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12 cosas imprescindibles que ver y que hacer en San Lorenzo de El Escorial

Es una de las excursiones indispensables para pasar un día si estás en Madrid o alrededores. Los fines de semana San Lorenzo de El Escorial se llena de gente que va a visitar el monasterio o a comer en los múltiples restaurantes del centro. El ir y venir de gente es tal, que se hace difícil encontrar aparcamiento. ¡Tenlo en cuenta y ven temprano! Pero San Lorenzo es mucho más que el monasterio, en esta entrada te propongo algunos planes imprescindibles para completar tu visita y hacer que tengas ganas de volver y quedarte más de un día.

¡Ah! A la hora de venir, es importante que distingas San Lorenzo de El Escorial de El Escorial, pues son dos pueblos totalmente distintos, a pesar de estar unidos. El primero es donde se encuentra el monasterio, el segundo es mucho más antiguo y es donde está la estación de Renfe.

🚗 Dónde aparcar en San Lorenzo de El Escorial gratis

En el centro se hace verdaderamente difícil. Lo más sencillo es buscar un sitio en los alrededores del Parque Adolfo Suárez, por el Paseo de los Alamillos, o por la Plaza San Antón, junto a la coqueta Ermita de San Antonio Abad. Otra opción es ir a la Calleja Larga.

12 cosas imprescindibles que hacer en El Escorial

1. Visitar el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial: reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1984, es el principal reclamo para venir a este hermoso pueblo. Lleva en pie desde 1584, cuando Felipe II lo inauguró para conmemorar la victoria en la batalla de San Quintín, que tuvo lugar el día de San Lorenzo de 1557. El monasterio permaneció aislado hasta finales del XVIII, cuando Carlos III propició la expansión de una pequeña villa cortesana que dio lugar al actual municipio. De hecho, le gustaba tanto este sitio que obligó a los Jerónimos a vender terrenos para construir viviendas privadas.

La visita se puede hacer de manera libre o guiada (1h– 1’30h) y las entradas se pueden comprar allí o por internet. Dada la afluencia de gente, te recomiendo hacerlo online para evitar sorpresas.            👉 Comprar entradas.

El recorrido incluye la Galería del Claustro del Patio de los Evangelistas, la Sala de Batallas, el Museo de Pinturas de las Salas Capitulares (con obras de Velázquez, El Greco y Ribera, entre otros), el impresionante Panteón de Reyes (incluida la llamada tarta – donde fueron enterrados los infantes) y la espectacular biblioteca. Con otro horario distinto, pero con la misma entrada, podrás acceder también a la Basílica.

2. Deleitarte con las vistas desde el Mirador del Parque Adolfo Suárez: si quieres obtener unas buenas vistas del monasterio, el estanque, los jardines y las huertas, puedes acercarte el cercano Parque Adolfo Suárez. Desde allí se sacan preciosas fotos del paisaje con la sierra al fondo.

3. Pasearte por los jardines de la Casita del Príncipe: también pertenecientes a Patrimonio Nacional, forman un agradable paseo de casi 400.000 metros cuadrados al cobijo de grandes robles, secuoyas, pinsapos y boj. Lo mandó construir Carlos III como sitio de recreo para su hijo a imitación de las modas francesas. Al final del paseo se encuentra la Casita del Príncipe o Casita de Abajo, que también puedes visitar con tu entrada al monasterio (cuando está abierta). Al lado de la casita hay una bonita cafetería en la que descansar al frescor de los árboles mientras disfrutas de una bizcotela.

4. Pasar por el arco entre las Casas de Oficios: en frente de la entrada al Monasterio puedes ver dos edificios del siglo XVI que se utilizaron como dependencias palaciegas y uno del siglo XVIII, que alojó al Primer Secretario de Estado. Hoy albergan la Casa de la Cultura, la Oficina de Turismo, el Santuario de Nuestra Señora de Gracia y el Centro de Estudios Musicales Padre Antonio Soler. Una estampa típica de El Escorial es el arco de comunicación que existe entre las dos primeras Casas de Oficios, construido por Pedro Antonio de Pontones.

5. Entrar al Museo Cocheras del Rey: en este edificio construido por Carlos III para cubrir las necesidades de transporte de mercancías y personal, hoy puedes ver este museo que no sólo exhibe coches antiguos. Su visita te sorprenderá por la cantidad de enseres que hay expuestos. 👉 Comprar entradas. 

