Lejos de las grandes aglomeraciones turísticas, Valdepeñas de Jaén es un bonito pueblo pintoresco perteneciente a la bella comarca de la Sierra Sur. Sus poco más de 3600 habitantes disfrutan de un enclave privilegiado rodeado por la Sierra de la Pandera y por la Sierra de Alta Coloma. Sus dehesas y montes están plagados de encinas y olivos, además de contar con una gran riqueza animal, de la que puedes disfrutar tranquilamente hasta desde la carretera, en la que te asombrarás con la cantidad de ciervos que te pueden aparecer correteando.
Las casitas
del pueblo son propias de las colonizaciones y repoblaciones que se llevaron a
cabo en las sierras de Jaén en el siglo XVI, hecho que aún puedes apreciar en
la disposición de calles en forma de damero. Merece la pena pasear por ellas y
tomarse algo en los bares que hay repartidos por la localidad. Durante el
verano, el pueblo se llena de vida, se organizan bastantes actividades lúdicas
y la calle que lleva a la iglesia se convierte en peatonal para que se pueda
disfrutar de las terrazas de los establecimientos.
Gracias a su
privilegiada situación geográfica entre sierras, Valdepeñas tiene gran número
de parajes naturales de gran belleza, abundante agua y un importante
número de fuentes y arroyos. Fundado entre los ríos Ranera y Vadillo, el agua
siempre ha tenido gran importancia aquí. Ya en el siglo XVII hay constancia de
la existencia de pozos de nieve, en los que se acumulaba el hielo para luego
transportarlo en bloques hasta Córdoba. Sin duda, uno de los lugares más
famosos de este municipio es el paraje de Las Chorreras.
Cómo es la
senda de Las Chorreras de Valdepeñas de Jaén
👉 Inicio de ruta: El coche lo
puedes dejar en la Plaza de la Iglesia para visitar primeramente el pueblo. Si
está completo, puedes también hacerlo en la parte baja Valdepeñas, por la zona
de la Avenida de Granada.
En la Avenida
de Granada, a la izquierda, hay un cartel con el mapa de Valdepeñas y una calle
que te llevará al Paseo Donantes de Sangre. Este paseo va paralelo a la
carretera y se distingue porque tiene una barandilla de madera que sigue el
curso del río Vadillo.
Pronto te
encontrarás con el Parque del Chorrillo, un lugar muy tranquilo para pararte a
disfrutar del fresquito junto al río mientras te tomas algo en la terraza cercana.
Aun con el tórrido calor del agosto jienense, se nota el frescor aquí. En su
centro destaca la Fuente del Estanquillo, donde antiguamente hubo un molino.
Siguiendo por
el Paseo Donantes de Sangre, tienes que dejar a un lado el instituto y
continuar caminando recto con el curso del río a tu izquierda.
Así, te irás
adentrando en plena naturaleza, rodeado de nogales, perales, manzanos,
higueras, álamos, almendros y mimbre, alternando el sendero, con pasarelas y
algunos puentes de madera.
El sendero
discurre por un precioso cañón en el que irás caminando cómodamente junto a una
sucesión de cascadas y frondosa vegetación de ribera. Pronto llegarás al punto
más famoso de esta ruta: una cascada de unos 15 metros de altura, cuya base es
perfectamente accesible para los visitantes que quieran disfrutar de cerca de
ella. La vegetación es tan tupida en algunos tramos, que el sol casi no puede atravesarla.
Vista la
cascada, basta con seguir caminando siguiendo el río y los vaivenes del sendero
hasta llegar a la carretera. Allí aparecerá una fuente blanca junto con un
cartel informativo de la zona. Es un área recreativa en el que hay hasta un
parque para perros.
La vuelta la
puedes hacer por el mismo sitio por el que has venido, para aprovechar la sombra
y el frescor del agua.
Al terminar tu
recorrido, te recomiendo que te tomes algo en los bares del pueblo y aproveches
tu visita para conocer otros lugares cercanos, como la Cascada del Hoyo, el
Santuario del Cristo de los Chircales, o pueblos como Frailes, Alcalá la Real o
Castillo de Locubín.
🏃 Llévate un buen calzado.
🏃 Longitud: alrededor de 2 km
🏃 Dificultad: fácil
🏃 Duración: 45 minutos
🏃 Recorrido ida y vuelta por el mismo sitio.
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