Mostrando las entradas para la consulta badajoz ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta badajoz ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas

7 productos típicos que comprar en Badajoz



1. Aceite de oliva de Monterrubio: con Denominación de Origen Protegida, el aceite de Monterrubio de la Serena procede de aceitunas de las variedades cornezuelo y picual o jabata como mínimo en un 90%. aceitemonterrubiodop.com

2. Cava de Almendralejo: Almendralejo puede presumir de tener una de las tres Denominaciones de Origen de España de Cava.

3. Embutidos y Jamón extremeño: la rica dehesa extremeña produce jamones, chorizos, lomos… El jamón de la tierra es tan importante, que en Monesterio hasta tiene un museo y una rotonda.

4. Queso de La Siberia: tradicionalmente elaborado en el municipio de Castilblanco, hoy se extiende a toda la zona de Cijara y la Siberia. Se puede hacer con leche de cabra o de oveja, aunque el más conocido es el primero.

5. Torta de Barros: elaborado en Villafranca de los Barros, obtuvo el premio al Mejor Queso de España en los International Cheese Awards 2018 llevándose la medalla de oro. Es un queso de oveja, elaborado a base de leche cruda, para que el que se utilizan como cuajo las flores desecadas de cardo silvestre.

6. Torta de la Serena: queso cremoso originario de la comarca de La Serena. Se elabora con leche cruda de oveja merina y cuajo vegetal, lo que da un particular sabor con un ligero toque amargo, y un especial olor a leche grasa.

7. Vino Ribera del Guadiana: la Denominación de Origen abarca las comarcas extremeñas de Tierra de Barros, Matanegra, Ribera Alta, Ribera Baja, Cañamero y Montánchez.





Opinión del Restaurante A Gruta – Évora




Durante mi visita a Évora, me recomendaron este restaurante y quedé encantada. Buen servicio, buena comida típica, barato y con muchos sitios para aparcar en las inmediaciones. No puedo decir más que cosas buenas de este restaurante.

Está situado en la Rua General Humberto Delgado, a cinco minutos andando de la famosa Capilla de los Huesos de Évora y en frente del parque en el que se encuentra el Baluarte do Conde de Lippe, el Baluarte do Príncipe y el Departamento de Química de la Universidad.

La entrada está dividida en dos partes y se suelen hacer dos colas. Asegúrate bien de en cuál te pones. Una es sólo para encargar comida para llevar y otra es para entrar al restaurante. En cualquier caso, si es hora punta, hay que coger ticket.

En la puerta hay una gran parrilla y un horno en los que van haciendo la comida para llevar con una rapidez extraordinaria. El local es antiguo, sencillo y fuera de los circuitos turísticos. Dentro está el salón, con un montón de mesas que se llenan en dos momentos distintos: la hora de comer de los portugueses (13:00) y la hora de los españoles, que por su cercanía con Badajoz, lo llenan durante los festivos, fines de semana y vacaciones. Aunque su clientela más común en la local.


Los camareros atienden en español y en portugués. La carta también está en español. Para entrantes sirven el típico couvert. Pero, al contrario que en muchos sitios de Portugal, aquí puedes elegir en qué consiste y puedes saber su precio: pan, aceitunas, matequilla, ppaté de sardina, pollo en salsa vinagreta y queso regional de la Quesería Sapata. Todo un lujo, pues fue elegido Mejor Queso de Portugal de 2019.  www.queijariasapata.pt


Los platos de la carta son mucho más baratos que los que te vas a encontrar en la mayoría de sitios del centro de Évora, y su cantidad es enorme. Su cocina se basa en la carne a la brasa, aunque también tiene otros platos tradicionales a base de bacalao. Y, para beber, una jarra de Vinho Verde.

Este plato es una media ración


Para acabar, me pedí un postre de la casa. Una especie de mousse de vainilla y chocolate, bastante buena.  

Altamente recomendable si pasas por Évora.

   RESTAURANTE A GRUTA   
Rua General Humberto Delgado 2, 
7005-158 Évora, Portugal
Teléfono: +351 266 708 186

Qué ver en la Siberia Extremeña



Al noreste de la provincia de Badajoz se encuentra la comarca de La Siberia, una de las menos pobladas de España (menos de 7 habitantes por km²) y cuyas carreteras y vías de acceso recuerdan a la Siberia Soviética (pero en época soviética). Lo cierto es que las infraestructuras de que dispone dejan mucho que desear, no así su valor ecológico y natural, que hace que visitarla sea imprescindible.


