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Un día en Cazorla


Hoy toca senderismo. Y como Cazorla está tan cerca, allí me he ido con mi Fermín. Con todo lo que ha llovido estos días, hay agua por todas partes. Primero hemos parado a desayunar en Arroyo Frío, un pueblecillo de poco más de 200 habitantes, muy bonito, pero muy orientado al turismo: casas rurales, tiendas de souvenirs, spas…  Poned bien el GPS porque aún recuerdo la primera vez que vine buscando este pueblo, estrenando carnet de conducir, coche y GPS. Y acabé en una cortijada.

La crisis se nota, y cuando esto estaba siempre lleno durante los fines de semana, ahora todo está lleno de carteles de se vende o se alquila, y muchos negocios cerrados. Una pena.


Para seguir con nuestra ruta, mochila a cuestas hicimos el sendero de la Cerrada del Utrero. 
La ruta dura poco menos de una hora y está muy bien señalizada, toda llena de escalones de piedra. El embalse estaba rebosando y las cascadas, espectaculares



Tras descansar un poquito y darnos una vuelta por el Puente de las Herrerías, volvimos a Cazorla. Este pueblo siempre me gusta. Le tengo un cariño especial porque es uno de los primeros sitios que viajé sola, al estar tan cerquita de casa. Sus casitas son muy bonitas y sus vistas preciosas. Además, los precios… superbaratos. Recorriendo las calles, con un olor a chocolate que inundaba el pueblo, llegamos a la Iglesia de Santa María. Para mi sorpresa ya habían restaurado las ruinas. Personalmente creo que la han empeorado, me gustaba más el aspecto viejo y bonito que tenía antes… Pero aun así merece la pena verla debajo del castillo.





Si te interesan algunas rutas de senderismo por Cazorla, aquí te dejo algunas:




Qué ver en Motril en un día


Cómo es la Torta Real de Motril

Este finde he ido a Motril con una idea fija: comprar la famosa torta real, el dulce más emblemático de esta localidad.  Su vega, sus cultivos tropicales y de caña de azúcar dan lugar a un microclima excepcional con temperaturas anuales en torno a 20ºC, con más de 320 días de sol al año.
 
El dato más antiguo del que se tiene constancia es el que se publica en el periódico granadino “El eco de la libertad” en diciembre de 1854, aunque existen conjeturas sobre que su denominación de realeza sucediera por intervención de Francisco Javier de Burgos, en su etapa de Secretario de Estado de Fomento o Ministro de Hacienda hacia 1840. Otras historias apunta a que su abolengo reside tras ser servida al rey Alfonso XII. Mati Videras señala que la razón de que falte mucha documentación está en los bombardeos que ocurrieron en Motril durante la Guerra Civil, al destruir la casa donde estaba entonces la pastelería.      
 (El Ideal, 09-01-11)

La pastelería se encuentra en pleno centro del pueblo, en la C/Nueva, 54. Una vez allí, no sólo compré las tortas. Tuve la tentación de llevármelo todo. Tenía una pinta… Así que compré algunos dulces y varios pastelitos y bombones. Excepcionales. Los bombones tenían un regusto picantillo que nunca había probado antes en un dulce. Muy original. Repetiré. La torta también se puede comprar por Internet, en www.videras.es, es muy jugosa y está hecha con una masa de azúcar, almendras, claras de huevo y merengue.

Qué ver en Motril

Durante mi paseo por el pueblo, entré al Santuario de la Virgen de la Cabeza y el sacristán me mostró muy orgulloso el camarín de la virgen, de estilo barroco, y los tesoros. Construido sobre las ruinas de una alcazaba musulmana, se levanta sobre el Cerro de la Virgen. Tiene una sola nave y una cúpula semiesférica. La estatua de la Virgen data del siglo XV. La leyenda cuenta que en su viaje, unos marineros portugueses llevaban la imagen de la Virgen en su barco. Tras sobrevivir a una gran tormenta le prometieron construir una iglesia donde consiguieran llegar sin naufragar. Y ese lugar resultó ser Motril. Como dato curioso, parece ser que en la antigua alcazaba estuvo viviendo la madre del último rey moro, Boabdil. 

