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Corea: 8 lugares imprescindibles que ver en Seúl



Seúl es una de las mayores ciudades de Asia y una de las mejores en cuanto a calidad de vida. Todavía no muy masificada, es una oportunidad increíble para ver la esencia de Asia y sus tradiciones, mezcladas con el nuevo desarrollo urbano, los rascacielos y los diseños neofuturistas. Muchas de las zonas son fácilmente manejables a pie. Sin embargo, para viajar entre distritos yo te aconsejo comprar la tarjeta T-Money que funciona en el metro, en los autobuses y en los taxis.

Qué ver en Seúl

1. Palacios Reales: lo más interesante es comprar el pase para los cuatro Palacios con los que cuenta la ciudad y el Templo Jongmyo. Su precio es de 10.000 W y su validez es de tres meses. En cada uno de ellos hacen un espectáculo todos los días, en el que se pueden ver representaciones tradicionales.


➥ Deoksugung Palace: se construyó como residencia para el príncipe Wolsan en el siglo XV. Lo más interesante es ver el cambio de guardia que se realiza todos los días a las 11:00, 14:00 y 15:30.

99 Sejong-daero, Jung-gu, Seoul 서울특별시 중구 세종대로 99 (정동) 
Horario: 09:00-20:00  Cierra los lunes.
Precio sin pase: 1.000 W
Metro línea 1 (azul oscuro), estación City Hall, salidas 2 y 3.
Visitas cercanas: Ayuntamiento de Seúl, Biblioteca Metropolitana y Seoul Plaza.  
➥ Gyeongbokgung Palace: es el palacio más grande de la ciudad.  Para llegar a él tienes que atravesar la gran avenida Sejong Daeron (con sus grandes estatuas del Rey Sejong el Grande y de militar Yi Sun Sin) hasta que veas la impresionante puerta Gwanghwamun. En su interior puedes pasear por sus grandes jardines, ver su pagoda y visitar el National Folk Museum, que está justo al lado.

경복궁 161, Sajik-ro, Jongno-gu, Seoul 서울특별시 종로구 사직로 161 (세종로) 
Horario: 09:00-17:30 Cierra los lunes. 
Precio sin pase: 3.000 W 
Metro línea 3, parada Gyenongbokgung o línea 5, parada Gwangwamun 
Visitas cercanas: National Folk Museum (gratis)
➥ Changdeokgung: Patrimonio de la Humanidad desde 1997, dentro se puede el trono del emperador y el Jardín Secreto. Para este último, es necesario apuntarse a la visita guiada que ofrecen en taquilla Su precio viene incluido en la entrada general del pase multipalacio, pero no se puede visitar por tu cuenta.


창경궁 185 Changgyeonggung-ro, Jongno-gu, Seoul 서울특별시 종로구 창경궁로 185 (와룡동)
Horario: 09:00-17:30 Cierra los lunes.
Precio sin pase: 3.000 W + 5.000 W (Visita al Jardín Secreto)
Metro línea 3, parada Anguk, salidas 4 y 5.
Visitas cercanas: Changgyeonggung Palace, Templo Jongmyo.
 Changgyeonggung Palace: está justo al lado del palacio anterior, por lo que su visita casi se solapa y es difícil saber cuándo se está en uno o en otro. Su origen se remonta al siglo XV, aunque a lo largo de su historia también fue un parque, un invernadero y un zoo.

창경궁 185 Changgyeonggung-ro, Jongno-gu, Seoul 서울특별시 종로구 창경궁로 185 (와룡동)
Horario: 09:00-17:30 Cierra los lunes.
Precio sin pase: 1.000 W 
Metro línea 3, parada Anguk, salidas 4 y 5.
Visitas cercanas: Changdeokgung Palace, Templo Jongmyo.
➥ Santuario de Jongmyo: el templo más antiguo de los santuarios reales confucionistas que se ha conservado, hoy es Patrimonio de la Humanidad. Tiene actualmente el mismo aspecto que tenía en el siglo XVI y custodia las tablillas que registran las enseñanzas de la antigua familia real.

