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Australia: Día 4 – Cómo es la visita a los canguros de Healesville Sanctuary


Después de haber visto a los koalas en libertad el día anterior en el Cabo Oatway, dejé atrás ya Melbourne para iniciar mi recorrido hacia Albury, a medio camino de Canberra. Pero antes, tenía una parada obligatoria: Healesville Sanctuary.

El camino desde Melbourne a Healesville, una vez conseguido salir de suburbios atestados de tráfico y de semáforos, es precioso. El valle de Yarra es famoso por sus viñedos y su vino. La zona está llena de bodegas que se pueden visitar para hacer degustaciones e, incluso, para dormir en ellas. ¡Ojo! Los precios no son nada baratos.


Como lo mío no son los vinos, tan sólo disfruté de las vistas de los viñedos a ambos lados de la carretera y fui directamente a Healesville Sanctuary, uno de los mejores centros de animales de toda la costa este australiana. Se inició en 1929, cuando el Dr Colin Mackenzie (caballero de su Majestad), creó el Instituto de Investigación Anatómica, que más tarde se convertiría en el santuario actual.






El centro es pequeño y está dedicado a la fauna australiana, se puede ver en una mañana disfrutando de todos sus espectáculos. Es un lugar de referencia en Australia, ya que es uno de los dos únicos centros que ha conseguido criar ornitorrincos. Yo inicié las conversaciones con ellos a finales de abril porque estaba interesada en hacer una actividad con los ornitorrincos: Wade with the Platypus. Todos los miércoles puedes tener un encuentro personal con los ornitorrincos en su tanque, jugar con ellos, hacerles cosquillas (les encanta), fotos… Fue imposible. Intenté cuadrarlo para finales de julio y principios de agosto, y ya estaba todo reservado. Me daban cita para el último mes de agosto. En su lugar, contraté dos Magic Moments.



Magic Moments en Healesville Sanctuary

Los encuentros mágicos son unos tickets que se pagan aparte y te permiten estar con los animales cara a cara en grupos reducidos. Te recomiendo reservarlos con mucha antelación y para hacerlos por la mañana, a primera hora, antes de que lleguen las manadas de turistas.

Yo reservé dos: con los canguros y con los koalas. Con los canguros fue un momento maravilloso: nada más abrir el centro y aún no había casi nadie. Un encuentro sólo para mí, con dos monitoras supervisando. Pude estar quince minutos con ellos, acariciándolos y dándoles de comer. Sobre todo maíz dulce, su chuchería favorita.

El encuentro con los koalas salió mucho peor. Lo hice más tarde y en grupo de unas quince personas. Nos llevaron a un lugar apartado del resto del centro, donde había un koala dormitando en una rama. Nos acercamos un poco a él mientras la monitora nos daba algunas explicaciones. Lo mismo podíamos haber hecho desde fuera, pagando la entrada normal y sin reservar el Magic Moment.




Actividades y exhibiciones en el centro

Varias veces al día hay actividades guiadas que entran con el mismo ticket de la entrada ordinaria. Enseñan el centro veterinario, cómo le dan de comer a los wombat, demonios de Tasmania, canguros y koalas. También se pueden ver a los dingos en su horario de paseo. Dos veces al día hay una exhibición de aves y una vez al día hay una de ornitorrincos. Esta fue la que más me gustó de todas. Es increíble ver cómo son de juguetones.

Además, hay ocasiones para tocar otros animales mientras paseas por el centro, como reptiles o pájaros. Incluso puedes comprar comida para alimentarlos de tu mano o de un plato, si no te atreves.

Comer allí sale algo caro, pero hay que tener en cuenta que con el dinero se están haciendo proyectos muy interesantes, como la cría de ornitorrincos o del Helmeted  Honeyeater (Melífago amarillo copetudo), un ave australiana en peligro de extinción.

Animales que se pueden ver en Healesville Sanctuary:
  • Canguros.
  • Wallabies.
  • Wombat.
  • Alrededor de 200 variedades de pájaros nativos.
  • Dingos.
  • Koalas.
  • Equidnas.
  • Possums.
  • Ornitorrincos.
  • Demonios de Tasmania.
  • Ratas de Agua.
  • Serpientes y lagartos.
  • Ranas.
  • Emús

Precios del Healesville Sanctuary:

●  Adultos: 32’50$
●  Niños de hasta 15 años: fines de semana y festivos gratis. Resto de días 16’30$.
●  Los menores de 3 años siempre entran gratis.
● Encuentro con los ornitorrincos (Platypus Encounters): 199$ por persona, en el precio va incluido la entrada general ya.
● Magic Moments: 12$ cada uno. Se puede hacer con los canguros, koalas, dingos, emús, equidnas y serpientes.

