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Rusia: 12 imprescindibles que ver y que hacer en Moscú


La capital de Rusia, a pesar de ser muy visitada, es mucho más soviética y tiene un ambiente menos cosmopolita y europeo que San Petersburgo. Aunque es enorme, sus principales atractivos se pueden visitar en unos tres días y dedicar el resto de nuestra estancia a realizar visitas a otros lugares interesantes cercanos del Anillo de Oro, como las ciudades Patrimonio de la Humanidad: Vladimir y Suzdal.

La ciudad es un caos para conducir, sus carreteras están muy masificadas y la contaminación asusta. Por ello, te aconsejo que uses el metro o el tren siempre que puedas.

Aquí te dejo lo que para mí es lo más importante de Moscú. Yo dediqué a la ciudad 3 días y el cuarto lo pasé en el Anillo de Oro.

Qué hacer en Moscú




1. Pasar una mañana dando vueltas por el Kremlin: la gran fortaleza del país sigue siendo el símbolo del gobierno de Rusia. Hoy alberga cuatro catedrales y cuatro palacios rodeados por una gran muralla del siglo XII. Esta antigua residencia de zares actualmente sirve como sede del museo ruso más famoso, la Armería y por ser el lugar de trabajo de Putin.

Las colas son enormes. Las entradas se pueden comprar por internet (con una antelación máxima de 14 días) o en la taquilla. Precio de la Armería: 700 rublos. Precio para entrar a la Plaza de las Catedrales del Kremlin: 500 rublos. Horario: las taquillas abren desde las 9’00 hasta las 16’30. Cierra los jueves. Si queréis visitar también el fondo de diamantes, la entrada la tendrás que comprar allí mismo, aparte. 


2. Pasear por la Plaza Roja: justo al lado del Kremlin verás colas larguísimas para entrar al Mausoleo de Lenin en plena plaza. En ella también se alzan las catedrales de Kazán y de San Basilio, y las lujosas galerías GUM. En los alrededores también podrás ver la Tumba al Soldado Desconocido y la Plaza de la Revolución, presidida por un enorme Four Season Hotel. 


3. Visitar la Catedral de San Basilio: según la leyenda, el zar Iván el Terrible dejó ciego al arquitecto al que mandó construir la catedral para que nunca hiciera otra construcción que la superara en belleza. Hoy se ha convertido en el símbolo de Moscú y se pueden visitar sus nueve capillas y su campanario. Las entradas se pueden comprar allí mismo y su precio es de 500 rublos. La visita es bastante rápida.


4. Comprar algo caro en las Galerías GUM: este lujoso centro comercial comenzó su andadura en 1890. A pesar de haber sido privatizado y de que dentro sólo hay marcas caras, hoy está lleno de turistas curiosos, con ropa de turista y haciendo miles de fotos.


5. Comprar algo barato en el mercado de Izmailovo: nada más que para ver su original arquitectura ya merece la pena la visita. Está algo alejado del centro, por lo que es necesario que cojas el metro (Línea 3) hasta la parada de Partizanskaya. Aquí tendrás la oportunidad de hincharte a comprar souvenirs rusos a precios baratísimos. En los puestos se puede regatear y, en muchos de ellos, hablan español. 


6. Hacer un tour por el metro más elegante del mundo: con una longitud de 400 km, el metro de Moscú es el metro del mundo con mayor densidad de pasajeros en el que cada año se mueven unos 2450 millones de personas. Tiene 14 líneas y 243 estaciones. Algunas de ellas son preciosas. No pierdas la oportunidad de pasearos por el Palacio del Pueblo disfrutando de estaciones como la de Komsomolskaya, Krasnye Vorota o Mayakovskaya. 


7. Comer como en el siglo XIX en el Café Pushkin: uno de los lugares más elegantes para comer en Moscú es el famoso Café Pushkin. Cuando entras en él, parece que has viajado atrás en el tiempo. La decoración, la elegancia de su personal, la música, los colores… todo. Los camareros visten de época y sirven las mesas siguiendo las más estrictas normas de protocolo.  


