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Rusia: Día 1 - Cómo es la visita al Palacio de Catalina en Pushkin
Diario de Viaje Rusia Europa Iglesias y Monasterios Palacios y castillos Parques y Jardines Patrimonio de la Humanidad Rusia San Petersburgo
Después de llegar al hotel, descansar un poco
y almorzar en Teremok, me dirigí al Palacio de Catalina, una de las
excursiones más famosas que se pueden hacer desde San Petersburgo. Está situado
en la ciudad de Pushkin, a 25 km.
Incluido en la lista de Patrimonio de la
Humanidad, el palacio se construyó en 1717 como residencia de verano de
Catalina I, aunque quien más le dio fama y ostentación fue la emperatriz
Isabel. Ella mandó usar 100 kilos de oro para adornar la fachada y el tejado.
Yo compré la entrada por internet y me alegré,
porque la fila allí era inmensa. Aun así, tuve que hacer cola durante media
hora para entrar. Si vas con más personas, lo mejor es que alguno vaya haciendo cola
mientras otro lleva las cosas al guardarropa. Si el guardia de seguridad considera
que tu bolso es grande, tendrás que dejar la cola, ir al guardarropa y volver a
hacer la cola. Lo mejor es dejarlo todo allí, menos la cámara de fotos… Aunque no se permiten las fotos en algunas de las estancias.
La visita comienza por la escalera principal y
allí te van diciendo uno a uno el recorrido que tienes que seguir, porque hacen
dos filas de visitantes. También te tienes que poner unos patucos para no estropear el suelo.
Una vez arriba te encontrarás con el Great
Hall o la Galería Brillante. Es la mayor estancia del palacio y tiene un área
de 800 metros cuadrados. Se utilizada para las recepciones oficiales y las
celebraciones. Después de atravesar dos antecámaras, visitarás el Arabesque
Hall, donde acostumbraban a relajarse y a jugar a las cartas o al ajedrez.
Volviendo sobre tus pasos, se visitan dos
comedores: The Cavaliers’ y The White State Dining-rooms.
A continuación, se encuentran tres estancias
(The Crimson Pilaster Room, The Green Pilaster Room y The Portrait Hall) antes
de llegar a la gran estrella del palacio: la habitación ámbar (The Ambar Room).
Lo que ves hoy es una recreación. Se dice que los paneles de ámbar originales
fueron robados por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. La última vez
que se vieron fue en 1941 en el castillo de Köningsberg. A partir de ahí, no se
sabe nada más de ellos. ¿Estarán aún escondidos o habrán sido destruidos?
En las demás salas se pueden ver más
comedores, estudios de pintura, escultura, una iglesia, pequeños pasillos, la
habitación de los camareros, y una preciosa habitación china.
La visita termina con una exposición de fotografías que muestran cómo se encontraba el edificio en ruinas antes de la restauración y de los visitantes famosos que han ido, como nuestros antiguos reyes:
Una vez fuera del palacio, se puede disfrutar
de sus jardines y del ala de Zubov, una extensión.
Hay más de 300 hectáreas alrededor llenas de
parques, puentes, monumentos, un gran lago, iglesias…para dar vueltas por el
complejo de Tsarkoye Selo. Yo paseé un poco por allí disfrutando
del paisaje, pero ya se iba haciendo tarde y no encontraba la parada de
autobús, así que decidí volver a la estación de Pushkin andando y, desde
allí, coger la martshrutka hacia la estación de metro. Fue un agobio, porque
todas iban llenas. Al final, acabé en una apretujada y de pie, con la
espalda apoyada en la puerta y teniéndome que salir de la furgoneta cada vez
que se quería bajar alguien.
Cuando llegamos a la Avenida Nevsky, me di una vuelta hasta el hotel y paré a cenar y a probar el Mors casero en el
restaurante Doggy Dog, especialista en perritos calientes en pan negro. www.doggy-dog.ru
🕑 Horarios del Palacio de Catalina: http://eng.tzar.ru/info/price
Precio del Palacio de Catalina – San Petersburgo
Adulto: 1500 rublos.