종묘 [유네스코 세계문화유산]   Jongmyo Shrine.
Horario: 09:00-17:30 Cierra los martes. 
Su entrada también viene incluida en el pase multipalacio.
2. Templo Jogyesa: un templo pequeño, pero bastante original. Pertenece a la orden budista más importante de Corea y cuenta con un bonito patio lleno de farolillos y graciosas estatuas de Buda. Su entrada es gratuita.

조계사   55, Ujeongguk-ro, Jongno-gu, Seoul 서울특별시 종로구 우정국로 55 (견지동


3. Canal Cheonggyecheon: con 8’4 km de largo, este arroyo fue inaugurado en septiembre de 2005 como un éxito en renovación urbana y embellecimiento. Ciertas especies de peces, aves e insectos han incrementado en población desde la remodelación. Además, también ayuda a bajar la temperatura de las áreas cercanas 3.6º C, en relación a otras zonas de Seúl. 


4. Mercados tradicionales: el mercado más grande y famoso es el de Namdaemun. Está construido en una de las pocas estructuras antiguas de madera que quedan en Seúl. Tradicionalmente en él se vendían carnes y verduras, pero ahora vende souvenirs (imanes, llaveros, camisetas, ventiladores, bolis, té, merchandising…), productos del hogar y textiles. Está lleno de ofertas y es uno de los mercados más baratos. Muchas tiendas cierran a las 15:00. Otro de los más famosos es el Mercado nocturno de Dongdaemun, un sitio muy socorrido para comprar ropa, sobre todo, zapatos. Abre a las 22’00 y también es famoso por sus puestos comida. O el Mercado traicional de Gwangjang.


5. Myeong-dong: es el centro neurálgico de la ciudad y una de las zonas con más vida. Para los amantes del K-Pop éste es uno de los mejores lugares para encontrar objetos relacionados con estos grupos de música que cada vez se están volviendo más populares en España. Además, Myeongdong es una de las zonas comerciales más especializadas en la venta de cremas, mascarillas y otros productos de belleza. Las mejores ofertas duran de viernes a lunes.


6. Torre Seúl N: con sus 236,7 metros es el punto más alto de la ciudad. Está ubicada en el Monte Namsan y se puede llegar a ella en teleférico o andando. Si eliges subir andando, en su base puedes visitar Namsangol Hanok Village, una recreación de un barrio tradicional coreano, con sus casas hanok. La entrada es gratuita y está lleno de tiendas y restaurantes.


Metro línea 4, estación Myeondong. Coger el teleférico o subir andando. Precio: 10.000 W


7. Aldeas tradicionales Hanok: barrios como Bukchon, son de visita obligada en Seúl. Aquí los grandes y modernos rascacielos dan paso a las casas tradicionales hanok, estructuras de madera que han permanecido inmutables durante años. Los carteles que se suceden en cada barrio nos recuerdan que son zonas habitadas y que, a pesar de ser turísticas, no debemos molestar a las familias que viven allí con gritos, ni voces, respetando la armonía del entorno.


8. Dongdaemun Design Plaza – DDP: uno de los lugares más modernos de Seúl, tiene un diseño neofuturista caracterizado por formas curvas extrañas. Es el distrito más dedicado a la moda que hay en la ciudad sus alrededores están llenos de grandes centros comerciales y parques. 


Si tienes tiempo en la capital, también puedes aprovechar para hacer excursiones cercanas para visitar Suwon o para ir a la frontera con Corea del Norte  (DMZ)

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➤ Corea: Opinión del Sieoso Hotel Seoul



6 lugares imprescindibles que ver en Palas de Rei



A 68 km de Santiago de Compostela, Palas de Rei es la localidad de la que parte la etapa más larga del Camino de Santiago Francés a su paso por Galicia: Palas de ReiArzúa. Aquí paran los peregrinos que han salido por la mañana temprano desde Portomarín y han atravesado la comarca de A Ulloa y la sierra de Ligonde.