8. Comer como en una piña debajo del mar en el Krusty Krab: en pleno centro de Moscú encontré esta joyita. Pasaría desapercibido en medio de la calle peatonal Arbat, si no fuera por las figuras que hay en la terraza para que la gente se haga fotos con ellas. Todos los camareros van vestidos de Bob Esponja y la comida está buenísima. 


9. Asistir a una obra en el Bolshoi: fundado en 1776, es el segundo teatro más grande de Europa. Existen tours guiados por el interior del edificio, pero lo más auténtico es poder disfrutar de un buen espectáculo de ballet sentado en una de sus elegantes sillas. Las entradas las puedes comprar por internet, aunque con mucha antelación para que no se agoten y para que te salgan más baratas.  


10. Disfrutar de la naturaleza en Kolómenskoye Park: este enorme parque al sur de Moscú, contiene varios museos, iglesias y el palacio de verano del zar Mijailovich. Es un lugar ideal para relajarse paseando entre sus cuidados árboles. Si tienes suerte, es muy normal que allí se celebren ferias, espectáculos y eventos en los que podrás aprender mucho más de Rusia. 


11. Aprender a usar un samovar en una Dacha: la dacha es una casa de campo perteneciente a una familia urbana, pero que se usa durante los festivos y los fines de semana. Las de Moscú fueron dadas a las familias durante la época de la URSS para que plantaran alimentos y no se murieran de hambre, aunque muchos de estos alimentos debían ser devueltos al gobierno. Hoy se han convertido en pequeñas casitas de campo, un refugio antiestrés en el que las familias se dedican a sus hobbies favoritos, como la jardinería. En la Soviet Dacha, Irina y su familia te muestran su casa y conocerás los secretos de cómo se realiza un buen samovar para disfrutar de una tarde de té en familia.
Precio: 2250 Rublos, con transporte desde y hacia la estación del metro más cercana, té y dulces incluidos. 



12. Hacer una visita cercana por el Anillo de Oro: el Anillo de Oro es una zona turística que incluye 20 ciudades al noreste de Moscú. Algunas están bastante cerca como para ir y volver en el mismo día. Siendo verdaderos museos al aire libre, estas villas medievales guardan la memoria de los acontecimientos más importantes de la historia rusa. Las catedrales, iglesias, conventos, monasterios y museos de bellas artes resultan asombrosos por su esplendor y son testimonio de la riqueza del patrimonio ruso. 


Rusia: El restaurante de Bob Esponja en Moscú: The Krusty Krab


En pleno centro de Moscú encontré esta joyita. Pasaría desapercibido en medio de la calle peatonal Arbat, si no fuera por las figuras que hay en la terraza para que la gente se haga fotos con ellas.


Los camareros iban todos vestidos como Bob Esponja. No hablaban inglés, pero hacían por dónde entenderse. Se esforzaron mucho.


La decoración interior es genial. Me sentí como una auténtica niña en medio de todos los muñecos de la serie. Y todas las mesas eran barriles. Hasta los platos merecían la pena.

El menú es bastante asequible y los platos que me pusieron fueron grandes y muy bien decorados. Los precios y los menús los puedes ver en su página web. Desde el tradicional Borsch, hasta hamburguesas y pizzas.



Y si te gusta lo que ves de decoración, lo puedes comprar en su tienda si está disponible. Hasta la vajilla.





Tanto si viajas con niños, como si vas solo, te aconsejo que te pases por allí para disfrutar de unos buenos platos y reponer fuerzas en un ambiente muy festivo antes de seguir tu paseo por Arbat.

Para mí fue un gran descubrimiento. 


   THE KRUSTY KRAB MOSCOW  
4 Arbat St.
Abierto de 11:00 a 23:00.
+7 (495) 966-15-36, +7 (495) 966-15-29 

Opinión del restaurante tailandés Som Thai Madrid


El mejor restaurante de comida tailandesa en el que he estado en Madrid. No sabía ni que existía, pero fue todo un acierto. Paseando por el barrio de Chueca y buscando un sitio para comer, llegué a la puerta de este local. Me llamó la atención su elegancia y sus precios. Ofrecían un menú de fin de semana muy económico.

Entré y el local me enamoró. Todo muy bien decorado y prestando atención a todos los pequeños detalles.