Si se compra por internet, hay que imprimir el documento y canjearlo en la taquilla del palacio. http://tkt.tzar.ru/en/
La entrada que hay que comprar es la de Catherine Palace historic interior. Con ella puedes visitar el interior del palacio y los jardines. No hay ningún tipo de descuento si se compra online.
Una vez seleccionada la entrada y la fecha, te mandarán un email con un Verification code. Lo escribes junto con tu nombre y tu número de teléfono y lo confirmas para poder pagarlo. Cuando hayas pagado, te mandarán la entrada que tienes que imprimir.
PALACIO
DE CATALINA
196601 Санкт-Петербург, г. Пушкин, ул.
Садовая, д. 7.
http://eng.tzar.ru/museums/palaces
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Rusia: Día 1 - Llegada a San Petersburgo - Opinión sobre el Akyan Hotel
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Mi viaje comenzó a las 23’35 en el aeropuerto de Barajas. El vuelo lo
reservé con Expedia, como casi siempre, por los importantes
descuentos que hace si lo contratas ida y vuelta, y con dos noches de hotel.
En total, unos 561€ viajando con Iberia y Siberia
Airlines (S7).
De Madrid a Moscú 4’50h + 2’05 horas
de escala + De Moscú a San Petersburgo 1’35h = 11’30 horas hasta llegar.
El viaje en el vuelo de Iberia fue mucho peor
que los de Ryanair. Un sitio agobiante, donde casi no me cabían las piernas. Un calor insoportable y un menú que dejó mucho que
desear. Hacía mucho que no viajaba con Iberia y mi impresión fue que había
empeorado muchísimo.
Y su personal tampoco es que estuviera muy
preparado, ni hiciera por dónde. En Madrid le pregunté al del stand que si mis
maletas llegaban a San Petersburgo o las tenía que coger yo en Moscú y pasar el
check in otra vez con ellas. Me dijo que no tenía ni idea, pero que creía que
iban directamente a San Petersburgo y que yo no tenía que hacer nada. Le dije
si me lo podía confirmar y no hizo por dónde. Me dijo que no me preocupara y ya
está. Pero, al llegar a Moscú me paré por si acaso en la cinta del equipaje,
aunque iba con mucha prisa, y… tal y como yo pensaba, mis maletas estaban allí
esperándome. Una gracia. Si me llego a fiar, a lo mejor ni me da tiempo a coger
el vuelo.
En cambio, el vuelo con S7 me sorprendió. Fue mi
primer vuelo con una compañía rusa y tenía bastante reparo a la hora de volar
con aerolíneas de este país, pero fue un vuelo bastante bueno. Los asientos,
para un viaje tan corto, fueron muy anchos y la comida excepcional para ser un
vuelo de hora y media. Después me daría cuenta de que en TODOS los vuelos rusos
dan comida, sea cual sea la distancia y las horas de vuelo. Se agradece esta
costumbre que ya hemos perdido en Europa.
Alojamiento: AKYAN Hotel St-Petersburg
(Opinión)
Llegué al Aeropuerto Internacional Púlkovo a
las 9’00. Cuando aterrizamos, todo el mundo se puso a aplaudir. En aquel
momento me sorprendió, pero luego vi que en todos los vuelos rusos se hace lo
mismo. Un ruso me dijo que era para dar gracias por no habernos estrellado…
¡Qué tranquilizador! Y más teniendo en cuenta la de accidentes que hay al año
de aerolíneas domésticas.
Para llegar al hotel salí del aeropuerto y,
en la misma puerta de arrivals, estaba el minibús que buscaba: la minivan
taxi K39. Pasa cada 5 minutos y circula entre las 7’00 y las 23’30. Pagué en efectivo 30 rublos más 20 por cada
mochila y me dejó en la estación de Moskovskaya en 20 minutos. Allí compré una tarjeta monedero del metro, en una de las máquinas. Pensé que ésta
servía para dos personas, pero al pasarla yo las puertas no se abrieron. Tres hombres
de seguridad vinieron corriendo y tras ver que no nos entendíamos, me pidieron
que me quedara con ellos un rato. Allí, sola. Un plan, porque yo no entendía el
motivo. A los 9 minutos, un hombre me señaló su reloj y me dio a entender que debía
estar allí un minuto más. Tampoco lo entendí. A los diez minutos en punto me
llevaron a las puertas y pasaron mi tarjeta. Así pude entrar en el metro. Más tarde
aprendería que la tarjeta sí que sirve para varias personas pero que, una vez
ha pasado una persona tienen que pasar 10 minutos para que vuelva a funcionar y
pueda usarse otra vez.