Su nombre se debe, según la leyenda a Pallatium regi, el palacio de Witiza, rey visigodo que mató a Favila, el padre de Don Pelayo.

Con varios bares y restaurantes, pensiones y albergues, Palas de Rei está puramente orientada a los miles de peregrinos que llegan a ella todos los años. Sin embargo, si quieres aprovechar tu llegada para ver algo más en el propio pueblo, lo más destacable es la iglesia de San Tirso. Todo lo demás, te aconsejo que lo veas desviándote un poco de la ruta marcada para conocer todos los encantos de su entorno o quedándote un día más allí para hacer excursiones cercanas y caminar por sus bosques. 

Qué ver en Palas de Rei

1. La iglesia de San Tirso: el edificio actual data de 1955 e integra una puerta románica del siglo XII. Al lado de ésta se encuentra un caserón barroco y la estatua de la Virgen del Socorro.

2. La Laguna de Las Ranas: en dirección a Pontecampaña verás este precioso enclave del que podrás disfrutar del croar de las ranas durante un tramo del camino. 

3. El Castillo de Pambre: es una de las mejores representaciones de la arquitectura militar medieval gallega. Tiene cinco torres y su origen se remonta al 1375, cuando se construyó por encargo de los Ozores de Ulloa a orillas del río Pambre. Para llegar al Castillo de Pambre hay que salir de Palas de Rei por la C-547 en dirección a Santiago y girar a la izquierda en el cruce, siguiendo la LU-4008 durante unos 4 kilómetros. Abre de martes a domingo, de 11’00 a 14’00 y de 16’00 a 19’00 y la entrada es gratuita.

👉 Si vienes desde Portomarín, en Pontecampaña se puede descender a la izquierda siguiendo el curso del río hasta Sambreixo (1’5 km) y admirar su iglesia. Desde allí, a través de una antigua Carballeira, llegarás al castillo.

4. Los Torrentes de Mácara: en la parroquia de Ramil, muy cerca del Castillo de Pambre (a unos 2 km), se encuentran estos torrentes formados en el tramo alto del río Ulla, cuando el Pambre se le une. Un sendero natural permite caminar mientras recorremos sus rápidos y sus pozas. Un lugar de increíble belleza natural.

5. El Vilar de Donas: construido en el siglo XIII, funcionó como centro importante de los caballeros de la Orden de Santiago. Hoy está rodeado por sus tumbas. Su nombre se debe a las Donas, las mujeres de estos caballeros que se alojaban en el monasterio, justo detrás de la iglesia, para esperarlos mientras luchaban en las batallas.




Irlanda: 14 lugares imprescindibles que ver en Dublín



Dublín no es muy grande, su centro es muy asequible a pie y los lugares más representativos se pueden ver uno o dos días. Dejando a un lado sus monumentos y museos, lo mejor de Dublín es su gente, amable y acogedora como en pocas ciudades de Europa. 

Qué ver y qué hacer en Dublín

1. Tomarse un café irlandés en Temple Bar: su nombre se debe a Sir William Temple, quien adquirió los terrenos en 1600. Hoy es uno de los barrios más llamativos de Dublín, los pubs están abiertos desde bien temprano y el ambiente cultural y fiestero se respira en cada callejuela. Las pintas y los cafés irlandeses (sin nata montada) son las estrellas de los pubs.