La comarca está dividida en dos mancomunidades a las que pertenecen los siguientes pueblos: Baterno, Esparragosa de Lares, Garbayuela, Garlitos, Puebla de Alcocer, Risco, Sancti-Spíritus, Siruela, Talarrubias, Casas de Don Pedro, Tamurejo, Valdecaballeros y Villarta de los Montes.


Su extensión de 2.736 km² está fuertemente marcada por los embalses construidos a lo largo del río Guadiana (Cíjara, García Sola y Orellana) y del río Zújar (La Serena) a su paso por la comarca. Esto hace que sea considerada como la comarca con más kilómetros de costa, aunque ésta sea interior.


Sus tierras están plagadas de tesoros naturales, pequeños pueblecitos con un gran patrimonio, yacimientos arqueológicos de cientos de años y una rica gastronomía presidida por la Torta de La Serena, un queso con Denominación de Origen Protegida elaborado en la comarca vecina. Aunque también destacan platos como el ajoblanco, el escarapuche o las migas extremeñas.

Una región muy poco visitada por el turismo y que aún está por conocer. De mi viaje por esta Reserva de la Biosfera, aquí te dejo lo que más me gustó:

Qué ver en La Siberia Extremeña

1. La carretera de los ciervos: entrando por el cercano Parque Natural de Cabañeros, la carretera que lleva desde Horcajo de Los Montes hasta el Embalse del Cíjara es un paraíso para los gamos y los ciervos. Te va a costar un horror atravesarla, es cierto y te lo aviso, ahí te darás cuenta de por qué llaman a esta zona La Siberia. Sus habitantes se merecen unas carreteras más decentes.


Pero, en cuanto sales de los núcleos habitados (Horcajo de los Montes, Bohonal de los Montes y Helechosa de los Montes), la naturaleza hace su trabajo y te toparás con un verdadero vergel. Es probable que no veas a nadie por el camino, pero merecerá la pena atravesarla despacito para ver a los animalillos salvajes campando a sus anchas. Si tienes tiempo, párate en el Bar La Barca, junto a las aguas del pantano. Allí suelen parar los animales a darse una vuelta. 😊




2. El Embalse del Cíjara: acaba tu odisea por esta carretera, llegarás a un gran embalse, construido en 1956 en el límite entre Cáceres y Badajoz. Su entorno da cobijo a ciervos, jabalíes, gamos, nutrias, águilas, perdices, linces, cigüeñas negras... Además, el embalse del Cíjara constituye una de las mejores reservas nacionales de pesca en Extremadura.



Dejando el coche en el aparcamiento, puedes realizar algunas de las rutas de senderismo que parten del pantano. En mi caso, intenté hacer la ruta del Mirador del Cíjara, sencilla y de poco recorrido. Sin embargo, me fue muy difícil de encontrar su acceso y, una vez iniciada la senda, fui incapaz de seguir adelante por las condiciones en las que estaba el camino. Todo estaba lleno de maleza y llegó un momento en el que era imposible saltar por encima de los árboles caídos.




3. La Playa de Puerto Peña: cerca de Talarrubias, te recomiendo que te pares en el Embalse de García Sola, pantano construido en 1962 dentro de las actuaciones del Plan Badajoz, que incluía la realización de varios embalses en la provincia. Hay un aparcamiento muy grande en la Playa de Puerto Peña. Ahí puedes dejar el coche y cruzar para admirar el paisaje y tomarte algo en el chiringuito de la playa.



Si andas un poco hacia delante, te encontrarás con el puente y la central hidroeléctrica. Su área es un paraíso para las aves. Podrás ver ejemplares de buitres leonados, buitres negros, cigüeñas negras, águilas reales o halcones. A 200 metros de la presa se inicia una ruta que lleva a la Cueva de la Mora, desde donde podrás obtener una increíble panorámica de la zona.



4. Herrera del Duque: éste es el centro comarcal más importante. En el pueblo hay varios alojamientos y grandes supermercados, y es increíble que, aunque sea tan pequeño, esté lleno de bares. La cultura de la tapa está bien extendida y puedes hacer un alto en el camino para probar las especialidades locales. Además, puedes visitar las ruinas de su castillo y la fuente que hay en el centro de la Plaza de España, que data de 1787.