Localización
El hotel Akyan se encuentra a pocos minutos de
la estación de metro de Ploshchad Vosstania y cerca de la estación de tren y de
la Avenida Nevsky. Está ubicado en un antiguo edificio de principios del siglo
XX (The Badaev House), conocido como la Casa del Ángel. Este nombre le viene
dado por el relieve del ángel que tiene en la parte superior de la fachada. Realizado
en estilo Art Nouveau, ganó la medalla de plata en la City Façade Competition y
la medalla de oro en la Expo de París de 1907.
Durante el asedio de Leningrado, el edificio
fue parcialmente destruido en los bombardeos y hoy está totalmente reformado. Abrió
sus puertas como hotel en el 2014.
En la misma calle hay restaurantes, bares,
casas de cambio y un supermercado muy barato justo en la esquina (saliendo del
hotel y yendo hacia la derecha, en dirección opuesta al tráfico). Es una zona
bulliciosa, pero no tanto como Nevsky.
El hall es muy acogedor y el personal muy
amable y eficiente. Por internet me puse en contacto con ellos para que me
gestionaran el Visa support para poder solicitar el visado. Me cobraron 15
euros por ello y me lo hicieron en el mismo día. A pesar de que tuve que
realizar dos cambios en el documento (gracias a la oficina de gestión de
visados rusos de Madrid), lo hicieron de nuevo sin problema y sin coste
adicional.
Cuando llegué me cobraron 200 rublos por hacerme el registro para ciudadanos extranjeros. Un documento muy
importante en Rusia del que no hay que despegarse por si te para la policía y
quiere saber dónde has estado alojado durante tu viaje. Hay que ir
guardándolos todos, junto con el visado, para justificar tu ubicación.
El ascensor del hotel es precioso y tienen un
servicio gratuito para guardar el equipaje.
Habitación
La habitación fue una doble económica,
pero su tamaño era bastante grande (16 m2). Tenía aire acondicionado, TV LCD
por satélite, caja de seguridad, cama King size, escritorio, sillones y mini
bar. Todo impecable e insonorizado, y el wifi funcionaba de maravilla.
El cuarto de baño también era grande y contaba
con albornoces, zapatillas, secador y artículos de aseo.
Todas las mañanas dejaban dos botellas de
agua gratis.
Incluido en el precio entraba el desayuno
buffet, que se realiza en la última planta. Muy completo. Ensaladas, dulces, kéfir,
yogures, requesón, tortillas… y una gran variedad de productos rusos,
occidentales y asiáticos también.
Cómo llegar al Akyan Hotel San Petersburg
● Desde el aeropuerto de Pulkovo, coge el minibús
para llegar a la estación de Moskovskaya.
● Toma la línea 2 con dirección a Parnas y
bájate en Tekhnologicheskiy Institute – 2.
● Cambia hasta el andén que pone Tekhnologicheskiy
Institute – 1 y bájate en la estación de Ploshchad Vosstania.
● Saliendo de la estación, gira a la derecha y
camina en dirección opuesta al tráfico, por la Vosstania Street.
● El hotel está en el número 19. Lo verás de
lejos por las grandes banderas azules con el logotipo de Akyan que tiene en la
puerta.
AKYAN HOTEL ST PETERSBURG
Vosstania Street, 19. 191036 Rusia
Teléfono: (7) 812 4264000, Fax: (7) 812
4264001
reservation@akyanhotel.com
http://akyanhotel.com
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San Petersburgo es una de las ciudades más
visitadas de Rusia y la más cosmopolita (y menos soviética). Tomando como
centro de operaciones la Avenida Nevsky, puedes visitar lo más destacado de la
ciudad en dos o tres días (dependiendo de los museos que quieras ver) y dejar
otros dos días para ir a algún lugar cercano, como Peterhof o Pushkin. Si
estás acostumbrados a caminar, todo está muy céntrico (menos el monasterio
Nevsky) y es fácil llegar a todos los sitios andando o tomando el metro, pero
haciendo muy pocas paradas.