En la parte de fuera hay una pequeña barra de bar por si no te apetece ir a comer o cenar, pero sí a tomarte una tapa. La especialidad en esta zona es la cerveza tailandesa acompañada de una brocheta, aunque también ponen gin tonics.

La zona de comedor es bastante amplia. Hay mucho espacio entre las mesas, algo que agradezco porque, últimamente, muchos sitios están metiendo servicios de más y, al final, te sientes como si estuvieras comiendo con el de la mesa de al lado, no puedes ni levantarte de la silla sin molestar al que tienes detrás.


Aunque la carta es bastante amplia, me decidí por probar el menú de fin de semana. Se componía de:

1. Entrantes: Una fuente muy bien presentada con:
- Kai satee: unos pinchos de pollo con leche de coco y hierbas.
- Poh-pia: rollitos de primavera tailandeses.
- Khung phom pha: colas de langostino rebozadas en pasta de arroz.
- Ensalada de Vermicelli: con cabello de ángel preparado al estilo tailandés, pollo, limón y apio.



2. Un plato principal a la elegir entre cinco opciones:
- Pad cha: pescado blanco rebozado.
- Khai pat king: pechuga de pollo salteado con jengibre, verduras y arroz.
- Paneg Mu: cerdo al curry.
- Pad Thai: tallarines tailandeses.

 Paneg Mu

                                                                                  Khai Pat King

3. Postre: a elegir entre sorbete, flan de coco, tapioca o fruta.

Tapioca

4. Bebida: una copa de vino, cervez, agua o refresco.

El personal también organiza fiestas tailandesas a las que merece la pena asistir. Si tengo oportunidad, me lo apunto. Sin duda, se ha convertido en uno de mis sitios preferidos de la capital para una cena exótica.



Precios del Som Thai Madrid:

- Menú de mediodía: de lunes a viernes por 12,80€

- Menú de noche: de lunes a jueves por 16,80€ .



Horario
- De lunes a domingo: de 13'30 a 16'30 y de 20'30 a 00'00.
- Cierra los martes.



   RESTAURANTE SOM THAI  
San Marcos, 26 Madrid
Teléfono: 910410429 / 605842296
reservas@som-thai.es


Opinión del restaurante japonés Kuraya


Últimamente ni intento ir a comer al Ramen Kagura porque las enoooormes colas que hay en la puerta desde las 12’30 (abren a las 13’00) me echan para atrás. Todavía no había probado su nuevo local, que está justo al lado de éste y me habían dicho que la espera, aunque la hay, no es tan grande. Así que, esta vez, me atreví a ir a las 13’00 a ver si había suerte.

Cuando llegué, efectivamente, la cola para el ramen Kagura casi taponaba ya la calle y acababan de abrir. Pero, para el Kuraya, no. Entré y sólo había dos meses ocupadas. ¡Había tenido suerte!


La disposición del local me recordó mucho a la de su vecino, pero con más espacio en su interior (tienen dos plantas). Después del éxito del Hanakura y del Ramen Kagura (que hasta tiene un puesto en el Mercado de San Antón), creo que el Kuraya va a seguir el mismo camino. Este nuevo proyecto va a dar mucho que hablar. Su especialización son el ramen y las gyozas, pero el resto de platos también están buenísimos. También hay platos para vegetarianos y celíacos.


Cómo es el Menú del día del restaurante Kuraya

De lunes a viernes al mediodía tienen un Menú a precio realmente asequible: 9’80. De primer plato se puede elegir ramen, tsukemen o yakisoba. Yo me decanté por el Tsukemen porque era lo más novedoso para mí y la ración fue bastante generosa.

De acompañamiento hay arroz frito, cuatro gyozas o cuatro piezas de karaage.


Además, incluye una bebida no japonesa (agua, refresco o cerveza) y un postre (mini tarta de queso, pudding de café o helado).


Como ves, los platos principales son bastante grandes. A pesar de eso, como siempre que voy al Kagura me pido chasudon, no pude evitarlo y acabé pidiéndolo fuera de menú. Un error porque, aunque estaba buenísimo, acabé mala de tanto comer. No me esperaba tanta comida en un menú del día.