5. La Playa de Orellana: el pueblo de Orellana la vieja bien merece una visita. Su centro también está centro de bares y puedes ver construcciones como el Castillo-Palacio de los Altamirano o su bonita Iglesia parroquial del siglo XVI. Pero lo que hace más famoso a este lugar es su playa. 


La Playa de Orellana, junto al embalse, fue la primera y única playa de interior de España en obtener la Bandera Azul. En ella hay merenderos, chiringuitos, parkings, salvavidas… Un bonito paseo la conecta con el pueblo. Además, también tiene unas gradas desde las que se pueden ver los espectáculos que se realizan en sus aguas. Próximo a la playa se encuentra el Club Náutico, donde se ubica la Escuela Regional de Vela. Allí puedes alquilar motos de agua, barcas, piraguas o tablas de windsurf.


6. Talarrubias: este pequeño pueblecito cuenta con una increíble iglesia parroquial que destaca por su belleza y por su gran tamaño. En medio de la Plaza Ramón y Cajal se alza la esplendorosa Iglesia Parroquial de Santa Catalina de Alejandría, de increíbles proporciones para una localidad tan pequeña.


7. Puebla de Alcocer: conquistada en 1214 por los Templarios, tu visita te llevará a conocer su gran fortaleza del siglo XII, desde la que verás un precioso paisaje natural, así como a saber más de un curioso personaje oriundo de esta tierra, Agustín Luengo Capilla, conocido como El Gigante Extremeño, cuyo cuerpo vendió a la ciencia y hoy está expuesto en el Museo Nacional de Antropología.


8. Masatrigo: uno de los enclaves más bonitos de La Siberia Extremeña es el Cerro Masatrigo, una montaña en mitad del pantano de La Serena con forma de cono perfecto de unos 400 metros de altitud. La sencilla subida hasta su cumbre es algo que no te puedes perder si visitas esta zona. Una carretera lo rodea entero, por lo que se llama la rotonda más grande de España.














Qué ver en Fregenal de la Sierra en una mañana



Si estás planteándote visita a los pueblos más típicos de Badajoz, haz sitio en tu ruta para hacer una parada en Fregenal de la Sierra. Casi en el límite con Andalucía, antiguamente perteneció al reino de Sevilla. Su riqueza patrimonial hizo que su conjunto histórico fuera declarado Bien de Interés Cultural.

La tierra que vio nacer al político Juan Bravo Murillo, ha visto pasar por ella a celtas, romanos, visigodos, musulmanes y templarios. Todos ellos han ido dejando su impronta en la localidad que hoy cuenta con una gran tradición popular que mezcla folklore bético, andaluz y extremeño, destacando los bailes que realizan los danzaores durante las fiestas de la Virgen de la Salud, conservados desde 1757.


También es famosa por Rodrigo Sánchez-Arjona, quien realizó la primera llamada telefónica de larga distancia llamando desde su casa a su finca de Sevilla en 1880.

Pasea por sus tranquilas calles llenas de casas solariegas, palacetes y edificios blancos. Date una vuelta por la famosa Plaza de la Fontanilla, en la que los jóvenes meten la cabeza cuando el reloj marca las doce durante la noche de San Juan, curiosea por el taller alfarero de los Gallardo y disfruta de un buen plato de jamón ibérico en algún bar. Si dispones de más tiempo, también puedes visitar el Santuario de la Virgen de Los Remedios, a 6 km de Fregenal de la Sierra.


Qué ver en Fregenal de la Sierra

1. Castillo Templario: esta fortaleza data del siglo XIII y tiene siete torres y un recinto amurallado. Se cree que perteneció a la Orden del Temple, cuyos caballeros ayudaron a Fernando III a reconquistar la zona, aunque los datos son muy imprecisos. En la Torre del Homenaje se encuentra el campanario y el reloj. El castillo tiene la particularidad de albergar en su interior la plaza de toros y el mercado de abastos del pueblo.



2. Iglesia de Santa Ana: rodeada de antiguos palacetes medievales, su construcción se remonta al siglo XVI, aunque ha sufrido muchas remodelaciones a lo largo de la historia. Dentro puedes ver la capilla de Bravo Murillo, donde descansan sus restos, así como un retablo en el que aparece Cristo crucificado acompañado de dos ladrones a ambos lados.