Aquí te dejo lo que para mí es lo más
importante de San Petersburgo, si bien es cierto que yo sólo visité El
Hermitage (entero, eso sí) y salí tan llena de arte que ya no dediqué más tiempo
a los demás museos.
Qué hacer en San Petersburgo
1. Pasear por la Avenida Nevsky y asistir a un concierto callejero: Nevsky Prospekt es el gran eje de la ciudad. Te aconsejo el paseo tranquilo desde la estación de trenes hasta el Hermitage para disfrutar de sus puentes, sus canales, sus iglesias y edificios imperiales. Sus 4 kilómetros comienzan en el Monasterio Nevsky y acaban en El Almirantazgo. Por el día está llena de gente y por la noche, sus locales se transforman y su gente también: punkies, emos, góticos… todos tienen cabida aquí. Hay multitud de tiendas, restaurantes, palacetes, locales en los sótanos y gente haciendo corrillos para asistir a conciertos de músicos callejeros que, durante ese rato, se convierten en auténticas estrellas, con grupies y todo.
2. Visitar la Iglesia del Salvador sobre la sangre derramada:
paseando por Nevsky, en el puente en el que haya más gente, verás de lejos la
iglesia más famosa de San Petersburgo. En ella no se realizan actos religiosos,
hoy sólo es sitio de visita. Las colas son gigantescas. Te aconsejo comprar la
entrada por internet. El ticket cuesta 250 rublos y están limitados. Su página
web está en inglés y se compra con tu tarjeta de crédito. Una vez allí,
tienes que ir a la cola de compra por internet para canjear tu voucher
(tienes que imprimirlo) por la entrada.
🕑 Horario: de 10’00 a 18’00. Desde el 1 de mayo
hasta el 30 de septiembre, la iglesia abre hasta las 22’30. Los miércoles está
cerrado.
Precio: 250 rublos. http://eng.cathedral.ru/
Hay que vestir con decoro, pero no es necesario el
pañuelo en la cabeza para las mujeres.
3. Ver la Catedral de Kazán: muy cerca de la anterior
iglesia, pero al otro lado de Nevsky, se encuentra esta catedral, casa del
obispo ortodoxo de la ciudad. Está inspirada en San Pedro de Roma y dentro
siempre hay una cola de creyentes esperando su turno para besar el icono de
Nuestra Señora de Kazán.
🕑 Horario: de 7’00 a 18’00.
Precio: gratuita.
Hay que vestir con decoro, pero no es necesario el
pañuelo en la cabeza para las mujeres.
4. Subir a la cúpula de la Catedral de San Isaac: a unos pocos minutos de
la Catedral de Kazán, la de San Isaac destaca por su cúpula dorada. Su interior
no es muy llamativo, pero
merece la pena subir los 262 escalones para obtener grandiosas vistas desde
arriba. La entrada se vende por separado.
🕑 Horario: de 10’00 a 18’00. Del 1 de mayo al 30
de septiembre abre hasta las 22’30. Durante las noches blancas de San
Petersburgo, en las que parece que el sol no se va a poner nunca, se puede
subir a la cúpula hasta las 4’30 de la mañana. Los miércoles está cerrada.
Precio: 250 rublos la entrada a la catedral.
150 rublos más si queréis subir a la cúpula. La entrada se puede comprar por
internet, pero debéis canjearla en la taquilla.
Hay que vestir con decoro, pero no es necesario el
pañuelo en la cabeza para las mujeres.
5. Perderse en El Hermitage: cualquier visita a San
Petersburgo tiene este museo como referencia. Uno de los grandes de Europa, hay
que seleccionar previamente las obras o salas que quieres ver porque su
interior es inmenso.