6. Ver una obra en el Real Coliseo: se abrió al público en 1771 para ofrecer representaciones a la corte. Esto lo hace el más antiguo de todos los teatros cubiertos que se conservan en España y el único teatro de corte que aún se mantiene en uso. Puedes adquirir las entradas para cualquiera de los espectáculos que aún se siguen ofreciendo , apuntarte a una visita teatralizada gratuita o entrar al Museo del Coliseo, que se encuentra en la parte trasera del edificio y que muestra su historia. 👉 Comprar entradas. 

7. Curiosear por la Galería Martín: hasta su reinauguración en 1979 servía como residencia de cómicos del Real Coliseo. Posteriormente pasó a ser una galería comercial con varios salones, de los que hoy sólo quedaba el histórico Restaurante Fonda Genara, aunque ahora está cerrado temporalmente.

8. Aprender sobre bichos en Insect Park: a unos 4 km del Monasterio, en el área recreativa de El Tomillar, puedes visitar este curioso lugar en el que descubrirás coloridas mariposas, espectaculares escarabajos y enigmáticas arañas.👉 Comprar entradas.                                                                                                                                                                

9. Hincharte a bizcotelas, los dulces típicos de El Escorial: el dulce por antonomasia de San Lorenzo son las bizcotelas, un manjar llamado Bizcocho del Palacio Real cuya receta aparece en el libro Arte de Repostería (1747), de Juan de la Mata, confitero de la corte de Carlos III. Hoy las puedes encontrar en las pastelerías del pueblo. Cada una tiene distintas especialidades y sabores, por lo que te recomiendo que visites este lugar varias veces para probarlas todas. 😋

10. Merendar chocolate con picatostes en El Miranda: Es el establecimiento hotelero más antiguo de San Lorenzo de El Escorial, remontándose a 1846 con la creación de la Fonda de San Luis, siendo una de sus primeras huéspedes Isabel II en su camino del destierro. Al haber sido destronada y no poder pasar la noche en las habitaciones reales del monasterio, las pasó aquí. También Isaac Albéniz eligió este lugar para tocar sus primeras composiciones cuando se escapó de casa y se hizo aventurero. Hoy el Hotel Miranda & Suizo sigue siendo el lugar en el que tradicionalmente se merienda esta especialidad de la casa. 👉 Precios.     


11. Hacer una sencilla ruta por el Bosque de la Herrería: con casi 500 hectáreas, este enorme pulmón verde fue declarado Paisaje Pintoresco en 1961 y actualmente es considerado Lugar de Interés Comunitario y Zona de Especial Protección para las Aves. Su origen se remonta a 1561, cuando Felipe II adquirió los terrenos para construir el Monasterio y las tierras colindantes para crear un coto real de caza, pastos para el ganado y huertas de abastecimiento de los mojes. Actualmente es un lugar de acceso gratuito y público, ideal para realizar sendas, visitas sus ermitas y pasar un agradable día de campo junto al arroyo.

12. Subir a la Silla de Felipe II: la leyenda cuenta que estas piedras de granito escalonadas sirvieron como observatorio para que Felipe II viera cómo iban las obras del monasterio. No obstante, los estudiosos apuntan a que se trata de un altar de sacrificios vetón. Está situada a unos 2’5 km al sur del pueblo, en el espacio natural protegido del Paraje pintoresco del Pinar de abantos y Zona de la Herrería. Desde aquí se obtienen las mejores fotos de todo el Monasterio. La gente suele dejar el coche en el parking del área recreativa, junto a la ermita y subir andando. Si lo prefieres, puedes probar suerte a aparcar a los pies de la misma silla para no tener que andar tanto, pero tendrás que ir muy temprano.  👉 Cómo llegar.  

🎄Una más de propina: Si vas en Navidad, no te puedes perder la visita al Belén de El Escorial, creado por sus vecinos a escala natural. El acceso es gratuito. Hay figuras puestas por las calles céntricas, pero lo más espectacular es el Portal de Belén situado frente al Ayuntamiento.