Wikipedia

3. Iglesia de Santa María: este templo pertenece al siglo XII y está adosado a la Torre de Santa María del castillo. Su campanario se encuentra en la Torre del Homenaje. En su interior puedes ver su bóveda de cañón de medio punto, el retablo mayor del siglo XVIII y su órgano barroco.



Opinión del Bar Venero, una referencia en los desayunos de Badajoz



Desayunar en Badajoz es un mundo aparte. El desayuno tradicional puede llevar caldillo o cachuela (una especie de paté) untado en pan tostado o incluso unas migas.

Todo esto lo puedes comer en este bar para desayunar. Nunca había estado en Badajoz antes y su fama le precede, porque me lo recomendaron varias personas y fue un acierto.


Está fuera del centro, pero muy cerca del paseo junto al río Guadiana y del Parque Castelar. Es un lugar sencillo, un bar de los de toda la vida. Pero lo más curioso es su horario: 365 días al año, desde las cuatro de la madrugada, has las 12’15 del mediodía. Obviamente es un bar para desayunar, como su nombre indica.

Excelente atención, rapidez, buenos productos y una cuenta súper barata. Yo no me atreví con las migas a las ocho de la mañana. Quizás en mi próxima visita.

   DESAYUNOS VENERO   
Av. Santa Marina, 49, 06005 Badajoz
Teléfono: 924 20 75 67

6 dulces típicos que comer en Badajoz



1. Bollo turco: postre típico de Jerez de los Caballeros hecho a base de almendra, huevo, azúcar y ralladura de limón. Se sabe que ya existía en el año 1600 por los testimonios escritos que hablan de él y se suele comer en Navidad.

2. Canelones: hechos con anís, cáscara de naranja y harina, están fritos en aceite y tienen forma de rulos. Si la masa se moldea en forma de cuña, se llaman borrachos.

3. Canutos: dulce elaborado con aceite, vino blanco, anises molidos y harina. La masa se moldea con forma de canutillos y se fríen.

4. Repápalos: son una especie de torrijas típicas de la Semana Santa, con forma de albóndigas de pan, y que están bañadas en leche cocida y azúcar. También se les suele espolvorear canela por encima.

5. Queso dulce de almendras: hecho con almendras, azúcar, raspadura de limón, canela y huevo. Es muy típico de Navidad y se sirve frío, cortado en trozos.

6. Técula Mécula: su origen proviene de una antigua receta que encontraron y registraron los propietarios de la pastelería Casa Fuentes, en Olivenza. Sus ingredientes básicos son almendras, huevo, azúcar y una base de hojaldre. 

Otra entrada que te puede interesar:

➤ 12 platos típicos que comer en Badajoz

12 platos típicos que comer en Badajoz



La Dehesa de Extremadura es una de las Denominaciones de Origen que tiene el jamón ibérico español. Esta provee a la provincia de buenas carnes y productos derivados de la matanza del cerdo, que son la base de la gastronomía pacense. Además, otras carnes como el cordero y el conejo, y productos de la huerta llenan las cocinas de la tierra.

Los desayunos de Badajoz merecen mención aparte. Las tostadas con jamón, caldillo o incluso unas buenas migas, son delicias que te puedes encontrar en cualquier bar para empezar el día con energía.

A continuación, comparto algunos de los platos más representativos que me he encontrado en Badajoz:


1. Ajocano: sopa tibia con dados de pan fritos, pimentón, leche y aceite.

2. Caldillo: típico de los desayunos extremeños. Una especie de paté o manteca que se le pone a las tostadas. Hecho con hígado de cerdo, especias, manteca de cerdo y pimentón de la Vera. También se le puede echar cachuela, que no lleva tropezones de hígado y está más molida la pasta.

3. Chorizos malditos: chorizos hechos con el intestino grueso del cerdo.

4. Escarapuche: ensalada de peces de río o de carne, típica del este de la provincia. Se le añade aceite, vinagre de pitarra, sal tomates y cebolla.

5. Gazpacho extremeño: existen muchas variantes, pero suele llevar miga de pan, tomate, cebolla y pimiento, todo aliñado con sal, aceite y vinagre (y a veces pimentón). A la mezcla resultante se le añade agua fría. También se puede acompañar con tropezones de huevo cocido, jamón, pimiento verde, pimiento rojo o cebolla.

6. Migas de Tierra de Barros: elaboradas con la miga de pan candeal, hecho habitualmente con harina de trigo candeal. Se caracteriza por su miga densa y prieta.