También hay otras opciones de menús para los que no les guste el ramen, que incluyen la bebida y el postre, con precios que van desde los 10’80€ hasta los 14’90€, con tonkatsu, misokatsu, sushi, sashimi…

Fuera de menú, los precios tampoco son nada caros y también se pueden hacer combos de arroz, sushi, gyozas o karaage.

En cuanto a bebidas japonesas, tienen el mítico ramune de verano, té verde, sake, umeshu y cerveza Kirin. Para mí fue una sorpresa el Chu-hi, una bebida que no había probado antes. Está hecha a base de vodka y sienta muy bien después de comer. Estaban de promoción y me regalaron unos palillos con forma de katana bastante chulos.




El Tsuke men del Restaurante Kuraya

La fiebre del ramen me había acostumbrado a los grandes boles de noodles con caldo calentito que también sienta en invierno. Sin embargo, este restaurante está poniendo de moda otra manera distinta de comer el ramen. Su nombre significa “Ramen para mojar” y consiste en presentar los fideos secos, con el huevo y la carne en un cuenco. Y, aparte, otro cuenco más pequeño en el que está el caldo y los condimentos.


En vez de mezclar todos los ingredientes y hacer una gran sopa, el Tsukemen se come mojando poco a poco los fideos en el cuenco del caldo, pero sin llegar a sumergirlos del todo dejándolos allí. Tan sólo se mojan un poco y rápidamente se sorben.

La sopa está bastante fuerte. Su sabor es mucho más intenso y concentrado que el que puedes encontrar en un plato normal de ramen. Y los fideos son más gruesos y están fríos.

Me fui contentísima, así que añado más especialidades a mi lista de restaurantes japoneses favoritos de Madrid:

🍜 Ramen Kagura: para comer ramen.
🍜 Restaurante Kuraya: para comer tsukemen.
🍜 Restaurante Hanakura: para comer okonomiyakis.
🍜 Restaurante Konnichiwa: para comer sukiyaki.
🍜 Restaurante Hattori Hanzo: para comer tataki.
🍜 Restaurante Donkozo: para comer shabu shabu.

Horario:
Mañanas: de 13’00 a 16’00
Noches: de 20’30 a 23’30
Sólo aceptan reservas para grupos de 6 a 12 personas.



   RESTAURANTE KURAYA   

Plaza Herradores, 7 Madrid
Teléfono: 910411646



Qué comer en Rusia – 9 Postres y dulces típicos rusos


A los rusos les gustan muchísimo los dulces. Sin embargo, llama la atención que los bombones y el chocolate no saben para nada dulces, son un poco agrios y fuertes. Aquí te dejo algunos de los dulces típicos que me encontré viajando por este país:

1. Priániki: torta rusa originaria de Tula. Donde más las vi fue en Vladimir y en Suzdal. Se hacen con harina, mantequilla, mermelada, miel, cardamomo, canela y jengibre.



2. Syrok v shokolade: barrita de requesón recubierta de chocolate. Es muy barata y la comen sobre todos los niños a modo de chuchería. Está riquísima y hay de muchos rellenos distintos que acompañan al requesón.


3. Blini dulces: tortitas o crepes, con mermelada, requesón, miel…


4. Millet porridge: gachas de mijo. Está presente en todos los buffets de los hoteles para desayunar. Originado en el siglo XII, hoy es bastante popular.


5. Syrniki: una especie de buñuelos, parecidos a la leche frita, hechos con requesón, harina, huevos y azúcar. Se suelen servir con crema agria, miel o mermelada.



6. Vatrushka: empanadilla redonda con requesón dulce o mermelada.

atwbp.com

7. Chocolate tradicional:  Alyonka Chocolates (Шоколад Аленка). La niña de la marca es la hija de la famosa diseñadora soviética  Alexander Gerinas.


8. Helados rusos artesanales: tienen una manera de elaborarlos que me dejaron boquiabierta... No sé quién empezó a hacerlos así, si los tailandeses o ellos, pero están buenísimos. 


9. Gofres con palo: muy ricos, pero difíciles de comer sin mancharte.