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10 cosas imprescindibles que hacer y ver en Aranjuez

 

Aranjuez forma parte de los lugares reconocidos como Patrimonio de la Humanidad que tiene la Comunidad de Madrid, junto con Alcalá de Henares, San Lorenzo de El Escorial, el Hayedo de Montejo, el Paseo del Prado y el Retiro. Todos ellos ofrecen un buen plan para pasar un día entero disfrutando ellos si te encuentras en Madrid.

Aranjuez está a unos 50 km de la capital y es fácil llegar a ella en tren y en coche. Además, tiene bastantes plazas de aparcamiento gratuitas para que no tengas que preocuparte por el coche durante tu visita.

Fuertemente ligada a la historia moderna de la monarquía española, Aranjuez comenzó a configurarse como lugar de recreo real en el siglo XVI y consiguió su máximo apogeo en el siglo XVIII con la llegada de los Borbones. Desde entones la ciudad no ha hecho más que crecer y añadir atractivos a su oferta turística. El encantador Palacio Real y sus jardines la hacen uno de los lugares perfectos para disfrutar de la naturaleza y el arte en todo su esplendor.

Qué hacer en Aranjuez

1. Visitar el Palacio Real de Aranjuez: gestionado por Patrimonio Nacional, el palacio y sus jardines son lo que atraen a Aranjuez a miles de visitantes al año. Situado junto a las aguas del Tajo, se comenzó a construir en tiempos de Felipe II y fue residencia de primavera para los monarcas hasta 1870. En su interior verás estancias que te asombrarán por su cuidado y belleza, como la sala de los Espejos, las salas de pinturas chinas, el salón de baile o el comedor de gala. La ruta acaba entrando en la capilla real. Para visitarlo tendrás que comprar una entrada que incluye el acceso al palacio, al Museo de Falúas Reales y a la Casa del Labrador. Se puede comprar en las taquillas o en su página web. 👉 Más información.

2. Entrar a la Casa del Labrador: la verás dentro del Jardín del Príncipe. Carlos IV la levantó sobre un solar en el que había una choza de un labrador, de ahí su nombre. Juan de Villanueva es el arquitecto encargado de diseñar este palacete que sirvió para el recreo de los monarcas. En su interior destaca la galería de los emperadores, el salón de baile, el tocador de la reina y la sala de los bordados.

3. Ver pavos reales: paseando por los jardines, sobre todo por el de la Isla, es fácil que veas a estos preciosos animales paseándose entre los turistas. Sus sonidos son graciosísimos.



4. Pasear por sus jardines: cerca del Palacio Real, Aranjuez cuenta con jardines maravillosos en los que perderte entre la naturaleza. Su acceso es gratuito.

🌳 Jardín del Parterre: en la parte oriental del palacio una puerta de rejería rococó da acceso a este palacio francés encargado por Felipe V. En él destaca la fuente de Ceres y el estanque con la fuente de Hércules y Anteo. Sin duda, una de las imágenes más fotografiadas de Aranjuez, con el palacio al fondo.

🌳 Jardines del Rey y de la Reina: se sitúan a ambos lados del palacio, en la fachada este. En sus orígenes se concibieron como lugares privados y estaban cerrados por altos muros. Felipe IV le incorporó una gran colección de estatuas y bajorrelieves y posteriormente se quitaron los muros para que fueran espacios abiertos.

🌳 Jardín de la Isla: es el más importante del palacio y constituye un gran ejemplo de los jardines de los Austrias en España. Diseñado por Juan Bautista de Toledo y completados por Juan de Herrera, descansa entre el palacio y el Tajo formando una ría artificial. Su función era servir de lugar de recreo a la familia real y a su corte y en él se celebraron corridas de toros, espectáculos y cacerías. Cuenta con nueve fuentes que funcionan los fines de semana y festivos.

🌳 Jardín del Príncipe: un poco más alejado del palacio, cuenta con una longitud de 3 km y fue concebido por Juan de Villanueva, arquitecto de Carlos III. A mí es el que más me gusta de Aranjuez. Está lleno de lugares encantadores, como un bello embarcadero, el estanque chinesco y las monumentales fuentes de Narciso y Apolo. Su paseo central bajo enormes árboles lo hacen un lugar ideal para descansar en verano huyendo del tórrido calor. En el interior de este jardín también encontrarás el Museo de Falúas y la Casa del Labrador.