7. Morcilla del cura: se utiliza la carne del cabezal del cerdo menos grasa, guisada con hierbabuena, perejil y ajo machado para después cocerla dentro de su tripa.

8. Morcón asado: elaborado con trozos granes de carne magra de cerdo curada y secada de forma natural y adobada con ajo y pimentón.

9. Pestorejo en adobo: tocino procedente de la careta de cerdo, que está formada por el morro, la jeta y oreja.

10. Salmorejo de ternera: el salmorejo comienza con el asado a la brasa. El resultado es una ensalada de tomate, cebolla y carne.

11. Sopa de antruejo: Sopa originaria de Aceuchal. Está hecha con cotubillo o codillo, chorizo, hueso de jamón, huevos cocidos, cebolla fresca, perejil, pan, agua y sal. Se sirve en un cuenco de barro.

12. Sopa de cachuela: se compone de cuajos de sangre, asadura, torreznos y panceta de cerdo, ajo y especias; anís en rama, laurel y clavo.

Otra entrada que te puede interesar:

➤ 6 dulces típicos que comer en Badajoz


Cómo es la visita al Monasterio de Tentudía - Badajoz



En el punto más alto de la provincia de Badajoz, la iglesia-fortaleza de Tentudía se alza como una de las mejores muestras del mudéjar español. Está considerado Monumento Histórico-Artístico Nacional, así como Bien de Interés Cultural.

Su nombre, y el de la sierra en la que se encuentra, se debe al maestre Pelay Pérez de Correa. Según la leyenda, durante el reinado de Fernando III, en esta zona se libraba una gran batalla entre los musulmanes y las tropas cristianas. Este maestre, perteneciente a la orden de Santiago, imploró ayuda a la Virgen gritando: ¡Santa María, detén tu día! Así, el sol se paró y los cristianos pudieron ganar la batalla. Este hecho así quedo ensalzado en las cantigas de Alfonso X el Sabio.

En agradecimiento, el maestre mandó construir una pequeña ermita, conocida como Santa María de Tudía en el siglo XIII. Poco a poco, la ermita se fue ampliando hasta que en el siglo XI, el Papa León X lo elevó a la categoría de monasterio por orden de Fernando el Católico. Este monasterio, a cargo también de la orden militar de Santiago, empezó a crecer hasta convertirse en uno de los más importantes de la orden.

Tras la Guerra de la Independencia funcionó como Colegio de Letras hasta la desamortización de Mendizábal (1836).

La visita comienza en la planta baja. Desde allí se accede al claustro mudéjar del siglo XVI. Una obra sencilla realizada en ladrillo. En medio del claustro hay un pozo que funcionaba como aljibe del monasterio.


A los lados del patio hay distribuidas varias estancias conventuales, que ahora son utilizadas para mostrar exposiciones sobre la vida en el monasterio.



La siguiente visita es a la iglesia del convento, de una nave con bóveda de medio cañón y donde descansan los restos de Pelay Pérez Correa. Su retablo mayor está considerado como una de las obras más importantes de la cerámica española. Su creación se debe a Francisco Niculoso Pisano, famoso azulejero italiano, afincado en Sevilla. En él se hace alusión a la vida de María, aunque también están representados Pelay Pérez Correa y Juan Riero (el vicario que lo había contratado).

En la Capilla Mayor del templo se halla la imagen de la Virgen de Tentudía, perteneciente al siglo XVIII y que sustituyó a la original realizada en madera que no se pudo recuperar.


A ambos lados de la iglesia hay sendas capillas. En la Capilla de los Maestres se sitúan las estatuas yacentes de los maestres Gonzalo Mexías y Fernando Osores, vestidos con los hábitos de la orden de Santiago. Todo el conjunto esta presidido por un gran panel de azulejos que representa a San Agustín, obra atribuida a Cristóbal de Augusta.


La segunda capilla es la de Santiago. En ella está sepultado el Comendador de Medina de las Torres, Juan Zapata, aunque no hay ninguna lápida que lo indique.

De vuelta al claustro, se puede subir al piso superior para asomarse a los balcones cubiertos del monasterio y disfrutar de las vistas de la sierra de Tentudía.




De vuelta al aparcamiento, puedes entrar en el bar que hay en frente a reponer fuerzas (El Balcón de Tentudía). Sus montaditos son verdaderamente baratos y parecen bocadillos, aunque el local se llena en horas puntas y te será difícil encontrar una mesa.