Velilla de San Antonio es uno de los municipios que forma parte del Parque Regional del Sureste. Su singularidad le permite albergar un conjunto de hábitats compuesto por un conjunto de lagunas situadas entre el pueblo, el río Jarama y los yesíferos de Rivas-Vaciamadrid.
Estas lagunas reciben agua del Jarama y de las lluvias. La vegetación ribereña que destaca está formada principalmente por sauces, chopos y tarays, siendo lo más predominante el carrizo, que crea una barrera entre la tierra y las lagunas, protegiendo a la fauna autóctona. Ésta la componen más de un centenar de especies de aves distintas, como garzas, aguiluchos, calamones, fochas o somormujos. Bajo el agua puedes encontrar crustáceos, ratas de agua, barbos, peces gato, e incluso visones americanos escondidos entre los cañaverales.
El complejo está formado por las lagunas de El Raso, El Picón de los conejos y El Soto, así como el Humedal de Miralrío.
👉Inicio de ruta: El coche lo puedes dejar en el Paseo de la Laguna. Allí hay un polígono industrial con varias calles para aparcar gratis.
Desde el antiguo polígono de Velilla verás la entrada que da paso a un área recreativa y al entorno de la laguna de El Raso. El camino es bastante sencillo y llano. Su forma es alargada y alberga 9 hectáreas de agua. Cuenta con paneles informativos sobre el entorno, con puestos de pesca de madera y bancos. Es la única de estas lagunas en la que está permitida la pesca.
El Raso recibe las aguas subterráneas del río Jarama, aguas que le son devueltas a través de un rebosadero, por lo que hace de actúa como filtro natural. Tiene mucho fango en el fondo, pero es fácil encontrar ejemplares de carpas, pez gato o barbos. Las aves acuáticas son más abundantes en invierno.
El camino continúa a lo largo del brazo de tierra que queda entre el río y las lagunas, lleno de árboles y arbustos propios del bosque de ribera hasta alcanzar un conjunto de lagunas llamado Picón de los Conejos. La más grande de ellas tiene 26 hectáreas de superficie y 4 metros de profundidad, por lo que acoge a una gran variedad de aves. En ella podrás encontrar un observatorio y la estructura de un nido de cigüeña. Aunque este humedal está siendo recuperado gracias a proyectos que pretender convertirlo en reserva de aves acuáticas, está integrado dentro de una finca de propiedad privada, aunque la senda se puede realizar libremente. En la otra orilla del río Jarama verás los cortados yesíferos.
En este punto tienes la opción de rodear Picón de los Conejos para volver al aparcamiento o continuar recto para visitar la última zona de lagunas. Si has escogido esta última opción, deberás seguir paralelo al río hasta llegar a las Lagunas del Soto, ya en los límites con Rivas Vaciamadrid. Tiene una superficie de 13 hectáreas y una profundidad de entre 2 y 5 metros. Es la más antigua de todas, está atravesada por un tendido eléctrico y se encuentra vallada para facilitar su conservación.
Si te has quedado con ganas de andar más, puedes aprovechar tu camino para continuar recto unos 400 metros y obtener unas preciosas vistas del Palacio-Convento del Cristo de Rivas, cuyo peregrinaje es famoso en todo Madrid, sobre todo el 29 de diciembre, cuando los fieles se agolpan para pedirle milagros al Cristo. La vuelta la puedes realizar por el mismo camino o bordeando el Picón de los Conejos hasta volver a la senda que lleva al aparcamiento.
Si estás por la zona y tienes tiempo, otro de los lugares que te recomiendo visitar es las Laguna de las Madres (zona recreativa con acceso de pago) o la Laguna de Campillo.
🏃 Longitud: 6,1 km.
🏃 Dificultad: fácil.
🏃 Duración: 2 horas.
🏃 Recorrido circular.
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