En la maravillosa comarca burgalesa de Las Merindades, en pleno Valle de Mena, se encuentra el pequeñito pueblo de Irús, unas cuantas casas enmarcadas en un paraje natural envidiable.
En cuanto
comiences tu paseo, te llamarán la atención muchas de sus casas, que recuerdan
el pasado esplendoroso de los que allí vivieron. Por aquí pasaba el Camino Real
de Enderrozas, que atravesaba los ríos Hijuela y Ordunte. Se trataba de una vía
destinada al tránsito de mercancías en mulas, no de carros, ya que el tipo de
pavimento y el trazado de la vía hacían que fuera muy difícil circular por
ella. Situada en un enclave privilegiado, sus gentes se encargaban de cobrar
impuestos a todo el que iba de Las Merindades a la costa y de ahí vino su riqueza
y sus enormes casonas con jardín.
Por sus calles
apenas verás a nadie. Es como si este lugar se hubiera quedado detenido en el
tiempo en forma de postal. Pero la aldea guarda un tesoro de incalculable valor.
Cómo llegar a
las Cascadas de Irús
👉Inicio de ruta: el coche lo puedes dejar a la entrada del pueblo, donde hay una especie de merendero, con varias mesas de picnic bajo los árboles.
Atraviesa el pueblo en dirección a su iglesia mientras ves sus viviendas medianeras de origen bajomedieval y sus casas cúbicas del siglo XVIII, características del Valle de Mena.
A escasos
metros te encontrarás con la Iglesia Parroquial de San Millán de Irús, de
finales del siglo XV, en estilo gótico-isabelino. Tiene aspecto de castillo,
más que de templo.
Deja la
iglesia a tu derecha para bajar hasta el cementerio. Desde allí, continúa por
el mismo camino atravesando una verja.
Allí
comenzarás a ver el empedrado de la antigua calzada, que durante mucho tiempo
se pensó que era romana. Los documentos existentes señalan un trasiego
constante de mercaderes que recorrían este camino de herradura para transportar
productos como trigo, cebada o lana y cambiarlos por hierro, pescados y otras
mercancías procedentes de Castro Urdiales, Bilbao, Portugalete o Bermeo.
Siguiendo la
calzada y dejando siempre el río a la derecha, llegarás al primer cruce, en el
que debes continuar por el camino de la izquierda siguiendo el empedrado.
A unos 1’2 km
verás dos espectaculares cascadas que forma el río Hijuela. Cuando yo fui el
verano había sido muy seco, así que por la cascada sólo bajaba un hilillo. Aún
así, sobrecoge observar la formación rocosa que dejan las huellas del agua al
pasar. Si ha habido época de lluvias, el río va formando más cascadas y saltos
de agua continuando su curso.
El recorrido
hasta las cascadas es corto y bastante cómodo. Todo el camino está cubierto de
frondosas sombras y es prácticamente llano. De hecho, puedes ver a más vecinos
del pueblo paseando tranquilamente por aquí, que en las calles de Irús.
🏃 Llévate un buen calzado, agua y protección solar.
🏃 Longitud: 2'5 km (ida y vuelta).
🏃 Dificultad: baja.
🏃 Duración: menos de 2 horas.
🏃 Recorrido lineal.
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