Carabaña ha
estado habitada sin interrupción desde la Edad de Hierro, aunque los primeros testimonios
vienen de la mano de Plutarco, quien habla ya de la llegada de los romanos a
Caraca y cómo consiguen dominar a sus habitantes, que vivían en las cuevas del
Tajuña, los caracitanos. Así, fundaron su ciudad en el 53 a.C. y erigieron un
templo dedicado a Diana donde se encuentra la actual Ermita de Santa Lucía.
Por allí han pasado visigodos, árabes y cristianos. La villa conseguiría su título en 1557 y viviría un momento de gran esplendor, pero pasará a la historia por su milagrosa Agua de Carabaña. Hasta mis abuelos llegaron a comprar tal medicina en la farmacia. Este agua fue descubierta en 1880 por el vizcaíno farmacéutico Ruperto Chávarri en un manantial del cerro de Cabeza Gorda y comenzó a venderla en su farmacia. Poco después fue declarada agua minero-medicinal, ganando la medalla de plata de la Exposición Nacional Farmacéutica y la de oro en el concurso científico de París. El agua contenía una gran concentración de sulfato de sodio, por lo que se usaba para purgarse y llegó a tener un éxito excepcional en todo el mundo. Hasta puedes ver su anuncio en unos azulejos de la Estación de Chamberí de Madrid, convertida en museo. Hoy ya no se vende, tan sólo queda en el recuerdo de un agua que decía ser medicinal, pero de la que nunca existieron estudios científicos sólidos que lo afirmaran.
Además de pasear por sus históricas calles aprendiendo sobre su historia y sus casas-cueva, Carabaña se encuentra en un clave envidiable para realizar rutas de senderismo tan famosas como la Vía Verde del Tajuña, la Ruta del tren de los cuarenta días o el Camino de Santiago en su tramo Madrid-Uclés.
Qué ver en Carabaña
1. La Iglesia de
la Asunción: la imagen que puedes ver ahora es fruto de la antigua reconstrucción
llevada a cabo en el siglo XVI por Bartolomé Bustamante, párroco y arquitecto
quien pagó parte del proyecto, y de varias remodelaciones posteriores. En una
de sus fachadas destaca la hornacina que guarda la imagen de la Virgen de la Antigua
y en su puerta principal descansa sobre un arco de medio punto la inscripción
en latín “No entrar sin saludar”. En su interior se halla una pila bautismal visigoda
del siglo VI y la tumba del Capitán Barrientos, quien estuvo a las órdenes de
los Reyes Católicos en Italia y manifestó su deseo de ser enterrado aquí.
2. El Palacio del
Virrey: este palacete posiblemente fue la casa de la familia del Capitán
Barrientos, ya que uno de sus familiares estuvo al servicio de los virreyes de
la Nueva España como gobernador de Tlaxcala, Méjico. El edificio fue construido
en el siglo XVI en estilo renacentista. Actualmente sirve como residencia de
ancianos.
3. El Ara romana:
casi pasa desapercibida, pero puedes ver esta columna en la esquina de la Plaza
de España con la calle Sierra. En ella hay una inscripción que pide a los
dioses la recuperación de un tal Cayo Clodio Quintiliano.
4. La Pasión de
Carabaña: declarada Bien de Interés Turístico en 2013, esta celebración teatraliza
la Pasión de Cristo por parte de los vecinos del pueblo. En ella se representan
escenas como la Entrada en Jerusalén, la Última Cena, la Crucifixión o la Resurrección.
Otras entradas que te pueden interesar:
➤ Qué ver en Nuevo Baztán, ejemplo de poblado barroco español
➤ 6 dulces típicos que comer en Alcalá de Henares
➤ Cómo es la Feria de la Palmerita de Morata de Tajuña
➤ 4 lugares imprescindibles que ver en Campo Real, el pueblo que cambió de nombre