Horario:

●  De 9’00 a 17’00.

Cómo llegar al Healesville Sanctuary desde Melbourne:

🚘 En coche: 
Desde el CBD de Melbourne: coger la Eastern Freeway para salir de Melbourne, conducir hacia el este por la Maroondah Highway y atraesando Ringwood y Lilydale hasta llegar a Healesville.
Una vez allí, girar a la derecha hacia la Badger Creek Road, pasando el Ayuntamiento. Ahí empieza a haber señales que indican el camino directo hacia el santuario.

🚌 En transporte público:
Coger el tren hacia Lilydale Railway Station, en la Lilydale Line.
Allí, coger el autobús número 685 que lleva al centro de Healesville.
Desde allí, coger el autobús 686 hacia Badger Creek, que tiene parada en el Healesville Sanctuary. Horarios:
                   ●  https://www.ptv.vic.gov.au/route/view/927
                   ●  https://www.ptv.vic.gov.au/route/view/928


Para contactar con ellos: yo no pude hacerlo directamente porque en su web no aparece ningún mail de referencia. Como sabía que Healesville Sanctuary pertenecía al Grupo Zoos Victoria, me metí en su Facebook y les mandé un privado. A través de ellos, el centro se puso en contacto conmigo y todo fue más sencillo.

   HEALESVILLE SANCTUARY   
Badger Creek Road, Healesville,
Victoria. 3777   Australia


Viajar a Australia: Qué hacer en el Yarra Valley


A menos de una hora de Melbourne, tienes esta joya llena de impresionantes paisajes.

Qué hacer en el Valle de Yarra

1. Estar cara a cara con los animales del Healesville Sanctuary: uno de los dos únicos lugares en Australia que han logrado criar ornitorrincos. Healesville Sanctuary está especializado en la fauna australiana. Una buena oportunidad de disfrutar de animales autóctonos, como los dingos o los koalas. Pagando un plus de 12$ también podrás tener encuentros más cercanos con algunos animales, como los canguros. 


2. Visitar una de las más de 80 bodegas existentes: el valle de Yarra es una zona llena de viñedos y bodegas. Su clima fresco la hace especialmente buena para producir chardonnay, pinot noir y vino espumoso.


3. Hincharse a chocolate en la Chocolaterie Ice Creamery: 16 hectáreas para disfrutar de esta delicia. La entrada es gratuita y hay muchas oportunidades para probar sus productos gratis también.
4. Subirse al histórico Puffing Billy: desde este histórico tren se pueden disfrutar de espectaculares paisajes en la zona de los Dandenongs. El recorrido de ida y vuelta dura unas 5 horas y su destino es la famosa estación de Gembrook, desde Belgrave. 

5. Hacer senderismo: el Valle del Yarra y la zona de los Dandenong Ranges está lleno de áreas recreativas y senderos para disfrutar de increíbles rincones naturales, como las Stevenson Falls, o el Kurth Kiln Regional Park.


6. Pasearse por Gembrook: el histórico pueblo de Gembrook fue famosa durante la Segunda Guerra Mundial por su producción de carbón y de madera, así como de proveer de productos de granja a la ciudad de Melbourne a través de la línea del Puffing Billy. Puedes seguir las señales para hacer el recorrido histórico por Gembrook, coger el tren de vapor, realizar algunos de sus senderos por el Wright Forest,  ver el inmenso centenary log, visitar el Vintage Motoring Museum lleno de vehículos antiguos y probar sus productos locales.   

www.epqgembrook.org

7. Visitar una “granja de lavanda”: la Warrantina Lavender Farm se puede visitar de manera gratuita para ver sus instalaciones. De noviembre a febrero organizan el Lavender Time. En su Tea Room se puede disfrutar de los tés más típicos de Devonshire hechos con lavanda.  La granja organiza paseos, tiene parking, área de picnic y tienda de regalos.


8. Esquiar en Marysville: el camino de los 40km que separan Healesville de Marysville ya merece la pena por sí mismo. La nieve se concentra en la zona del Lake Mountain y en la comercial Murchinson Street te puedes hacer con todo el equipo necesario para disfrutar de los deportes invernales. Un lugar clave es el Lake Mountain Alpine Resort, donde se puede esquiar y hacer tobogganing.

www.marysvilletourism.com



Mapa del Yarra Valley




Australia: Día 4 – Opinión sobre el Active Holidays Albury


Desde  Healesville Sanctuary, en pleno valle del Yarra, aún me quedaba alrededor de 300 km para llegar a mi primer camping australiano. El camino hasta allí fue precioso. Gran parte del recorrido lo hice entre viñedos.

