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6 lugares Imprescindibles que ver en Tembleque, típico pueblo castellano

 

Tembleque, la llamada Puerta de la Mancha, se hizo popularmente famosa por aparecer en la novela de Noah Gordon El último judío (1999), como lugar en el que habitaba el personaje de Ferrán Vasca.

De origen incierto, a lo largo de la historia por sus tierras han pasado carpetanos, romanos, visigodos, musulmanes y cristianos, lo que le ha dotado de una historia muy rica. Su época de máximo esplendor fueron los siglos XV y XVI, cuando le sacó partido a su situación estratégica en las rutas de la trashumancia y Juana la Loca le concedió el título de villa.

Hoy es un pueblo tranquilo, con una plaza mayor preciosa y en el que ya se ve la influencia manchega en su arquitectura y en su gastronomía, pues es una zona ideal para que pruebes las migas, el pisto o los duelos y quebrantos. Además, si pasas por la gasolinera, no olvides llevarte unas exquisitas tortas de cañamones de La Guardia, una exquisitez.

Qué visitar en Tembleque

1. La Plaza Mayor: declarada Bien de Interés Cultural en 1973, es una de las plazas castellanas más bonitas y no suele estar atestada de turistas. Su origen se remonta al siglo XVII, cuando Felipe IV la concibió como plaza de toros, y para acceder a ella tendrás que cruzar un pórtico con columnas de granito. Sobre él verás dos galerías y un palco para que las autoridades vieran las corridas de toros a gusto.



El edificio principal corresponde al Ayuntamiento barroco, que se añadió a la plaza posteriormente. Al lado puedes entrar a la Oficina de Turismo, que cuenta con un Museo Etnográfico y un precioso patio manchego.

2. La Iglesia de la Asunción: como Tembleque aportó dinero y soldados a la expedición a Orán de 1509, a cuyo mando estaba el cardenal Cisneros, éste aportó una gran cantidad de donativos para construirla, que se juntaron a las aportaciones recibidas de parte de los priores de San Juan y la de los propios vecinos del pueblo. Su interior se organiza en una planta de cruz latina con una sola nave y bóveda de crucería gótica.

3. La Casa de las Torres: este palacete barroco del siglo XVIII sirvió como residencia al caballero de la Orden de Santiago Antonio Fernández-Alejo, quien hizo fortuna en América. Fue declarada Monumento Histórico Artístico en 1979, pero necesita una reforma urgente. Una pena.

4. La Casa de Postas: este caserón situado en las afueras de Tembleque se utilizó como caballerizas ofreciendo sus servicios a los encargados del correo y a los viajeros que frecuentaban el antiguo camino de Madrid a Cádiz.

5. Ermita de la Veracruz: en mitad del pueblo verás esta torre octogonal que fue construida en el XVIII imitando el Santo Sepulcro de Jerusalén. Su interior sirvió antaño para albergar los restos de un miembro de la familia de los Torres, aunque hoy se usa como Biblioteca Pública. Tembleque, además, cuenta con cuatro ermitas más: la Ermita de la Purísima Concepción, la Ermita de Loreto, la Ermita de San Antón y la Ermita del Valle.

6. Los Molinos de Tembleque: en las afueras del pueblo se alzan varios molinos de viento sobre una colina. Son dos réplicas de moderna construcción, aunque también se conservan restos de los originales.


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Localización 

En mitad de una preciosa finca en el Valle del Tiétar, El Toril te sorprenderá desde el minuto cero. El lugar es espectacular, rodeado de encinas y alcornoques. Nada más entrar al recinto encontrarás un pequeño lago lleno de aves y es que el lugar está inmerso en una Zona de especial Protección para las Aves (ZEPA). 

7 lugares imprescindibles que ver en Torrijos

Habitada desde el Paleolítico, la zona de Torrijos estuvo poblada por celtas, romanos, visigodos, árabes y cristianos. Su nombre procede de la palabra latina turris, que hace mención a la torre romana que existía antiguamente en este lugar.

Fue Alfonso VI quien la reconquistó en 1085 y a partir de ahí empezó a cobrar mayor importancia, contando a lo largo de los años con una mezquita, un templo gótico-mudéjar y dos sinagogas. Todo ello estaba rodeado por una gran muralla que se perdió en el siglo XIX.

Hoy sigue siendo un importante núcleo cuya población ha ido aumentando año tras año, hasta llegar a tener más de 13.000 habitantes y se espera que siga aumentando debido al gran número de licencias de construcción urbanística que se están concediendo últimamente.


