dónde tienes que entrar, salir y salirte. En muchas
ocasiones las puertas de entrada a la estación no son las mismas que las de
salida.
Nada más entrar a la estación verás las
máquinas para sacar los tickets. Se puede pagar con tarjeta de crédito o en
efectivo. A veces la máquina te dará una tarjeta y otras veces te dará una
moneda (token).
Una vez hayas comprado el ticket, tendrás que
atravesar los arcos de seguridad. Te pueden parar perfectamente para llevarte a
una habitación de inspección, sin venir a cuento. Allí te mirarán el equipaje y
tus bolsillos. Si no ven nada raro, pasarás al torno. Insertas allí el
token o pasas la tarjeta y entrarás.
Dentro te darás cuenta de que muchas veces no
hay prácticamente nada en nuestras letras y de que está todo en ruso. Al final
te acabarás acostumbrando a estos caracteres y podrás “leer” más o menos lo
que pone. Las estaciones y conexiones las ponen así, por suerte también están en nuestro alfabeto:
Dentro de los vagones hay wifi gratis(aquí te hablo de ello). no verás a nadie molestando, hablando alto, hablando por el
móvil alto, ni poniendo música, ni vendedores, ni músicos… Es un sitio para
estar totalmente tranquilo, a pesar de la gran cantidad de gente que lo usa
diariamente.
Precios del metro de San Petersburgo:
▪ Token: un viaje, 45 rublos.
▪ Equipaje: 45 rublos más.
▪ Standard Electronic Ticket: Podorozhnik Smart
Card: en las máquinas puedes comprar esta tarjeta
monedero. Le puedes meter hasta 15000 rublos y usarla durante tres años. La
tarjeta por sí sola cuesta 60 rublos. Con la tarjeta el viaje cuesta 36 rublos,
en vez de 45. La tarjeta vale para varias personas pero, ¡cuidado!, tienen que
pasar 10 minutos para que pueda volver a usarse. Mi acompañante la usó, me la
dio a mí y yo me tuve que quedar fuera esperando durante 10 minutos para que
volviera a funcionar y ya poder entrar. No lo entendí muy bien, pero así son
las cosas en Rusia…
Esta tarjeta sirve para el metro (36 rublos
por viaje) y otros transportes públicos en superficie (31 rublos por viaje). El
dinero no gastado se pierde, así que calcula bien los viajes que vas a
necesitar.
▪ TravelCard:
Tarjeta de 10 viajes para 7 días: 355 rublos
Tarjeta de 20 viajes para 15 días: 680 rublos.
Tarjeta de 40 viajes para 30 días: 1300
rublos.
🚍 Autobús, trolebús y tranvía en San Petersburgo
Los autobuses también son muy útiles, sobre
todo si vas a algún sitio más lejano, como Peterhof. Algunos sólo tienen el
cartel en ruso y otros están en los dos alfabetos, por lo que hay que estar
atento al número.
Dentro está el conductor y una acompañante,
normalmente una señora mayor, que es a la que se le paga. Cada viaje cuesta 45
rublos. También existe una tarjeta combinada para diez viajes por 310 rublos
que incluye autobús, tranvía y trolebús.
Los autobuses varían mucho. Hay algunos muy
nuevos y otros que son realmente viejos y están muy descuidados. Vi a varios de
ellos que bajaban a los viajeros y abrían el capó porque estaba echando humo.
🚐Marshrutka
Son furgonetas o minibuses que tienen unas
rutas fijas, que están indicadas en un cartel por fuera, y pueden hacer paradas
en cualquier lugar que está en su ruta, para bajar o subir a los pasajeros.
Suelen estar en muy malas condiciones y, una
vez se llenan los asientos, la gente va de pie en la furgoneta y muy apretada.
El precio viene indicado fuera, y es bastante barato. Son mejores que los
autobuses porque van más rápido.
Si te toca sentaros cerca del conductor,
tú vas a ser el encargado de andar dándole el dinero a éste de parte
de todos los viajeros que se vayan montando y, después, dándoles las
vueltas. Si puedes, siéntate atrás. También te puede tocar estar sentado delante con
el conductor. Yo he compartido este asiento con otra persona más, porque dijo
que estaba delgada. Así que fuimos delante el conductor y dos más.
🚖 Los taxis en San Petersburgo
Siempre aconsejo coger taxis oficiales para
que no tengas ningún problema, ya que en Rusia todo el mundo puede ser un
taxista improvisado. Los taxis oficiales son amarillos normalmente, se
encuentran en el stand del aeropuerto. Allí dices a dónde quieres ir, pagas en
efectivo siempre, y te acompañan hasta tu taxi.
Si estás en la ciudad, lo mejor es que te llame alguien a un taxi. Los hoteles lo hacen sin problema. Pero antes
pregunta cuál va a ser el precio, por si te interesa o no.
El servicio de Uber y otras aplicaciones
parecidas como Gett o Yandex Taxi también funciona muy bien. Pero, para
usarlas, necesitas bajarte la aplicación y meter los datos de tu tarjeta
de crédito.
Si ya has pagado en el stand o por la
aplicación, es bueno darles alguna propina. Si le pagas cuando te bajas del
taxi te puede pasar lo que a mí, que me he encontrado con que ellos ya se habían
tomado la propina por su cuenta al darme la vuelta…😔
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