Decidí parar en Albury porque necesitaba un lugar barato y que estuviera a medio camino entre Healesville y Canberra, destino de mi próximo día.

La verdad es que las fotos de su página web lo pintan mejor de lo que es. Nada más llegar, me di cuenta de que estaba cerrado y no había nadie en recepción. O sea, que no podía ni entrar. Menos mal que había un señor por ahí, que se parecía a un típico motero yanqui y me ayudó. No estaba muy bien de la cabeza, por la manera de hablar que tenía. Pero su ayuda me sirvió de mucho. Y allí aprendí algo valioso para el resto del viaje:


¿Qué hacer si se llega a un camping australiano tarde?

Siempre, siempre, AVISAR. Ya sea por email, ya sea por teléfono. Si no, te quedarás fuera. Algunos tienen la decencia de poner un cartel en la puerta con un número de teléfono al que llamar en caso de llegar tarde. Otros, no.

Cuando avisas de que vas a llegar tarde, los empleados te facilitan la clave de una caja de seguridad que tienen en la puerta. Dentro habrá un montón de sobres de gente que también ha avisado de que va a llegar tarde. Buscas el que tenga tu nombre y dentro estará toda la información del camping: dónde te tienes que colocar, normas, horario, llaves (en caso de que las necesites para algo) … Eso sí, ninguna vez me han dado la clave del wifi. Ya aprendí que, si llegaba tarde, tenía que avisar y preguntar por teléfono esta clave también. En ese caso, me la encontraba escrita a boli en la carta.


Active Holidays Albury Review

El señor que me ayudó en la entrada me llevó a la zona donde tenía que dejar la campervan. Bueno, después de perderse tres veces en un camping pequeñísimo. Pero, oye, al final acertó.

El camping tiene piscina, parque infantil y aseos. También tiene varios tipos de alojamiento: cabañas pequeñas y grandes, sitios para acampar y sitios para caravanas. Además, puedes elegir tener una parcela con tu baño propio (Deluxe Ensuite Site). Algo más cara, pero que merece la pena. Yo no pude reservarla porque me pedía mínimo dos noches.



Mi parcela consistía en un sitio de hierba, sin parcelar. Estaba cerca de los servicios. Éstos no estaban sucios, pero sí dejados. También había muchos residentes y pocos viajeros (sólo mi campervan y una tienda de campaña). De hecho, había un salón con televisión y otras instalaciones cerca de la piscina, pero sólo era para residentes.

No había iluminación por ningún sitio y tiré de linterna para todo. Problema: los carteles que había por todos lados avisando de ¡peligro por serpientes!


Para pasar una noche no estuvo mal. Muy tranquilo y ni un ruido. Aunque eché de menos una kitchen camp para poder hacer la cena. Como no llovía, usé el infernillo de la campervan. A grandes males, grandes remedios.

Precio: 23$


   ACTIVE HOLIDAYS ALBURY   
508 Wagga Road, Lavington
Albury NSW 2641 Australia
Tel: (02) 6040 6275
https://albury.ahp.com.au        

Australia: Día 3 – Recorriendo la Great Ocean Road en caravana


Por la mañana temprano salí del hotel para recoger la campervan a las 9’00. Las condiciones fueron las mismas que cuando contraté con Jucy Rental la campervan en Nueva Zelanda. La única diferencia fue que tuve que dar los datos de otra tarjeta de crédito para que descontaran de ahí los gastos que tuviera en autovías de peaje electrónico. Por suerte, fueron 0.

Después de coger la Jucy, y tras dar algunas vueltas para acostumbrarme a conducir por el otro lado de la carretera, inicié mi viaje por la Gran Ocean Road. Esta carretera panorámica llega hasta Allansford. Yo sólo quería llegar hasta los 12 Apóstoles, haciendo algunas paradas por el camino. Sabía de sobra que iba a ser una paliza, porque iba a tener que volver de noche al hotel (y conducir de noche por Australia no se lo recomiendo a nadie), pero tenía la impresión de que iba a merecer la pena.


El recorrido completo dura 243 km desde Torquay hasta Allansford. Yo di un poco de vuelta deteniéndome en algunos lugares míticos. La carretera hasta Torquay fue un caos. Llena de tráfico y de camiones enormes que me ralentizaron muchísimo. Por fin, al llegar a Torquay y coger el desvío que indicaba Great Ocean Road, todo fue mucho más calmado, aunque no fácil. La carretera es de dos carriles (uno para cada sentido), está llena de curvas y hay muchas zonas de derrumbamiento y suelo peligroso. Aun así, había mucho mantenimiento y lo estaban adecentando todo. En muchos tramos así, la velocidad límite sigue siendo 100 km/h.