🌳 Jardín de Isabel II: este coqueto y pequeño parque está junto a la Plaza de San Antonio. Está formado por parterres de flores, árboles y la estatua de Isabel II de niña que le regaló el embajador francés Juan Luis Brunette.

5. Entrar a la Iglesia de San Antonio: está en la Plaza de San Antonio, que se halla presidida por la Fuente de Mariblanca. Fernando VI la encargó a Santiago de Bonavía en 1750 y sufrió grandes saqueos por parte de los franceses durante la Guerra de Independencia.

6. Caminar por la Plaza de Parejas: en frente del Palacio Real se encuentra esta explanada en la que se celebraban fiestas hípicas y desfiles militares. En ella puedes ver un edificio que albergaba la Casa de los Oficios y el Cuarto de los Caballeros. Los mandó construir Felipe II como viviendas para el personal de servicio. Lo más llamativo son las galerías formadas por arcos de medio punto sobre pilastras de sillería.

7. Admirar el Museo de Falúas: su visita está incluida en la entrada al Palacio Real. Para llegar a él, tendrás que dirigirte al Jardín del Príncipe, donde descansa este museo construido en la década de los sesenta para guardar las embarcaciones que usaba la familia real durante sus paseos por el Tajo. Son impresionantes.

8. Hacer un divertido crucero por el río: si quieres disfrutar de un paseíto en barco por el Tajo, ésta es una manera bastante original de hacerlo. Muchas veces tienen barra libre y juegos. Está bastante chulo. A la entrada de Aranjuez, junto a la Glorieta de Fernando VI y muy cerca del Jardín del Parterre, está el embarcadero donde se sacan los tickets, aunque lo mejor es sacarlos online porque casi siempre está lleno. 👉 Más información.

9. Comer fresas con nata: Aranjuez también es famoso por su producción de fresas, una exquisitez potenciada por la Casa de Borbón y de la que se tiene constancia desde el siglo XVI. Aunque cada vez quedan menos agricultores dedicados a su cultivo, aún siguen siendo muy reputada. En temporada es común que vendan fresas con nata en las heladerías cercanas al palacio. La fresa tiene tanta fama en Aranjuez que cuenta con el bonito Tren de la fresa, un tren histórico que funciona desde 1984 entre el Museo del Ferrocarril de Madrid y Aranjuez, y en el que puedes degustar esta especialidad. 👉 Más información.

10. Hacer senderismo por el Mar de Ontígola: a dos kilómetros de Aranjuez tienes esta Reserva Natural con una superficie de cas 630 hectáreas. Este humedal se remonta a 1552, cuando Felipe II ordenó la ampliación de la balsa que regulaba las aguas del Arroyo de Ontígola que regaba las huertas y los jardines reales construyendo la Presa de Ontígola. Hoy es una zona naturalizada en la que habitan una gran variedad de aves y plantas. Un sendero recorre la laguna hasta un alto observatorio. 


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Cómo es la visita a la Torre de Éboli, Pinto

El nombre de la localidad proviene de punctum, pues antiguamente se pensaba que el centro geográfico de la península ibérica se encontraba en Pinto. Hoy la ciudad destaca por tener su rica historia; su enorme Parque de Juan Carlos I, en cuyo lago se puede practicar esquí acuático sobre tabla; y por su torreón.


Para visitarlo por dentro tendrás que estar muy atento a la web de venta de entradas, pues las reservas se acaban rapidísimo. Sin entrada, tan sólo podrás admirar la torre desde los muros exteriores de la parcela en la que se encuentra.

El torreón está situado en plena ciudad, a escasos metros de la estación de cercanías, donde es fácil que encuentres sitio para aparcar. La visita comienza en el exterior, donde nos recibe una simpática guía que hará que la hora que dura la explicación se pase en nada.

Lo primero que llama la atención es la torre en sí misma. ¿Qué hace este torreón en una parcela en medio de la ciudad? Pues nadie lo sabe a ciencia cierta. Parece ser que en Pinto ya había un castillo en el siglo XIV, cuando Pedro I el Cruel le da esta aldea a Íñigo López de Orozco y la convierte en señorío. Puede ser que se construyera entonces como parte de un conjunto mayor que no ha llegado hasta nuestros días.