Qué ver en Torrijos

1. Colegiata del Santísimo Sacramento: es el monumento más imponente de Torrijos. Teresa Enríquez (prima de Fernando el Católico), lo mandó construir en el siglo XVI en estilo gótico de transición.  El retablo de su portada exterior ha sido atribuido al torrijeño Alonso de Covarrubias y en él destaca la figura de un pelícano como símbolo de la eucaristía, quien se quita su comida para dársela a sus hijos. En su interior se puede ver la reja que existe en un piso superior desde donde Teresa asistía a misa sin ser vista por nadie, de acuerdo con la vida monacal que eligió tras la muerte de su marido. También puedes observar las tumbas de este matrimonio, aunque los restos de Teresa descansan en el Convento de la Concepción y las de su esposo no se saben dónde están.  

2. Palacio de Pedro I de Castilla: iniciado frente a una de las puertas de acceso al pueblo por Alfonso VI, fue su hijo Pedro quien lo terminó de engalanar con elementos mudéjares y quien lo ofreció como regalo a su amante María de Padilla. En el siglo XV pasó a manos de Gutierre de Cárdenas, quedando convertido en un gran palacio gótico-renacentista. Tras su muerte se lo quedó su mujer, Teresa Enríquez, transformándolo en el Convento de la Purísima Concepción y dotándolo de una serie de pasadizos que lo comunicaban con la colegiata, para poder ir de un edificio a otro sin que tuviera que salir a la calle, ya que ella misma se impuso un encierro voluntario.

Las monjas vivieron en él hasta 1970. Hoy es propiedad del Ayuntamiento y dentro podrás ver la Sala del Refectorio (actual sede de la Oficina de Turismo), el Patio de Armas, la iglesia del palacio (convertida en Auditorio Municipal) y la antigua Sala Capitular (ahora Salón de Plenos) en la que se dice que estuvo Gila encarcelado durante la Guerra Civil y donde se encontró con Miguel Hernández.

3. Ayuntamiento: este edificio de principios del siglo XX está situado en la Plaza de España y sirvió como Casa Consistorial hasta que el Palacio I fue restaurado.

4. Estación de tren: de estilo historicista neomudéjar con muros de ladrillo y mampostería, se construyó en el siglo XIX.

5. Plaza de la Libertad: en ella se encuentra el Rollo Jurisdiccional que se levantó en Torrijos en 1482, cuando Gutierre de Cárdenas le concedió el título de villa.

6. Capilla del Cristo de la Sangre: Teresa Enríquez también mandó construir el Hospital de la Santísima Trinidad sobre los restos de una antigua sinagoga, siendo el primer hospital higienista de toda la península. En su interior se encuentra la Capilla del Cristo de la Sangre, que cuenta con unos impresionantes frescos y cuyo cristo se esculpió en México usando pasta de maíz.

7. Depósito de Agua: ejemplo del patrimonio industrial del Torrijos del siglo XX, esta curiosa torre octogonal se levanta hasta los 25 metros de altura y fue usada para almacenar agua.  


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Ruta de Senderismo - Subida al Castillo de Barcience

Una visita complementaria al increíble Monumento Natural de las Barrancas de Burujón es la visita al bonito castillo de Barcience. Su titularidad es privada, pero el acceso es público. 

El coche lo puedes dejar en el aparcamiento que hay justo delante del cementerio del pueblo. Desde allí sale una pista que discurre entre frondosos pinos. El camino, de medio kilómetro, es por una suave cuesta arriba.

De planta cuadrada, lo que más llama la atención es el imponente león de cinco metros de altura que aparece grabado en la torre del homenaje, emblema de los Silva, condes de Cifuentes, quienes lo mandaron construir en el siglo XV. Hasta finales del XVI se sabe que se mantenía en uso, pues hay escritos que atestiguan que el Conde de Cifuentes nombraba alcaides y les asignaba un sueldo. Aunque fue provisto de guarnición y artillería para la defensa de éstos, por lo que se sabe, su función principal siempre fue la de mansión señorial. 

A lo largo de los siglos la construcción pasó por manos del Infantado, de la casa de Osuna y de la de Pastrana, quien lo acabó donando al Papa León XIII. Fue este último quien vendió todo el pueblo, incluido el castillo, a Cirilo Calderón en el XIX. Hombre de negocios, Calderón llegó a tener un gran emporio agropecuario en la zona. Actualmente la propiedad sigue en manos de sus herederos

Es curioso que a pesar de que el edificio estuvo en uso durante bastantes años, éste nunca llegó a terminarse completamente, dado que no tiene algunos de los elementos característicos de los castillos de la época. Esto se puede apreciar, por ejemplo, en el hecho de que no tenga almenas, ni tampoco haya un camino que lleve hasta la torre del homenaje. 