Tras varias paradas pequeñas para disfrutar del espectacular paisaje costero y ver con los prismáticos algunas ballenas, mi primer destino fue el Memorial Arch.



Qué ver en la Great Ocean Road

1. Great Ocean Road Memorial Arch: este arco de madera está dedicado a los hombres que construyeron la carretera y como tributo a los caídos en la guerra. Una gran obra de ingeniería que comenzó al final de la Primera Guerra Mundial y que se completó en 1932. En su construcción participaron más de 3000 hombres y la velocidad de progreso era de 3 km al mes en las zonas más escarpadas. El arco se colocó en 1939, aunque el que ves ahora es de 1983, ya que los tres anteriores se destruyeron por diversos incendios que asolaron la zona.

En la zona hay un aparcamiento y varios carteles con información sobre la Great Ocean Road. GPS: Lat: -38.47205   Long: 144.044708


2. Erskine Falls: a menos de 15 minutos del arco está la localidad de Lorne, que no tiene mucho interés. Cogí el desvío que sale a la derecha hasta las cascadas de Erskine, ubicadas en la cordillera de Oatway y a unos 12 minutos en coche. En tan poco tiempo, pasas del paisaje costero y soleado a un bosque denso, el rainforest, húmedo, con llovizna y frío.

Después de dejar el coche en el aparcamiento, seguí las escaleras por un camino muy corto, hasta el primer mirador. El agua tiene una impresionante caída de 30 metros hasta el Erskine River. Al segundo mirador se accede por un camino algo más largo, no mucho, a través de los 240 escalones hasta la base la cascada. La entrada y el parking son gratuitos. Sin duda, mereció la pena el desvío.


3. Otway Cape – Faro de Otway: después de parar varias veces para intentar ver koalas sin éxito, decidí salir un poco de la Great Ocean Road y dirigirme desde Apollo Bay al Faro de Oatway. Inmersa en el bosque de eucaliptos y, tras atravesar increíbles paisajes de pastos de color verde intenso, empecé a ver lo que buscaba.

Justo antes de llegar al faro, te recomiendo dejar el coche a un lado de la carretera y hacer un poco de este camino andando silenciosamente. Al principio es difícil porque no sabes muy bien qué buscas. Pero, una vez distingas la primera bolita peluda dormitando en una rama, el resto será pan comido. Y, por suerte, esta carretera está llena de esas bolitas.  😀





4. Los 12 Apóstoles: la verdad es que me tiré tanto tiempo disfrutando de los koalas que ya lo de ver los 12 Apóstoles era algo secundario para el poco tiempo que quedaba de luz. Al menos pude llegar al mirador principal, aunque tuve que dejar el famoso Puente de Londres porque ya no se veía nada.

Los 12 Apóstoles son unos pilares de piedra caliza que emergen del Océano Antártico, unas enormes columnas que se elevan hasta los 45 metros de altura. A pesar de mantener este nombre, actualmente sólo hay ocho. El último Apóstol que se cayó fue en 2005.



Siguiendo la Gran Ocean Road está muy bien señalizado. Hay que coger un desvío que lleva hacia un aparcamiento y un centro de información, con cafetería, aseos y tienda de recuerdos. Desde allí parte un camino que lleva de nuevo a la costa y desde el que se accede a varios miradores. Uno de ellos es el de las Escaleras de Gibson, un recorrido de 70 metros hacia abajo por el acantilado hasta llegar a la arena de la playa.

Para acceder al London Bridge, el más alejado de los Apóstoles, hay que llegar a Port Campbell y continuar la carretera unos 7 km más.

Después de un día muy aprovechado, inicié el camino de vuelta (ya de noche) hacia Melbourne. Esta vez lo hice por la carretera de arriba, no por la Great Ocean Road, por parecer más segura, sin tanta curva. Desde Port Campbell, se pasa por Colac, Warncoort, Winchelsea y Geelong.

Un recorrido imprescindible si vas por esta zona de Australia. En tan sólo un día obtuve: paisajes impresionantes (costeros, de rainforest, de bosques de eucaliptos y de praderas verdes inmensas), avistamiento de ballenas y de koalas en libertad, y un inmejorable anochecer con los 12 Apóstoles de fondo. Me faltaron tan sólo dos guindas: ver canguros en libertad (no apareció ninguno) y pingüinos en las playas de los 12 Apóstoles (la gente dice que van al anochecer, pero el mar estaba muy agitado y no vi nada).


Total de kilómetros:
  • De ida: 348 km.
  • De vuelta: 240 km.
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