Uno de los
rinconcitos que no te puedes perder de la Montaña Palentina es la pequeña
pedanía de San Salvador de Cantamuda, perteneciente a La Pernía. Antiguamente
fue un importante condado y merindad. Hoy cuenta con doce pequeños núcleos
situados en los valles del norte de Cervera. Curvas y más curvas encaran la
subida del bello Puerto de Piedrasluengas por la carretera que se encamina
hacia Potes y Santo Toribio de Liébana. El paisaje que lo rodea es un vaivén de
montañas, picos, ríos y arroyos que lo hacen único.
Su capital es
San Salvador de Cantamuda, donde se encuentra su Ayuntamiento, sede también del
Centro de Recepción de Visitantes. Su origen se remonta a la construcción de un
templo fundado por la Condesa doña Elvira de Castilla, sobrina de Fernando I, a
finales del siglo XII y en torno a ella fue surgiendo esta pequeña población.
Qué ver en San
Salvador de Cantamuda
1. Colegiata
de San Salvador: Originalmente se llamaría San Salvador de Tremaya, como la
peña en la que se levanta. En 1181 se convirtió en un monasterio tomando su
estructura actual y llamándose San Salvador de Campo de Muga de Pernía,
significando Muga "límite". En la Baja Edad Media adquirió el rango de Colegiata.
Durante las obras de cimentación de 1970 se encontraron en el presbiterio una
lauda sepulcral visigótica
De planta de
cruz latina, lo más curioso es su enorme espadaña con dos tramos con un doble
hueco de campanas, rematada con una forma triangular. Su armoniosa y coqueta
composición la hacen una de las iglesias más bonitas y fotografiadas del
románico español.
2. Rollo Jurisdiccional:
en la Plaza Mayor del pueblo puedes ver este rollo que conmemora la concesión
de jurisdicción civil y criminal al obispado de la Pernía en 1541. En él
aparece el escudo del obispo Luis Cabeza de Vaca y cuatro cabezas de lo que
parecen ser leones.
3. Casas señoriales:
a lo largo de la comarca existen muchos ejemplos de casas hidalgas blasonadas
que construyeron los nobles e hidalgos que regresaban de las Indias habiendo
hecho fortuna. Entre ellos destaca una casona de 1773 que ha sido utilizada
como convento, casa del pueblo, cuartel, almacén, escuela, casa del médico, botica,
cine… y que hoy es el albergue de jóvenes.
La Leyenda de
Cantamuda
Un cuento de tradición
oral sitúa el origen del nombre de este lugar en el castillo que supuestamente
tenían los Condes de Pernía en lo alto de la Peña Tremaya. Según este cuento,
el conde era un hombre muy celoso y llegó a creer que su esposa Elvira le estaba
engañando con otro.
Una noche su
cólera fue tal, que la echó del castillo atándola a una mula ciega llevada por una
sirvienta muda con el objetivo de que se despeñasen en la oscuridad. Así fue,
pero al encomendarse a la Virgen, éstas aparecieron sanas y salvas al día
siguiente.
Al llegar al
castillo, la muda cantó el Salve Regina y contó lo ocurrido a todo el
pueblo. El cuento acaba con el conde arrepentido mandando construir la Abadía
de Lebanza y con la condesa feliz encargando que hicieran la iglesia de San
Salvador.
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