Debajo del cerro, se encuentra el Parque de los Pueblos de América. Es bastante bonito, con un gran estanque con patos y árboles de la zona. Impresionan los grandes chirimoyos que crecen en el parque.


Adentrándome en el casco antiguo, visité el Museo de la ciudad. Como siempre digo, los museos modernos han perdido mucho de su esencia y han dejado paso a los audiovisuales. Que no es que esté mal, pero normalmente se abusa de ellos. A mí me resultó un tanto aburrido porque estaba lleno de vídeos. El museo está en un edificio restaurado del siglo XVII. En la entrada te dan la bienvenida varias proyecciones de antiguos personajes históricos de la ciudad hablando un poco sobre ésta. En una sala se ve en imágenes el proceso de restauración del edificio y en la otra, un ordenador con el mapa de Motril sobre el que se muestran sus monumentos más emblemáticos a lo largo de la historia.

En la primera planta hay información sobre su historia más antigua, desde la prehistoria hasta las primeras producciones de azúcar.  En la segunda, puedes encontrar innovaciones en los cultivos, la crisis en la producción azucarera, la Guerra Civil y objetos de principios y mediados del s.XX, como antiguas cajas de Cola Cao, juguetes, teléfonos…  Pero, como digo, todo muy audiovisual. Era pequeño pero se me hizo muy largo. 


Para terminar entre a la Iglesia de la Encarnación. El monumento más antiguo de la ciudad. Fue construida a modo de fortaleza para que los habitantes de refugiaran de cualquier enemigo. En la Guerra Civil se convirtió en una dependencia militar, pero la nave de crucero quedó destruida tras la explosión de un polvorín, la cubierta desapareció y en el suelo se creó un cráter con una profundidad de seis metros. Tras la guerra, se utilizaron las piedras y ladrillos de las ruinas para reconstruirla respetando su antigua estructura.  

Antes de volver a casa, fui hacia el Puerto de Motril, que está a menos de 10 minutos en coche. Es un puerto comercial, deportivo y pesquero. Desde aquí hay varios ferries que conectan la ciudad con Melilla y Alhucemas. El paseo en sí no me gustó mucho, estaba todo sucísimo. Parecía que no habían barrido las calles en semanas. 

Así que me quedo con lo mejor del viaje: su clima, la amabilidad de la gente, el tapeo y… los dulces. Al fin y al cabo éstos eran el objetivo de mi visita.




Reserva Natural Punta Entinas-Sabinar


Después de un curso viviendo en Almerimar decidí visitar este paraje que está a las afueras del pueblo. Se extiende a lo largo de 16 km entre las urbanizaciones de Roquetas de Mar y Almerimar. Visité la zona cercana a esta última, donde aparecen una serie de escarpes correspondientes a las antiguas terrazas marinas que se llaman Alcores. Frente a los Alcores hay varias lagunas conocidas como los Charcones de Entinas. Estas charcas están separadas de la costa por un cinturón de dunas de más de 500 metros de ancho y 7 de alto.

Pero la entrada al Parque es decepcionante. ¿Cómo se puede permitir esto? ¿Es que nadie lo vigila?

Un día paseando por Salobreña


Hace unas semanas, aprovechando que ya hace buen tiempo, me pasé a pasear por Salobreña. Un excepcional pueblo de la Costa Tropical granadina.   

Su castillo es una de las alcazabas mejores conservadas de Andalucía. Así que me recorrí todo el casco antiguo, con un entramado de cuestas y callejuelas árabes llenas de vegetación y gatos. Merece la pena mucho visitar el barrio del Albaycín donde hasta las propias casas te llamarán la atención, tan blancas y con tantas macetas en sus fachadas.  La entrada conjunta al museo y al castillo tan sólo son tres euros, pero llegué tarde y estaba ya cerrado. Así que como subí, bajé. Y me paré a ver la fachada de la fábrica de zambombas que hay en la calle Rosa. 

