A 56 metros de
altura sobre la calle Alcalá, la Azotea del Círculo de Bellas Artes es siempre
un lugar de moda para disfrutar de una buena copa en un entorno chillout
mientras observas unas maravillosas vistas de la capital madrileña.
La entidad del
Círculo de Bellas Artes fue fundada en 1880 por grandes artistas del siglo XIX.
Originariamente su sede estaba situada en la calle del Barquillo y es en 1926
cuando se muda a su enclave actual, un hermoso edificio del famoso arquitecto
Antonio Palacios, quien también diseñó los interiores de muchas de las estaciones
del Metro de Madrid. Fue declarado monumento histórico-artístico de carácter
nacional en 1981 y en la actualidad el inmueble tiene la consideración de Bien
de Interés Cultural.
La terraza
está coronada por una escultura de Juan Luis Vassallo que muestra la gran
figura de Minerva, la diosa romana de la sabiduría y del arte, y el gran
símbolo del Círculo de Bellas Artes.
Para acceder a
la terraza tienes varias opciones:
🍹 Si sólo
quieres ver la azotea: tienes que hacer la larga cola de la taquilla que hay en
la calle. El precio es de 4€. En cuanto entras en el hall, vas directo al
ascensor que te lleva a la azotea. Como el aforo es limitado, puedes estar
mucho tiempo esperando en la cola.
🍹 Si quieres
ahorrarte la cola: esta opción te saldrá tan sólo un euro más cara: 5€. Pasa de la
cola y entra directamente en el hall. Allí hay unas máquinas en las que podrás
comprar tu entrada para visitar las exposiciones temporales que se ofrecen en las
distintas salas del edificio.
En ese momento los empleados no te dejarán subir directamente en el ascensor, sino que te llevarán a la exposición de la planta baja para que la veas antes. Luego puedes continuar por la primera planta, bajar al sótano o irte directamente a la azotea.
Es la mejor
manera de llevarte una impresión completa del edificio. Podrás observar su
arquitectura, aprender con sus exposiciones y acceder a la terraza. Merece mucho
la pena, sobre todo los días en los que la espera se hace muy larga en la cola,
porque hace viento, frío o excesivo calor.