Su interior se encuentra claramente destruido. El acceso se realizaba por una única puerta y se sabe que tenía dos plantas. Sus murallas de mampostería fueron reforzadas con cuatro torres, una en cada esquina. Dos de ellas son caballeras, una es rectangular y la última es la del homenaje. 

La visita es totalmente libre. Dentro puedes recorrer su gran patio cuadrado e imaginar el foso y la barrera que lo protegían. 

Una vez visto el castillo, el sendero continúa rodeándolo y se comienza el descenso por los pinares hasta llegar de nuevo al cementerio por una vía paralela a la utilizada para subir. 

                            🏃  Lleva siempre agua, crema solar y un buen calzado. 
                            🏃  Longitud: 1 km 
                            🏃  Dificultad:  muy fácil
                            🏃  Duración: unas 20 - 30 minutos.
                            🏃  Recorrido circular.
 


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Ruta de Senderismo - Cómo es la senda de las Barrancas de Burujón


Poco conocido hasta 2013 cuando Coca-Cola grabó aquí un anuncio, el entorno natural de las Barrancas de Burujón se ha convertido en los últimos años en un hervidero de turistas que vienen atraídos por las inigualables vistas de este paisaje desértico que pocos imaginarían que se halla a unos 30 km de Toledo.

 

El acceso se realiza en el km 26 de la CM-4000 que une Toledo con Talavera de la Reina. Para llegar a este Monumento Natural basta con atravesar La Puebla de Montalbán y seguir las indicaciones. Al lado del puente del arroyo de Alcubilete, a unos 500 metros del cruce principal, sale una pista de tierra que lleva hacia la zona de aparcamientos. Junto a éstos hay un chiringuito. Si quieres alargar tu visita, también puedes llegar en menos de media hora andando desde el pueblo. 


La senda parte del chiringuito, se van siguiendo las indicaciones hasta llegar al Mirador del Cambrón, desde obtendrás las primeras imágenes de las aguas del Embalse de Castrejón y de las cárcavas rojizas al fondo. Dichas formaciones se crearon hace 25 millones años gracias a las erosiones ejercidas por el agua y el viento, producto de la acción del río Tajo sobre este terreno arcilloso. Su pico más elevado alcanza los 120 metros (Pico del Cambrón). 



Según la leyenda su formación se debe un gigante que en su camino desde Toledo a Castrejón utilizó su tridente invocando al cielo para abrirse camino entre las montañas que le impedían pasar. Las marcas de este inmenso tridente dieron lugar a las cárcavas que vemos hoy en día. 



Nombrada Zona de Especial Protección para las Aves y Lugar de Interés Comunitario, las cárcavas se extienden a lo largo de un kilómetro y en el enclave destacan especies propias de la vegetación riparia (eneas, carrizos, sauces...) y mediterránea, destacando plantas aromáticas como el tomillo o el romero y unos preciosos almendros. 

Este lugar desértico sirve también de paraíso natural a gran cantidad de aves, como halcones, águilas, búhos, lechuzas, buitres, garzas o cormoranes. 




La senda ecológica continúa a lo largo de 4 km contando con varios miradores a lo largo del recorrido hasta llegar al Mirador de los Enebros, otro lugar de acceso al parque y donde también hay un aparcamiento y unas mesas de picnic. La vuelta se realiza por el mismo sitio por donde has venido, ya que no es circular. 



El enclave se puede atravesar en coche desde el primer mirador, hasta el último. Pero sólo atravesar. Cuando yo fui estaba prohibido parar el coche o estacionarlo simplemente para bajar y hacer fotos. 

Si quieres alargar un poco más la visita, te recomiendo que a la vuelta atravieses el primero de los miradores, el del Cambrón y camines por la senda que sale justo detrás de éste y que se adentra en la parte alta de las cárcavas. Esta senda está llena de almendros y te dará la oportunidad de tener unas vistas más completas de la zona (y no tan masificadas). 




La ruta está muy bien señalizada y marcada. Hay personal a lo largo del camino para controlar e informar. Además, está bastante vigilada por la Guardia Civil. 

                            🏃  Llévate agua, crema solar y un buen calzado. 
                            🏃  Longitud: 5 km 
                            🏃  Dificultad:  muy fácil
                            🏃  Duración: unas 2 horas.
                            🏃  No hay sombras


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