Conocido en el
siglo XIII como El Castillo, Castellar no recibió su nombre actual hasta 1981.
Este pequeño pueblo de poco más de 3.000 habitantes perteneciente a la comarca
jiennense de El Condado, es conocido principalmente por su preciosa colegiata y
por el curioso yacimiento de la Cueva de la Lobera. Cueva que ha dado fama a
Castellar en el mundo de la arqueología por ser considerada como uno de los
principales santuarios íberos de la península.
Aunque
recientemente el municipio se ha hecho famoso por servir de base para una de
las empresas marisqueras más importantes de Andalucía. Aquí, a los pies de
Sierra Morena, se elaboran y distribuyen mariscos por toda España, aunque muchos
también son exportados a países como Holanda e Inglaterra.
Qué ver en Castellar
1. Colegiata
de Santiago: mandada construir por don Mendo de Benavides, miembro de la Orden
de Santiago y fiscal de la Inquisición en 1633, este imponente templo destaca
en el centro de Castellar. Su obra se debe a Juan de Aranda Salazar, arquitecto
mayor de la Catedral de Jaén. La fachada renacentista está rematada por los
escudos del fundador y por una escultura de Santiago Matamoros. En su interior
se encuentran los restos de San Inocencio y San Fortunato, un museo parroquial,
un archivo que contiene los libros de bautismo desde el concilio de Trento y
una cruz parroquial de plata repujada con escenas del evangelio. La sacristía
alberga una colección de 54 retratos de Papas pintados al óleo.
2. Iglesia de
la Encarnación: el otro gran templo de Castellar es de estilo protogótico. Su construcción
se desarrolló a lo largo del siglo XIV sobre un viejo recinto defensivo del que
se aprovecharon elementos como la torre convertida en campanario. Esta torre es
el monumento más antiguo del pueblo y sirvió de defensa de una primitiva
fortificación visigoda, que más tarde pasó a manos árabes. De este original
castillo árabe aún se conserva una poterna a los pies de la iglesia, así como
varios pasadizos subterráneos que parten desde el crucero y que servían para huir
en el caso de que sitiaran el castillo. En una de sus esquina se levanta el
Monumento a la Virgen de la consolación.
3. Museo de la
Memoria de Castellar: ubicado en la Calle Las Parras, este centro cuenta con
tres plantas de exposición en las que se sigue un recorrido histórico desde los
orígenes de Castellar hasta la actualidad, en el que destacan los dientes de
tiburón de más de seis millones de años encontrados en el pueblo.
4. Castillo de
Pallarés: se construyó en el siglo XIV sobre los restos de fortificaciones
visigodas y árabes. Rodríguez de Benavides recibió las tierras de Castellar (o
el Castillo), por su apoyo a Enrique II en su lucha por el trono de Castilla frente
a su hermano, Pedro I el Cruel. Rodríguez recibió el título de Conde de Pallars
y mandó construir el castillo, llamado de Pallarés haciendo honor a su dueño.
Actualmente la torre alberga el Museo de Arte Ibérico, con una preciosa
exposición sobre los exvotos de bronce encontrados en la Cueva de la Lobera.
5. Palacio Ducal de los Duques de Medinaceli: sobre el patio del Castillo de Pallarés levantaron en 1492 este gran palacio. Primeramente, perteneció a Rodríguez e Benavides, luego pasó a manos de los Condes de Santisteban, hasta que en el siglo XVIII fue adquirido por el Duque de Medinaceli, del que recibe su nombre. Durante la Nochebuena de 1995, el palacio se derrumbó, quedando solamente en pie la Torre del Homenaje y la esquina noreste del edificio. Actualmente es sede del Ayuntamiento de Castellar.
6. Santuario
de la Cueva de la Lobera: a un kilómetro de Castellar, al
abrigo de tres cuevas naturales, se creó un santuario ibérico hace más de 2.300 años. Uno de los rasgos que lo caracteriza es la presencia de
cientos de exvotos de bronce como principal ofrenda depositada, entre los que
se encuentran muchas figuras femeninas y algunas de animales domésticos.
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