Al norte de la provincia de Jaén se encuentra el bonito pueblo de Castellar, un municipio de 3.300 habitantes perteneciente a la comarca de El Condado. De gran riqueza arqueológica, su entorno fue un lugar privilegiado durante la época de los íberos, en pleno territorio de la Oretania. Para disfrutar de este preciado patrimonio puedes darte una vuelta por Castellar y disfrutar de su Museo de Arte Ibérico. Ubicado en el Castillo de Pallarés, una torre de homenaje del siglo XVI, en su interior se muestran más de un centenar de exvotos de bronce procedentes de la Cueva de la Lobera.
Para completar tu visita es imprescindible que, una vez visto el museo, te dirijas hacia los Altos del Sotillo. Allí te sorprenderás con los restos de un santuario ibérico del siglo IV a.C.
Cómo llegar a la Cueva de la Lobera
👉 Inicio de ruta: a la entrada del pueblo, a apenas un kilómetro de Castellar, (en la carretera Linares-Orcera) hay un desvío hacia la derecha cuya señal te dirigirá por un camino de tierra hacia la zona del aparcamiento, junto a unos grandes almendros.
Desde allí, siguiendo los paneles explicativos que van apareciendo a lo largo del camino, te adentrarás en una corta senda paralela a la carretera y envuelta entre grandes árboles, que te llevará en unos 600 metros a una zona desarbolada mientras va girando hacia la derecha.
Si miras hacia arriba, aparecerá ante ti una gran cornisa rocosa a la que se accede subiendo una leve cuesta para llegar al lugar conocido como los Altos del Sotillo.
Al abrigo de tres cuevas naturales se creó un santuario ibérico hace más de 2.300 años. Uno de los rasgos que lo caracteriza es la presencia de cientos de exvotos de bronce como principal ofrenda depositada, entre los que se encuentran muchas figuras femeninas y algunas de animales domésticos.
En los tiempos
íberos, su localización estratégica interesaba como punto de control del camino
que se dirigía a Mentesa Oretana (actual Villanueva de la Fuente) y a Libisosa
(actual Lezuza), demarcando los límites del territorio político de la ciudad de Cástulo, junto con el Santuario del Collado de los Jardines, en Santa Elena. En
época romana, esta importante vía de comunicación pasó a denominarse la Vía
Heraclea y posteriormente se la conoció como Vía Augustea.
En su época de
mayor apogeo el conjunto de la Cueva de la Lobera sería un punto de referencia en
el valle del Guadalimar. Su posición elevada permitiría el control visual del territorio,
además de convertirla en un hito monumental perceptible desde grandes
distancias. Además, estaría próxima a dos manantiales de agua, la Fuente del
Caño y la del Cotillo.
El santuario
se fundó a mediados del siglo IV a.C. aprovechando las tres cuevas naturales y
las hornacinas que hay entre ellas. La mayor es la Caverna del Ídolo, que mide
32 m
Para llegar al
santuario, los íberos construyeron una serie de terrazas en las que se han encontrado
un conjunto de habitaciones que pudieron haber sido utilizadas para preparar
los rituales. Estas terrazas estaban comunicadas por rampas y escaleras
monumentales. La peregrinación se cree que se realizaría en fechas concretas, como
los equinoccios. Científicos del Instituto de Astrofísica de Canarias
descubrieron que cuando anochece en estas fechas, la luz del sol entra hasta el
fondo de la cueva por una abertura posiblemente hecha para crear este efecto. Esta
luz proyecta una imagen similar a los exvotos femeninos encontrados y que
presentaban un tocado circular, posiblemente la representación de la diosa.
Al ser un
lugar pequeño y poco profundo, es probable que los fieles tuvieran prohibida la
entrada al santuario y que, en su lugar, los sacerdotes o sacerdotisas se
encargarían de disponer sus ofrendas. Dependiendo de la petición o el
agradecimiento, así sería el exvoto que ofrecían:
👤 Exvotos antropomorfos
con genitales destacados o exvotos sólo de genitales: se utilizarían en los
rituales de fertilidad.
👤 Exvotos con
figuras de jóvenes: representaban el paso de la niñez a la madurez.
👤 Exvotos
anatómicos: con figuras de pies, manos, brazos… Se usaban durante los rituales
de curación y protección.
👤 Exvotos de
guerreros: utilizados en las ceremonias relacionadas con las guerras y las
batallas.
👤 Exvotos de
mujeres: son los más numerosos en este yacimiento. Están vestidas con una
túnica larga, una mitra y un velo, y presentan unos brazos grandes en posición
oferente, en los que a veces tienen pan, fruta o cálices.
Hasta hoy día
es probable que veas durante tu visita alguna ofrenda realizada a la diosa de
la naturaleza y de la fertilidad que ha dejado alguien en su honor.
🏃 Llévate crema solar y un buen calzado.
🏃 Longitud: menos de 2 km.
🏃 Dificultad: fácil.
🏃 Duración: menos de una hora.
🏃 Recorrido circular.
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