El edificio mide 25 metros de alto y es de planta cuadrada, con esquinas redondeadas. El acceso original se realizaba a través de una puerta que hay a la altura de la primera planta, por lo que se supone que habría una escalera y un puente levadizo. Sin embargo, la entrada actual se realiza a través de una puerta en la planta baja, que servía de sótano y que probablemente se utilizó para almacenar alimentos, y como mazmorra.

Una vez dentro, verás la trampilla que lleva al sótano y varios retratos y muebles antiguos con estilo renacentista que provienen de la colección que fue acumulando Teresa Bustos Figueroa, Duquesa de Andría, la antigua propietaria de la torre. Ella fue la primera mujer española que con medios propios (y sin arquitecto) emprendió la restauración de unas ruinas, por lo que se le concedió la medalla de plata y un diploma por parte de la Asociación Española de Amigos de los Castillos. Tenía cierto cariño por la torre que había heredado y estuvo viviendo en ella durante ciertas temporadas, incluso mantenía allí las reuniones de su club de lectura y lo utilizó como escenario para representaciones de teatro. Actualmente está en manos de Álvaro Roca de Togores y Bustos, V marqués de Asprillas, quien permite las visitas a través de un convenio con el Ayuntamiento.

Esta planta se utilizaba para el servicio y a ella se accedía por unos peldaños que estaban adosados al muro oeste.

Por una escalera de caracol estrecha y baja, llegarás a la primera planta. En ella hay una puerta barroca que indica donde se encontraba el primitivo acceso al edificio. Esta estancia principal serviría como lugar de recepciones y actividades colectivas.

La segunda planta se utilizó como alcoba y cámara privada. Aunque sorprende su techo, en el que aparece la estructura propia de un palomar. Y es que entre los siglos XVIII y XIX, la torre sufrió tal decadencia y abandono que llegó a convertirse en molino y en palomar.

La sala cuenta con paneles explicativos que recorren la historia de la torre y los personajes que estuvieron vinculados con ella. El más representativo de ellos fue la princesa de Éboli, tras ser detenida en 1579 por Felipe II. Poco aguantó el frío de la torre y pronto conseguiría seguir con su cautiverio en el castillo de Santorcaz y luego en Pastrana, que se ve que le gustaba más.

Años después estaría preso aquí Antonio Pérez, secretario de Felipe II y gran amante de las intrigas y de la princesa de Éboli. Consiguió escapar a Francia, pero murió años después en la indigencia. Otros presos fueron el nieto de Cristóbal Colón o el Choricero, Manuel Godoy, el último prisionero que estuvo encerrado aquí.

La última parte de la visita queda reservada para la terraza, que sirvió en 1937 para que el general Valera subiera para observar el horizonte y pensar cómo iba a comenzar la batalla del Jarama. Desde allí tienes unas vistas maravillosas de toda la ciudad, pueblos vecinos e incluso de las cuatro torres madrileñas.

La actividad merece mucho la pena y la forma tan amena en la que la guía va explicándolo todo la hacen una actividad indispensable para conocer más sobre nuestra historia.

👉 Aquí puedes comprar las entradas para la Torre de Éboli.

Además, al salir del torreón, te aconsejo que des una vuelta por las calles del pueblo, especialmente para conocer la plaza porticada en la que se encuentra el Ayuntamiento, pasear por su enorme parque y aprovechar para tomarte un ombligo de Pinto, un dulce de reciente creación que se ha convertido en producto típico.


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4 lugares imprescindibles que ver en Campo Real, el pueblo que cambió de nombre

 

A 35 kilómetros de Madrid puedes visitar Campo Real en la comarca Cuenca del Henares. Curioso pueblo que llama la atención desde la carretera por las vistas que hay de su gran iglesia. Antiguamente llamada Aldea del Campo, cambió su nombre en 1555 por Villa de Campo, cuando Felipe II le concedió el título de villa y la independizó de Alcalá de Henares. No recibió su nombre actual hasta 1579, cuando pasó a depender directamente de la Corona.

El pueblo se ha visto afectado por las crisis económicas, los destrozos y los saqueos de la Guerra de la Independencia, las Guerras Carlistas y la Guerra Civil (época en la pasó a llamarse fugazmente Campo Leal).