2. Conocer el Libro de Kells en el Trinity College: la universidad más antigua de Irlanda fue fundada en 1592 por Isabel I y en ella se graduaron personajes de la talla de Swift, Wilde o Becket. En su biblioteca hay casi tres millones de volúmenes. La sala principal cuenta con los 200.000 más antiguos, así como el arpa más antigua del país. Su joya es el Libro de Kells, que contiene los cuatro Evangelios escritos en latín en el siglo IX. Es la zona más visitada del complejo. www.tcd.ie


3. Visitar estructura más antigua de Dublín en la Christ Church Cathedral: los orígenes de la catedral se remontan al siglo XI, cuando el rey vikingo Sigtrygg Silkiskegg construyó allí un templo de madera. Hoy, tras muchas ampliaciones y remodelaciones, Christchurch conserva un estilo gótico sublime. En su interior se encuentra la capilla del obispo San Lorenzo O’Toole, y la cripta catedralicia más grande las Islas Británicas. Aunque es un templo protestante, el Vaticano lo reclama como catedral católica.


4. Conocer la Puerta del Capítulo en St Patrick’s Cathedral: la mayor iglesia de Irlanda se construyó en el siglo V junto al pozo en el que San Patricio bautizaba a los conversos. En su interior se encuentra uno de los coros más importantes de Irlanda, pues es la única catedral de las Islas Británicas en la que se realizan dos misas cantadas al día. Su coro se hizo famoso por participar en la primera presentación del Mesías de Handel. Además del coro, merece la pena ver La Puerta del Capítulo, en la que se hizo un agujero por el que estrecharon sus manos los condes de Ormond y Kildare para acabar con sus enfrentamientos.


5. Aprender a tirar una pinta en la Guinness Storehouse: en la antigua nave de fermentación de la fábrica de Guinness, se encuentra este museo donde se exhibe contrato de arrendamiento de la cervecería por 9.000 años, firmado por Arthur Guinness en 1759. A lo largo de sus siete plantas se puede ver de manera interactiva el proceso de realización de la cerveza. Con la entrada general tienes derecho a un ticket que podrás canjear para entrar en la Academia Guinness, donde te enseñarán a tirar bien una pinta de cerveza.
Precio de la entrada a la Guinness Storehouse: variable, dependiendo del día y la hora. 



6. Recorrer O’Connel Street: la principal arteria de Dublín comienza en Parnell Street y termina en el puente O’connell. En ella se encuentra The Spire, un monumento de 120 metros, construido en el 2003 en el lugar en el que se encontraba el monumento al Almirante Nelson, destruido por el Ira. A lo largo de esta gran avenida también hay grandes monumentos históricos del siglo XIX, como el Hotel Gresham, los almacenes Clery’s o la Oficina Central de Correos.


7. Conocer a Molly Malone en Grafton Street: una calle peatonal llena de artistas callejeros y tiendas. Justo donde acaba la zona peatonal, en la intersección con la calle Nassau, está la estatua de Molly Mallone. En 1880, James Yorkston compuso la canción Cockles and Mussels (Berberechos y Mejillones), que cuenta la historia de una vendedora ambulante que murió de fiebre en plena calle. La leyenda negra dice que por la noche era prostituta, pero no hay ninguna evidencia de ello. La canción es todo un himno en los pubs y, en su memoria, queda esta estatua y una fiesta en su honor cada 13 de junio: el Molly Malone Day. La última vez que fui había sido trasladada por obras a Suffolk Street.



8. Descansar en alguno de sus parques: los tres parques más famosos son:
▪  St Stephen Green: en pleno centro de la ciudad, es uno de los más antiguos del país (s. XVII).
▪ Phoenix Park: con más de 700 hectáreas, es el parque urbano más grande de Europa. En él puedes ver ciervos paseando. La mejor manera de visitarlo es alquilando una bici en la entrada.
▪ Merrion Square Park: un remanso de naturaleza en medio de edificios tan importantes como el Senado, el Museo de Historia Natural o la Galería Nacional. Por él se solía pasear Oscar Wilde, y hoy podemos ver su estatua en uno de los extremos del parque.


9. Conocer el antiguo Castillo de Dublín: bastante austero por fuera, ha tenido un montón de funciones a lo largo de la historia: asentamiento vikingo, fortaleza militar, residencial real, sede del Tribunal de Justicia… Hoy sólo se realizan en él las recepciones estatales. 
Precio de la entrada al Castillo de Dublín: 7€ general, 10€ la visita guiada. 


