Meses después de mi desventura rusa, busqué por Madrid algún restaurante que me recordara lo que más me gustó de este país: la comida. No fue una tarea fácil. La mayoría de los restaurantes que encontraba era de alguna ex-república (comida de Georgia, Ucrania...). Al final me decanté por éste, pese a haber salido en el programa de Chicote, pero tenía buenas opiniones en Internet.
El restaurante está en pleno barrio de Malasaña y lleva abierto desde hace más de 30 años. Según el programa de La Sexta, su dueño fue un Niño de la Guerra, uno de los chicos que se encontraba en el área republicana cuando empezó la Guerra Civil y que, como tantos otros, fue exiliado a Rusia.
La decoración está muy cuidada y se nota mucho la reforma que llevó a cabo el equipo de Pesadilla en la cocina. Como cuando fui era temprano y todavía estaba el local vacío, pude elegir sentarme en un rinconcito muy coqueto junto a la ventana.
Me atendieron dos camareras, una de ellas fue Tania, la dueña. Ambas fueron muy agradables y me recomendaron algunos platos. Mientras llegaba la comida, pusieron un pequeño aperitivo.
De primero pedí una ensalada de pollo y nueces, y unos blinis (especie de crêpes):
De segundo, unos pelmeni (pasta rellena con carne, con caldo y crema agria) y pollo estroganof:
Como para el postre tenía bastantes dudas, al final la camarera me sugirió pedir un plato de degustación que incluía tarta Napoleón, syrniki (rellena de requesón, arándano y nata), un blini dulce, tarta medovik. Y, para rematar, algunos chupitos de vodka de sabores.
Mi experiencia en general fue buena. Me gustó la decoración, el ambiente, el trato y la comida. Quizás, si no hubiera estado un mes comiendo en Rusia, me hubiera quedado más satisfecha pero, lo cierto es que no me recordó mucho a los sabores que comí en ese país. A lo mejor es por la dificultad de traer los mismos ingredientes que se usan en Rusia, o que cada maestrillo tiene su librillo. Pero, sobre todo, los pelmeni y los blini, no se parecieron en nada a los que me comía casi a diario cuando andaba por allí. ¿Repetiría? Probablemente sí. Parece que a día de hoy es de lo más cercano que se puede estar en Madrid de la gastronomía rusa y la comida está buena.
Por cierto, los shashlik (una especie de brochetas), que tanto horrorizaron a Chicote, siguen siendo la estrella del local y la mayoría de la gente que fue al restaurante cuando yo fui, se los pedía para hacerse la foto. Sin duda, muy a pesar de la opinión del chef, este plato se mantiene y es el rey de la carta.
Aquí puedes ver la aparición de Las noches de Moscú en Pesadilla en la cocina.
Horarios:
▪ De 13:00 a 17:00
▪ De 20'30 a 00:00
▪ De 13:00 a 17:00
▪ De 20'30 a 00:00
LAS NOCHES DE MOSCÚ
c/ Marqués de Santa Ana, 37 Madrid
Teléfono: 915 310 411
Os recomiendo reservar antes.