Porís de
Candelaria es uno de los lugares más encantadores que puedes encontrar en la
isla de La Palma. Es una visita obligada si estás pasando unos días descubriendo
el archipiélago canario. Si te atreves a adentrarte en su carretera, claro.
Cómo llegar a
Porís de Canderlaria
La ruta parte
desde el pueblo de Tijarafe. Allí tendrás que buscar como punto referencia el
cuartel de la Guardia Civil y el Centro de Salud. Dejando estos dos edificios a
tu espalda, sigue todo recto hasta donde parece que ya no hay carretera, que el
camino se acaba.
De hecho, no
se acaba. Continúa, pero con un desnivel tan enorme, que en ese punto da la
impresión de que no hay carretera. Hazte con un buen coche con unos buenos frenos,
con nervios de acero y no vayas cuando tengas el sol de frente, porque puedes
tener un buen susto.
Al principio
la carretera es descendiente, pero ancha. Atravesarás algunas casas y
plantaciones.
Pronto, la
carretera se volverá muy estrecha y con gravilla suelta. Realmente da bastante
miedo cuando te encuentras con otro coche, tanto a la ida, como subiendo a la vuelta.
Son 4 kilómetros que, si no lo pasas bien conduciendo normalmente… te
compadezco. Nunca he llegado a pasar por una carretera igual.
A mitad del
camino hay un parking donde puedes parar un poco a relajarte antes de encarar
el último tramo. Allí hay un senderito muy corto, apenas cinco minutos, por el
que subes a unas formaciones rocosas desde las que puedes obtener unas buenas
vistas del mar y de las curvas que te quedan por bajar. Nada más que de pensar
que luego tenía que subir todo ese tramo, ya me iba a dar algo.
Retomadas las
fuerzas, continúa por la carretera hacia abajo. El camino comienza a serpentear
aún más, se vuelve más estrecho y se va abriendo ante ti la vista al océano y a
los acantilados.
Al final,
llegarás a un parking bastante amplio, pero aún no has llegado a tu destino. Desde
allí sólo te queda recuperarte un poco y bajar hacia el pueblo andando. Tienes que
bajar por la cuesta, siguiendo la barandilla. A veces hay escalones también. Es
una cuesta bastante pronunciada, porque ten en cuenta que tienes que llegar a
nivel del mar.
Cómo es Porís
de Candelaria
Porís o Proís significa embarcadero o puerto natural. La primera vez
que se tiene conocimiento escrito de este lugar es en un documento de 1588 en
el que se habla de un puerto cercano a Tijarafe. Aunque sus primeros visitantes
fueron los aborígenes guanches, que eligieron este enclave como zona de pesca. Con
la conquista castellana, Porís de Candelaria empezó a cobrar importancia como
puerto natural, ya que el relieve de la isla hacía muy complicado unir sus
distintos territorios por tierra. Además, contaba con algo realmente valioso: un
pozo de agua dulce que no se seca en verano.
Este poblado de
pescadores se encuentra refugiado en una inmensa cueva. Su única calle está
llena de casas típicas encaladas. Las más antiguas tienen más de ochenta años. Hoy
sólo se usan en vacaciones y fines de semana. Y muchos de sus habitantes suelen
llegar en barca. Después de ver la cuesta… normal.
En mitad de calle
destaca la imagen de la protectora del poblado: la Virgen de la Candelaria. Se alza
sobre unas rocas de espaldas al mar.
Las aguas azules
embisten el puerto, mientras algunos atrevidos se bañan en ellas. Aquí no hay chiringuitos,
ni ningún tipo de negocio. Tan sólo la tranquilidad que ofrece tan majestuoso lugar
y los turistas que se quedan embelesados con sus vistas.
Lo malo, la
carretera de vuelta. Necesitas tener un coche potente, muchísima precaución y paciencia
para encarar el mismo camino en zigzag, ahora hacia arriba.