Hoy es un lugar dedicado principalmente a la agricultura y a la ganadería, destacando en la producción de aceitunas, aceite y quesos. Campo Real ofrece una buena excursión desde Madrid que puedes completar con otros municipios destacables de la comarca, como la monumental Villa de Loeches; la puesta a La Alcarria Madrileña en Villar del Olmo, con sus 28 km de rutas por la naturaleza; la histórica Alcalá de Henares o el precioso pueblo de Nuevo Baztán.

Qué visitar en Campo Real

1. Iglesia de Nuestra Señora del Castillo: sin duda, es lo que más destaca de este pueblo madrileño. La imponente iglesia, elevada sobre el resto de casas, recuerda en su nombre los tiempos en los que aquí se alzaba un antiguo castillo andalusí. Es tan impresionante, que se divisa a kilómetros de distancia. Del castillo sólo se ha descubierto el aljibe y varios pasadizos que conducen al templo.

Con los restos de la fortaleza se levantó la primitiva iglesia en 1333 y el resto fue construido entre los siglos XVI y XVII, mostrando aspectos góticos, renacentistas y barrocos. En sus orígenes el edificio se utilizó como convento de los Hermanos Hospitalarios, monjes templarios que curaban a los enfermos y luchaban para defender a sus gentes. En 1540, el pueblo en pleno firmó una obligación para construir el reloj de la torre de la iglesia. Alrededor del templo también podrás ver las estatuas de los doce apóstoles que custodian la ascensión por la cuesta que lleva hacia él.

2. El Museo de Alfarería y productos típicos: en el mismo edificio del Mercado de Abastos existe un curioso museo que recuerda la fama que tenía Campo Real en cuanto a alfarería. En el siglo XVIII ya contaba con 30 alfares documentados y se sabe que sus obras cobraron gran importancia en el comercio. Además, el museo cuenta con una sección dedicada a las aceitunas y al queso, dos de los productos típicos por los que se reconoce a este pueblo. El característico aliño de sus aceitunas incluso fue citado por Cervantes como un manjar propio de reyes y hoy cuentan con la Denominación de Calidad. Por su parte, en el municipio se producen deliciosos quesos de oveja que puedes encontrar en el mercado, como Quesos El Pastor o El Careo.

3. Las tres ermitas de Campo Real

Ermita del Santo Cristo de la Peña: la puedes encontrar en el centro del pueblo, en el lado opuesto a la Plaza Mayor. Fue mandada construir en el 1717 por el Conde de Oñate, familia que tuvo una gran importancia en el municipio y que contaba con un suntuoso palacio en la villa del que desgraciadamente ya no queda nada. La ermita está consagrada al Santísimo Cristo de la Peña, patrón de los campeños. Cada 14 de septiembre sale su imagen en procesión desde hace tres siglos.

 Ermita de la Virgen de las Angustias: este coqueto templo bien merece una visita. Para llegar a ella, basta con bajar por la Calle Morata hasta la Avenida de Arganda. Se levantó en el siglo XVI sobre un antiguo humilladero. Su pórtico está sujetado por tres postes de hierro que sustituyen a las columnas que fueron destruidas en la Guerra Civil, como buena parte del municipio. Es la más antigua de las ermitas de Campo Real y su culto se remonta a la época templaria.

 Ermita de la Virgen de los Remedios: la podrás ver en la calle Vilches. Un pequeño templo construido en el XVI y remodelado en el XVIII. Sus postes, al igual que ocurría en la anterior, sustituyen a las columnas destruidas en la Guerra Civil. Su culto se dedica a la copatrona de Campo Real, la Virgen de los Remedios, de clara influencia toledana, pues se dice que su imagen fue regalada en 1195 por Alfonso VI a los soldados de Ocaña y que algún soldado la trajo aquí. Cada 8 de septiembre sale en procesión.

4. La Vega de Valdemembrillo: a diez minutos de Campo Real puedes relajarte en esta área recreativa junto al Arroyo de Valdembrillo. Ciertamente necesita algo más de mantenimiento, pero sigue siendo un buen lugar para pasar un día de campo.

