En el término municipal de Hoyo de Manzanares existen estos grandes humedales de origen artificial fruto de las actividades extractivas que se han ido llevando a cabo en este enclave durante años. El buen estado de sus aguas ha favorecido el crecimiento de una importante vegetación acuática en la que se asienta una gran población de anfibios e insectos.
Los Camorchos fueron incluidos en el Catálogo de Embalses y Humedales de la Comunidad de Madrid en el año 2004 y en el 2006 fue integrado en el Catálogo Nacional de Zonas Húmedas por su riqueza de anfibios y reptiles, especies amenazadas o en peligro de extinción.
👉Inicio de ruta: El coche lo puedes dejar en el parking del Área Recreativa El Berzalejo en Hoyo de Manzanares. Este pinar puede ser un buen punto de partida o de llegada para reponer fuerzas bajo la sombra de los árboles en las mesas de picnic que hay repartidas por todo el lugar. También hay una zona de columpios. El aparcamiento no es muy grande, así que te recomiendo que vayas temprano para poder tener sitio. Al ser una zona protegida, el acceso a las lagunas está prohibido con perros y con bicis.
Desde el área recreativa sale un sendero que deja a un lado un abrevadero y que lleva a las Charcas de los Camorchos. Está señalizado con un cartel y hay una verja para entrar. Atravesada la puerta, el camino te irá dirigiendo hacia la izquierda, teniendo de frente el Palacio del Canto del Pico y a la izquierda las vistas de la ciudad de Madrid. En todas las bifurcaciones que te encuentres, tendrás que girar a la izquierda.
La ruta va continuando mientras atraviesa preciosas praderas verdes salpicadas de las grandes rocas características de la Sierra de Hoyo, una alineación montañosa cercana a la Sierra de Guadarrama y que forma parte del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares. Esta sierra sirve de barrera natural entre las cuencas de los ríos Manzanares y Guadarrama y en ella hay gran presencia de bolos, canchales y berrocales, como La Tortuga (o Cancho de la Parra) o el Canto del Pico.
Pronto llegarás a la zona de las charcas, donde un cartel te pedirá que guardes silencio para respetar a los anfibios que las pueblan. Este lugar protegido está compuesto por siete charcas época de sequía que se pueden unir y convertirse en tres más grandes en época de lluvias.
Siguiendo las balizas rosas podrás observar la primera de ellas. Te recomiendo que te quedes totalmente quieto y en silencio para disfrutar del barullo que forman las ranas croando. Es tremendo.
En 2017 se confirmó la presencia de la Ranita de San Antonio (Hyla molleri), que llevaba desaparecida en este paraje desde 1980. Otras especies que habitan en este lugar son el gallipato (un tipo de tritón), la rana verde, el sapo común, el sapo corredor, el sapo de espuelas, el sapo partero ibérico o la culebra viperina.
Después de ésta, el camino continúa por la derecha ascendiendo un poco para volver a descender por un estrecho sendero que atraviesa una zona llena de jaras y encinas y que te llevará a la charca principal. En ésta hay un caminito marcado para que la bordees hasta su parte más baja.
De vuelta al sendero, la ruta deja atrás esta laguna para encontrar alguna charca más (depende de la temporada de lluvias que haya habido) y seguir buscando el camino de regreso a la verja de entrada a la Zona de Protección. Dentro de unos pocos metros tendrás que desviarte a la izquierda para tomar otro bonito sendero entre jarales que te llevará a las hermosas Praderas de Veris, un lugar lleno de grandes bloques de piedra, que conduce hasta el aparcamiento.
🏃 Llévate un buen calzado, agua y protección solar.
🏃 Longitud: 2,75 km.
🏃 Dificultad: fácil
🏃 Duración: 1 hora
🏃 Recorrido circular
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