Con el coche me fui al paseo marítimo de Salobreña, y me subí al peñón para disfrutar de las vistas. Toda esta zona está bastante animada porque está llena de chiringuitos y restaurantes. El punto fuerte son las ensaladas tropicales, ya que su actividad económica hoy en día se basa en el turismo y en el cultivo de frutas como la chirimoya o el aguacate. El restaurante El Peñón tiene unas vistas excepcionales y ponen las mejores de la localidad. Algo caro, pero las vistas lo merecen.

En este vídeo puedes ver más información sobre este precioso


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Visitando el Ficzone Granada


Sin duda, uno de los grandes acontecimientos del año es el Ficzone de Granada. Cada año que voy lo montan mejor. Este año estuvo todo mucho más currao. Y había actividades para no aburrirse ni un rato. Más de 6000 metros cuadrados de pabellones, un gran salón de actos y unos exteriores enormes te permitirán disfrutar al máximo de la mayor Convención de Cómic, Animación y Juegos de Andalucía.

Este es un festival de cómic y manga, principalmente, que se celebra todos los años en la feria de muestras de Armilla. En su organización participan muchas asociaciones dedicadas a estos temas y a la cultura japonesa, aunque ahora está también muy de moda la coreana.




Gracias al Gangnam Style, que sonaba por todas partes, en octubre pudimos ver más talleres dedicados a Corea del Sur, todo ello organizado por Han-a (Hanguk Association) una asociación española para la promoción de la cultura surcoreana. Así, podíais ver juegos populares, talleres de maquillaje y fotografía ulzzang, cómo realizar un hanbok de papel y un taller de bailes de los grupos idols que están de moda en este momento. 

Yo fui el sábado, que estaba dedicado al Salón del Manga. Con las entradas compradas con semanas de antelación, para entrar de los primeros y apuntarme a todo lo que quería antes de que se acabarán las plazas (sobre todo, para las sesiones de firmas). Había más stands que otros años y muchos más talleres. Y lo que más me gustó… gran variedad en  el Izakaya: onigiris, dorayakis, mochis… Lo probé prácticamente todo.

Las conferencias de los que más me llamaban la atención:

📖 Shinichiro Watanabe: Mi favorito. El autor de obras como Cowboy Bebop y Samurai Champloo. Un auténtico crack. Sin quitarse las gafas de sol y con una sonrisa siempre en la cara explicó su trayectoria en el anime. Dato curioso: exige que todos los dibujantes de su equipo sean dibujantes a la antigua usanza. No quiere nada de diseño por ordenador, ni 3D. Ahora, tenía una pinta de haber estado de juerga la noche anterior y habérselo pasado… Y no entendía por qué la gente se reía tanto, ni cómo lo conocían tanto en España. Le sorprendió bastante. Eso, y el gazpacho.


📖 Hiroshi Nagahama: El creador de Mushi-shi. Una serie que merece la pena ver y de la que también hicieron la película en japonés. No sé cuántos Red Bulls se tomó durante la conferencia, pero iba como una moto. Su sueño es trabajar en Hollywood. Y su charla se hizo bastante amena. No está en contra del pirateo ya que comprende que muchos chicos no tienen dinero para comprar sus obras. Y gracias al fan-sub éstas se han conocido en todo el mundo.


Lo mejor de todo: la peazo de traductora japonesa. Realmente, a saber lo que estaban diciendo los japoneses, porque no se entendía mucho, pero nos reímos bastante del empeño que ponía y las confusiones que hacía.

Excepcional. Id si podéis porque no tiene nada que ver con los salones multitudinarios de Barcelona y Madrid, donde está casi todo enfocado a la venta. Aquí se vive Asia.

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