Desde mi hotel hasta la estación de Buninskaya había 1’30h de
camino. Quedé con mi anfitriona, Irina, por internet un mes antes. Ella
iba a ser la encargada de mostrarme la dacha de su familia y de que
aprendiera algo más de la cultura e historia soviética.
Llegué con un poco de tiempo, así que caminé alrededor de la
estación para visitar esta hermosa iglesia:
Irina y su marido se presentaron puntualmente en la entrada de la
estación. Me recogieron y me llevaron en su coche durante unos 10-15 minutos
hasta que llegué a su casita. Allí nos estaba esperando su hijo, que nos
acompañó durante toda la velada. Un encanto.
¿Qué es una dacha?
Tradicionalmente, las dachas eran unas casitas de campo que el zar
regalaba a sus favoritos de la clase alta. Durante la época soviética, las
dachas se nacionalizaron y muchas se transformaron en casas para los
trabajadores de las fábricas, funcionarios afines al régimen y la élite
cultural y científica.
La dacha de Irina pertenece a una época en la que el pueblo se estaba
rebelando por una gran hambruna. El gobierno decidió contentar a la gente
dándoles un trozo de tierra con la condición de que plantaran en él. Mucha gente,
como la familia de Irina, acabó viviendo en ese trozo de tierra y
construyéndose su propia casita con los materiales que encontraban. Nunca
podían abandonarla, y siempre se tenía que quedar alguien cuidándola. Si te
desentendías de ella, el gobierno te la quitaba y, si la dejabas sola, la
rapiña de los vecinos hacía que te quedaras sin nada. Era la pura
supervivencia.
Cuando la URSS colapsó, la Unión Soviética dio la vuelta a la propiedad
privada. Muchas dachas se privatizaron y mucha gente empezó a tirar todas las
cosas que le recordaban a las épocas anteriores: juguetes, platos, libros… de
pura rabia (recordemos que en la URSS todo el mundo tenía que usar la misma
ropa, los mismos juguetes, los mismos libros…). La propia Irina cuenta que
cuando decidió abrir su dacha al público tuvo que ir de mercadillo en
mercadillo reponiendo todas las cosas que había tirado.
Hoy las dachas se han convertido en las residencias vacacionales y de
fin de semana de muchos rusos. Una casita en el campo en la que relajarse de la
ajetreada vida en la ciudad y donde puedes dedicarte a tus hobbies favoritos:
la jardinería, la pintura, la música… A mí me recuerdan a lo que en Linares llamamos "parcela". "Este finde me voy a la parcela a pasar el rato..." 😁
La visita a la Soviet Dacha in Moscow
Irina y su familia me mostraron su casita por dentro con muchísima
nostalgia. Haciendo, sobre todo, hincapié en que ella había vivido esa época de
miseria, pero que era una época reciente. Mientras yo estaba ya
empezando a usar videojuegos, ellos estaban realmente asombrados de ver
juguetes de plástico que les empezaba a ceder China. Me habló de épocas
pasadas, pero no tan pasadas. Su vida se parecía a la de mis bisabuelos,
mientras que su edad casi se correspondía con la mía.
Me pude probar trajes suyos de estudiantes y de trabajadores. Y probé a escribir en una máquina de escribir antigua en cirílico. Incluso me dio un bonito certificado de haber estado en la dacha, con todas las cosas famosas por las que se conoce a Rusia.
Después de la visita, estuve por el jardín viendo todo lo que había
plantado. Me dio unas tarjetas para que buscara unos frutos y unas hojas
que íbamos a utilizar para hacer té.
A continuación, su marido me enseñó a encender un samovar (una especie
de tetera). Hicimos el té y nos fuimos a merendar todos juntos. Prepararon una
mesa enorme llena de productos caseros para disfrutar del té: pasteles,
mermelada, galletas… Todo hecho por Irina y su madre.
Cuando acabamos de comer, me llevaron de vuelta a la estación. Te recomiendo
esta excursión para que tengas oportunidad de pasar un rato agradable con una
familia rusa que te cuente cosas de su historia y de su modo de vida, pasado y
presente, y puedas disfrutar de un buen samovar.
- Precio: 2250 rublos por persona (en efectivo).
- Incluye transporte desde y hasta la estación de metro, té en el samovar y merienda.
- La excursión se realiza en inglés (muy bueno).
- Duración: 2 horas aproximadamente.
- La puedes contratar online en esta dirección:
- http://visitrussdacha.com/services/ o contactar con ella directamente por email: info@visitrussdacha.com
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