Este hotel lo contraté a través de Booking.com y me costó 39€, para dos noches y con desayuno. Está algo apartado del centro, hay que callejear un poco hasta llegar a la zona antigua, pero se hace ameno el camino.
El hotel está rodeado de cafeterías y restaurantes,
es una calle muy estrecha, con muy poco tráfico y tranquila. También hay algunas
agencias de viaje por allí. Justo al lado, hay un restaurante muy barato, con
wifi y con una comida y un café excelentes.
Es bastante nuevo y está limpio. Al lado de la
recepción tienen un mostrador para darte información turística y también te
ayudan a realizar otras reservas. A pesar de ser tan nuevo, no tiene ascensor y
es un engorro subir tantos pisos andando cargando con el equipaje.
En la primera planta hay una pequeña piscina que
abre hasta por la noche y hay wifi gratis en todo el edificio, en los
restaurantes del alrededor y en el centro histórico de Hoi An. También hay un
servicio gratuito de alquiler de bicicletas.
Nada más llegar al hotel, me dieron un zumo gratis
mientras hacían el check in. La habitación era amplia, tenía dos grandes
camas, aire acondicionado, kettle y una tele. Las ventanas no cerraban muy
bien, pero eso era lo de menos. Estaba todo limpísimo.
El desayuno fue un poco más escaso que en el resto
de los hoteles en los que había estado hasta entonces por allí, pero no
estaba tampoco mal.
Todo fue bastante bien hasta la última noche. Cuando me cabreé bastante. Bajé para pagar y dejarlo todo listo entonces porque
tenía que salir al día siguiente a las 5’00 de la mañana. Había alquilado
un coche para ir al aeropuerto de Danang allí mismo, en su agencia de viajes. Cuando
pagué le dije a la chica de recepción que si tenían un servicio de
desayuno para llevar, porque me iba a ir muy temprano y no me iba a dar tiempo
a tomar nada por la mañana. No pedía nada gratis, insistí en que si lo
tenía que pagar a parte, lo pagaba.
La chica me dijo que no había problema, que al día
siguiente tendría una bolsa en recepción y un coche esperándome a
las 5’00.
A la mañana siguiente bajé las escaleras
cargada porque, como he dicho, no hay ascensor y yo estaba en una
planta muy alta. Tanto el primer piso, como la planta baja, estaban sin luz. Me costó un montón llegar a recepción. Justo cuando llegué a la planta baja, me encontré con dos hombres durmiendo en el salón, frente a la recepción, en
dos hamacas, tumbados boca abajo. Todo esto sin luz, me asusté bastante porque
no me lo esperaba.
Fue muy violento porque yo estaba allí
esperando a oscuras y no se despertaban ni tosiendo, ni haciendo ruido… nada.
Al final, di unos golpecitos en el mostrador y uno de ellos se despertó
asustado. Le dio a la luz y me dijo muy extrañado que qué quería. Le dije que estaba esperando al chófer, que lo había contratado con ellos
y que ya estaba todo pagado.
El hombre despertó al otro. Empezaron a buscar
papeles con mis datos, pero no encontraban nada. Del desayuno, ni rastro. Allí
no había nada para mí, ni siquiera el taxista. Harta ya, porque iba a
perder el vuelo, empecé a ponerme de los nervios. Al verme así los durmientes,
llamaron por teléfono al que se supone que me tenía que llevar en coche. ¡Se
había dormido! Me dijeron que llegaría en unos minutos y me acompañaron a la
puerta.
Allí me tenéis, con los hombres durmiéndose de
pie, de noche, esperando y esperando mientras veía pasar las ratas de un
lado a otro de la calle. Y es que Hoi An está llena de ratas más grandes que mi
cabeza.
Como seguía sin venir, volvieron a llamarlo. En total,
más de media hora esperando. De mala gana, apareció un hombre, que ni siquiera
me ayudó a meter (ni a sacar luego) mi equipaje en el maletero. Tuve que ir
todo el camino con la ventanilla bajada, a pesar del frío, porque se le iban
cerrando los ojos mientras conducía. Un peligro.
Casi no llego a mi vuelo. Un desastre.
PHUOC AN HOTEL - HOI AN
39 Tran Cao Van Street, Hoi An, Quang Nam, Vietnam
Teléfono: +84 5103916757
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