10. Rodearse de gente elegante en el Powerscourt Centre: situado en una bonita casa georgiana de Grafton Street, en el siglo XVIII se convirtió en el lugar de fiestas más reputado de todo Dublín. Hoy está lleno de tiendas de lujo y restaurantes, e incluso cuenta con un pequeño teatro. http://www.powerscourtcentre.ie/


11. Comprar algo en los Mercados callejeros: los mercados están siempre llenos de vida y suelen funcionar hasta las 17:00. Hay un montón desperdigados por toda la ciudad, como el Moore Street Market, en el que se venden frutas, verduras y flores; el Temple Bar Food Market, con productos orgánicos; o el Designer Mart en la calle Cow’s Lane (también en Temple bar), dedicado a la ropa y a la decoración.



12. Asistir a un concierto de música tradicional irlandesa: la mayoría de los pubs de Temple Bar tienen música en directo. Pero si te gusta la música celta, también puedes asistir a uno en:
  • Merry Ploughboy Pub
  • The Brazen Head
  • The Irish House Party
  • Belvedere Irish Night en el Belvedere Hotel

13. Cruzar el Ha’Penny Bridge: el puente peatonal más famoso de Dublín recibe su nombre por su forma similar a una moneda de medio penique y por ser ese el peaje que se tenía que pagar por cruzarlo.


14. Hacer una visita a un lugar cercano: hay muchas empresas que se dedican a organizar visitas de un día a otros lugares de Irlanda. Las más famosas:
Los precios van entre 25 y 60€, y son más baratos en los mostradores de allí, que comprándolas en páginas españolas.


Otros lugares:

Dublín tiene mucho que explorar. Visitar la Cárcel de Kilmainham para aprender sobre la historia de los activistas irlandeses, pasarse por alguno de sus museos gratuitos (Museo Nacional de Arqueología, de Historia Natural, de Artes Decorativas…), aprender sobre el whiskey en la Antigua Destilería Jameson o sobre el hurling en Croke Park, son otros de los planes que puedes hacer si tienes tiempo.






Irlanda: Cómo es la visita a Belfast, Carrick-a-Rede y La Calzada del Gigante (IV)


Última parada: Dunluce Castle

Después de haber visitado Belfast, el puente de Carrick-a-Rede y la Calzada del Gigante, ya no quedaba tiempo para mucho más.

Continuamos nuestro camino en autobús por la Antrim Coastral Drive y nos detuvimos un momento delante del Castillo de Dunluce. No nos pudimos bajar del autobús, porque ya era demasiado tarde y los avisos por temporal eran fuertes. Aún así, nos dejaron un poco de tiempo para hacer unas cuantas fotos mientras nuestro guía explicaba su historia.

El castillo está enclavado encima de unos acantilados de basalto, por lo que su acceso se hace bastante peligroso. Para llegar a él hay que caminar por un pequeño puente. Hoy es Patrimonio Nacional de Irlanda del norte y está cerca del pueblecillo de Bushmills, donde hay una importante destilería de whiskey.


Su construcción comenzó en el siglo XIII convirtiéndose en la principal fortaleza de los jefes del Condado de Antrim, los MacDonnel. Posteriormente, pasó de mano en mano, incluso llegando a formar parte del patrimonio de un escocés.  Los primeros escritos que hablan de su existencia se remontan a 1513, periodo en el que perteneció a los MacQuillan.

Con el paso de los siglos, el castillo quedó abandonado y en ruinas. Hasta que, en el siglo XVI, un barco de la armada española (el Girona) se hundió en las rocas que lo rodean durante una fuerte tormenta. Con el choque, los cimientos del edificio se tambalearon y parte de las cocinas cayeron al mar (se dice que sólo sobrevivió un pinche, pero esto es sólo una leyenda).