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Cómo es la visita a InsectPark – El Escorial

 

Esta es una de las visitas más curiosas que puedes hacer si te encuentras en los alrededores de San Lorenzo de El Escorial. Un Centro de Naturaleza situado a unos cuatro kilómetros del famoso Monasterio, en un enclave privilegiado: el área recreativa de El Tomillar, un lugar maravilloso para pasar un día de campo en familia o realizar una de las múltiples sendas que parten de ella.

En esta área recreativa se levanta InsectPark, sobre las ruinas de un antiguo hospital de la Guerra Civil al cobijo de pinos centenarios al pie del Monte Abantos. A la entrada, te darán la bienvenida las figuras de un gran escarabajo y de un dinosaurio, con los que todo el mundo quiere hacerse fotos.

Las entradas las puedes comprar online o en taquilla. Te recomiendo que las compres en su web para evitar problemas de aforos y que vayas temprano para poder encontrar aparcamiento durante los fines de semana. 👉 Entradas.

Una vez dentro del recinto podrás ver una gran variedad de especies vivas y naturalizadas que provienen de colecciones científicas de insectos de todo el mundo, recolectadas en sus lugares de origen o en granjas de cría en cautividad controlada. No es un museo al uso, de esos en los que sólo veras animales pinchados con su cartelito. Aunque es cierto que yo, prefiero verlos vivos, pero avalo su papel científico y divulgativo.

InsectPark bien merece una visita, pues destaca por ser el único centro de naturaleza en Europa dedicado en exclusiva a los insectos. A su cargo se encuentra Pedro Velasco, su fundador y un auténtico aventurero. Este periodista y divulgador científico ha realizado múltiples expediciones alrededor del mundo en las que ha descrito varias especies nuevas.

Exposiciones gratuitas

Si no has podido adquirir la entrada, tienes la opción de ver la exposición gratuita que hay en el hall, de acceso libre. Aquí se muestran curiosidades del entorno natural que nos rodea: el Monte Abantos y el Bosque de la Herrería. Lo que más llama la atención es la gran figura que hay en el centro de la entrada.

A continuación, puedes salir a un jardín exterior cuya exposición trata sobre la reproducción de diversos tipos de plantas y cómo influyen en ellas los insectos.

Y para terminar, lo más espectacular de la visita: el espacio dedicado a la mariposa isabelina, un endemismo ibérico que constituye el emblema de los ingenieros de montes españoles. Es impresionante verlas vivas desplegando sus alas.

Exposiciones incluidas en la entrada

La entrada de pago te da acceso además a la visita a siete espacios divulgativos.

El primero de ellos, la Sala del Veo-Veo, muestra insectos tropicales vivos que se escabullen silenciosamente entre la vegetación y que tendrás que hacer un gran esfuerzo para intentar distinguirlos junto a ramas, hojas o palos. Es una de las salas más entretenidas del centro.

A continuación, pasarás a un pasillo dedicado a las mariposas que habitan nuestra tierra. Hecha en colaboración con las Consejerías de Medio Ambiente de varias Comunidades Autónomas y la Universidad de Madrid, la exposición te enseña ejemplares reales y fotografías de mariposas españolas, aunque no vivas. Al vivir apenas cuatro días, están naturalizadas.

La siguiente sala muestra curiosidades de insectos realizado a modo de escaparate de joyería, en el que destacan insectos que parecen de metal o multicolores, como las bellas mariposas metalizadas. Aquí verás los bichos más coloridos, los que parecen joyas, los transparentes…

En la planta baja del edificio hallarás un salón dedicado a la biodiversidad minúscula. A través de diversas lupas o microscopios podrás disfrutar de la vista de algunas especies de pequeño tamaño para ver características inapreciables a simple vista.  

La colección continúa con un espacio centrado en la migración de las mariposas monarca, que recorren más de 4.000 km en su andadura y otro centrado en los bichos espeluznantes. Este es otro de los lugares más atractivos del centro. En él te asombrarás con una gran variedad de ejemplares vivos de grandes arañas, milpiés, escarabajos y caracoles gigantes.

Para acabar existe una exposición sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre para concienciar sobre la protección de las especies en peligro y promover un comercio sostenible.

Una visita muy entretenida, que puedes completar con la realización de una de las sendas que parten de El Tomillar o con una visita a San Lorenzo del Escorial para continuar aprendiendo, esta vez sobre historia.

🐞 Más información: insectpark.es  

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