En el centro de la Plaza del Palacio está la
Columna de Alejandro, que conmemora la victoria contra las tropas napoleónicas.
El museo está dividido en varias partes. La
más llamativa es el Palacio de Invierno, allí verás las dependencias de
la emperatriz Isabel y de Catalina La Grande. Se utilizó como hogar imperial
hasta 1917.
Su colección tiene más de tres millones de
obras. Hoy se puede ver una muestra de ellas distribuidas en 360 salas. La que
más busqué yo fue la de arte español, cómo no.
Si te has quedado con ganas de más, ve al
otro extremo de la plaza para continuar la visita al General Staff Building,
donde se están las obras más modernas, con una gran selección de artistas como
Picasso.
Las entradas por internet valen más caras,
pero te aseguran que vas a entrar. Las colas inundan la plaza.
🕑 Horario: de 10’30 a 18’00. Los martes y los
jueves abre de 10’30 a 21’00.
Precio: en taquilla cuesta 700 rublos. Por
internet cuesta 17’95 dólares. https://www.hermitagemuseum.org/wps/portal/hermitage/tickets
6. Disfrutar de El Almirantazgo: dejando la Plaza a la
derecha, aparece la columna del Admirantazgo. Del 1711 al 1927 fue sede del
ejército naval ruso. Hoy alberga una escuela militar y no está abierta al público.
7. Aprender en el Museo Estatal Ruso: si el Hermitage te ha sabido a poco, aquí hay más de 400.000 obras rusas desde el siglo X hasta la
actualidad. Si no tienes tiempo, existe una rama del museo en Málaga,
en la antigua Tabacalera.
🕑 Horario: de 10’00 a 18’00. Los jueves abre de
13’00 a 21’00 y los martes está cerrado.
Precio: 450 rublos para ver el palacio. Para
ver todo el complejo, incluido el Palacio de Mármol, la entrada cuesta 600
rublos. http://www.rusmuseum.ru/eng/
8. Comprar un huevo en el Museo Fabergé: si quieres ver más de
4000 obras decorativas, no sólo huevos de Pascua, aquí está tu sitio.
Obviamente, lo más buscado es la colección son los huevos. Un huevo de Fabergé es
una de las sesenta y nueve joyas creadas por Carl Fabergé y sus artesanos de la
empresa Fabergé para los zares de Rusia, así como para algunos miembros de la
nobleza y la burguesía industrial y financiera, entre los años 1885 y 1917. Los
huevos se consideran obras maestras de la joyería. Hoy se conservan 61, los 8
restantes se consideran perdidos o desaparecidos.
🕑 Horario: de 10’00 a 21’00. Cierra los viernes.
Precio:
700 rublos. Los tickets se pueden comprar en la entrada del museo, pero sólo
para ese día. La taquilla abre de 9’30 a 20’15. También se pueden adquirir online.
9. Hacerse fotos delante de el crucero Aurora: es un ala más del Museo
Naval Ruso. Este gran barco ha participado en tres guerras (Guerra
Ruso-japonesa, Segunda Guerra Mundial y en la Revolución Rusa). Hoy es símbolo
de la ciudad y muchas parejas van a hacerse fotos con él de fondo. Su interior,
si no eres uno apasionado de lo naval, no merecerá mucho la pena. Pero por su
importancia histórica, acércate por lo menos a verlo por fuera.
🕑 Horario: de 11’00 a 18’00, de miércoles a
domingo.
Precio: 600 rublos. Las entradas sólo se
pueden comprar en la taquilla.
10. Pasar una mañana en la Fortaleza de San Pedro y San Pablo: para
llegar a ella hay que cruzar uno de los grandes puentes de la ciudad, ya que se
encuentra en una isla. Constituye la ciudadela original de San Petersburgo
(1703) y en su interior hay varios museos que visitar. El más importante es el
de la Catedral de San Pablo. Otras instalaciones comprenden el Museo de
Historia de San Petersburgo, el Museo de la Exploración Espacial, el Museo de
Historia de la Fortaleza y la prisión de Trubetskoy.