Otra leyenda cuenta que consiguieron vender la carga que se había caído al mar durante el naufragio y, con el dinero que consiguieron, los dueños lo pudieron remodelar. Aun así, años más tarde la cocina acabó cayéndose al mar igualmente y los dueños acabaron mudándose.

El castillo de Dunluce en Juego de Tronos

En la serie, este castillo aparece como el Castillo de Pyke, propiedad de los Greyjoy en las Islas del Hierro.

Las olas y el paso del tiempo han deteriorado muchas de las rocas sobre las que se asienta el castillo, llevándose la mayoría de la fortaleza al fondo de la bahía. Todo lo que queda está repartido sobre las tres islas y protegido por un muro.

El castillo de Dunluce, muy retocado por ordenador, aparece sobre todo en el segundo capítulo de la segunda temporada de la serie.

El castillo de Dunluce en la serie

Hoy sus ruinas se pueden visitar. Abre de 10’00 a 17’00 y la entrada cuesta 5’50 libras.

Nuestro viaje nos llevó de vuelta a Dublín escuchando canciones de música tradicional irlandesa mientras ya estábamos de lleno en plena tormenta. El tiempo fue muy bien aprovechado y nos dieron tiempo suficiente para disfrutar de cada lugar visitado. Fue una muy buena experiencia.

Qué ver en Fuerteventura en 4 días - Itinerario I


Hay quienes sólo vienen a Fuerteventura para hacer una excursión de un día cogiendo el ferry desde Lanzarote. Pero para mí, lo mejor es alquilar un coche y dedicarle varios días a la isla. Ten en cuenta que en visitar el Islote de Lobos ya habrás echado más de medio día y otro medio si quieres ir al Faro de Jandía y a la Playa de Cofete.

Fuerteventura es mucho más que sol, playa y viento. Una isla desértica que esconde muchos lugares interesantes. Su tranquilidad y la originalidad de sus paisajes la han convertido en una de mis favoritas del archipiélago. Además, no está tan masificada, sobre todo la zona del interior, donde podrás alejarte de las hordas de autobuses turísticos y explorarla a tu antojo. 



Día 1 - Alrededores del hotel

El primer día lo dediqué a recoger el coche de alquiler con Hertz, ir al hotel y visitar los alrededores. Mi hotel estaba en El Castillo Caleta de Fuste, uno de los centros turísticos de la isla. Lleno de restaurantes, centros comerciales, alemanes e ingleses. No era esto lo que yo buscaba en Fuerteventura, así que sólo lo utilicé para hacer noche y poco más.


Caminando por el paseo marítimo se llega al Puerto Deportivo y al Castillo de San Buenaventura. Si sigues andando un poco más, verás los hornos de cal, en la Guirra, junto a la desembocadura del Barranco de Miraflor.



Allí también hay una cafetería con unas vistas bastante buenas.


Siguiendo por el sendero se llega a Las Salinas del Carmen, datan del siglo XVIII y hoy son las únicas que funcionan en la isla. Dentro se ve en vivo el proceso de formación de la sal de espuma. El museo está abierto de martes a sábado, de 10’00 a 17’30. Pero, si vas cuando está cerrado también puedes acercarte a haceros una idea de lo que hay desde la valla.


Después de este paseo, me dirigí a conocer la capital de la isla: Puerto del Rosario. Por la carretera impresionaba ver tantos aviones pasando por encima.


Puerto del Rosario es una ciudad pequeña, llena de comercios. No tiene mucho que ver. Hasta hace apenas 50 años todavía se la llamaba Puerto Cabras. Hoy lo más llamativo es su parque escultórico, con más de cien obras al aire libre, la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario (s. XIX) y el Museo de Unamuno, a quien el dictador Primo de Rivera desterró en 1924 a Fuerteventura por sus continuos ataques verbales.


Mi cena fue en el puerto, para probar una de las especialidades de la isla: la carne de cabra.


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