Día 3 – Hacia
el oeste de la isla
1. Mirador de
la Cumbrecita: muy temprano, empecé mi tercer día en La Palma con la subida en
coche hacia La Cumbrecita. No quería irme de la isla sin ver algo del Parque
Nacional de la Caldera de Taburiente. Para acceder tuve que reservar el
aparcamiento un mes antes en la web de Parques Nacionales. Una vez arriba, con
un frío que asombraba, realicé los dos senderos más fáciles y cortos del
entorno porque no disponía de mucho tiempo: el del Mirador de La Cumbrecita y el del Lomo de las Chozas. Ambos ofrecen una de las mejores vistas del Parque
Nacional.
2. Puerto de Tazacorte:
mi visita a la Caldera de Taburiente tuvo que ser rápida porque había reservado
una visita en velero para ver cetáceos. El barco partió del Puerto de Tazacorte
y recorrió su costa dando unas bonitas panorámicas del pueblo pesquero de Porís
de Candelaria, de Cueva Bonita y de la Playa de la Veta. Por suerte, durante gran
parte del trayecto estuvimos acompañados por delfines y pudimos ver algunas
ballenas a lo lejos, así como el fenómeno de La Cascada bajando sobre las laderas
de las montañas.
Después de 3
horas de navegación, aproveché el buen tiempo para comer en una de las terrazas
de Tazacorte, bañarme un poco y pasear por su playa.
3. Porís de
Candelaria: después del baño, me dirigí a este pintoresco pueblo pesquero. Para
llegar a él sufrí como hacía tiempo que no sufría por una carretera. Tanto a la
ida, como a la vuelta. El camino que lleva hasta él está lleno de curvas de
infarto, con el enorme desnivel que supone salvar el gran acantilado que lleva
hasta las cuevas en las que se ubican las casas de los pescadores. El resto de
la tarde-noche la pasé reponiendo fuerzas en un chiringuito de Puerto Naos, comprando
algo en el gran Hiperdino de El Paso y cenando en Santa Cruz.
Día 4 – Por el
este de la isla
1. Bosque de
Los Tilos: mi último día en La Palma lo comencé visitando otro de sus
maravillosos parajes naturales, el Bosque de Los Tilos, donde se encuentra la
mayor representación de los bosques de laurisilva de todo Canarias. Yo quería ver la famosa Cascada de Los Tilos, pero como el camino estaba en obras, en el
Centro de Interpretación me recomendaron realizar la ruta hacia el Mirador de las Barandas, una subida de 700 escalones bajo una increíble vegetación.
Al volver, me
paré en el restaurante del parque. Mi idea era tomarme un pequeño aperitivo
después de la caminata, porque no había desayunado mucho. Cuando le pregunté a
la cocinera que qué era el gofio escabechado, me dijo que eso no se explicaba,
que se probaba. Y, aunque eran las 11:00, se dispuso ha hacerme media ración para
que degustara un plato tradicional canario. Mereció la pena y me quitó el hambre
de inmediato. El gofio… es lo que tiene. 😊
2. Santa Cruz
de la Palma: aunque había visitado ya varias veces la capital de la isla, siempre
había sido de noche y para cenar. Por eso, antes de irme hacia el aeropuerto,
dediqué el tiempo que me quedaba en La Palma para pasear por una de las
ciudades que he visto en Canarias. Me quedé prendada de ella. Sus callejuelas,
su ambiente tranquilo, sus edificios coloniales… me gustó todo.
Un añadido ➨ El Cubo de La Galga: lo añado aquí porque puedes visitarlo si tienes más tiempo
en La Palma. Si mi avión hubiera salido un poco más tarde ese día, hubiera
aprovechado el tiempo después del Bosque de Los Tilos y hubiera realizado la
parte corta de este sendero que dejar el coche en el túnel de La Galga (donde
se encuentra un Punto de Información Ambiental), entrar a pie en el Cubo de la
Galga y volver a salir por donde mismo.
Mapa de la ruta