🕑 Horario: de 11’00 a 19’00. Algunos museos
cierran los miércoles. La catedral abre a las 10’00, por lo que es mejor
empezar la visita por ella.
Precio: cada museo tiene su propio ticket. Lo
mejor es comprarse un bono (válido para dos días) por 600 rublos. Este bono
incluye la entrada a la catedral, a la prisión, al Museo del Espacio, al Museo
de Historia de San Petersburgo y al Museo de Historia de la fortaleza. Sólo se
pueden comprar en la taquilla.
11. Visitar la tumba de Dostoievski en el Monasterio Nevsky: justo donde empieza la Avenida Nevsky, está el Monasterio que
lleva su nombre. Fundado en 1710, contiene los restos de Alejandro Nevsky, el
líder ruso y santo de la Iglesia Ortodoxa. Dentro del complejo hay dos iglesias
barrocas y una catedral neoclásica. En los jardines suele haber mercadillos de
productos típicos.
🕑 Horario: de 6’00 a 20’00. Gratuito.
Cruzando el puente, se encuentran los famosos
cementerios de Lazarev y Tijvin. Conocidos como los cementerios de los
artistas, entre sus tumbas están las de personajes tan famosos como
Dostoievski, Tchaikovsky o Rimsky-Korsakov.
Precio de la entrada a los cementerios: 400
rublos. La entrada se compra allí mismo. http://www.gmgs.ru/contacts/price
12. Darse una vuelta por el metro: el metro de San
Petersburgo es uno de los más famosos del mundo. No es tan bonito como el de
Moscú, pero también hay estaciones espectaculares. Las escaleras, como en toda
Rusia, son interminables. No hay pisos intermedios, por lo que se hacen muy,
muy largas. En la parte de abajo siempre hay una cabina con un vigilante que
las regula. Hay que tener cuidado y seleccionar muy bien las estaciones que
quieres visitar porque, una vez dentro, es muy fácil salirse del metro y tener
que volver a entrar (pagando de nuevo, claro). Un vez tomada una dirección
andando, puede ser que te sea imposible volver para atrás debido a los
guardias de seguridad y a las vallas, y te dirijas directo, sin quererlo, a la
salida.
La profundidad media es de 60 metros, pero hay
líneas que llegan a estar a 110 metros de profundidad. Esto se debe a que está
construido sobre una zona pantanosa, de hecho, las cuatro líneas pasan por
debajo del río Neva que es uno de los más caudalosos de Europa.
Las estaciones imprescindibles son: Vostania,
Pushkinskaia y Avtovo, con sus grandes lámparas. Antes no se podía hacer fotos
en ninguna infraestructura rusa. Al principio tuve miedo de hacerlas, pero
luego vi que todo el mundo las hacía con sus móviles y los guardias no decían
nada. No sé si seguirá la prohibición, o simplemente pasan.
13. Comprar en alguna galería comercial:
Nevsky Prospekt está llena de tiendas de souvenirs y de moda. Puedes aprovechar
la ocasión para visitar las lujosas galerías Passage (con WC gratuito 😉), un enooorme Zara, una librería
donde acostumbran a hacer programas de televisión en directo con los autores, las
Galerías Gostiny Dvor o los Almacenes Yeliseev con sus bonitas figuras que se mueven.
14. Subirse a bordo de un crucero nocturno por San Petersburgo:
delante del Museo Fabergé salen estos cruceros que te anuncian por toda la
ciudad en ruso. La visita dura un poco más de una hora y atraviesa los canales
recorriendo los puentes levadizos. Es todo un espectáculo y hay multitud de
barcos haciendo lo mismo a esa hora. Ver cómo se levantan los puentes es muy
bonito, pero lo cierto es que a mí se me hizo demasiado largo. Yo lo hice en el
barco Festival, de la compañía Astra Marine. Lo contraté online y me costó 800
rublos. Dentro del barco no había casi luz y servían comida y bebida a un
precio bastante razonable. Mi barco salió a las 00’30 y regresó a las 2’00 am.
15. Engordar a base de comer y beber delicias rusas: crêpes, té, empanadillas, mors, vodka... y apuntarse a la moda de las Sishas en las terrazas.
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