Ea siempre
sale en todos los listados de los pueblos más bonitos de Vizcaya, y con razón.
Con unos 800 habitantes, el municipio es uno de los más visitado por los
turistas para perderse haciendo fotos. Puedes dejar el coche en su amplio parking
público y recorrerlo mientras te deleitas con uno de los ejemplos más llamativos
de la arquitectura tradicional marinera vasca, que se hace patente en caseríos
como el de Dendarikua.
Sus orígenes
se remontan al siglo XVI, cuando varios pescadores de zonas cercanas se
juntaron para crear un asentamiento en el puerto natural que forma la ría
cuando desemboca al mar.
El río Ea atraviesa
el pueblo y lo divide en dos barrios, que a lo largo de la historia han pasado
por épocas de enemistades por ser a bandos distintos: los oñacinos y los gamboinos.
Fruto de esta antigua separación es la existencia de dos iglesias en Ea, pertenecientes
a cada uno de ellos. En el siglo XIX el puerto se unió a estos barrios (Bedarona
y Natxitua), estableciéndose la municipalidad en él y pasándose a llamar sólo
Ea.
Hoy en día, las
casas de Ea siguen situándose junto a este río formando dos calles paralelas y
contando con cuatro puentes que las unen. Puedes recorrer una de ellas hasta
llegar a su pequeño pueblo y a su playa, que sólo se ve cuando la marea está
baja, y volver por la otra calle. Las casas de los primeros pescadores se han
perdido, y las que quedan son de mediados del siglo XVIII como lo indican las fechas
grabadas en sus dinteles: Casa Urrutia, de 1774; Casa Abaitua, Etxeandi, Casa de
Bedarona, de 1790. Son más abundantes las del Siglo XIX, como la Casa Zabala de 1807.
A lo largo de
este agradable paseo por sus estrechitas calles te encontrarás con la Iglesia renacentista
de Santa María de Jesús, que data de 1725, y la de San Juan Bautista, separadas
por un puente. Además, el municipio cuenta con otras dos más: la parroquia de
Nuestra Señora de la Consolación, en el barrio de Natxitua, y la de San Pedro,
en Bedarona.
En el paseo de
la Tala verás el Belletxe, la construcción más característica de Ea. Está realizada
en madera y sujetada por grandes pilares de piedra y era utilizado para guardar
los aparejos de pesca. El Belletxe y el puente medieval de Ea son los grandes
símbolos del municipio y por eso aparecen en su escudo.
Una vez llegado
al puerto puedes caminar hasta una atalaya en la que verás la Ermita de Talako
Ama, lugar donde los marineros ofrecían sus exvotos antes de hacerse a la mar.
Cuando la
bajamar lo permita, también podrás disfrutar del enclave de Ogella, una cala de
piedra de gran riqueza ambiental y en la que está presente el alga endémica Mucus
Chalonii.
Para completar
tu visita a Ea, puedes hacer alguna de las rutas de senderismo que parten desde
este municipio, como el Sendero de las Letanías, de unos 5 km de longitud.